¿Sabías que…?
... el Reino de Oykot ha estrenado su nueva central hidroeléctrica.
[Evento] [Búsqueda del tesoro] El Enigma Olvidado
Jack D. Agnis
Golden Eyes
Personaje

No siempre teníamos la suerte de caerle bien a las personas de una isla, por lo que a veces teníamos que salir corriendo de la misma, y al parecer esta era una de esas islas. Aun así, no me iba a ir de la misma sin antes  llevarme un premio de aquel lugar.
Tuve opción de secuestrar a una mujer para hacerla mía durante todo el viaje, pero al final me llevé lo que mas apreciaba, una enorme cuba de ron la cual no compartiría con nadie.

-YA DEJA DE GRITAR. PARECES IDIOTA– le grtié a Raiden, tras haber saltado hacia el barco y colocar de manera segura aquel barril de ron.
-Ya estoy. Podemos irnos cuando quieran- dije sonriente, mientras miraba a King, quien debía dar la orden para zarpar de una vez por todas.
-Y? que mierda esperas? Dale la orden al griton ese, así nos vamos de una buena vez- exclamé, presionado al conejo humanoide para que diera la orden.
Tras la orden de King, Raiden volvió a gritar, haciendo que pusiera mis ojos en blanco.
-Ay King, no pudiste buscar un navegante normal? - le pregunté, antes de obedecer la orden de nuestro navegante e izar una de las velas, para que el viento empujara el navío hacia el mismísimo horizonte.

Para mi sorpresa, un viaje que debería haber durado aproximadamente 5 días, o tal vez mas, duró menos de la mitad que eso.
No iba a negar que las habilidades de Raiden para la navegación eran muy buenas y gracias a ellos, habíamos logrado llegar hasta la isla de los rumores mucho antes de los previsto.
-TIERRA A LA VISTA- grité desde el carajo, mientras miraba sorprendido como la enorme masa de tierra se iba agrandando a medida que nos acercábamos.
Haciendo gala de su habilidades el navegante de la tripulación dio un par de ordenes a los demás tripulantes e hizo que los barcos unidos atracaran a la perfección.
“Bien. No dañaste mi barco. Sino tendría que matarte” pensé divertido, mientras bajaba del carajo, usando una soga y me iba a buscar mis cosas, las cuales tenia lista para nuestra aventura.

Ya con mis cosas listas, salí y  seguí a la tripulación, siendo el ultimo de la fila, no sin antes dejarle a King, y sobre todo a Raiden, el mapa que había conseguido de esta isla. Estaba seguro que como navegante, él podría hacer un buen uso de esa información. 
Al ser el ultimo de la fila si encontrábamos problemas de frente, me daría el tiempo suficiente para pensar que hacer.

Luego de algunos minutos de caminata, logramos encontrar la entrada de la cueva de los rumores. En la misma habían algo escrito, o al menos eso parecía, pero la verdad no sabia que mierda decía ahí. Solo esperaba que no fuera una maldición.
En ese mismo momento, el cometa pasó sobre nuestras cabezas iluminándonos con su luz violácea, la cual no solo tiño mi ropa con esa luz, sino también tiño las letras que estaban sobre esa cueva, para luego hacer que la isla temblara de tal manera que parte de la cueva se derrumbara, mostrándonos una escaleras blanquecinas e irregulares. De la misma pude sentir como una poderosa fuerza comenzaba a llamarme. Intenté resistirme y si bien tenia una gran voluntad, esta flaqueó y quedé hipnotizado por ese llamado, el cual me hizo adentrarme, sin importarme lo que fuera que estuviera por venir.

Información
#11
Alexander Bathory
Doc
La vida solía tener sus altas y sus bajas al igual que las partidas de la isla, en aquel caso para muchos había sido una baja pero para mí no era tan malo el adiós, si bien raiden no nos había acompañado me quedaba con la certeza que un viejo amigo permanecería en aquella isla junto al posadero por lo cual en todo caso sería capaz de regresar si alguna vez la situación lo necesitara, aunque ahora era más necesario que nunca en su tripulación con el incremento de la misma; si bien mi lobuno compañero se había quedado atrás un nuevo integrante se había unido Panda, si un panda literalmente llamado panda, el cual parecía ser buena gente en primera línea aunque quizá un poco bocaza lo que lo diferenciaba de uno que analizaba siempre las cosas
 
En aquel momento me encontraba leyendo un nuevo tomo médico que había encontrado en Dawn esperando aprender algo que me fuera útil a futuro –nunca pensé en usar esas hiervas para disparar una respuesta de adrenalina- dije pensando en voz alta algo de lo que había leído cuando Muzen indico la partida haciendo que la tripulación se preparara al igual que yo; no dude en guardar mi nuevo libro en mi maleta de mano antes de empezar a caminar por la tartana viendo a Jack cargando un barril el cual podría asumir su contenido –Nuevo botín de guerra?, solo recuerda que no planeo implantarte un hígado artificial aun si conseguimos uno- cualquier resaca que tuviera Jack seria su problema a futuro si se negaba a compartir aunque fuera una ronda de aquel ron
 
No tarde mucho en llegar a mi puesto preparado con las velas mientras esperaba las indicaciones de Muzen para que les izáramos, sin duda el peli blanco sabía bien el cómo comandar un barco dado la precisión de sus acciones y movimientos incluso logrando ganar tiempo al tiempo en el aquel barco, por lo cual pudimos relajarnos un poco, en mi caso el primer día del viaje lo dedique a entrenar lanzando algunos cuantos golpe y patadas al aire, era extraño pero extrañaba el viejo árbol detrás de mi clínica que usaba para golpear más aun por el hecho de que Jack y King se habían negado que usara el mástil principal de alguno de los navíos como sparring y panda podía ser un artista marcial al igual que yo pero aun necesitaba más práctica para que fuera una pelea a la par, aunque no podría negar el potencial del oso en combate
 
El resto del viaje me la pase en mis tiempos libres leyendo a ratos en la cubierta, más por el hecho de que tenía que estar alerta por si alguno de nuestros usuarios caía al mar, disfrutando de un Ron a las rocas, algo que según parecía molestaba a Jack dado que la cantidad de alcohol en la bebida se rebaja en el hielo aunque era un mejor sabor a mi parecer; antes que llegáramos a tierra, rápidamente revise mis cosas, equipo médico, un par de botiquines de emergencia, Den Den Mushi, un dial, junto a un bloc de notas con una pluma y más importante bastión, mi par de escudos que no dude en asegurar en mis antebrazos con firmeza –es mejor estar preparados para todo- les dije a la tripulación saltando a tierra empezando a movernos a la entrada de aquella supuesta nueva zona descubierta
 
