Hay rumores sobre…
... una bestia enorme y terrible atemoriza a cualquier infeliz que se acerque a la Isla Momobami.
[Evento] [Búsqueda del tesoro] El Enigma Olvidado
Anissa Marr
Nissa
En el tiempo que le tomó a Alex analizar la situación del viejo que se encontraba en medio de la habitación no fue suficiente para superar la velocidad de la curiosidad de uno de las tantas personas presentes. Algunos de los presentes ya se habían posicionado en las baldosas activando así un mecanismo que nos tomó por sorpresa a todos; y para hacerlo peor aquellos que lo habían ocasionado ya no se encontraban en nuestro rango de visión. La habitación comenzó a temblar y un poco de tierra cayó del techo anunciando el constante movimiento descendente de este mismo. No bajaba a una velocidad alta, pero era constante así que si no actuábamos con rapidez eventualmente terminaríamos aplastados dejándonos en el olvido ya que nadie siquiera encontraría nuestros cuerpos.

Todo el caos llenó la habitación, palabras y gritos volaban a diestra y siniestra volviendo casi inentendible lo que decían otros grupos, o al menos para mí así era. No iba a ponerme a descifrar las ordenes que daban los demás capitanes para asegurar a sus tripulaciones así que simplemente centré mi mirada en el nuestro. King fue veloz en sus instrucciones, pidiendo que nos separáramos en grupos de tres para que nuestras fuerzas no quedaran tan esparcidas, el único fallo fue el pedirle a Alex que pusiera al vejete en la baldosa con el símbolo “I” ya que esa al parecer había sido ocupada por alguien más. Además de que otro equipo parecía haber tomado la delantera en dirección a la otra baldosa con el símbolo “III”. Los segundos parecían durar el doble y el sonido que hacía el techo al estarse moviendo resultaba bastante amenazador, podía sentir con facilidad una gota de sudor bajando por mi sien mientras trataba de enfocarme en observar las baldosas restantes.

Alex fue quien levantó la voz, indicándole a Jack que se dirigiera a la baldosa indicando un número dos, para después girarse en mi dirección e indicarme que me dirigiera con Jack. No tenía del todo claro por qué lo primero que cruzó por mi mente fue negarme a separarme de él, pero al verle estresado y después de escucharle decir que estaría bien tuve que asentir. –Bien, pero más te vale mantenerte a salvo.- alcancé a decir mirándolo directamente a los ojos antes de salir a toda velocidad en dirección a Jack. Le tomé de la mano, la única que tenía, y ahora corrí en dirección a la baldosa marcada con un “II” (zona inferior izquierda).

-¡Cambio de planes, capitán!- le grité a King mientras jalaba a Jack a la baldosa que debíamos tomar para escapar de la muerte asegurada. –Venga Jack, si no nos apresuramos alguien más terminará quedándose con tu barco.- le dije en un tono burlesco, como si quisiera picarle las costillas con palabras y nada más. Cuando por fin llegamos a la baldosa solté la mano de Jack y tomé mi ballesta con las dos manos; preparándome para lo que sea que nos fuera a deparar el destino.

La baldosa se abrió en un instante y un violento descenso comenzó. Mi cuerpo chocaba con el de Jack de maneras incomodas y sentí una presión en el pecho a causa de la falta de oxígeno. ~ Mierda, de haber sabido que moriríamos de esta manera definitivamente me hubiera quedado cuidando los barcos.~ pensaba mientras sentía como se me nublaba poco a poco la visión. Y cuando por fin estaba a punto de perder el conocimiento salimos disparados a una explanada conectada a un puente. Tomé una gran bocanada de aire, como si quisiera compensar los segundos que había pasado sin respirar propiamente. –Jack, ¿en dónde mierda estamos?- le pregunté a mi compañero. Cuando por fin recuperé la compostura me pregunté qué era lo que había sucedido con el resto de nuestra tripulación. Al escuchar la voz de Alex a través del den den mushi me permitió mantenerme un poco más tranquila ante la situación. –Jack y yo estamos a salvo. Al menos de momento.- dije (a toda la tripulación) después de pulsar el pequeño botón en el caracol. – ¿Alguna idea de qué es lo que tenemos que hacer, King? – seguí, ahora comunicándome directamente con nuestro capitán.

Resumen


Virtudes y Defectos relevantes
#61
MC duck
Pato
Drake apoyó su discurso en un alarde de fuerza y poder, algo que Mc Duck aprobaba pero que no diría en voz alta a diferencia de lo que sí dijo en voz alta y con tono algo sabiondo.
-pero que desperdicio de energía cuack, cuack…
El techo empezó a descender y Mc Duck fruncio sus ojitos de pato, si la gente no fuera a su puta bola, las cosas irían bien, pero siempre estaban los amantes del caos que hacían lo que querian, asi que tendria muy enfilados a partir de ahora a ese Goku y sus amigos, se habían pasado de listos… ¡EL LISTO ERA ÉL! y le habían quitado la oportunidad de demostrarlo, así que les iba a caer alguna bala en algún momento.
Pero por el momento tenía cosas más importantes en las que pensar.

-Oigan señores ¡¿Adónde van tan rápido?! ¡No se olviden de Indiana! es una eminencia de nuestra época, un famoso arqueólogo, si alguien puede resolver el acertijo… aparte de mi, ¡ES EL! Cuack



Pero de repente alguien lo agarró y corrió con él en brazos, como si fuera un partido de Fútbol americano o algo así, intentó agitar las alas mientras gritaba.
-¡BONEZ! ¡Déjame BONEZ! cuack
Pero no estaba satisfecho con cargarlo contra su voluntad, sino que además decidió lanzarlo como si fuera algun balon de alguna clase, MC duck agito las alas en el aire intentando parar el lanzamiento y de paso dirigir el vuelo,
—¡Patito!, ¡Ewa!
Vio a Jun agitando los brazos lo que hizo que el pato se dirigiera a ella, volando a sus manos, para reunirse con el grupo.

