Alguien dijo una vez...
Crocodile
Los sueños son algo que solo las personas con poder pueden hacer realidad.
[Misión de Temporada] El Gato y el Ratón - Grupo C
Drake Longspan
[...]
Normas



Día 25 de Verano del año 724.

El Ejército Revolucionario parece estar enfrentando una misión crucial en la Isla de Oykot, donde el germen de un conflicto está a punto de estallar debido a la reciente construcción de una central eléctrica. Durante generaciones, la isla ha dependido del aceite de ballena, extraído por los valientes balleneros que han sustentado a la población humilde de la isla, mientras la élite adinerada se aprovechaba de su trabajo mediante impuestos abusivos. A pesar de este maltrato, los balleneros habían logrado mantener un delicado equilibrio social. Sin embargo, con la caída de la demanda de aceite por la nueva tecnología, los balleneros han quedado sin trabajo, llevando al reino al borde de una guerra civil.

El Ejército Revolucionario ha decidido intervenir en apoyo de la población afectada, enviando tres grupos de intervención a la isla. Estos grupos tendrán que lidiar con una situación compleja y peligrosa, enfrentándose a una nobleza y burguesía poderosa que controla tanto los recursos como las fuerzas del reino. La misión parece estar en una fase crítica, con el conflicto a punto de desbordarse.

Este escenario de tensión entre clases, agravado por la llegada de una tecnología que amenaza la base económica de los más desfavorecidos, plantea un reto estratégico para los revolucionarios, que deberán encontrar formas de nivelar el campo de batalla y movilizar a las fuerzas de los balleneros a pesar de su debilitamiento.

Parece que la intervención del Ejército Revolucionario en este conflicto podría ser determinante para el futuro de Oykot.

El Plan
#1
Hato of peace
Angel Beta
24 del Verano Oykot.

Aquella noche era la última en una isla oprimida por los monarcas todo culminaría en las siguientes horas porque una fuerza que se opone a las injusticias se levantaría contra el imperio y traería la justicia al pueblo, un grupo de liberadores bebían cerveza en un bar entre esos revolucionarios se encontraba Hato vestía un elegante vestido rojo entallado que le llegaba hasta las rodillas, hombros descubiertos, tacones altos rojos, entre sus piernas una mochila con sus objetos para el combate y en su mano izquierda un vaso con ron por el sabor dulce que tiene.

Hato esperaba que Lobo Jackson les explicara mejor a sus compañeros sobre la misión y entregará el número del canal del denden mushi de Tofun.

-Hoy visto tan elegante muchachos para despedirme de esta isla, ya llevo 19 días y hoy o mañana se culminará el trabajo y podremos partir de aquí y ser libres. Salud!- la joven Skypian brindo por el final de este capítulo de su vida empinando su vaso y bebiendo ese milagroso ron esperando que sus compañeros la acompañaran.

-El trabajó de mañana consiste en llamar la atención, ¿fácil no? Entonces nos vamos a esforzar, ahora beban conmigo hasta mañana para despedir está tiranía- en la voz de la rubia se podía escuchar que se le estaban subiendo los tragos y aunque tratarán de aprovecharse de ella aún conservaba su fuerza como algo de conciencia. 

25 de verano Oykot.

Hato se despertó ella seguía en la barra del bar vistiendo ése vestido rojo de su mochila sacó ropajes para el asalto -No hay tiempo es hora de salir y marcar la diferencia- Hato se desabrochó su vestido allí en medio del bar aquellas finas telas rojas que cubrían su cuerpo se deslizaron hasta llegar a sus pies exponiendo su ropa interior con encaje color blanco. La rubia se puso unos shorts negros, guantes, una camiseta verde de mangas largas algo corta dejando ver su abdomen, gorro, medias negras y botas.

apariencia


Al estar lista la Skypian levanta su mochila del suelo para pasarla a su espalda, voltea a ver al dueño del bar para hablar con él -Dígame cuánto es por los tragos de anoche, también quiero un poco de café- ella paga por el ron y el café que bebió en ese establecimiento, la resaca golpea la cabeza de la revolucionaria. Después de pagar Hato sale del bar con sus compañeros a buscar a los guardias y comenzar los estragos bajo las órdenes de Lobo Jackson quien esperaba estuviera en las mejores condiciones que ella.

-En la parte alta de Oykot debe haber un modesto cuartel de la marina

En un rápido movimiento sacó de su mochila tres tubos que al unirlos se convierte en su bastón que usaría para el combate, en los bolsillos de sus shorts lleva un dial de propulsión y otro de fuego, al revisar su mochila hay varios diales que podrían serle de utilidad durante la misión como un ungüento y su denden mushi.

Hablo/ Pienso/ Narro 

Resumen y Datos
#2
Lobo Jackson
Moonwalker
Estilo bélico - Inventario 

Personaje


Inventario


Virtudes y Defectos


Día 23 de Verano.

¿Y puedes crear todo el alcohol que quieras-gara? ¡Qué maravilla-gara! A veces siento envidia de poderes como esos-gara. — Sorprendido, se dejó llevar por la sobrenatural habilidad de su diminuto camarada, que contrastaba en sobremanera con el descomunal gyojin de las profundidades sentado a su lado.

Aquel curioso tontatta formaba parte del Grupo A, uno de los tres equipos revolucionarios que iban a luchar por la liberación de Oykot el día 25. Esa noche, el mink bailarín se había reunido con ellos en el barco del tontatta como representante del grupo C.

¿Te gusta mi caracolillo-gara? Le puse una chaquetita a juego con la mía y todo-gara, ¡fíjate-gara! Hasta me imita en la sonrisa-gara. — Comentó ilusionado mientras coordinaban los Den Den Mushi.