Todo el camino mis orejas se estuvieron moviendo monitoreando a nuestro alrededor por cualquier cosa que me pareciera inusual, pero la isla estaba muy callada demasiado para mi gusto –hay algo raro- comente con calma mientras nos habríamos paso hasta una cueva que parecía ser una entrada con una extraña frase en la parte superior –no estoy seguro no soy lingüista- aclare antes de empezar a seguir al grupo al interior de la cueva, pero para mi sorpresa algo crujió en el suelo, quizá por mi oído pero creo que fui el primero en percatarme gritando –sujeten…- pero antes de poder terminar aquella frase el suelo colapso haciéndonos caer al vacío antes que me pudiera estabilizar –Nissa sujétame!- grite sabiendo que nuestra tiradora era la menos resistente del grupo a diferencia mía -espero que esto funcione!- dije sacando mi dial de mi mochila activándole para crear un colchón de nubes para suavizar la caída del grupo

Personaje


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#12
Son Goku D. Namek
Dr. Goku
Goku estaba inmerso en lo que consideraba una misión crucial. Para él, todo dependía de un corte preciso, un movimiento rápido, y una cobertura perfecta, no importaba nada más, todo lo que le rodeaba quedaba en segundo plano, porque su verdadero objetivo era mucho más grande que cualquier otro detalle. Estaba a bordo de un barco algo peculiar, rodeado de personajes aún más curiosos: una mujer cerdo que roncaba profundamente en cubierta, un pez que hablaba como si fuera lo más normal del mundo, un par de individuos bastante extraños, y por supuesto, una mujer que no pasaba desapercibida, con una belleza que podría robar la atención de cualquier hombre. Pero para Goku, ninguno de esos elementos era relevante en ese momento, el muy tonto ni siquiera recordaba los nombres de sus compañeros, ya que lo único que ocupaba su mente era otra cosa... un gigantesco sándwich de jamón, lechuga y queso que se estaba preparando con todo el esmero posible.

La misión
[Imagen: maxresdefault.jpg]

Salió a cubierta con su sándwich en la boca y una bolsa llena de frutas en la mano, mientras sus ojos se paseaban despreocupadamente por el barco. Observó cómo la cerdita dormía a la intemperie, descansando en medio de todo, mientras tanto, uno de los tripulantes, un tipo de cabello negro que parecía tener todo bajo control, empezó a dar órdenes con voz autoritaria. Al parecer, tenía algo que ver con las velas del barco. Goku miró la situación, pero no tenía ni la menor idea de lo que se suponía que debía hacer con ellas. Mientras se acercaba con calma, escuchó cómo la cerdita comenzaba a protestar en voz alta, replicando lo que el tipo de pelo negro decía. Con su habitual alegría y despreocupación, Goku sonrió y contestó:

Oye, no seas tan dura con él, solo quiere estacionar su barquito - dijo con la comida en la boca y sosteniendo su pan en su mano vacía, mostrando esa inocente sonrisa que lo caracterizaba, antes de arrojar la bolsa de manzanas al suelo y decidir que era hora de actuar.

Con la agilidad de un mono y la despreocupación de alguien que siempre encuentra soluciones creativas, Goku saltó hacia el mástil del barco, sin dejar caer su sandwich de la boca. Trepó rápidamente, balanceándose de un lado a otro con una destreza asombrosa, alcanzando la cima en cuestión de segundos. Una vez arriba, comenzó a jalar las velas manualmente, ignorando por completo el hecho de que existían mecanismos de cuerdas que podrían haber hecho ese trabajo mucho más fácil. Mientras subía las velas a su manera, con una mezcla de torpeza y habilidad natural, gritó desde lo alto - ¡¿Así es como se hace?! - sin darse cuenta de que su método no era precisamente el más eficiente.

Por un lado, era obvio que estaba complicando algo sencillo, pero por otro, el espectáculo que ofrecía era tan único que no podían evitar observarlo con una mezcla de sorpresa y resignación, claro, para quienes decidieran observarlo claro está. Goku, sin embargo, estaba completamente ajeno a todo. Simplemente hacía lo que mejor sabía hacer, actuar de forma impulsiva y dejarse llevar por la situación, haciendo gala de su innata, aunque a veces mal enfocada, estupidez.

Mientras tanto, en otra parte del barco, el hombre pez decidió lanzarse al mar. Goku lo observó desde lo alto del mástil, con una expresión de confusión dibujada en su rostro. ¿Qué estaría haciendo? Tal vez solo quería darse un chapuzón o estaba en medio de alguna misión secreta. Goku no tenía idea, y para ser sinceros, tampoco le importaba demasiado. Solo le causaba una leve curiosidad ver cómo desaparecía bajo el agua.

El resto de la tripulación ya se estaba organizando para desembarcar, un proceso que parecía bastante rutinario para ellos. Goku, por su parte, se preparaba para bajar del mástil cuando de repente su mente se desvió hacia otros pensamientos. Mirando al cielo, recordó con cierta nostalgia a su viejo amigo - Oh, señor Piccolo, espero que estés bien. Ahora tengo nuevos amigos con los que viajar - murmuró, casi en un susurro, mientras bajaba del mástil con la misma rapidez con la que había subido, listo para desembarcar.

imagen mental de Goku
[Imagen: Piccolo-Goku-Dragon-ball-z.jpg]

Ya en tierra firme, Goku siguió al grupo, aunque no con demasiado interés, llevando su fiel bolsa de frutas como si fuese una mochila improvisada. Hacía un esfuerzo por recordar los nombres de sus compañeros, pero para él era una tarea complicada. A veces se preguntaba cómo Piccolo lograba acordarse de tantos detalles tan fácilmente, ósea, siempre le trato por su nombre durante el largo tiempo que viajaron juntos (5 días). Mientras intentaba enfocarse en los rostros y nombres, vio cómo la cerdita se unía al resto, adentrándose en una oscura y misteriosa cueva junto con los demás.

El descenso comenzó a través de unas largas escaleras que parecían no tener fin. Todo iba relativamente bien, hasta que empezó a ir relativamente mal, sin previo aviso, algo sucedió, el suelo bajo los pies de los que iban delante de él se desmoronó repentinamente, provocando que todos cayeran en un abismo que parecía no tener fondo. Sorprendido, Goku corrió rápidamente hacia el borde del precipicio, mirando cómo sus compañeros desaparecían en la oscuridad. Con preocupación en su voz, les gritó - ¡Oigan! ¡No me dejen aquí!

Sin pensarlo dos veces, saltó al vacío detrás de ellos, confiando plenamente en que el salto no seria más largo que un par de metros para abajo...