-Creo que Bonez me ha hecho daño en la patita… no se si podré caminar en un rato. Cuack

Dijo intentando manipular a Jun para que cargara con él un rato, para ser la envidia de los humanos presentes, a él le daba igual, era un pato, las mujeres hominidas eran extrañas, pero sabia que los humanos morían de celos con esas cosas.

-Bueno, preparaos, lo que se viene ahora es una carrera. Cuack, cuack, cuak

Resumen
#62
Vesper Chrome
Medical Fortress
Mientras los médicos nos encontrábamos atendiendo al anciano Jones, aunque realmente lo que este tenía era mucha sed y hambre, probablemente hubiera muerto por inanición, a saber, el diablo cuanto tiempo habrá durado el explorador en este lugar encerrado y más importante aún, ¿Por qué estaba ahí?, no me puedo fiar del todo de los exploradores, son gente que hacen cualquier cosa para conseguir sus dichosas cosas. Escuché las palabras del capitán, ahora el muy estúpido me estaba diciendo que hacer. —Oye, capitán idiota, no te estaba pidiendo permiso, te avisaba inútil, para que no te vayas a morir mientras atiendo al viejo. — Con un capitán tan creído y bocazas como ese no había forma de dejar las cosas simplemente así.  
 

—Yo soy una maldita Hiena, almuerzo caninos como este todo el tiempo, mientras tanto tu qué, te quedaras ahí parado viendo como todos se te adelantan, Ricitos de Plata. — Una sonrisa de complicidad se pintó en mi rostro inmediatamente, sabía que este hombre amaba los retos y retarlo es una de las cosas mas divertida que puede suceder en nuestra tripulación. La verdad no iba a intervenir ya que los demás estaban atendiendo al viejo primero que yo, tampoco soy de ese tipo de doctores, puedo permitirme darle el beneficio de la duda aquellos inútiles delante de mí. En un momento las cosas se enloquecieron rápidamente Gavyn y un grupo de piratas random fueron succionados de una manera brusca y quien sabe a donde fueron a parar.   Tomé mi den den mushi de la mochila para llamar a Gavyn esperando que este me contestara. —Oi! Maldito emplumado, si te mueres te mato idiota, porque te alejaste de nosotros sabandija. — Le gritaba al den den mushi como si este tuviera la culpa, pero la idea era que Gavyn no se sintiera solo de aquel lado.
 

Reconocí a Alpha cuando me disponía a moverme, pero este fue rápido en reconocerme a mi y me habló de inmediato, cosa que me incomodaba, parecía tan tranquilo como aquella vez en Kilombo, y tan imprudente con los mayores como de costumbre. —Ten un poco de respeto por tu mayores Niñaco. — Resabié unas cuantas palabras para posteriormente voltear a verle. —No necesito de este anciano para sobrevivir, ¡SOY LA MALDITA HIENA DE ROSTOCK! — Grité antes de ver como todo el mundo comenzaba alocarse por el movimiento del techo, este parecía que iba moviéndose poco a poco hacia abajo, y en lo que a mí respecta, no tardaría mas de dos minutos en terminar aplastando cualquier alma penumbrosa que se quede en esta sala.
 

Nuestro estúpido capitán daba ordenes a diestra y siniestra, como si tuviera el derecho de hacerlo y este junto a otros de la tripulación se dirigieron hacia una de las baldosas, una que parecía tener una letra V, según yo era un cinco en números romanos, y como todo siempre se hacía como el puto ricitos de plata quería, el señor padre de esta tripulación acató sus ordenes con tal esmero que incluso se atrevió a darme órdenes a mí, al puto doctor Vesper Freezeman Chrome.  —TODOS EN ESTA PUTA SALA SE HAN PACTADO PARA DARME ORDENES, OS DARE POR EL CULO A TODOS MIERDAAAA. Grité ante el mandato de Kael, claro que lo hacia para que no muriera en el sitio, pero que mierda que estén dándome ordenes, además, estoy seguro que con mi fuerza podría aguantar el estúpido techo si este termina por caer por completo.
 

—Dirigir a Muken, haré algo mucho mejor que eso, lo arrastraré conmigo. — En un sprint directo hacia Kael mordí la camisa de Muken arrastrándolo conmigo hacia la baldosa donde se encontraba Father Crew (Kael). —Este mushashito debe comer menos carajo, casi pierdo la mandíbula y eso que soy una puta hiena. — Le comenté a Kael cuando ya nos encontrábamos en la plataforma. Me sentaba mal dejar al viejo Indiana, pero ordenes eran ordenes, y además Byron tenía razón en algo, nuestras vidas eran mas importante que cualquier cosa que estuviéramos haciendo en esa habitación.

Resumen
#63
Juuken
Juuken
Gretta se estaba moviendo, avanzando hacia la izquierda. Antes de avanzar con Suzuka hacia ella me quedé mirando hacia dónde iba. Para mi asombro en su dirección estaban Goku y Shiro, y más atrás me parecía llegar a ver al gyojin. Estaban todos allí, seguramente el capitán también estaba, y parecía que estaban todos bien. No pude evitar sonreir.