- Os mantendremos informados de la fiesta que vamos a montar-gara, ¡va a ser un verdadero espectáculo-gara! - Exclamó mientras que posaba moviendo la cadera hacia adelante y atrás con entusiasmo. - ¡Eso sí! Tened cuidado con el embalse-gara, no queremos convertir el reino en sopa-gara… ¡Y bueno-gara! ¿Habéis escuchado “Wonderwall-gara?

Tras la reunión, donde les dedicó unas cuantas canciones con su guitarra eléctrica, el mink se escabulló bajo el cobijo de una noche cerrada dando espectaculares pasos de baile a lo largo del muelle.

Día 24 de Verano.

La mañana siguiente también fue entretenida.

Como pasaba la noche en casa de Harold, su amigo ballenero convertido a revolucionario, pudo moverse fácilmente a través de Bajo Oykot. Su primera parada: encontrar al Grupo B. Mientras posaba con un estilo abrumadoramente sensual sobre un montón de cajas del muelle, el pequeño brillo de unas escamas familiares le delataron la presencia de este equipo.

¡Asradi! ¡Qué agradable sorpresa-gara! El destino nos vuelve a reunir-gara. — El mink había conocido a la bella sirena en el Reino de Goa, entre los escombros de la miseria, algo que seguramente la motivó a unirse a la revolución.

De nuevo, como representante del Grupo C, explicó su parte del plan y coordinó los caracolófonos con los demás integrantes del grupo B.

Espero que no tengáis problemas en hablar con la gran Karina-gara. — Explicó el lobo, al tiempo que les dedicaba una pose en primera fila. — Pero siempre podéis mencionarle que sois compañeros míos y de Hato-gara. ¡Además-gara! Los balleneros y pescadores de los muelles pueden avalar por nosotros y nuestras buenas intenciones-gara… En fin, aquí os presento “Wonderwall”-gara.

Tras despedirse dándoles ánimo con una cancioncilla, se marchó en dirección a la taberna donde esperaba el resto del Grupo C al atardecer. Con ellos era con quien debía poner en marcha la parte más divertida y ruidosa del plan.

El equipo, que había llegado al establecimiento antes que él, constaba de Hato, la bella revolucionara con quien ya había trabajado, y dos caras desconocidas que formaban parte de la Armada y habían venido expresamente para la misión: Rocket y Lemon Stone.

¡Ok-gara! Tenemos que planificar todo con el más sumo cuidado-gara, no queremos que nadie sepa lo que tenemos planeado-gara… Nuestro papel en esta importante misión-gara… ¡Es llamar la atención de todo el mundo-gara! — Les dijo con un secretismo colmado de emoción.

Mientras conversaban, iban vaciando varias jarras de cerveza y vasos de vino que, acompañados por el buen ánimo del lugar, les ayudó a conocerse mejor.

¡Eso es! ¡Abajo la tiranía-gara! — Exclamó el mink, brindando.

Al concluir la reunión, Lobo Jackson se marchó para pasar la última noche en el hogar de Harold y recuperar fuerzas… Además de pasar la ligera borrachera.

Día 25 de Verano.

Despertó temprano y más sobrio de lo que esperaba, y preparó todo lo que necesitaba para ir al punto de reunión. Además, empacó un repuesto de cuerdas de guitarra por si alguna de las que llevaba se rompía.

— ¡Un momento, Lobo! — Su amigo Harold le detuvo en el instante en el que salía por la puerta. — Toma. —

¿Un puro-gara? — Preguntó el mink, sujetando el cigarro cuyas hojas de tabaco estaban envueltas con elegancia. — Harold… No fumo-gara.

— Es para celebrar la victoria. — Le dijo el hombre con una sonrisa. — Tú guárdalo hasta que regreses. —

El mink se despidió de manera afectuosa y partió camino a la taberna donde se debía encontrar con Hato mientras devoraba un [onigiri] que se había llevado como desayuno, pero justo cuando pasaba por la zona del muelle cerca de los barcos, se le apareció una figura familiar.

Algo extrañado, pero curioso, Lobo Jackson le dio la espalda y empezó a realizar un moonwalk particularmente lento y decidido, diferente al resto de los que hacía. Con una intención diferente al baile que el otro hombre, como un reflejo del mink, imitó a la perfección hasta que sus espaldas chocaron con suavidad.

No era ni más ni menos que Salvos Seaworth, quien correspondía a un saludo secreto — Gothohoho. — Se rascó el interior de su oreja con el meñique. — Hoy hay Fuguström en el sótano de la taberna del puerto sur, ya sabes. Dios salve a la reina. Ese plato de pez globo fermentado no es qué guste mucho a la nobleza, pero a los balleneros nos encanta. Cuidado con el olfato, Lobo. Y ya que vas, saluda a Gaultier de mi parte.

Continuaron sus respectivos caminos como si apenas se hubieran visto de pasada, pero el encuentro despertó la curiosidad del mink.

Cuando por fin llegó hasta la taberna, por cuya puerta acababa de aparecer la hermosa rubia de generosos atributos con un modelito de infarto.

En la parte alta de Oykot debe haber un modesto cuartel de la marina. - Le dijo Hato mientras sacaba un artilugio muy curioso que se asemejaba a un bastón plegable.
  
Es cierto-gara, pero antes… — El mink le señaló la puerta de la taberna. — Acompáñame un momento adentro-gara, quiero comprobar algo-gara.