Personaje + OFF

Resumen
#13
Baltazar Bonez
Dr.Bonez
Dentro de todo ese grupo de locos que conformaban aquella tripulación, Bonez era el único que aún no se había integrado demasiado con sus compañeros. Ya que sentia que el solo era un visitante en una pripulacion ajena, aunque no podia negar que disfrutaba cada momento para poder jugar con sus nuevos compañeros ya que habia encontrado una nueva fascinación de conocer a cada uno de aquellos piratas, teniendo ciertas notas mentales ya de cada uno.

Vesper. Un tipo peligroso pero que de cierta manera conectaba con la actitud sarcástica de Bonez, verdaderamente un buen compañero de bohemia y sensei.

Byron, el capitán. Era uno no de los últimos tripulantes que habia conocido, asi que recien se hace una idea de el. Se nota que es un hombre que tiene espíritu de la aventura, aunque muchas veces peca en su lado vanidoso ya que lo habia visto haciendo poses frente al espejo cuando nadie le ve, lo cual es un  placer culpable verle  levantando la ceja, sacando mentón y estirando las mejillas como su fuera un "macho alfa" frente a un espejo.

Drake era otro de los tripulantes que había conocido hace un tiempo atras, sintiendo un vínculo que les haría encontrarse una y otra vez, después de aquel festín en Logetown, siendo un gran tipo con una voluntad de acero.

Jun era hecha de una pólvora parecida a la de Bonez, explosiva y lista para todo era bastante impredecible y alocada. La habia conocido jugando cartas junto a Vesper en donde habían hecho buenas migas como apostoles del caos.

Kael por su parte parecía como si fuera el único pirata profesional teniendo que hacer de niñera en una guardería con piratas bebés anarquistas; Gavyn, otro que conoció en un robo fallido que o. Con el también tuvo la misma sensación que con Drake, como esa sensación que el hilo de sus destino se encontrarían nuevamente.
Mukens con el cual no habia tenido interacciones aun, pero se veia como un chico normal. Por lo menos mas normal que el resto de bichos raros que conformaban el caos. Y por ultimo pero no menos importante por último.
⁹Mc Duck, el único pirata de ese lugar que merecía su propia franquicia. Es un pato con corbatin, ya de por sí yo lo hubiera hecho capitán  del barco por ese simple hecho, aunque había mucho más sobre el pato malhumorado e ingenioso, ya que se notaba que estaba por encima de cualquier media en tema de.conocimiento.

Por su parte Bonez se encontraba cerca de la zona de proa, sentado en un taburete  mientras que obedecía al capitan, lanzándose una de sus cartas a la cuerda que sostenía el ancla, el cual cayó mientras que el continuaba viendo aquel calendario de chicas piratas, disfrutando de la señorita Mink primer verano hasta que el.capitan diera la orden de desembarcar, haciendo que Bonez lanzara el calendario y se pusiera de pie en marcha para aquella misión que los piratas habían planeado durante un buen tiempo sonbre aquel "Trono del Destino", haciendo que se acercara un poco mas a Gavyn y a Vesper, los cuales eran dos de los que tenia mayor confianza para ser el mismo. Genial espero que haya suficiente dinero para poder costear unas cuantas rondas de sake. Después de todo lo que toman Vesper y Jun vamos a necesitar algo que valga buenas cifras. Respondió al  capitan, sintiendo buenos ánimo en esos momentos. Eso hasta que pasaron a esa zona boscosa y húmeda, donde las raíces y plantación hacia que se movieran con más lentitud y cuidado. Todo eso le hacia recordar a Fantasmagoria, en esos pantanos llenos de leyendas oscuras hacían que la cara de Bonez fuera exactamente la.de un gato tosiendo una bola de pelo. Uuugh esperaba no tener que meterme en pantanos otra vez. Dice con notorio desagrado hasta que la visión de aquella misteriosa cueva le distrae hasta llegar cerca de la entrada del lugar, en donde tanto Kael como Mc Duck se acercaron a aquellas runas en donde  parecieron  expresar  las mismas palabras al unísono haciendo que Bonez quedara sorprendido ante la situación. 
"La verdad se abrirá cuando el cárdeno gobierne el cielo."
repitió una y otra vez en su cabeza como si involuntariamente su mente quisiera entender el significado de esas palabras, notándose claramente como la puerta se cerraban sintiendo de inmediato por el sonido de los mecanismos que caerían a una trampa.
Awwww.....mierda...este sonido lo conozco.
Después de decir eso sintió como  su cuerpo comenzaba aquella  caída libre. Intento gritar, pero antes de que pudiera soltar sus pulmones sintió como el pato le caía en la cara mientras esté le aletear en su cara.

¡Pato!...aaaagh pat.....¡¡bufg puff!!. Escupía las plumas que se le metían a la boca entremedio de la desesperacion de aquella caida libre. Eso hasta que sintió como un espeso lodo amortiguaba  la caída, haciendo que Bonez sacudiera sus brazos gracias al lodo.
Dios, eso estuvo cerca. Dice antes de levantarse y de  paso ayudar a Gavyn y Vesper salir de aquel lodo que les cubría. Joder, justo era este dia con el que decidi salir con el traje nuevo dice suspirando mientras que miraba su chaqueta.

Personaje

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resumen
#14
Jun Gunslinger
Nagaredama
Tres días de viaje. Tres día de jodida agonía.

Jun se subió a ese barco con la intacta ilusión de vivir su primer gran aventura junto a nuevos compañeros. Confiada y muuuy segura de que podría soportar cualquier marea y tempestad, pasó por alto un pequeñísimo gran detalle que nunca pensó le afectaría: la cinetosis.

El barco del capitán Byron se balanceaba de un lado a otro con la potencia de cada ola que le arremetía en contra, y Jun, tan acostumbrada a la tierra firme, luchaba por mantener el equilibrio y la compostura en medio de su mareo constante. El vaivén de la nave la traía mal, débil y molesta. Era casi imposible para ella deambular por la cubierta sin querer vomitar, pero a pesar de las náuseas que le hacían sentir que su estómago estaba en guerra con el Dios del mar, no permitió que eso la detuviera ni empañara la emoción de la aventura.

Para el tercer y último día de viaje, su cuerpo había logrado adaptarse y estaba ya mucho mejor. Se había refugiado en su camarote, dedicándose a limpiar y ordenar meticulosamente cada una de sus pertenencias y armas de fuego , ultimando detalles antes del arribo.