Miré a Suzuka, la pobre parecía en shock, estaba como paralizada, no se movía, estaba mirando a todas partes y a la vez a nada en concreto. Eso me dejó algo preocupado, debía ayudarla. El capitán la conoce mejor, tal vez si la llevo hacia él, sabrá algo que yo desconozca.

-Vamos, Suzuka.

Cogiéndola del brazo tiré de ella arrastrándola, obligándole a correr hacia la posición de Shiro y Goku, allí donde iba Gretta. Se reunieron los cuatro allí.

Entonces escuché un sonido extraño, proveniente de mi mochila. Me detuve, nuevamente nervioso, la abrí y vi que era aquél caracol, Den Den Mushi me dijo el capitán que se llamaban. Servían para comunicarse con otros, nos aseguramos de que todos tuvieran uno antes de venir a este lugar. Ya me había olvidado de él. Juraría que hacía un rato había sonado también, pero estaba demasiado absorto en ver dónde iba Gretta para darme cuenta de que se trataba del den den mushi.

-Ho... ¿Hola? -dije a través del caracol sin saber bien ni por qué.
-Aquí Lance, me encuentro al lado de un tres. Tampoco estoy lastimado. -Miré aliviado al frente, no le veía pero decía que se encontraba bien, eso me calmaba.
-Sí, capitana -sonó también la voz de Goku, pero llamó a Lance capitana. Se debía haber confundido-, estamos todos aquí, el hombre pez, la cerdita sexy -¿cerdita sexy? Desde luego se nota que entre criaturas de especies parecidas se atraen. Yo era incapaz de ver algún atractivo en Gretta- y el chico canoso. Nos hemos reunido sobre el cuadro marcado con el "IV" y... ¡woah!

Alcé la mano que tenía libre, para llamarlos mientras hablaban, cuando de pronto todo comenzó a temblar. Me puse a mirar a mi alrededor deteniéndome con la chica. El temblor de la sala fue acompañado con unas leves vibraciones. Un poco de polvo y tierra cayó delante de mi campo de visión, lo que me hizo fijarme en el techo.

Agudicé un poco la vista y lo que ví ahí solo hizo que me pusiera nervioso. Toda la superficie del techo parecía que comenzaba a descender. Había que hacer algo rápidamente o esa gran masa de piedra nos acabaría aplastando. Cogí más fuerte a Suzuka, no quería que volviéramos a separarnos, y más todavía sin saber qué le estaba pasando a ella, parecía anulada, como si no estuviese aquí con nosotros realmente.

Miré hacia el frente de nuevo, buscando a la enorme Gretta. No la veía. Miraba justamente donde ella y el resto había estado hacía unos momentos, pero ya no había nadie allí. También me dio la impresión de que el suelo estaba moviéndose un poco. ¿Otra trampilla? ¿Como la del techo? Pensé para mis adentros tratando de analizar un poco la situación. La prioridad para mí era la de habernos reunido, pero ahora nos habíamos separado más todavía, tan solo estábamos Suzuka y yo allí, sin saber exactamente qué hacer o hacia dónde irnos.

Miré a mi alrededor, había alguien que todavía no había encontrado. Había reconocido todas las caras salvo la del capitán. ¿Dónde estás, Lance? Mi mente volvió a cavilar. ¿Y si no estaba en la misma sala que nosotros? ¿Y si acaso había otras salas paralelas donde él había caído? Yo había perdido la noción de la orientación mientras caíamos, por lo que en estos momentos todo podría ser posible para mí.

Mirando a mi izquierda pude ver una silueta peliblanca que me calmó un poco, haciendo que mi sonrisa volviese, esta vez en tono de relajación, calmándome un poco los nervios. Posiblemente él sabría qué hacer. Tiré nuevamente de Suzuka hacia él. Ahora que estábamos separados no había otra cosa que hacer, si ella no avanzaba la llevaría yo aunque fuera a rastras. Pero el caracol volvió a sonar.

-Hey, parece que hemos llegado a una especie de puente de roca, es bastante largo.
-Tened cuidado -dije finalmente al caracol, respondiendo a Goku, mientras avanzaba hacia Lance-. Voy con Suzuka hacia el capitán, intentaremos reunirnos con vosotros.

Aceleré el paso, forzando un poco a la pobre Suzuka, la situación cada vez era más peliaguda, pero por lo menos sabíamos que fuera lo que fuera, habían encontrado un camino para avanzar, debemos seguirles como sea, no podemos abandonarles a su suerte. Hay que intentar reagruparse. Llegué a la posición del capitán. Me quedé delante de él, me di cuenta de que pisaba algo con un relieve más pronunciado del resto de la sala. Miré hacia mis pies y pude ver un cuadrado con tres rayas grabadas en él, estaba justo encima. No le di importancia y me quedé mirando directamente al capitán.

-Capitán, parece que ellos estaban en una plataforma que les ha llevado a otra sala -dije todavía con la mano aferrada a Suzuka sin darme cuenta-. Deberíamos ir donde ellos cayeron, ese parece ser el camino correcto. Además fíjate -señalé al techo-. O nos damos prisa o eso nos aplastará, está cayendo despacio, pero puede desmoronarse en cualquier momento.

Entonces fue cuando me di cuenta de que Suzuka estaba ahí y la estaba sujetando. La solté como si hubiera estado haciendo algo peligroso o problemático. Entonces la señalé un poco y miré al capitán.

-Y ella está rara, no sé qué le pasa pero la veo muy extraña. Tú la conoces más, ¿no?

