Alguien dijo una vez...
Rizzo, el Bardo
No es que cante mal, es que no saben escuchar.
Tema cerrado 
En búsqueda de camaradas
Picollo
Daimaku
Verano 3, 724
Amaneció temprano como de costumbre y se dirigió al mercado, era su primer mañana en Tequila Wolf tras la vuelta de su viaje como carpintero del Esmeralda. La ciudad se mantenía tal y cual la recordaba, salvo por algunos barcos que ya no estaban y fueron remplazados por nuevas embarcaciones, algunas de estas sin terminar. Antes de ir al puerto paso por el Mercado central a buscar su desayuno, unas frutas serían suficientes, al menos hasta el mediodía. Por aquellas horas los marineros llegaban a puerto y los mercaderes se encargaban de asistirlos, el resto de ciudadanos se encontraba en su marcha cotidiana en pos del deber. Mientras se dirigía al astillero, observaba el ambiente, un ejercicio que le gustaba practicar para enterarse de las buenas nuevas, esta vez nada fuera de lo común, los periódicos y sus repartidores señalando las primeras noticias del día, los carniceros buscando vender sus carnes, y por ultimo algunos piratas y malandros yendo de aquí para allá.
 Con todo este caldo de personas se preguntaba si habría alguna capaz de navegar junto a El, no por desprecio, sino por falta de simpatía, la idea de navegar junto a un humano le hacía un poco de ruido, pero tenía claro que no siempre se conseguía lo que quería. Su búsqueda de una tripulación recién había empezado, siquiera tenía una nave, aun así siempre era buen momento para fraternizar y adelantarse ciertamente a su objetivo, el océano. Para ello debía conseguir un navegante y un capitán, sería difícil encontrar uno sin demasiadas pretensiones y que comparta su mismo objetivo. Antes que resignarse o esperar a que alguien lo convoque para semejante aventura debía poner en marcha su Plan, o por lo menos tener lista la embarcación. -Podría comprar aquel bote...o mejor construyo uno...esto... me llevara...pff... un par de semanas quizá..-
 Sus compañeros de trabajo estaban descartados ya que de ninguna manera compartirían semejante objetivo como el de Picollo, debía encontrar a alguien carismático y por sobre todo capaz de defenderse. Continuo su marcha mientras disfrutaba del jugo de la naranja que en ocasiones teñía el piso en su andar. Sin duda alguna sería una tarea difícil pero que con los años y la experiencia lo habían terminado de convencer, recorrer los océanos más allá del East Blue, ¿Cuántos misterios oculta este mundo?
#1
Son Goku D. Namek
Dr. Goku
Iba caminando casualmente por las calles de Tequila Wolf, aburrido y con una mano en el bolsillo. En su mano derecha, llevaba una fruta de peculiar figura que parecía una especie de manzana extraña con patitas por debajo, algo fuera de lo común. La cáscara estaba llena de garabatos en forma de remolino y su tallo estaba mal cortado. No importaba realmente, solo era una manzana, o al menos, eso creía Goku mientras mordía sin prestarle mucha atención a su sabor... que por cierto, sabía a percebes. Tras un bocado, el joven Mink simplemente escupió, tratando de sacarse el sabor, y exclamó con desagrado

¡Puaaaj! - dijo mientras se limpiaba la lengua. Luego, al volver a mirar su bocadillo con una ceja levantada y una expresión de pocos amigos, siguió caminando y le habló a la maldita fruta - Eres asquerosa, espero no me provoques dolor de panza, maldita cosa.

Eran sus palabras mientras le daba otro mordisco, quejándose del sabor. En estos casos, el hambre dominaba más que el sazón de las comidas.

El mercado se veía algo concurrido, pero él, sin ni un peso en los bolsillos y con el estómago medio vacío, utilizaba la fruta solo para apaciguar el hambre. Todo era normal, los piratas, las personas del pueblo, los vendedores, ese hombre de piel verde y antenas... Espera, ¿¡qué!?

¡Hey! - gritó mientras corría en dirección del desconocido— ¡Tú! ¡Sí, tú! - le decía, levantando el brazo libre y dando otro mordisco a esa fruta extraña - Parece que tienes escorbuto o algo, deberías comer algo de fruta cítrica, te ayudará con el mal estar - le dijo mientras sonreía y se paraba frente al hombre verdoso - ¡Hola! Soy Goku, por cierto, un gusto. - eran sus palabras agradables y sinceras, con una sonrisa de oreja a oreja.
#2
Picollo
Daimaku
Como de costumbre paseaba en su andar canchero y relajado, justo antes de llegar al puerto, a poco más de unas cuadras, un extraño sujeto lo sorprendió por la espalda, no estaba acostumbrado a que le hablen. !!!! Voltio súbitamente y se señalo así mismo - ¿Yo? Ahora que hice... - se lamentó, temía estar en problemas al ver como ese pequeño humano se acercaba a grandes velocidades. -¡Maldición! ¡otra de sus bromas...!- Pensó, como era su cotidiano por aquellos lados, los niños y adultos tenían la mala costumbre de fastidiar al Daimaku. - Estoy bien chico, ¡como naranjas todos los días!- Respondió intentando calmarse así mismo. - ¡Toma una!- dijo mientras lanzaba una de sus naranjas por los aires. Al acercarse notó que el joven era algo distinto al resto, - ¿¿Y este quien es?? - se preguntó, - ¿Goku? no había escuchado ese nombre, yo me llamo Picollo, un gusto, ¿No eres de por aquí verdad?-  Respondió al joven sonriente. Algo en aquel sujeto le generaba simpatía, le hacia recordar su triste y desahuciada infancia. 