Cuando Byron comenzó a gritar dando órdenes a la tripulación desde la cubierta, Jun permanecía completamente inmersa en su trabajo. Sonrió ampliamente al escuchar el anuncio y las instrucciones del capitán. Ella se había anticipado a las órdenes, encontrando la forma de mantener la mente ocupada con los preparativos y tratando de no pensar en cómo el vaivén del barco la hacía sentir más enferma. A pesar del malestar, estaba decidida a trabajar y cumplir con su parte.

Sabiendo que se acercaban ya al destino, Jun salió a cubierta, agarrándose de cualquier cosa que pudiera para sentirse más estable. Las ojeras y la palidez en su rostro eran tales que parecía un estropajo. La brisa marina, normalmente refrescante, se sentía como una tortura y le revolvía el azulado cabello. Sin embargo sonrió con gran ilusión cuando vio la silueta de la isla Momobami a la distancia, haciéndose cada vez más grande ante sus ojos amatista. Al voltearse, para buscar con la mirada a alguno de sus compañeros, notó que Vesper se disponía a arriar las velas y decidió ayudarlo. El entusiasmo, aunque disminuido por el mareo, todavía brillaba en su carita pálida. Estaba ansiosa por dar el primer paso en tierra firme.

Una vez que el barco atracó en aguas poco profundas, la tripulación se dispuso a comenzar con la expedición y hacerle frente al desafío que esperaba por ellos. Delante de la embarcación, se extendía una playa divina de arena dorada y, más lejos, una selva tan frondosa que a penas permitía ver más allá del verde intenso. La primera impresión que tuvo Jun al poner un pie en la isla fue de absoluto asombro; Vegetación espesa, árboles y plantas que jamás había visto la hicieron sentir diminuta. Las enormes plantas parecían gigantes dormidos, y los insectos voladores zumbaban en un sinfín de formas y colores. Algunos molestaban, con ganas de picar, pero Jun los espantaba a manotazos. No podía evitar sentirse abrumada por tanta novedad rodeándole. Los sonidos de aves exóticas y otras criaturas extrañas llenaban el aire y captaban constantemente su atención. El calor y la humedad pegajosa eran bien intensos pero, a pesar de los pequeños pormenores, aquel no dejaba de ser un sitio increíble. Su corazón latía fuerte, mientras lo contemplaba todo con una fascinación casi infantil.

El grupo, liderado con valentía por el capitán Byron, se adentró por un sendero casi imperceptible y tapado de vegetación. Las raíces se arremolinaban por el caminoo, cubiertas de musgo resbaladizo que requería vigilar con cuidado cada paso. Jun se esforzaba por mantener el ritmo, pero la selva estaba viva y no era sencillo adaptarse. 

Los aventureros atravesaron hojas, ramas y lianas, hasta que finalmente salieron de la espesura y llegaron a un claro. Frente al grupo, allí, en el corazón de aquella selva, se alzaba una cueva misteriosa. Jun levantó la vista y sus ojos brillaron, cautivados por semejante belleza astronómica que cruzaba el firmamento. El resplandor púrpura bañaba la entrada de la cueva con un fulgor mágico, haciendo brillar los glifos que, aunque eran símbolos desconocidos para la Hafugyo, Kael y el pato podrían descifrar y leer sin dificultades.

A penas tuvo tiempo de preguntarse que clase de idioma sería ese, porque tan pronto como el dúo pronunció las palabras allí inscritas un estruendo hizo temblar el suelo. Jun sintió la tensión apoderándose de su cuerpo, poniéndolo en estado de alerta. La entrada se cerró con un polvoriento retumbar, y la roca bajo sus pies se abrió revelando uuna escalera descendente de la que emanaba una curiosa energía, casi magnética, que invitaba al grupo a bajar. El capitán les animó a aventurarse, pero Jun no se atrevería a ser de los primeros pues sentía una creciente desconfianza, igual que Gavyn, así que se tomó su tiempo antes de seguir al resto.

Kael, demostrando ser precavido en más de una ocasión, procedió a encender un par de antorchas; La primera se la entregó al capitán, quien encabezó el descenso, y la otra se la quedó él, decidido a cubrir la retaguardia. La luz del fuego iluminaría tenuemente el camino, lo justo y necesario como para que el grupo pudiera distinguir cada peldaño antes de pisar. Peeero al adentrarse, súbitamente, el suelo comenzaría a ceder bajo sus pies. Tal vez por el peso del grupo, tal vez por el desgaste del tiempo, o tal vez porque simplemente se trataba de una maldita trampa, la escalera de piedra se desmoronó y la tripulación entera quedó a merced del vacío. La sensación de caer, de perder toda estabilidad, fue sin duda una experiencia aterradora para la Gunslinger. Las pequeñas manos intentaron desesperadamente aferrarse a lo que quedaba de la escalera, pero sus dedos resbalaron. El grito eterno de la joven respondió al llamado del Doctor Chrome, y se unió al eco del lugar mientras descendía, perdiéndose en la oscuridad del vacío con antorchas, pato, capitán y la mar en coche.

Afortunadamente el papá del grupo salvó a todos de una muerte segura, o al menos de sufrir daños importantes. El barro que controlaba fue muy útil a la hora de amortiguar la caída y proteger a los miembros de la tripulación.

Ya en el suelo, Jun parpadeó varias veces, tratando de ajustar su visión a la penumbra mientras en su mente aún intentaba procesaba todo el caos del turbulento descenso. A pesar del alivio de estar viva, y de saber salvos a sus compañeros, aún sentía el cuerpo rígido y tenso por el miedo y el impacto. La caída había sido aterradora, y la sensación de vulnerabilidad por encontrarse en un entorno oscuro y desconocido la mantenía bastante nerviosa. Temblando por la adrenalina y con la respiración entrecortada, se enderezó. Las manos tantearon, inquietas, toda su figura de pies a cabeza. Revisaba su anatomía en busca de lesiones; recorría la piel buscando dolor, sangre o cualquier otro signo de lesión. Afortunadamente, no parecía tener ninguna herida grave más allá de un ligero raspón. Después chequeó cada bolsillo, el interior del bolso de piel, y revisó las municiones. Notó que su ropa estaba sucia por el barro, pero el pistolón estaba en la funda y el resto de pertenencias permanecían intactas. No había perdido nada.

Eso fue horrible... —murmuró, buscando conectar con sus compañeros.

La mirada amatista se dirigió entonces a las paredes de la cueva, tenuemente iluminada, e inspeccionó tratando de hallar algún indicio o pista que pudiera ser de utilidad mientras el grupo se incorporaba para enfrentar el siguiente desafío. 

¿Qué demonios hacemos ahora?