DATOS
#64
Jack D. Agnis
Golden Eyes
-Oh ya veo. Es un explorador famoso- dije casi sin importarme la información que King me había dado, mientras seguía revisando sus pertenencias, notando que no había nada interesante en ellas.
Tras ello, miré todo a mi alrededor. No parecía que aquello fuera divertido en lo absoluto, por lo que tendría que buscar una salida de alguna manera, pero por arriba parecía ser imposible hacerlo.
“Que putada mas grande” pensé, mientras rascaba la cabeza.

Las cosas comenzaron a ponerse un poco peliaguda, cuando uno grupo de personas hizo que un mecanismo se activara, y estos comenzaron a descender bajo tierra, lo cual activó un segundo mecanismo el cual hacia que el techo comenzara a descender sobre nuestras cabezas.
-Tch, esto si que es malo- murmuré por lo bajo, mientras comenzaba oír como todo el mundo comenzaba gritar y a posicionarse sobre las baldosas que tenían símbolos extraños.

Por un momento sentí como King gritaba algo, pero no lograba entenderlo del todo. Al parecer tenia que ir con el Doc a algún lado, pero no lograba entender del todo, por lo que no podía tomar una decisión. Ya en ese punto el caos comenzaba reinar ella cueva.
Afortunadamente el Doc había oído las palabras de King, por lo que dijo que me detuviera, aunque seguía sin entender que mierda había que hacer.
Aun algo confundido, vi como Anissa llegaba hasta mi y me tomaba de la mano y me “arrastraba” hacia uno de esos bloques con símbolos extraños, la cual comenzó a descender mucho mas rápido que el techo.
“Uff eso si estuvo cerca” pensé, mientras sentía como el cuerpo de Anissa se pegaba al mio.

-Si sabia que querías estar así de pegado conmigo, me lo hubieras dicho en alta mar. - dije divertido, mientras la miraba, al mismo tiempo en que sentía como aquella gravedad comenzaba afectar un poco mi cuerpo, pero no lo suficiente como para afectarme demasiados.

La plataforma se detuvo tras un poco de tiempo descendiendo, y una vez lo hizo, miré hacia todos lados, tratando de comprender donde mierda estábamos.
-Si lo supiera, te lo diría- mascullé, en el mismo instante que los den den mushis comenzaron a sonar. Supuse que alguno se los demás estaban intentando comunicarse con nosotros.
Escuché en silencio la conversación de Anissa con el Doc, mientras miraba con extrañeza el puente, el cual no parecía ser muy seguro, pero que otra opción teníamos ademas de avanzar.

-Oye Anissa, corta eso de una vez. No vale la pena preocuparse por el resto, mejor salgamos vivos de esto primero. Ademas ellos ya saben cuidarse- le dije, mientras le indicaba que comenzáramos a caminar por el puente para así llegar a la otra punta.


Información
#65
Suzuka D. Hanami
Dragón Floreciente
Lo cierto es que, desde aquel trágico día en que Hanami escapó de las garras del cielo junto a un pequeño grupo de esclavos en aquel extraño vehículo, lo que más quedó grabado en su corazón de aquella travesía fue el repentino impacto y la posterior imagen de todos ellos en aquella caja metálica, saliendo del mar blanco de nubes y precipitándose hacia una inmensidad infinita azulada, que, segundo tras segundo, iba revelando en su tapiz otros pequeños trazados dispersos. No todos sobrevivieron, y los que lo hicieron, a duras penas. Igual uno pensaría que una caída tan grande se haría larga, pero fue notoriamente menos de un minuto. Poco tiempo, sí, pero cada uno de esos malditos segundos y cada sensación que tuvo en ellos quedaron grabados en la chica para siempre. A raíz de aquellos hechos trágicos, la muchacha ya tiene respeto e incluso algo de miedo cuando está a más de 30 metros de altura... Imaginad cómo se encontraba ahora que, de golpe, se precipitó hacia un abismo oscuro que transmitía una sensación de infinitud en su profundidad.

Literalmente, la chica casi sufrió una explosión mental; su único soporte era la presencia de su capitán, que le había tomado la mano para que no se perdiera en el camino, y le pidió que se la tomara con firmeza. Pero cuando Hanami más lo necesitaba, Lance se soltó... - ¡LANCE, CÓMO TE ATREVES A SOLTARTE! ¡TE JURO QUE TE MATARÉ! - Fue un grito a pleno pulmón, algo agudo y dramático, sorprendentemente sin ningún gallo. La mente de la oni procesó opciones a toda velocidad, pero la única viable realmente era tomar su dial sonoro y grabar su testamento, por si alguien recuperaba lo que quedara de ella "Ni dejaré un hermoso cuerpo si me estampo, qué trágico..." pensó en un instante, pero cuando su mano quiso deslizarse hacia su bolsillo se dio cuenta de que todo su cuerpo se había paralizado por el shock.

Solo quedaba la joven oni mirando hacia la oscuridad infinita de forma totalmente impotente. Primero, sus lágrimas desaparecerían; luego, el brillo de sus ojos. Para ella, el tiempo se había dilatado y nada tenía sentido, solo un vistazo al infinito vacío. Pero cuando miras al abismo, el abismo te devuelve la mirada. Aun en suspensión, toda vida desde que la llevaron a ese horrible lugar fue apareciendo como fotogramas ante ella, reviviendo cada instante de esos horribles días. Hasta que la mente de la oni colapsó del todo y se apagó.

El suelo se presentó de forma abrupta, pero Hanami ya no reaccionó, cayendo de cabeza contra él. Aunque sería más correcto indicar que cayó de cuernos, puesto que fueron los primeros en chocar, hundiéndose en la piedra y clavándose en ella, para que ahora sí la cabeza de la chica estrellara; por suerte, no era nada que su fisionomía no le permitiera aguantar. Así que, lejos de ser como un mosquito contra la mesa, solo un pequeño hilo de sangre se perdió entre su cabello y cayó de espaldas, dejando expuesto su hermoso rostro, pero su mente aún seguía sin reconectar.