 No pudo ocultar su gesto de sorpresa al ver que Goku no era un humano, más probablemente resultado de una mezcla, al igual que él, - ¿AH? ¿ESO ES UNA COLA?- preguntó, - Ven, ven conmigo, este lugar esta lleno de racistas, ¿ Tienes hambre no?- señalo con su mano la distancia, allí el puerto y sobre el lado derecho una pequeña choza que funciona como su lugar de trabajo. - pobre muchacho, lo alimentare - pensó, mientras seguía caminando en dirección al puerto.

-Me alegra encontrarte, lamentablemente este lugar esta lleno de rufianes...- - ¡oh! no me mires así, puedes estar tranquilo conmigo- le devolvió una sonrisa casi forzada, no estaba acostumbrado a sonreír pero se sintió bien con ello. Al llegar a su destino se encontrarían con una pequeña y humilde casita construida en madera la cual servía como su lugar de trabajo. - Este es mi refugio y lugar de trabajo, aquí nadie nos molestará - Tomó asiento e invito a Goku a que lo acompañara, luego agarro una bolsa con pan y queso y se la dio al chico. 

La choza evidenciaba el oficio de Picollo, en primera instancia por el aserrín que cubría el suelo y en segundo lugar porque estaba lleno de maderas, pequeñas piezas de barco, pendientes por construir. - Ya vez, me dedico a la carpintería...- Dijo mientras observaba una de sus piezas con orgullo. También notó como su compañero seguía engullendo una extraña fruta, - Oye... ¿estas seguro que eso es comestible? - Al ver con detalle lo que Goku tenía en sus manos no pudo contener su asombro, sus ojos se abrieron exageradamente y sus labios se contuvieron en asombro, sorpresa y tristeza, él había pasado por una experiencia similar. -e-sso que tiene-s...no...no es una fruta cualquiera- Dijo preocupado viendo como este continuaba devorándola sin problema alguno.
#3
Son Goku D. Namek
Dr. Goku
El joven Goku siguió a Piccolo sin problemas, confiado en que no sería asaltado ni nada por el estilo. Las palabras de Piccolo le asombraban - Oh, ¿así que son racistas? Qué raro, nunca he tenido esos problemas acá... pero debe de ser - decía sin percatarse de que su aspecto tan similar al de los humanos le hacía recibir un trato más cordial.

No dejaba de comer la fruta maldita mientras aceptaba las naranjas de Piccolo. Con una rápida mirada a la fruta entregada, comprendió que necesitaría ambas manos, pero no quería desperdiciar esa fruta de extraño sabor, así que las guardó para más adelante.

Al ingresar a la choza, Goku estaba maravillado - ¡Guau, qué bonito trabajo! - dijo, observando las obras de madera y el arduo trabajo que esto pudo significar. - Yo no sé nada de estas cosas, a mí me late la medicina - dijo, dando otro mordisco a su fruta.

Las palabras de Piccolo sobre la fruta que comía solo le causaron mayor duda... - Hmm... no sé si sea comestible o no, me supo raro, pero hasta ahora mi pancita no se queja - dijo, para darle un último bocado y pasar a su siguiente fruta. Con algo de pan y queso, podría hacer un rico sándwich de naranja y queso. La sorpresa de Piccolo respecto a su comida previa fue evidente para Goku. Este solo asintió con la mirada y, tras devolverle una sonrisa de oreja a oreja, le dijo sin mucho atado - Sí, sí, era una fruta extraña, ¿verdad? No sabía tan raro, la encontré camino al puerto - fueron sus palabras mientras preparaba su sándwich. - Es algo de lo cual no me siento muy orgulloso, pero cada vez que veo comida debo comérmela de inmediato - dijo entre risas.