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#15
Anissa Marr
Nissa
Si algo había que tener en claro al unirme a la tripulación del conejo era que los días de tranquilidad quedaban descartados. Teníamos que salir volando de Dawn después de nuestros desplantes, pero al final del día nos había beneficiado lo suficiente ya que la mayoría de nosotros contaba con, cuando menos, un juguete nuevo para usarlo en nuestras futuras aventuras. Además de que un nuevo compañero comenzaría a viajar con nosotros, y no era el lobo que nos habíamos encontrado en la Villa aunque también se tratara de un mink; Panda se había vuelto un nakama oficial y ya se estaba haciendo útil ayudando a Muzen con los preparativos para zarpar de una vez por todas. Las órdenes de Muzen se escuchaban a los cuatro vientos y cuando todo estuvo listo para partir fueron las palabras de King las que nos hicieron actuar para ir rumbo a nuestro próximo objetivo. Al parecer algo pasaría en la isla Momobami pero no había puesto la atención necesaria como para tener la certeza de qué era tan importante como para dirigirnos hacia allá a toda velocidad.

Las primeras horas de viaje fueron las más difíciles, quién diría que la habilidad de coordinar dos navíos con una misma tripulación resultaría útil para alguien. Era el doble de difícil para mí ya que había perdido una apuesta con Muzen y ahora tendría que realizar tareas que eran propias de él. –Sí, sí, que todavía faltan días. Ya lo sé.- le dije, después de verlo casi caer al mar por estar saltando de navío en navío, mientras fungía de timonel temporal de una de las embarcaciones para después cederle el mando.

El trayecto hacia Momobami fue bastante agotador, al menos para mí, que hacia el doble de tareas de lo usual. Pero me sirvió para aprender cuando menos a no chocar un barco contra otro. El poco tiempo libre que tenía lo dedicaba a aprender a utilizar la ballesta de dos manos que conseguí en Dawn y aunque no estaba del todo convencida de dejar de utilizar armas de fuego parecía ser una buena alternativa; una mucho menos ruidosa. Tal vez podría dejar el uso de armas de fuego para cuando tenga que dar el tiro de gracia en la espalda de mi padre y estudiar la distancia a la que llegaban los proyectiles que no requerían pólvora.

Los planes a futuro y suposiciones se cortaron de repente al escuchar la voz de Jack avisándonos que había tierra a la vista. De manera veloz comencé a guardar lo que solía necesitar en excursiones; mi nueva arma con sus municiones, un aperitivo en caso de que no encontráramos una fuente de alimento confiable y un pequeñito Den Den Mushi que podría servir en caso de que me llegase a separar del grupo. Tuve que hacerlo apresuradamente ya que tenía que seguir las instrucciones de Muzen para detener a los dos navíos de un solo movimiento, aunque me aseguré de dejar la tarea del ancla a uno de los miembros más fortachones ya que seguramente yo era la miembro más débil físicamente.

Nuevamente, después de que King diera la orden, todos bajamos de las embarcaciones; yo con mi pequeña mochila a mis espaldas y la ballesta ocupando mis dos manos, cargada y lista para la acción. –Ay, ay. Ojalá nos encontremos con algún animal así, tengo ganas de probar mi nuevo juguete en un objetivo vivo.- le contesté a Muzen con un tono emocionado. –Oye Panda-kun, del poco tiempo que has estado con nosotros ¿quién te cae mejor y quien peor?- le pregunté al miembro más reciente de la tripulación, solamente para hacer algo de plática mientras nos adentrábamos en la maleza.

Después de quien sabe cuánto tiempo caminando por fin nos cruzamos con lo que parecía ser el marco de una entrada, aunque de momento cerrada. Al estar en una zona complicada necesité de la ayuda de más de uno de mis compañeros para poder escalar sin hacerme daño. -¿Cuándo será el día en que nos encontremos en una isla de postres o de las camas más cómodas hechas por la humanidad? No, siempre tenemos que pasar por algo incómodo. Además ¿Qué es lo que hacemos aquí?- dije al estar junto a ellos, ya que todos estábamos en una zona segura. –Yo tampoco puedo leer lo que dice ahí.- le contesté a Muzen ya que no tenía ni la más mínima idea de qué significaban los símbolos grabados en la estructura.

En un abrir y cerrar de ojos un astro surcó por los cielos dejando detrás de sí una luz de color púrpura que permeaba en los alrededores, un espectáculo visual que indudablemente merecía el sacrificio de un par de días de viaje en altamar. Los símbolos que no podíamos distinguir en la estructura comenzaron a emitir una especie de luz, y después de eso se abrió para dejar ver unas escaleras de color claro que parecían adentrarse en la montaña. Seguí a mis compañeros a los adentros de aquél lugar, algo desconfiada sobre qué era lo que encontraríamos en un lugar como ese. De un de repente, el suelo a nuestros pies comenzó a colapsar haciendo que todos cayéramos a un vació. Si no fuera porque el Doc gritó mi nombre mientras íbamos cayendo probablemente me habría quedado en estado de shock sin poder mover siquiera un dedo. –¡Alex, ayúdame!- alcancé a gritar mientras estiraba mi brazo para aferrarme a él, con un miedo severo ya que eran contadas con los dedos de la mano las veces que me había referido a él con la abreviación de su nombre de pila.

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Resumen
#16
Suzuka D. Hanami
Dragón Floreciente
Personaje


Los cálidos rayos del sol bañaban la tersa piel de la joven Oni, que disfrutaba de la agradable temperatura del verano, con la que se llevaba muy bien. Siempre fue del equipo calor; ella odiaba el frío y el invierno con toda su alma. Por eso mismo, agradeció el cambio agradable de temperatura que sintió cuando viajó del North Blue al East Blue, que, aunque no vivía en la zona más fría del mar, era indudable que era una zona más fría aun siendo verano.

El grupo iba un poco a la suya, cada uno haciendo su vida a bordo del barco. No hacía mucho que Hanami había conocido a esta variopinta tripulación, pero la aceptaron cuando ella no tenía a dónde ir, puesto que, aunque el barco fuera suyo, no sabía llevarlo y ya lo había estampado una vez contra la costa de la isla. Así que era una situación mutuamente beneficiosa: ellos necesitaban un barco, y Hanami obtenía compañeros que la ayudarían a viajar. Y parecían de fiar, a pesar de ser piratas, por lo menos la mayoría de ellos.