Su estado catatónico era una fortuna, dado que Juuken, su vicecapitán, no tardaría en interceptarla y sacarla de allí. Dando inicio a una confusa danza en la que el joven pirata caminaba sin rumbo, tratando de comunicarse con los demás, y el cuerpo de Hanami era balanceado de un lado a otro como un hermoso muñeco de trapo que se deslizaba por la sala, controlado por su marionetista. Comenzó así una danza entre ese cuerpo inerte y su mente dispersa que buscaban volver a encontrarse y conectar en aquel caos y escalera de confusión. Logrando finalmente dicho contacto y reconexión.

Lo primero que realmente vio la oni cuando Juuken la dejó sobre aquella losa de piedra con un tres grabado fue la sala de piedra, pero, al agachar un poco la cabeza, vio la cara de Lance. La cual la hizo reaccionar al instante con una bofetada, con todas sus fuerzas, de su diestra hacia la mejilla izquierda del albino - ¿Por qué me soltaste...? - Un golpe que se llevó todas sus fuerzas y una pregunta que le salió entrecortada y ahogada. Tras lo cual, brotarían por el rostro de la oni unas lágrimas que surgían de sus ojos, que ahora brillaban con un resplandor cristalino y cautivador.

Resumen
#66
Lance Turner
Shirogami
Todo lo que pasaba en aquella sala estaba siendo un pequeño espectáculo. Éramos tantos, que costaba seguir los pasos de cada persona, y por tanto, el momento perfecto para provocar el caos si hubiese alguien con esas intenciones. Debido al aviso sobre no derramar sangre, era algo que realmente me tenía preocupado, pero tras la interacción con Byron y Drake había bajado la guardia. Era muy curioso como a ellos, sin llegar a ser de mi banda nunca, les guardaba cierto cariño. No estaba molesto por haber escogido marcharse con Byron, mi único sentimiento al respecto era de felicidad por verlos viviendo sus sueños.

En cuanto al anciano llamado Indiana, se encontraba recuperándose gracias a la atención de los médicos de aquel lugar. Siempre era bueno evitar una muerte, más aún si podía ayudarnos con este lugar tan extraño. Un paso en falso aquí podría significar la muerte.

Relajándome al respecto del estado del investigador, había vuelto a centrar mi atención en los tripulantes de mi propia banda. A pesar de ser los más extravagantes, es muy curioso como ninguno había llamado especialmente la atención. Lejos de hacerlo, o interactuar con otras personas, e incluso meterles en pelea, parecía que se volcaban en reunirse sobre Gretta. Inclusive, tras trasmitir su posición sobre una loseta que marcaba el 4, se habían posado sobre ella Gretta, Shiro, Qazan, y Goku
- Bien, parece que ellos solos se las están apañando muy bien. – Pensé tranquilizado por darme cuenta de hasta que punto podían ser independientes.

La voz de Goku volvió a sonar a través del Den Den Mushi, quien había tomado la iniciativa de ser el portavoz de su grupo.
- Sí, capitana, estamos todos aquí, el hombre pez, la cerdita sexy, y el chico canoso. Nos hemos reunido sobre el cuadro marcado con el "IV" y... ¡woah!

Para mi sorpresa, justo al tiempo que cortó su diálogo, la sala comenzó a temblar, y junto a este sismo, aquel grupo de cuatro desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos, cayendo hacia abajo. Miré a los lados buscando respuestas, confundido, pero un sonido atronador que provenía del techo robó de nuevo mi atención. Algunas rocas parecían caer por los laterales de la pared, y a duras penas me pareció divisar que el techo estaba aproximándose.
- Mierda. – Pensé agobiándome al notar aquello.

Me reincorporé nuevamente, esta vez asustado por la situación de los chicos. Confiaba en ellos, pero esto había sido totalmente inesperado. Sin duda, era hora de moverse al fin. Había estado recabando algo de información observando todo este tiempo, y aunque no tenía del todo claro como escapar de aquella sala, ya había algunas pistas, así como información de qué clase de personas estaban allí, o al menos, de varios de ellos. Con la vista dediqué los siguientes segundos en localizar a Juuken y Sukuza, a los cuales había logrado divisar antes, estando a algo menos de veinte metros aproximadamente.
- Je-fffff, pa-fffff-ece que ffff-tamos ffffff ff fffff fffff fff a-ff-censor. – Continuó narrando Goku desde el Den Den Mushi con dificultad por el enorme ruido que ahí debía haber. - ¡Es-fffffff-ra! ¿E-fff-tas fff-fff tetas ffff Gre-ff-ta? ¡WU-ffffffff-UUUU-ffff, ffffffffff-fff-fff ffff-ÍSO! – Gritó con lo que parecía un tono de alegría que me dejó bastante confuso.

- Tamos… afcensor… - Pensé para mi repasando mentalmente cuál había sido el mensaje mientras el Den Den Mushi no dejaba de trasmitir muchos ruidos. – Luego, he escuchado tetas, eso ha sido claro. ¿Y algo de Gretta? ¿Tetas de Grettas? No puede ser… - Me dije entre mis pensamientos mientras ordenaba el puzzle de información con lo que ya sabía de ante mano.