Guiando a su compañera, se adentraron en el interior del edificio y se encaminaron hacia el sótano, donde el mink tenía una buena idea de lo que Salvos quería decirle, algo que estaba seguro de que podría localizar gracias a que su desarrollado olfato lupino percibió un olor desagradable, único y repugnante que venía desde las entrañas del piso bajo de la taberna.

Aclaraciones
#3
Lemon Stone
MVP
Personaje


Día 21 de Verano
 
Había llegado una carta en un sobre diferente al resto. Pensó que podría ser de una admiradora, pero recordó que no tenía muchas ni tampoco había reunido la suficiente fama para tener. Era cuestión de tiempo, pronto tendría, pero mientras no las tuviera solo quedaba una opción para ese mensaje tan sofisticado: una invitación para salvar al mundo. Había escuchado que los Elegidos eran sorprendidos por medios tradicionales y aburridos, medios tan clichés como conservadores, pero es parte de su gracia. Además, Castor también había recibido una carta en un sobre elegante.
 
Retiró el papel con el cuidado de un niño ansioso que abre un regalo, y entonces leyó el contenido de la carta. La Causa lo necesitaba, a él y a Castor. La encargada de Recursos Humanos y Selección se había burlado, le había dicho que jamás le asignarían a una misión de verdad, y bien que se había equivocado. El nombre de Lemon Stone figuraba en una lista larga de nombres enredados y poco importantes, pues el suyo opacaba al resto. El de Castor también brillaba con intensidad, pues era un Elegido.
 
Discutieron unos breves segundos lo que harían a continuación, y como ambos eran tan inteligentes como imprudentes, corrieron a comprar los pasajes en taxi marítimo que los llevarían a la isla donde sus nombres emergerían como los de unos héroes: el Reino de Oykot.
 
Día 24 de Verano
 
Lemon alzaba con gusto la enorme jarra de cerveza negra, su máscara en forma de corazón anatómicamente correcta cubriéndole el rostro. Como si fuera un personaje de una divertida caricatura que no respeta las leyes de la física, Lemon bebía y fumaba sin necesidad de quitarse la máscara. Sabía que había algo raro en todo eso, pero la verdad es que tampoco le daba demasiadas vueltas.
 
Había conocido a otros camaradas. Perrito era el líder del escuadrón, un canino más o menos grande con adicción al baile, y Sonrisas era una de las compañeras que haría temblar a los malvados líderes del Reino. Era divertido beber con ellos y hablar como auténticos camaradas sobre rayar paredes, incendiar banderas y secuestrar princesas para extorsionar reyes y derrocar gobiernos. Entre cerveza y cerveza, Lemon escuchó el plan de Perrito, pero lo que entró por un oído salió por el otro y decidió que improvisaría llegado el momento. Tanto plan para que luego todo fallara por efecto mariposa…
 
Día 25 de Verano
 
La resaca no era tan terrible como las no-ganas de trabajar. A veces ser rebelde era difícil, sobre todo porque había que despertar temprano. ¿La revolución no podía esperar un poco y empezar el horario laboral a las 12 del día…? Se suponía que debían enfrentar al sistema, no formar parte de él con sus horarios y normas tan restrictivas. Tomó desayuno, y aprovechando que Sonrisas tenía intenciones de pagar todo, pidió algo contundente y extraordinariamente saludable: huevos con tocino, unas tres hamburguesas y dos cervezas. Y como no podía ser de otra manera también añadió un buen cigarro, de esos roñosos y fuertes que queman la garganta.
 
-Gracias por lo de anoche, Sonrisas. Eres una chica muy generosa -le dijo Lemon, su rostro demacrado protegido tras la máscara de corazón-. Si pillo la sala del rey, te daré una cadena de oro, de esas que muerdes para saber si de verdad está hecha de oro.
 
Mientras salían solo idioteces de la boca de Lemon, Perrito hizo aparición en la taberna y se llevó a Sonrisas. Como él también quería ir (y esperaba que Castor igual) los siguió con las manos en los bolsillos, silbando disimuladamente como si no estuviera haciendo algo malo.  

Inventario

Resumen

Virtudes y defectos
#4
Rocket Raccoon
Rocket
Personaje
Virtudes/Defectos



Día 21 de Verano
Loguetown, en una posada de mala muerte. 


-¡POR FIN ALGO GRANDE SIIIIIII JODEEEEEER EEEEEEH!- Se notaba un gran y desmedido ambiente de algarabía y euforia dentro de una pequeña y diminuta habitación de una de las tantas y tantas posadas descuidadas y de poca monta que podía ofrecer Loguetown a un par de buenos para nadas como lo era este dúo del cara corazón y el mapache. Nuestros sueldos y respectivas ganancias fuera las actividades como recién usuarios de las Fuerzas Armadas Revolucionarias no nos daba como para poder pagar unas habitaciones en otros lugares de más caché, como seguro estaba acostumbrado Lemon por su pasado con su papito ricachón. Pero quizás y esto era algo bueno. Éramos revolucionarios, y como tal, un buen escondite de operaciones siempre era útil, y nadie se atrevería a buscarnos aquí. 

Una muy buena noticia se nos había sido entregada en forma de papel, a cada uno por igual. Fue el grandote quien por la euforia había sido el encargado de leerla para los dos, y sí, si sabía leer, pero le había dejado a Lemon su minuto de gloria, la cual siempre buscaba. Era feliz con eso, ese pequeño momento, y no iba a quitárselo. Suponía que mi carta era idéntica a la suya, y así lo era luego de también abrirla y revisarla por mí mismo. 