El capitán Lance y Juuken, su segundo al mando, se habían interesado en unos rumores que decían que un tesoro se mostraría en una isla en algún lugar, el cual no lograba recordar el nombre la Oni, pero tampoco le quería dar muchas vueltas, porque al fin y al cabo no era su trabajo llevar el barco a buen puerto. De hecho, en esos momentos, no tenía ningún trabajo fijo en el barco, puesto que ya había hecho mucho trayendo el barco. Así que Hanami simplemente se relajaba en una tumbona en la cubierta, disfrutando del sol; en el lado opuesto de la cubierta, la pobre Gretta intentaba refrescarse para no morir del calor. La Oni estaba luciendo uno de los bañadores de la última colección del modista Anthony Le Rouge, que le habían regalado en Loguetown tras sus pequeños trabajos en el sector de la moda y los desfiles. Un bañador sencillo y algo revelador, pero ya portaba un blazer blanco cubriendo parte de su torso superior.

De hecho, estaba tan relajada que se había comenzado a dormir un poco, hasta que la repentina voz del joven Juuken resonó por la cubierta, pidiendo a ciertos miembros del barco que ayudaran a plegar las velas para poder desembarcar correctamente. No la mencionó, aunque eso era evidente; no debía tener tanta confianza aún como para pedirle cosas. Pero sirvió para que la joven se despertara, incorporándose mientras se estiraba, alzando sus brazos y flexionando un poco su espalda, sacando pecho. Se quedó unos momentos en estado de espera mientras usaba el extremo de su cola para rascarse un poco la espalda.

Aunque no la habían llamado de entrada al trabajo, sería Gretta quien propusiera que ella y el niño mono hicieran el trabajo dado que eran los más nuevos, lo cual no importaba realmente mucho a Hanami - Enseguida voy, buahhhh... - Daría un largo bostezo mientras se levantaba y comenzaba a trepar por las cuerdas del barco hasta alcanzar la parte superior del mástil, donde ayudaría a Goku a recoger las velas. Aunque ella subió muy lentamente y sin la agilidad y pericia del niño mono, cuando ella había atado su primer nudo de las velas, el niño ya iba por el tercero. Desde allí arriba, la Oni pudo apreciar la isla, de un color verde infinito a la vista, con una gran montaña alzándose en el centro - ¡Capitán! Había que ir a la montaña, ¿verdad? ¡Achús! - Le gritaría desde arriba, ya sentada en la cofia del palo mayor, admirando el paisaje, culminando con un leve e involuntario estornudo al notar un poco de picazón en la nariz. Desde las alturas, apreciaría que se habían quedado sin girar, pero al parecer era un simple problema con el timón del que ya se ocupó el gran gyojin que acompañaba la banda.

Finalmente, lograron atracar el barco en la costa, comenzando a desembarcar la tripulación. Gretta trató de emular a Qazan y tropezó con la barandilla, pareciendo que se comió parte de la playa con ella. Entonces, la Oni tomó uno de los cabos del barco que descendían desde los mástiles, dejándose caer por el mismo, trazando un par de giros en el mismo, hasta bajar a la barandilla del barco y dándose un pequeño impulso hasta caer al lado de la mink - ¿Estás bien, Gretta? ¿Necesitas ayuda? - Hanami le tendió la mano con sinceridad y preocupación para ayudarla a levantarse, lo necesitara o no; aunque era una mujer muy robusta y fuerte, no podía evitar preocuparse.

Aspecto de Hanami

- ¡Lance, precioso! ¡Bájame la lanza con mi bolsa cuando bajes! ¡Que ya salté y me da pereza subir de nuevo! - Le gritaría al capitán, buscando ser un poco amable para que le hiciera el favor, porque en efecto le daba mucha pereza subir otra vez a buscar su lanza, la cual había dejado al lado de su tumbona. Mientras esperaba que el resto de la banda bajara, se quedaría aún más perpleja admirando la jungla tan densa y boscosa que se extendía a su vista. Nunca había estado en una isla tan salvaje y verde. Y cabe resaltar que, como no le dio tiempo a bajar, seguía con su bañador y blazer.

Finalmente, todos se reunieron y la joven Oni tomó su arma de las manos del capitán; mira que ella ya era alta, midiendo casi tres metros, pero la lanza lo era aún más, aunque menos que Gretta y Qazan... El grupo puso rumbo en busca de la caverna que el rumor decía que se encontraba en la montaña, pero a la primera sucesión de pasos, la pequeña Oni ya se estaba desviando hacia el este para entrar en la profundidad de la jungla "Ese pájaro se ve curioso, no parece un pájaro normal" Pensaría mientras se iba alejando del grupo, hasta que notó una mano tomando su mano y parándola; era Lance, que le pedía que no se separara del grupo y se la llevaba con el resto para que no se perdiera. Era mejor tenerla sujeta o se perdería sin duda - Uyy, te has vuelto más atrevido, capitán - Le insinuaría la Oni.

No costó mucho llegar a la entrada de la cueva, la verdad; no eran los únicos allí, aunque era normal, ya que se había dado hace poco una profecía. Los intelectuales estaban analizando las inscripciones en la entrada, hasta que unas escaleras descendientes completamente blancas se formaron - ¡Wow! ¿Cómo habrán logrado hacer eso? - Hanami se adelantó un poco hasta la entrada para examinar si había algún mecanismo en la misma que hubiera realizado ese cambio en el camino interior; ese tipo de cosas le fascinaban.

Pero no hubo mucho tiempo para pararse a admirar unas escaleras que aparecieron de la nada, porque el resto de personas en los alrededores y algunos de su propia banda tomaron la iniciativa de bajar por las mismas a toda velocidad a la caza del tesoro. Siendo la mano de la Oni tomada de nuevo por su capitán, para que no se quedara atrás en la entrada, porque era evidente que si pasaba se perdería. Pero mientras Lance tiraba de ella, con la Oni vigilando de no chocar contra alguna formación rocosa que descendiera del techo, un estruendo se hizo presente y las escaleras por las que todos bajaban cedieron, cayendo la Oni en una suerte de caída libre - ¡SU PUTA MADREEEEEEEEEEEEEEEE! - Estaba en caída libre y eso la asustaba; no veía el fondo y eso la asustaba aún más - ¡CAPITÁN, SALVAMEEEEEEEEEEEEEEE!

Inventario
Resumen
OFF
#17
King Kazma
Shiromimi
Personaje


Un viaje libre de problemas. Jack no se emborrachó tanto como para romper algo, los barcos no se habían chocado, las cuerdas no se rompieron dejando al segundo barco a la deriva sin navegante… Todo bastante tranquilo. Lo cual si bien era bueno en ese momento, sólo podía significar que su estancia en la isla Momobami no iba a ser tan tranquila. Era pura estadística, la vida estaba llena de infortunios y momentos de paz, si acababan de pasar un remanso de paz, ahora sólo quedaba el infortunio. Aquella era una isla desconocida, no sabían lo que les podía esperar allí y tal vez el rumor que hizo que pusieran rumbo a la misma no fuera más que un bulo, una mentira extendida con o sin malicia. Tal vez hubiera alguien esperando a emboscarlos a ellos o a cualquier otro que se aventurara en la isla.