Hacía un segundo estaba preocupado por su bienestar, pero aquellos mensajes del alocado Goku me trasmitían algo de paz. Si tenía tiempo para dar información sobre las tetas de Gretta, sin duda alguna, no había tanto de lo que preocuparse, aunque tenía todavía varias preguntas que hacer por el mal sonido que todavía emitía el Den Den Mushi. Sin embargo, lo que necesitaba ahora información vital, más aún cuando el techo estaba cayendo sobre nuestras cabezas. Hubo un pequeño silencio tras unos golpes secos, que pronto fue interrumpido por la transmisión de nuestro reportero especial.
- Hey, parece que hemos llegado a una especie de puente de roca, es bastante largo. – Dijo notándose por el sonido que ya no se encontraban en ese ambiente tan ruidoso.

Respiré tranquilo, ahora sí. Haciendo un repaso mental me encajaban algunas piezas. Les había visto sobre esa plataforma, con el número 4 según me habían dicho. Alcancé a verles caer hacia abajo, y en esa horrible trasmisión dijeron algo de un afcensor, que debía significar ascensor. Por último, habían llegado a una nueva sala, lo cual daba más seguridad a la teoría de que esa losa era el camino a otra sala.
- Tened cuidado – Dijo la voz del siempre confiable Juuken. Automáticamente alcé la vista para localizarle, y efectivamente sus siguientes palabras fueron corroboradas al instante - Voy con Suzuka hacia el capitán, intentaremos reunirnos con vosotros.

- ¡Sois increíbles chicos! – Les dije a todos para animarles. – Gracias a vosotros, creo que tenemos las piezas necesarias para ir donde estáis. ¡Allá vamos! ¡Id investigando la zona para tomar ventaja nada más llegar, y si es seguro, comenzar a avanzar! – Les dije antes de colgar como sugerencia de acciones que tomar a continuación.

Seguramente había estado tan absorto con todo lo de mi tripulación, que no llegué a darme cuenta de que Drake había reducido su tamaño hasta que se dirigió hacia mí, indicándome que el pirata de cabellos largos y parche en el ojo (Kael) podía llevarme dentro de su cuerpo. No pude ocultar mi cara de sorpresa por esa declaración, pero agradecía mucho que estuviese ofreciéndome esa ayuda desinteresadamente.
- ¡Gracias Drake! – Le grité con una gran sonrisa de oreja a oreja. - ¡Creo que no será necesario, voy a continuar con el resto de mi banda si la teoría parece ser cierta! – Le terminé de contestar manteniendo la sonrisa con un gran saludo con la mano abierta. Realmente, parecía que ese vínculo amistoso era correspondido, y su ofrecimiento de ayuda totalmente sincero y desinteresado.

Pude contemplar a la chica peliazul nuevamente (Jun), la cual, pese a mirarme directamente, no hizo amago alguno de comunicarse. Me supo un poco mal, pensando que quizá estaba molesta conmigo, pero no recordaba que aquel día hubiese hecho algo así. No obstante, también la saludé sonriente como muestra de amistad. También cerca de ella se encontraba Byron volvía a tomar la palabra aceptando la invitación a reunirnos ambas bandas, sumándole a la invitación una buena cogorza juntos. No pude evitar reírme mientras asentía la cabeza, ese chico iba a llegar realmente lejos, y pondría esa no tan lejana apuesta, bastante más difícil de lo que creía.

Siguió después dando varias indicaciones a los miembros de su banda, permitiéndome confirmar quiénes eran sus tripulantes. Era impresionante como había hecho un grupo tan grande tan rápido, pero yo no era nadie para hablar precisamente. Uno de sus tripulantes, el de pelo negro y parche que anteriormente me señaló Drake (Kael), dijo una frase que me hizo sorprenderme bastante.
- ¡Los números son el avance, no debéis perder el balance! – Me dije a mi mismo entre mis pensamientos razonando sus palabras. Dijo que ese era el acertijo en un tono en el cual muchos llegábamos a escuchar, y era sin duda una pista interesante. Lamentablemente, llegó tarde.

Juuken llegó justo en ese momento a mi posición, y no pude evitar frotar su pelo como gesto cariñoso que tenía hacia él desde hace ya un tiempo. El chico me puso un poco al día, confirmando mis mismas observaciones. Sin duda, acabaría siendo un chico increíble si aprendía a un ritmo tan veloz, a su edad, yo no le habría podido igualar. Me confirmó que Suzuka estaba rara, algo que temía desde que nos separamos. Afortunadamente, Juuken había sido su guía todo este tiempo, mostrándose como alguien confiable una vez más. Miré a Suzuka sonriéndole y le ofrecí mi mano.

Su cara cambió al ver mi rostro. Lejos de notar un amago de felicidad, que era lo que me esperaba, en menos de un pestañeo recibí una bofetada en toda la cara. Sorprendido, me quedé algo bloqueado, sin saber cómo reaccionar.
- ¿Por qué me soltaste...? – Me dijo con un tono entrecortado que provocó que mi corazón se encogiese de la impresión. Su rostro, dejó ver como unas lágrimas lo recorrían, y por unos instantes, me quedé paralizado.

Llevé mi mano izquierda a la zona que acababa de ser golpeada, procesando estos últimos segundos, recordando entonces el grito que había escuchado de su boca cuando desafortunadamente nos separamos en la caída. Sentí un impulso de llorar al ponerme en su lugar, pero retuve las lágrimas, no quería ser visto así.

Cogí su mano, esta vez sin esperar que ella fuese la que cogiese la mía, y la pegué a mi mientras pisaba la losa marcada con un 3 junto a Juuken, que siguió mis pasos también. La miré a los ojos fijamente y traté de calmarla con mis más sinceros pensamientos.
- No te volveré a soltar más, agárrate fuerte a mí. – Le contesté limitando las palabras a lo meramente vital, confiando que mi mirada le dijese algo más allá de lo que ya estaban declarando mis palabras.