-JAAA JA. ¿Dónde está ese contacto tuyo? ¿Esa chica que te gusta, la secretaria esa, recursos humanos o algo así? ¡Vamos a restregarle esto, vamos, vamos! JAJAJAJAJAJJA- JODER EEEEEH!- ¿Era una alegría desmedida la del par? Creo que no, esta parecía ser una misión demasiado importante para ambos, algo así de seguro les haría ascender de rango dentro de las fuerzas, y era algo bastante esperado por los dos. -¡Quizás y ahora se vuelva nuestra secretaria jajajajaaja joder eh!-

Sin pensarlo mucho más, ambos nos vestimos con nuestras ropas más finas y elegantes para partir entonces a la Isla de Oykot, ahí era donde sé pedía nuestra presencia, y no queríamos hacerles esperar más tiempo del debido por nosotros. Cabe destacar que yo no tengo nada parecido a ropa fina y elegante. Tan solo una enorme gabardina que me regalo una amable chica hace ya tiempo atrás. ¿Qué será de ella? En fin, lo bueno estaba por delante, y hacia allá nos dirigíamos.


Día 22 de Verano
Reino de Oykot


-¿Entonces nuestro encargo es llamar la atención en este sector, no? Joder eh.- Comentaba mientras señalaba con el dedo el lugar donde se nos había indicado para proceder con el plan que sería realizado tres días después de este. Sabía perfectamente cuál era el rol que esperaban de mi parte, y también el rol que debía cumplir Lemon junto conmigo: el de ser unos alborotadores. Y éramos los mejores en eso, sin duda. Y ahora que me fijo en mis otros dos compañeros del plan, esto iba a resultar en algo bastante interesante. Un perro de enorme tamaño que tocaba la guitarra y brincaba y bailaba de aquí para allá. Y también una chica que siempre mantenía una sonrisa en la jeta. Si sí, tiene unos grandes y enormes melones también, pero lastimosamente soy un mapache y esas cosas a mí, pues no me ponen. Entiendo el gusto y el asombro de los humanos varones, pero a mí, pues no me afectaba eso. Pero su cara, su cara sí era otra cosa. Parecía ser tallada por la misma afrodita, quien bajo de su asiento allá en lo más alto y vino al mundo terrenal a bendecir a esta muchacha. -¡Mierda Lemon, esta sí está más bonita que la de la taberna esa! ¡Joder eh!- 

Más allá de todo eso, y pasando de las presentaciones, intercambio de whatsapps y demás. Comencé a prepararme por mi lado la misión. -Lemon, avisa a los demás. Saldré un par de horas a dar unas vueltas.- Mi objetivo era simple. Aprovechar mi forma animal como mapache, para así pasar desapercibido por la ciudad, acompañado de la tenue luz de la luna. Quería dedicarme a un par de cosas, conocer y saber sobre la gente de por aquí, pero más importante aún, recorrer todos los callejones y accesos que nos puedan dar una ventaja significativa al momento del golpe. A eso me dedicaría en estas últimas noches que tenía por delante.


Día 24 de Verano
Reunión del Grupo C

Un día antes de la operación, el grupo había decidido reunirse por una última vez antes de dar el gran golpe al imperio que gobernaba esta isla. Ahí nos encontrábamos los cuatro, cada uno con su respectivo estado de ánimo. Los cuatro parecíamos ser un buen coctel explosivo que en cualquier momento podía estallar con la más mínima chispa que le rozase sin querer. Pero antes de volvernos culos pa arriba y perder la noción de donde estábamos y a que veníamos, decidimos charlar en plan que cada uno tenía en mente. 

El lobo y la chica eran los que con sus monólogos daban el inicio de la planificación, la cual, pues así a simple vista, no fue mucha. Por lo que decidí comentar lo que había estado haciendo todas estas noches y sí, también días. -¡Bueno, prestad atención joder eh!- Decía mientras sacaba un mapa improvisado, realizado por mí mismo, de las zonas que había frecuentado de la ciudad baja donde debíamos participar. -¿Ven este punto aquí y aquí y aquí también? Joder eh- Me fijé en un manchón que había ahí en el dibujo. -No mierda aquí no- Lo borré rápidamente con algo de saliva. Ese punto tenia su historia, pero quizas, no deba de ser contada para la audiencia.

-Presta atención, coño, joder eh.- Le di un leve golpe en la cabeza a Lemon, quien parecía más atento a unos melones y a las cervezas que a mi plan. -Si no me han visto estos días es porque he estado trabajando. Todos estos puntos son muy buenos lugares para planear embocadas, colocar trampas o incluso poder escapar en caso de necesitarlo. Joder eh- Tomaba mi mochila y sacaba un par de accesorios de ella. -También he estado jugueteando un poco con estos artefactos, pueden ser simples trampas, no matarán a nadie, pero por lo menos nos darán tiempo extra. Joder eh- Finalice mi monólogo sobre el plan que tenía en mente. Y escuche atento si había alguna queja o algo, o tan siquiera habían prestado atención.

Llegada la noche, me uní a los demás en la buena bebedera de cervezas y cantos y más cantos de revolucionarios. 

Día 25 de Verano
El golpe


El día esperado por todos finalmente estaba aquí ante nuestros ojos. Y para serles sincero, pues parecía ser un día más a simple vista. La gente salía de sus casas y comenzaba a abrir sus tiendas como si no pasara nada, como si no se fuese a producir el terror en las horas posteriores. Y es que claro, no todo el mundo estaba enterado de este atentado, por no decir que casi nadie. Se supone que otro grupo debía de buscar aliados, pero un buen plan se lleva en silencio, en secreto, algo que este mapache parlanchín sabía llevar muy bien. Lo que si no sabía llevar del todo bien, era la resaca y la jaqueca producida por la larga noche que tanto el cómo sus camaradas habían sufrido la noche anterior. Bueno, disfrutado... pero lo que lleva después de tal disfrute, es solo dolor y sufrimiento. -Ahhh, espero que los malditos marines sientan tan siquiera la mitad de este jodido dolor. ¡Joder eh!- Bromeaba un poco con los que habíamos quedado en el lugar. 