No le gustaba desembarcar de noche o anocheciendo, pero Muzen tenía razón en algo. Debían darse prisa o alguien más podría hacerse con lo que quiera que hubiera allí esperando. Nadie esparcía rumores sobre una cueva asesina, así que algo debería haber allí dentro que tuviera gran valor como para guardarlo tras trampas o algo similar. Como historiador, le interesaba especialmente lo que pudiera descansar en las profundidades de una cueva inexplorada. – Preparaos para desembarcar. En cinco minutos iniciaremos la marcha hacia el centro de la isla. – Dijo, cada vez más confiado en sus dotes como capitán. Las primeras veces dudaba, no sabía bien cómo proceder o se quedaba paralizado sin ser capaz de tomar una decisión en un momento crítico. Pero el tiempo con sus nakamas y la experiencia de las aventuras vividas con ellos iba convirtiéndolo, poco a poco, en un buen capitán.

Debido a la oscuridad de la noche inminente acentuada por la sombra de la montaña que se cernía sobre ellos, necesitaban linternas. Por su parte no necesitarían gastar aceite en las lámparas, ya que tenía un dial de luz, capaz de alumbrar el camino mejor que cualquier lámpara de aceite. Llevaba los diales colgados en la parte interna del chaleco, de forma que los tenía accesibles en todo momento, nunca se sabía cuándo podía necesitar alguno. Ya en la entrada de la cueva, unas extrañas letras llamaron la atención de sus amigos. Le costó unos segundos, pero reconoció el lenguaje utilizado. – Ahí dice: “La verdad se abrirá cuando el cárdeno gobierne el cielo.” No es que sea muy claro, pero imagino que se refiere al cometa morado ese. – Los de civilizaciones antiguas parecían tener un fetiche con aquello de escribir las advertencias e instrucciones de manera críptica. Claro que podía ser la forma en la que se expresaban coloquialmente en la antigüedad.

Se adentraron en la cueva, bajando por las escaleras que ayudaban bastante a iluminar el lugar gracias a su color blanco. No se veía ningún final aparentemente, así que podían estar descendiendo hacia las entrañas de la tierra un buen rato. Pero estaba equivocado. De pronto, el suelo desapareció bajo sus pies y todos comenzaron a caer al vacío. Era el momento de actuar rápido y no quedarse bloqueado. Alex parecía tener la situación bajo control para él y Anissa. Quedaban los demás. Sujetó el dial de luz con la boca y sacó otros dos diales de su chaleco. Uno lo presionó una vez, con lo que salieron 2 bolas de nube tan grandes como una persona para interceptar a sus otros nakamas, esperando que 2 personas por bola no fueran demasiadas. - ¡Sujetáos! - Él se dejó caer. Iría por delante para averiguar dónde estaba el suelo y que así los demás pudieran descender con tranquilidad. Pero no se estamparía contra el suelo, iba con el dial de impacto por delante, que absorbería toda la energía de la caída.


Datos


Resumen
#18
MC duck
Pato
Momobami era una isla muy interesante, actualmente dominada, por una selva muy agreste, muy enraizada, muy tupida, que lograba ocultar los secretos que se ocultaban debajo, ruinas y catacumbas se habían podido ver en muchas zonas de la isla, y dado que personajes como MC Duck tenían muchos conocimientos históricos de todo el East Blue, islas cómo está representan un desafío, por qué pocos o casi nadie sabe realmente qué pasó en esta isla, donde ya no habitaba el ser humano de forma natural.

Lo que una vez fue un imperio, ahora era una selva agreste, inhóspita para el ser humano, donde solo animales agresivos quedaban para rememorar su gloria. ¿Por qué tan grande imperio cayó? ¿Por qué los humanos abandonaron la isla?

Viajar a esa isla, descubrir sus secretos, encontrar sus tesoros y rememorar su historia, esa era la gran aventura que MC Duck ansiaba desde hace algún tiempo. Pero necesitaba gente para hacerlo realidad, gente fuerte que lo protegiera, gente que supiera navegar, gente que deseara al igual que él la aventura y el honor.

En cambio, sólo tenía esta panda de alcornoques.

—Me dijiste que tú banda no eran asesinos despiadados. Cuack, Voy a estudiar esas ruinas antiguas... espero que no las destrocen... Cuack

Dijo al subir a bordo con Byron, el extraño chico al que MC Duck no llegaba a tratar con el respeto con el que tratas a un capitán de barco, aún no se lo había ganado desde su punto de vista patil. Mientras miraba al resto de la tripulación con suspicacia, por un lado estaba el que conocía, Drake, no es que fuera de su total confianza, pero no sé subía a esta tartana de madera sin alguien que lo supiera reconstruir, en eso sí confiaba en él.

Luego estaba ese médico, le sonaba muchísimo haberlo visto antes, pero era tan arisco y tenía esa aura tan … amenazante? Carroñera? parecía un carnicero y a Pato eso no le gustaba. Así que mantenía prudente distancia de él.

La chica que manejaba armas de fuego tan bien como MC Duck, Jun era cuanto menos curiosa, pero tenía una pinta de loquita que … intimidaba un poco, incluso siendo civil, daba un poco de Yuyu.

Pero no todo era malo, a Dr Bonez lo conocía, no era médico pero lo prefería al otro médico real, era diestro con las manos y lanzaba objetos muy bien, eso sí da confianza a un pato.

Luego estaba Kael, su nombre significaba "Guerrero poderoso", que eso ya dice mucho de él, pero no solo era un tipo fuerte, sino que completaba su personalidad con la búsqueda de conocimiento, tales conocimientos incluso rivalizando con los de MC Duck.

Pero donde estaba lo bueno, también había maldad, no sabia mucho de Mukens, exceptuando que era claramente malvado, solo alguien malvado y sin corazón trabaja en la cocina, por eso nunca veras a Mc Duck hablar con él. Ni entrar en la cocina, literalmente entraba al almacén y comía frutas y hortalizas sin cocinar, así que no requería tratar con ese engendro del mal.

Además si quería hablar con alguien estaba Gavin, el único tripulante que como él sentía las corrientes de aire de una manera distinta, una conexión que solo gente alada puede tener, como hablar de ese misterioso meteorito y de las creencias de antiguas culturas al respecto.

Indiferente de con quien tratara, Todos habían firmado entrar a una extraña y diversa tripulación que giraba en torno a la figura de Byron, quien desafiaba a la adversidad con dos cojones, como si estuvieran bendecidos por alguna clase de deidad.