Y dime, ¿esto de la carpintería es entretenido? Se ve que le has puesto mucho esfuerzo - decía mientras terminaba de pelar la naranja.
#4
Picollo
Daimaku
- J-eje, me alegra que te guste el lugar, disculpa el desorden, no estoy acostumbrado a visitas - Continuo la charla mientras ambos se alimentaban. - ¿Medico? no me imagino las cosas que habrás visto - Lo miró con respeto y luego asintió, quizá aquel personaje podría formar parte de su tan anhelada tripulación. Notó como Goku se interesaba en las piezas de madera, no se contuvo, se paró de su asiento y contemplo de igual manera aquellas piezas de barco. - No solo es entretenido, sino que también es bien pago, ¿Ves esa pieza de allí? debo admitir que le he puesto mucho esfuerzo, la misma familia Blackmore me hizo el encargo y como buen carpintero no puedo fallares - continuo dando detalles de la pieza durante unos minutos más.

Mientras acariciaba la madera cual artista amante de su arte, se le ocurrió una idea, debía aprovechar cada encuentro para intentar convencer a nuevos y posibles tripulantes de su futuro navío. - Aunque debo admitir que mi objetivo esta más allá de este puerto- Dijo mientras observaba a través de la pequeña ventana asegurándose de que nadie estuviera cerca, no quería revelar sus planes a sus compañeros de trabajo. Observó nuevamente a su acompañante que devoraba el pan que le había dado, sonrió, - Parece un sujeto confiable - Pensó, - Últimamente no he tenido mucha suerte en mi búsqueda de tripulantes, aunque sea irónico, no he logrado convencer a nadie en esta maldita ciudad... tsk- miró el piso con tristeza y desconsuelo. - Dime Goku, ¿te animarías a surcar los mares conmigo?- Lo miró con su mirada desafiante por unos segundos, luego volteó su mirada a una curiosa telaraña del techo, - Discúlpame el atrevimiento, pero una tripulación necesita un medico, y creo que tu eres el indicado- Sonrió con ¿Malicia?. - No puedo prometerte nada más que conocer el resto del mundo...- Volvió a sentarse un poco más calmado para intentar convencerlo. No tenía nada que ofrecer más que sueños y posibilidades, pero estaba seguro de que cada oportunidad valía, y no debía desaprovechar un posible aliado que por si fuera poco, no era un humano corriente, a los cuales solía detestar.


- Estoy solo Goku, todavía no logro conseguir un navegante, mi tiempo aquí se acaba, por más que este conforme con mi oficio no quiero morir en este lugar, cumpliré mi sueño a como de lugar, ¡¿ Que dices¡? - apretó su puño con fuerza acompañando su apasionante sentimiento de explorar el mundo. - Ya... lamento mi temperamento, debo parecer un bocazas...-
#5
Son Goku D. Namek
Dr. Goku
Entre risas, el joven Goku, mientras se rascaba la cabeza, observaba la exposición de Piccolo. Era entretenido; le gustaba lo que veía, aunque sinceramente no entendía nada.

De repente, Piccolo le hizo una pregunta sobre surcar los mares.

Sí, no me molestaría - dijo, sin pensarlo mucho, mientras se engullía su sándwich - Siempre y cuando pueda seguir manteniéndome en contacto con mi jefecito - añadió, refiriéndose a los altos mandos del Cipher Pol. No era necesario ahondar más en detalles. Goku era tonto y sincero, pero a su vez, por esa misma condición, solía omitir detalles importantes y claves como este.

No necesitas prometerme nada. De seguro tendré trabajo a donde sea que vaya. Además, podré llevar mi equipo médico y trabajar en tu barco, ¿verdad? La verdad, no hay mucho que me ate a esta isla... y quisiera huir, sinceramente - dijo, riéndose a carcajadas. Goku se refería principalmente al trabajo realizado por el Cipher Pol, ya que de seguir contactándose con ellos, de seguro le mandarían a matar a alguien o algo por el estilo.

Sí, era verdad. Hace no muchos días, Goku se había enterado de que iba a ser papá, algo que no le sentaba muy bien para la vida sedentaria que solía tener. Además, siendo parte del Cipher Pol, debía mantenerse lejos de sus seres queridos para evitar que murieran por su culpa, o al menos, eso le habían dicho... y pues... lo creyó.

No sé cuál es tu sueño, pero me apunto. No me digas que deseas ser el rey pirata, ¿verdad? Jajaja - dijo riendo - Ajaja, si sos pirata te delataré y cobrare la recompensa, pero seguiremos siendo amigos, ¿eh? - añadió riendo, con total sinceridad, pero con esa voz estúpida que hace que la gente no tome realmente en serio sus palabras...

Luego de esto, simplemente siguieron cotilleando y comiendo. Hablaron algo más sobre el barco, aunque Goku no entendería nada. Él le explicaría sobre su familia y sobre esta tal Milk que lo acosaba para volver con él, pero como siempre, omitiría la parte de que Milk estaba embarazada.

Este tema ha sido cerrado.

#6
Tema cerrado 


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