Jackson se había ido a mitad de la noche. Tanto el cómo Hato parecían tener mucho más tiempo dentro de estas tierras, así que debían tener un lugar donde pasar la noche. Pero la chica, sin embargo, había también pasado la noche aquí con nosotros, durmiendo con la cabeza sobre la barra. 'Hehe, sería buena compañera del Lemon'. -Comenzaré a preparar las cosas, pues. Joder eh.- 

En ese preciso instante llegaba el lobo, y tras saludarle y eso, comenzó a hablar con Hato quien ya se había cambiado de ropa. -¡Ja! ¡Eso sí es llamar la atención, jaja! Joooooder Hato ¡Joder eh!- No describiré ni daré detalles sobre el atuendo tan provocativo que había decidido llevar la rubia para el golpe, simplemente se los dejo a su imaginación y ya, lo que deseen imaginarse, pues eso es. 

-Eh Lemon, shhhhhh, voy detrás tuyo.- Comente al gigante por debajito, bien silencioso como una lechuga. Seguíamos al par, a donde sea que nos llevasen. En realidad no nos llevaban, pero igual íbamos.

Resumen


Inventario
#5
Drake Longspan
[...]
El grupo había completado los preparativos previos a su misión de liberación del reino. Lejos de mantenerse estáticos, algunos de ellos lograron aprovecharse de la población local para sacar información valiosa, como el caso de Lobo Jackson, el cuál había logrado información privilegiada sobre la población local. Juntando información jugosa gracias a su contacto, el Ballenero de la Centolla.

[Imagen: IL1AnCt.jpeg]
Salvos Seaworth — El Ballenero de la Centolla.

"Gothohoho. — Se rasca el interior de su oreja con el meñique. —  Hoy hay Fuguström en el sótano de la taberna del puerto sur, ya sabes. Dios salve a la reina. Ese plato de pez globo fermentado no es qué guste mucho a la nobleza, pero a los balleneros nos encanta. Cuidado con el olfato, Lobo. Y ya que vas, saluda a Gaultier de mi parte."

Esas fueron las famosas palabras cedidas para aquel mink que ahora se encontraba en la taberna junto a Hato la cuál pudo observar que el local estaba inusualmente vacío. De normal, una taberna debería ser motivo de jolgorio es una isla dedicada a la pesca, un lugar de sosiego y desahogo de la realidad tan cruda que vivimos, pero no era así está vez... El camarero que atendía en la barra se gira en su dirección, escupe a la barra y pasa un trapo. Maravillado por su atractivo, la observa desde abajo hasta arriba.

Lo siento preciosa, ahora mismo no tenemos camas disponibles. Además, alguien tan bella como tú merece algo mejor.

El camarero guiñó un ojo, gracias a buena visión, Hato pudo comprobar que en su ropa no había solo manchas de suciedad y productos de limpieza, era peculiar...

¿Pólvora?

Sí, los marines no suelen rondar mucho esta zona, aunque a veces vienen cuando hay alguna "comida exótica". No suelen apoyar el comercio local.

Un silencio incómodo se plantó en el lugar, interrumpiendo la conversación entre Hato y Lobo, dejando que las palabras pesasen en el aire. Lemon, al entrar en la taberna, es consciente de la ubicación de ambos revolucionarios, los cuales parecen caminar en dirección al sótano. Nuestro amigo y mapache, Rocket, camina detrás de él, llegando así al sótano del local, con la puerta entreabierta.

Para su sorpresa... Debajo de la taberna, había otra taberna. Llena de mesas, con un escenario a vuestra izquierda, como si estuviese listo para que alguien diera un discurso. A la derecha, habitaciones con las camas con los pliegues perfectamente preparados. Al fondo, el grupo divisa un cuadro enorme con la imagen de la magnánima reina de Oykot.

Un hediondo olor os invade las fosas nasales, especialmente en aquellos con el olfato desarrollado, pudiendo incluso sentir el nauseabundo olor bajando por su garganta. El impacto en vuestro olfato es tan fuerte, que os impide reconocer cualquier otro olor cercano. Entre barriles llenos de cerveza, sake y ale, se encuentran envases llenos de Fuguström. Un pez globo fermentado con un aspecto horrible. Aunque los balleneros afirman qué está muy bueno, los marines ni se atreverían a probarlo.

Mapa de la taberna secreta
Información general
Información individual
#6
Lobo Jackson
Moonwalker
Inventario actualizado


Repugnante.

Vomitivo.

Se inclinó hacia adelante tratando de controlar sus arcadas.

Sus ojos lagrimeaban, su nariz moqueaba, su estómago se apretaba intentando expulsar el onigiri que luchaba por mantenerse quieto entre aquella tempestad gástrica, similar a una mar picada.

- ¡Oghf! - Exclamó, llevándose una mano a la nariz para salvar su olfato del horripilante aroma que violó sus fosas nasales en cuanto abrieron la puerta que daba al sótano. Rápidamente ocultó el hocico entre el pliegue de la “Third Strike Royale”, su llamativa chaqueta plateada.