Pero ignorando todo eso, era hora de concentrarse en su actual trabajo, la isla Momobami, a la cual no tardaron más que 3 días, gracias al trabajo del navegante Kael, el Grande, haciendo que finalmente MC Duck terminara de hacer su lista del "bote salvavidas". Osea a la gente que salvaría primero al bote salvavidas, en caso de que el barco se hundiera.

En un bote salvavidas caben 4 personas, y MC Duck obviamente sería una de ellas, Drake y Kael serían importantes para subsistir en la barca, mientras el último hueco será para Jun, pensó en Bonez pero, las damas van primero, y Bonez seguro sabe nadar, en cuanto a el resto… he… bueno, ellos se las arreglaría en un caso así… ¿Verdad?

Por suerte el barco no se hundió y llegaron a la isla sanos y salvos, mientras Bajaba a pisar el suelo de la isla MC Duck advirtió.

—A partir de ahora… cuack cuack... nada de ruidos fuertes… la fauna de esta isla es agresiva con las visitas. Cuack

Cruzaron el lugar siguiendo las indicaciones que les había transmitido su contacto para llegar hasta un claro en medio de la selva, en una pequeña cueva donde un escrito antiguo decía.

"La verdad se abrirá cuando el cárdeno gobierne el cielo."

Dijo casi al unísono con Kael, si alguien más debía saber de lenguas, debía ser él.

—Bien, dos no nos podemos equivocar. Cuack!

Mientras entraban y empezaban a bajar, algo terrible sucedió, el suelo empezó a ceder, por lo que pato empezó a volar, para alejarse del desastre… lo lamentaba por sus compañeros, pero ellos sabían dónde se metían en este lugar lleno de trampas.

Pero entonces Bonez, decidió que era buen momento para morderle el trasero y arrastrarlo con él para abajo. ¿En qué pensaba el loco este?

Por suerte Nuevamente Kael salvó el día con su poder akuma… a ver si los demás se ponían las pilas….

-¡A VER! Escuchadme todos Cuack, cuack- dijo intentando llamar la atención de la tripulación como si se creyera capitán- Yo soy el experto en ruinas antiguas, cuack, así que si queréis salir con vida... y es posible que no todos lo hagáis... cuack … deberéis seguir instrucciones ¿de acuerdo? Cuack, venga, no es tan difícil.

Si Pato fuera el capitán y no Byron, no se habrían caído por el agujero, bueno si, técnicamente no había visto la trampa hasta que cayeron en ella, pero ahora tenia el ojo avizor, no se le escaparía ninguna, pero... por si acaso. mejor que fuera delante Kael.

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Personaje

Inventario
#19
Panda
JANAI
Panda se embarco en una nueva aventura, con una tripulación nueva a cargo del capitan King, un mink conejo, por lo que panda se sentía bastante a gusto con estos nuevos Nakamas, aunque a penas los estaba conociendo.

-Buenas a todos, soy Panda, espero que nos llevemos bien- Dijo Panda sin más mientras abordaba aquellas curiosas embarcaciones atadas.

Eran tantos piratas que no entraban en un barco y por cuestiones practicas debieron usar dos pequeños atados, pero cumplían bien su función que era llevarlos a su destino en la afamada isla Momobabi, o monogamia como le decían algunos...

Naturalmente, panda no era el único en aquella aventura, entre sus compañeros estaban un sujeto de vendas y pelo blanco que fue el primero en ordenarle algo a panda, para que asegure las cuerdas de los barcos.

-Bien sujetas y listas señor Muzen!- Respondía panda mientras comía algo de Bambu fresco que había traído. Después de todo no iba a ningún lado sin su dotación personal.

Al poco tiempo zarparon y de igual manera el peludo panda se puso a izar las velas, tenia que pagar derecho de piso o de lo contrario corría riesgo de ser tirado por la borda en su primera tripulación y el no era exactamente bueno nadando.

El viaje fue por demás tranquilo y panda pudo disfrutar de la brisa del mar mientras hacia algunos sociales con sus nuevos compañeros. En el pecho de panda, se podría notar una cicatriz que llevaba como ex esclavo de un dragón celestial, una vieja historia de un pasado que panda trataba de no recordar puesto que le hervía la sangre. Además de eso traía unas ropas simples, unas nudilleras, un den den mushi y algunos items básicos como onigiris, ungüentos, antídotos y un escudo, cosas básicas para cualquier marinero principiante.

También estaba el señor Jack, un marinero temible que regañaba bastante al navegante, tenia tintes de borracho y era el vigía encargado de gritar Tierra a la vista!. 
Una muchacha bastante guapa y la única mujer a bordo, de nombre Anissa que demostraba ser muy trabajadora, aunque por lo visto se trataba por la perdida de una apuesta con Muzen. Por ultimo, un lobo bastante nerd que se paso el viaje leyendo sobre hiervas, de nombre Alexander aunque parecía un sujeto confiable. Era sorprenderte encontrar tantos Minks en una tripulación pero también resultaba reconfortante, ya que panda no se sentía la oveja negra ahí y no destacaba tanto.

Al cabo de unos días de tranquila navegación Jack pego el grito de llegada, Muzen ordeno tirar las anclas, y King ordeno desembarcar.
Panda tras tirar el ancla, salió pegando un salto y se apresuro a olfatear ese nuevo lugar, una nueva aventura daba comienzo y como era de esperarse estaba muy entusiasmado.

King iluminaba el camino con lo que parecía ser un dial de Luz. La sensual Anissa parecía lista para la acción con su ballesta cargada, mientras le preguntaba a panda quien le caía mejor.

-Quien me de comida se ganara mi corazón- Dijo panda sin dudar. Mientras le hacia unos mimitos a la joven, al sonido de "garchuu".

Panda hacia su parte espantando a las bestias salvajes de aquella fauna, gracias a su afinidad animal, por lo que no tardarian en llegar a la famosa cueva al pie de la montaña.
Allí había una inscripción que solo King pudo entender:
Cita:Ahí dice: “La verdad se abrirá cuando el cárdeno gobierne el cielo.” 
-Eh? - Dijo panda sin entender. Bueno supongo que es una especie de pista, ¿quien será ese cárdeno y que verdad nos traerá?- Se preguntaba panda.

Avanzarían hasta unas escaleras cuando de repente Pum! el piso se desmorono súbitamente haciendo que la tripulación caiga hasta un vacío inconmensurable.

-NOOOOO- Gritaba panda, mientras continuaba comiendo Bambu como si nada, despues de todo a quien no le da hambre despues de caminar un poco. Por fortuna el buen King saco unas nubes que ayudarían a que la caída sea mucho más placentera.

OFF
#20


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