Si la teoría de que el número de las casillas tiene relación con las personas que estaban sobre ella se confirma, se venía otra caída, y no la soltaría por nada del mundo.

Resumen
#67
Muken
Veritas
El ambiente del lugar era agitado, todo estaba pasando muy rápido y Muken estaba listo para lo que se viniera. El capitán Byron tras recibir la información del tirador le ordeno dirigirse en dirección de sus dos compañeros Kael y Vesper, sin mucho problema el joven tirador asintió con la cabeza y se movió en dirección a sus dos compañeros, en el fondo Muken quería ir con el señor Duck, pero esta vez fue imposible.

Mientras se acercaba a sus compañeros, escucho a lo lejos a la joven de la tripulación, -como era que se llamaba esta chica… ah si Jun. – pensaba el tirador mientras escuchaba la petición de su compañera. Al parecer debido a la caída de la primera trampa, la joven había perdido sus municiones. Para suerte de la chica Muken tenía suficiente munición para los dos, llevando su mano a su mochila este saca dos cajas de 20 balas para la joven. En total le había dado 40 municiones, luego de este acto se siguió moviendo en dirección de sus colegas, pero en dirección contraria. Para suerte del tirador tanto Kael como Vesper lo tuvieron cortito para que no se llegara alejar, subiéndolo de prepo a la plataforma.

Una vez en la plataforma Muken escucho las palabras de Kael el cual transmitía lo que decía el mensaje oculto “¡Los números son el Avance, No debéis perder el balance!” Colocados sobre la plataforma con el numero indicado, tal vez el razonamiento de Kael sea el adecuado, pero por si algo saliera mal, Muken se encontraba alerta mientras llevaba su mano al bolsillo en busca de un caramelo de fruta. Al tocar su bolsillo y no encontrar ese pequeño pedazo de cielo empezó a buscar por toda su ropa, -Mi caramelo donde están mis caramelos. – pensó mientras se empezaba a registrar por todos lados en busca de sus preciados caramelos de fruta.

La respiración del tirador se volvía cada vez más fuerte, mientras sus manos temblaban de ira - ¿Dónde están, donde están esos maldecidos caramelos? Siempre los guardo en este bolsillo, nunca me han faltado los putos caramelos. Dios DIOS DIOS DIOS, que mierda. -  todo esto pasaba por la cabeza de Muken el cual no paraba de moverse en busca de sus caramelos. Los nervios subían hasta que un nombre vino a su cabeza -Kael- el niño lodo había guardado todo lo que estaba en la cocina en su lodo, tal vez con algo de suerte el pirata abría guardado uno de sus caramelos, pero las posibilidades eran pocas.

Respirando profundamente Muken intento calmarse, el cuerpo le pedía algo dulce pero aun los síntomas no eran tan graves, pero si no se ponía a pensar en un sustituto de sus caramelos, las cosas para el podrían ponerse algo difíciles.

Resumen
#68
Qazan
Qazan
Nada más completar poner mis dos aletas encima de la losa y completar el grupo de cuatro, un clic sonó activando un mecanismo de eras pasadas. El suelo se abrió para dejarnos caer a una plataforma, ésta, igual de estrecha que la losa, se deslizaba aún más hacia abajo de lo que ya habíamos descendido con la caída por las escaleras. A este paso acabaremos en las mismas entrañas de la tierra. Pensé para mi mismo mientras luchaba por no morir ahogado, tuve la mala suerte o buena según a quien le preguntes, de que cuando se activó aquel mecanismo, resbalé cayendo de rodillas, esto no habría sido ningún problema de no ser porque de pronto mi tan amada cerda dio un pequeño paso hacia atrás y me colocó su enorme y peludo trasero en toda la cara. Para colmo, el espacio era tan reducido en la plataforma que no podía despegar la cabeza de su colosal culo. En aquel momento solo me quedaba rezar, por Dios que del susto no se tire un pedo que de esta me hacen sushi.

Que buena ventura que aquella nueva caída fue mucho más corta que la primera y pude aguantar la respiración durante todo el trayecto hasta que volvimos a caer nuevamente contra el suelo. -Dios mío gracias por tanto y perdón por tan poco-. Dije nada más darme cuenta en el suelo de que había conseguido sobrevivir a la asfixia por culo de cerda. Al caer, los cuatro estábamos algo aturdidos, si bien esta caída había sido mucho más rápida, tanto secretismo sobre el lugar, la multitud de gente que nos habíamos reunido arriba y el hecho de habernos separado la tripulación en dos, hizo que comenzasen a salir entre nosotros los primeros roces, la primera que llegó a esta fase fue Gretta.

Viamos a ver, porque esto ya broma eh ¿Qué clase de lugar de tisioro es este, ah? ¿Por qué no hemos ido a casa de un noble a coger cosas y ya?— Decía Gretta con tono enfadado, parada en frente del puente y señalando con continuos aspavientos al puente, al entorno y a sus compañeros, como reprochándoles a ellos que ella estuviese en esa situación ¡No! ¿mucho miejor esto ah? Primiero escaleras caen, yo pienso que muerta, luego resiulta que no muerta, si no que en sala con sangre por tiodos lados, gente corriendo y gritando mientras un Pato loco sacrifica a un anciano en el centro, luego ascensior enano! ¡Y ahora puente a ultratumba! ¿De quién idea, eh?— Terminó de decir, como si fuese un sermón de una madre que aprovecha para desahogarse con sus hijos. Era totalmente comprensible que se sintiese así, en muy poco tiempo habían pasado muchas cosas y todas nos habían pillado desprevenidos.