Tras él, escuchó una expresión de asqueada sorpresa. Supo por el tono de voz que se trataba de su compañero, Rocket, quien debía de tener la mala suerte de contar con un olfato privilegiado como el suyo.

- ¿Quhé ezh ezhto-ghara? - Su voz salía amortiguada bajo la lujosa fibra de su chaqueta. - ¡Agh! ¡Phuedo zhentir el zhabor dheza cohgza end mi bhoca-gara! Nho culdpo a dhoz marinezh de dho querehd prhobar ezhta comida-gara. - Carraspeaba con tanta fuerza que algún que otro eructo repleto de acidez subía por su garganta.

Lobo Jackson no era una persona que solía juzgar los gustos de los demás, pero en su mente no cabía la idea de que un ser vivo quisiera comerse algo que apestaba a pescado en descomposición mezclado con queso fuerte, un aroma tan penetrante, agrio y fermentado que en comparación el olor a huevos podridos parecía colonia para bebés.

A pesar de todo, se adentró en la taberna de lujo inusual y observó las curiosidades del local secreto: mesas preparadas, un escenario listo, camas bien hechas y el enorme cuadro de una reina al fondo de la sala. ¿La había visto antes? ¿La reconocía? En aquel momento no era capaz de decirlo pues lo único que quería era dar media vuelta y salir a la calle para respirar aire fresco.

En otra ocasión se habría maravillado de encontrar el sitio ideal para dar un concierto indie espectacular, ¿pero ahora? Ni siquiera estaba interesado.

Se giró para observar a sus compañeros, viendo que a excepción de Rocket, tanto Lemon Stone como Hato tenían un dominio mayor sobre el efecto que aquel horrible perfume ejercía sobre sus narices.

Esto le ayudó a tomar una decisión.

Tomando aire bajo la chaqueta para poder decir una oración completa sin verse interrumpido por sus incesantes arcadas, sacó el morro y dijo:

- Este lugar debe de ser la base de operaciones de algún grupo de resistencia contra la opresión así que quiero que Hato y Lemon os quedéis aquí para investigar mientras que Rocket y yo tomamos la delantera para empezar a armar barullo y llamar la atención de la guardia porque tampoco tenemos tiempo que perder pues nuestros camaradas dependen de nosotros para ejecutar su parte del plan-gara. - Sin pausarse siquiera, volvió a meter el hocico bajo su chaqueta esforzándose por no vomitar.

Haciendo acopio de toda su fuerza de voluntad, volvió a tomar todo el aire que sus pulmones le permitían almacenar para seguir hablando con toda la claridad que le fuera posible.

- Hato y Lemon también os pido que estéis atentos por si aparece alguien llamado Gaultier pues es un contacto de Salvos Seaworth que es el ballenero que me ha dado el chivatazo de este lugar y que probablemente aparezca de un momento a otro y sepa lo que ocurre aquí-gara. - Tomó otra bocanada de aire bajo su chaqueta como un buzo que se prepara para una misión de submarinismo. - Dadle saludos de mi parte y del Salvos porque yo me siento incapaz de permanecer otro minuto aquí dentro sin echar hasta la primera papilla y sé que tendréis más suerte que yo buscando pistas por aquí-gara.

Volvió a refugiarse bajo “Third Strike Royale” y, asomando la mirada desde el borde de su chaqueta, le dedicó una mirada lacrimosa a Rocket. - A nho zhed queh quiedhaz quedhazte aquí cohd edlloz-gara, perho yho zhadgo yha de aquí-gara.

Pero el mapache no respondió, sino que sucumbió al punzante olor que atacaba sus sentidos sin misericordia hasta que, incapaz de soportarlo, cayó inconsciente. Sin esperar respuesta, el mink tomó al mapache entre sus brazos y se lo echó al hombro, encaminándose escaleras arriba. Saludó al mesero, quien seguía limpiando vasos y salió por la puerta de la taberna. Por fin pudo respirar con calma, dejando a Rocket recostado contra la pared junto a la puerta y a continuación colocó las manos sobre las rodillas. La baba escurría de sus labios, preparando sus fauces para una posible eyección violenta de fluidos gástricos que requirió de toda su voluntad para contener.

- Cielo santo-gara - Dijo en voz baja. - Espero que el banquete de celebración no cuente con fuguström o moriré-gara... Pero ahora no es el momento de titubear-gara.-

Y tras recuperar el aliento, se sentó junto al mapache mientras esperaba a que la brisa marina le despertara, dispuesto a comenzar la misión que debía dar el pistoletazo de salida a la Revolución.

Resumen


Información para Drake
#7
Hato of peace
Angel Beta
En la taberna estaban reunidos el grupo de revolucionarios ya adentro el camarero observó con algo de lujuria a la rubia y comentó que no tenían camas disponibles para alguien tan hermosa como ella y le guiño el ojo -Que pícaro jaja- se rió ligeramente la Skypian.

Algo que pudo notar Hato en el trabajador de la taberna fue que estaba limpio pero tenía una mancha negra de polvo -¿Es pólvora?- pensó la joven.

Otra de las cosas que dijo fue sobre la comida exótica que casi los marines no apoyan pero viene a probar solo algunos. Después de un silencio incómodo Lobo llevó al sótano a sus compañeros revolucionarios, curiosamente debajo de la taberna había otra taberna todavía mejor preparada que la de arriba -Nada mal, hubiera sido útil este lugar cuando llegue a la isla- Hato llevaba días rentando un cuartucho en la zona pobre de Oykot.

Pero la Skypian se arrepintió después de entrar al lugar que olía muy fuerte a pescado fermentado, podía estar bien equipada con mesas, sillas un escenario hasta tenía camas donde dormir pero ese aroma tan penetrante lo hacía imposible de habitar por la joven -Carajos es pescado fermentado ¿como alguien puede trabajar aquí el aroma es terrible?-.

Pero quién se llevó la peor parte fueron sus compañeros Minks quienes tienen el olfato más desarrollado, Lobo Jackson le dió la razón a los marines por no comer ese producto local, Hato se cubrió la nariz con la manga de su playera mientras escuchaba los planes de su compañero, aguardo su arma en lo que investigaban, los minks saldrían hacer desastre en lo que ellos buscaban pistas -Buscare y si tenemos suerte los alcanzaremos-.

También Lobo Jackson comentó sobre su camarada Gaultier que pronto aparecería y que podría servir en la misión, extrañada le contestó -¿Eh Claro? si lo vemos le mandaremos saludos de tu parte, ahora ya sal de aquí antes de que te desmayes Lobo

La Rubia volteo a mirar a Lemon viendo cómo actuaba era mejor darle un motivo para revisar y seguir el plan -Hay que empezar a revisar el lugar, el camarero tenía pólvora en su ropa así que debe de haber barriles con pólvora aquí oculto- La joven empezó a revisar las sillas y mesas -Talvez este junto al pescado fermentado así ocultan su olor de los guardias ¡Uff! Espero que sea para eso-.

-Te seré honesta Lemon ¿No sé cómo se llama Lobo? La primera vez que lo ví nunca dijo su nombre, pero responde si le llamas Lobo y se que es un revolucionario así que confío en él- Si Hato no encontraba nada en más mesas iría a revisar debajo de la camas como en los colchones buscando la pólvora.

Si no encontraba nada en las camas saltaría por encima de la barra al aterrizar buscaría en los alrededores pero y se acercaría al pescado fermentado aunque su aroma era más penetrante ella buscaría hasta encontrar algo que los ayude en su misión -Me acuerdo que ciertas técnicas de fermentación se vuelven explosivas si se presuriza demasiado-.

Resumen y Datos
#8
Rocket Raccoon
Rocket
Paso a paso fue que tanto Lemon como yo fuimos de a poco logrando también infiltrarnos en aquel superplan supersecreto y superescondido que tenían en un lugar supersecreto y superescondido justo justo debajo de la taberna donde ya habíamos pasado varias noches embriagándonos y demás. ¿Cómo es que a nadie se le había ocurrido esconder una habitación ultrasecreta detrás de una de las paredes secretas de una taberna? Son ideas que tenía que guardármelas, y usarlas más adelante para el provecho propio, esto es de bastante utilidad. -Joer Lemon... un lugar ultra secreto jeje, joder eh- Le comentaba al oído para no llamar la atención ni del lobo ni de la rubia. -Cuando volvamos a Loguetown, hagamos algo así, jejejeje. Joder eh- En ese preciso momento, una gran idea se me vino a la mente, la cual le transmití al enmascarado. -¿Y si el Trago del Marinero también tiene un escondite secreto? Joder eh- Eran pensamientos que iban y venían, pensamientos que se iban a ver interrumpidos abruptamente.

Al llegar al final de las escaleras que llevaban a ese lugar, un olor de lo más repelente comenzó a inundar de sobremanera mi sentido del olfato. 'Qué verga'. De verdad que les quisiera transmitir con total lujos de detalles cuál fue la maldita sensación de pura asquerosidad que había recorrido todo mi cuerpo al inhalar por primera vez aquella sustancia que flotaba en el aire y llegaba a mis fosas nasales y de ahí un torrente infinito comenzaba a circular por cada uno de mis nervios. Una sensación nada agradable, si miraba mis pelos, podría indicar que cada uno de los mismos se había puesto de punta debido a lo repugnante del momento. 

En un movimiento de autorreflejo, lleve mis manos hasta mi nariz para tapar todo lo posible que dicho olor siguiese entrando por mis fosas y así intentar en lo posible dejar de olerlo.  Pero era algo casi imposible, mis sentidos como tal en dicha zona habían sido aumentadas, y no solo por el hecho de ser mitad animal, una fuente externa también los había hecho más susceptibles. Pero debía de aguantar, lo que teníamos por delante era demasiado importante, y también quería ver aquella habitación secreta.

Y es entonces cuando por fin cruzamos el umbral que nos llevaba a una nueva localización, y a primera vista el lugar parecía ser una taberna más. '¿Una taberna... dentro de otra?' No le entendí para nada el motivo. Se supone que una localidad de este tipo, es para generar dinero de los clientes, ¿por qué coño ocultarla? Quizás gente poderosa vendría aquí, y no querían que nadie les viese emborracharse en alguna noche de locura. Varias ideas comenzaron a circular por mi mente, pero para ese entonces, ya estaba tirado en el suelo, desmayado sobre mi propio vómito, sí. No había logrado aguantar el olor que venía de aquí, y al entrar en la habitación, era mucho más fuerte y desagradable de lo que lo era en el pasillo. Si Rocket tenía un ángel de la guarda, este era su momento para actuar. Y así lo haría, pero más que un ángel, era un lobo, un lobo feroz.

Abriría nuevamente los ojos. -PUAJK PUAJK PUAJK JODER EH- Me levanté abruptamente del suelo donde me habían dejado, con la espalda recostada en el muro. Me llevé nuevamente mi mano hacia la nariz, pero esta vez no para taparla de los olores que intentaban invadirla, sino todo lo contrario. La apreté con mis dedos e intenté ''soplarla'' una y otra vez, intentando por todos los medios posibles sacar esos aromas de mi cuerpo. -Puajk puakjj puakj joder eh- Seguía desesperado, y tras varios segundos y varios intentos, todo parecía volver a la normalidad. Entonces noté que estaba afuera, la luz del sol era quien calentaba mis pelos, y no los de una antorcha o lámpara dentro de aquel lugar. Mire a mi lado, y ahí estaba mi héroe.