-Tranquila Gretta, piensa que alguien se tomó la molestia de construir todo este entresijo para ocultar un tesoro ¿Sabes lo que significa? Posiblemente con ese tesoro no pares de comer en lo que te queda que vivir-. Le dije a la cerda tratando de animarla y que no estuviese tan enfadada por la situación, igual de ese modo cambiaba el humor y pasaba a ser algo más productiva, enfadada tal y como estaba solo conseguiría desmoralizar al resto del grupo. Goku por su parte ya estaba informando a nuestro capitán Lance de todo lo sucedido y cómo podrían llegar hasta este lugar si seguían el mismo proceso que nosotros. Por mi parte no puede evitar agarrarme las muñecas recordando los grilletes que en algún momento me habían tenido retenido, aquel lugar tenía muchas similitudes con el lugar donde me tenían cautivo para ser subastado, y todo aquello me hacía recordar aquellos demonios del pasado.

Ya recuperada la compostura, miramos a nuestro alrededor para encontrarnos con que solo había un único camino por el que avanzar, un estrecho pero alargado puente en una sala nuevamente alumbrada por antorchas. En paralelo se estiraban otros nueve puentes, todos y cada uno de ellos llegando desde una punta hasta la otra. -Seguramente cada losa lleve a un puente diferente... Estaría bien poder derrumbar los que tenemos justo a nuestros laterales, pero ninguno de los que estamos aquí tenemos ese alcance-. Dije al comprender que dentro de nada esto podría convertirse en una carrera por ver quien llegaba antes al final de la ratonera y se hacía con el tesoro, cualquier forma de ganar ventaja nos vendría como anillo al dedo pero lamentablemente esta vez no podríamos saca provecho de la situación.

Esta vez fue Gretta quién tomó la iniciativa del plan, aunque visto de otro modo, tampoco habían más opciones que avanzar por el puente. Goku y la cerda se posicionarían en la retaguardia mientras Shiro y yo avanzaríamos encabezando el grupo. -Ven pequeño, vamos a darle un poco de espacio a nuestra dama para que respire y se calme un poco-. Me cargué a mi compañero Shiro al hombro, me sorprendía la gran disparidad de pesos que teníamos en la banda, por un lado Gretta y yo eramos dos colosos inamovibles mientras que el resto podrían fácilmente ser movidos por el viento. -Vayamos delante, cuanto antes crucemos mejor, no me fío un pelo de esta sala y menos del puente-. Le comenté a mis compañeros. Con Shiro a mis hombros, avancé por el puente con paso firme.

Resumen
#69
Tofun
El Largo
La primera sala, la superior, se había convertido en un espectáculo de caos organizado. Todo el mundo corría en diferentes direcciones: algunos actuaban por su cuenta, otros hacían gestos apresurados al llegar a su ubicación deseada, mientras unos más arrastraban a sus compañeros, tratando de ubicarse estratégicamente. Entre esta marabunta de gente, Alexander, el amable Mink, había tomado la decisión de hacerse cargo del arqueólogo. Indiana, apoyándose en él, le devolvió una mirada sincera de gratitud.

Gracias, joven. Que Dios te lo pague con muchos lobitos. — Dijo con una voz débil pero cálida.

Cuando ambos llegaron a la plataforma con la marca "II", esta comenzó a descender lentamente. Fue entonces cuando Indiana escuchó la petición de Alexander y comenzó a hurgar en su mochila.

— Oh, sí... ¿Te gustan los de sabor a canela? — Preguntó, sacando una cajetilla de puritos con ese peculiar sabor. Era de esas marcas que nadie compraba, y quien lo hacía solía no compartirlos, pues el extraño gusto no era del agrado de la mayoría. Indiana le entregó la cajetilla a Alexander, acompañada de un mechero, antes de hacerle una petición. — No me vendría mal un poco de agua, chico. ¿Alguno de tus compañeros tiene? Cof, cof...

El arqueólogo tosió un par de veces, inclinándose ligeramente mientras se llevaba la mano al pecho.

Todo el mundo había logrado tomar posiciones en la primera sala, lo que les permitió descender en los extraños ascensores de piedra. Su astucia les había salvado de una muerte segura por aplastamiento. Al llegar a la siguiente sala, un fuerte estruendo resonó sobre sus cabezas: la primera sala había sido sellada. Ahora, todos se encontraban en salas contiguas, y frente a ellos se extendían los diferentes puentes de piedra, marcados con la inscripción al inicio [descrita en el post anterior, página 5].

Sala 2

Gavyn esperaba pacientemente, aunque se había adelantado al resto. Gretta avanzaba lentamente, encargándose de transportar a Goku, mientras que Qazan llevaba a Shiro sobre su hombro como si fuera un saco de patatas. Ambos avanzaban hacia unas escaleras de caracol, iluminadas débilmente por antorchas. Si decidían descenderlas, llegarían a una nueva sala, también tenuemente iluminada, pero más pequeña. La única diferencia notable en esta sala era una pared de piedra frente a ellos, de aspecto peculiar, como si no encajara del todo con el resto de la decoración.

En otro punto, Indiana le susurró unas palabras al oído a su amable médico particular: una pista, un consejo, una guía. El viejo arqueólogo sabía bien cómo agradecer a quienes se portaban bien con él, un hábito que había cultivado a lo largo de toda su vida.

Sala 3

Aclaraciones individuales

Aclaraciones generales

El tiempo para postear de 76 horas ya ha expirado.

#70


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