-Qué coño.... joder eh- Le toqué el hombro con mi mano, posándola sobre él y dejando caer su peso, que era poco, pues es la pequeñita mano de un pequeñito mapache. -¿Nos intentaron envenenar o qué?... No creo, estaría peor. ¿Y los demás? Joder eh- Tome aire nuevamente, inhalando el dulce olor de la sal del mar que el viento nos trae desde la costa. Me senté ahí justo al lado del Mink, descansando un poco, necesitaba recobrar las energías. -¿Maldita sea jeje, me desmaye? Vaya gran revolucionario jajajaj. Joder eh-. Comencé a parlotear y a bromear sobre el asunto con el camarada.

Resumen
#9
Lemon Stone
MVP
Siguió a sus camaradas a la taberna subterránea, a aquel piso secreto que servía como base de operaciones, seguramente, para los insurrectos del Reino. Una grandiosa idea que enorgullecería a los miembros de la Causa de no ser por el nauseabundo olor que llenaba la sala. Casi parecía un comedor social con esos olores tan… característicos de la gente pobre, vaya sorpresa. Sin embargo, no iba a quejarse; tampoco podía. Era el hombre rudo del equipo, el que ocultaba su rostro tras una máscara de corazón anatómicamente correcto, el único que llevaba una copia del MANUAL en su chaqueta, el que… Bueno, supongo que ya todos entendieron que es el malote.
 
Escuchó a Perrito quejarse del olor, ocultando su hocico entre las prendas, y la próxima víctima fue su gran amigo Castor.
 
-Espero que la base secreta del Trago del Marinero no sea tan terrible como esta -le respondió, respingando la nariz-. ¿Cómo puedes soportar este olor siendo un marsupial? ¿Siquiera los castores tienen buen olfato?
 
Entre pregunta y pregunta, y viendo que Castor no respondía, Lemon se giró para verificar el estado de su amigo. Y allí lo vio. Parecía muerto, tieso como un peluche embalsamado, aunque de cierta manera lucía… tierno. Si tuviera una hija, habría recogido el cuerpo sin vida de su amigo Castor y se lo habría regalado. Sin embargo, no era el caso.
 
-¡Nooooo! ¡Han matado a Castor, hijos de puta! -rugió Lemon, cayendo dramáticamente sobre sus rodillas mientras sus manos buscaban el cuerpo sin vida de su amigo-. ¡Hijos de puta! ¡Si es que los pobres son…! Espera, espera, sigue caliente. ¡No está muerto! ¡Ja, malnacidos! ¡No pueden contra la Revolución!
 
Luego de su magnífica puesta en escena, digna de alguien completamente perfecto como Lemon, hizo como que escuchaba al supervisor. Había que estar atento por si aparecía un tal Walter, que era contacto de otro tal Calvos. Vaya nombres más raros… ¿Acaso las madres del reino no piensan en el bullyng? Y luego se quejan de que salgan tontos que les gusta el pescado fermentado. En fin, estaría atento, pero no prometería nada.
 
-La confianza es buena, Sonrisas. Además, el perro es el mejor amigo del hombre -le respondió a la rubia sin saber a qué iba ese comentario, pero como estaba buena ignoraría convenientemente que le faltaba uno o dos tornillos. Como a todos los miembros de la Armada, en realidad.
 
Haciendo un gran esfuerzo por no vomitar encima de Sonrisas, o de cualquiera que siguiera allí cerca, inspeccionó la taberna subterránea. Había sillas, una barra vacía, habitaciones… Todo parecía normal, salvo por el cuadro de la reina que los vigilaba estoicamente desde la pared. Lemon sintió un flechazo cuando la vio, como si hubiera despertado algo dentro de él, una combinación entre rechazo y amor, ¿amorodio, quizás? Como seguidor de la Causa no podía tolerar que hubiera insignias monárquicas dentro de sus territorios, pero como hombre con más deseo sexual que neuronas…
 
Lemon se acercó al cuadro, inspeccionándolo de más cerca, y su mirada se detuvo en los ojos de la reina. Era hermosa, o al menos la habían retratado como una de las mujeres más bonitas que había visto, después de sus primas y hermanas, claro. Retiró el cuadro con el cuidado de una madre que sostiene a su bebé, y sonrió con dulzura. Entonces, lo estampó contra el suelo, empuñó su martillo de guerra y lo dejó caer con todo el peso del vandalismo sobre la insignia monárquica. Una, dos y tres veces. Cada golpe fue más fuerte que el anterior, y puede que no solo haya destrozado el cuadro, sino parte del piso. Si hubiera tenido fuego, habría incendiado todo, pero no estaba tan loco… Todavía.
 
-¡No permitiré que ninguna figura monárquica enfríe las llamas de la Revolución, maldita sea! ¡¿Por qué tienes que estar tan buena, estúpida reina?! ¡¿Por qué?! -rugió el revolucionario, las lágrimas de angustia y frustración cayendo por sobre su máscara.
 
Tras el dramatismo innecesario, Lemon se giraría hacia la pared para que Sonrisas no le viera llorar, e inspeccionaría la pared tras el cuadro. Puede que hubiera algo, puede que no. Lo que sí, ya no habría ningún cuadro de reina.  

Resumen
#10


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