Hay rumores sobre…
... una isla que aparece y desaparece en el horizonte, muchos la han intentado buscar atraídos por rumores y mitos sobre riquezas ocultas en ella, pero nunca nadie ha estado en ella, o ha vuelto para contarlo...
[Evento] [Búsqueda del tesoro] El Enigma Olvidado
Byron
Hizashi
Sus suposiciones fueron ciertas, era agua, y para la suerte de sus compañeros que habían ingerido una fruta del diablo, resultó ser dulce, así que no se verían tan debilitados, o por lo menos eso suponía por conversaciones pasadas con estos usuarios. Nadó intentando alcanzar a sus compañeros, con gráciles movimientos, como si fuese un nadador experimentado, no era el caso, más un cuerpo acostumbrado al ejercicio físico era capad de desenvolverse en cualquier tipo de situación. Se sumergió para bucear, vio el cuerpo de tres de aquellos camaradas hundirse a plomo a pesar de sus esfuerzos, sin embargo, Jun al ser una mestiza, surcaba el fondo sin dificultad. A punto de alcanzar a los que caían sin remedio, hubo algo que lo alarmó, hasta el punto de hacer perder parte del aire que aguantaba en sus pulmones dejando salir una bocanada de burbujas de su boca. Casi tragó agua, debido a una extraña fuerza que lo precipitaba a lo más profundo de aquel lago, intentó resistirse pues con aquella perdida de oxígeno sabía que si se dejaba arrastrar, acabaría ahogado. Los esfuerzos fueron en vano, y fue tragado con brusquedad, intentó proteger su cabeza de chocar con el fondo, más cuando quiso darse cuenta, esta había atravesado el propio suelo, y se encontraba atravesando este lentamente hasta caer a una nueva sala.

Cayó contra la dura superficie, evitando el golpe de su cráneo debido a la posición que anteriormente había tomado. De rodillas en aquella nueva sala tosió varias veces, recuperando así el aliento que había perdido, lentamente. Estaba totalmente empapado, y un escalofrío recorrió su espalda, al sentir un pequeño cambio de temperatura, por suerte para él, era bastante bueno soportando temperaturas extremas, ya fuesen de frío o calor. Su cabello violeta chorreaba, al igual que su ancho pantalón granate, y su holgada camisa sujeta en su cintura, después de aquel chapuzón era normal encontrarse en ese estado. Aun recuperando fuerzas se incorporó, escurriendo aquella camisa como podía para que tardase menos en secar, así como agitó fuertemente su cabeza, como si de un perro se tratase, para tratar de eliminar el agua de su cabello, para finalmente volver a peinarlo con un movimiento de su mano desde la frente hasta la nuca, quedando sus dos característicos flequillos sobre su frente, y los puntiagudos mechones en la parte trasera.

Una vez su ropa pasó a estar húmeda y no encharcada, miró la sala extrañado. Por suerte para él, sus aliados se encontraban allí, Kael, Drake, Duck y Jun, estaban de una pieza, algo aturdidos como el muchacho debido a la situación, pero enteros al fin y al cabo. No pudo evitar sentir una extraña fuerza, en el centro de aquella sala, giró su rostro velozmente llevándose la mano al mango de su acero, pensando que podía tratarse de un enemigo, y solo encontró una imponente estatua dorada que se interponía en el camino a seguir.

Dejando a sus compañeros a su espalda se acercó a la poderosa figura, lentamente, con pies de plomo, no sabía que podía esperar, llegados a este punto no le sorprendería que aquella inerte estatua cobrase vida. Según se acercaba, aquella fantasmagórica presencia se hacía más fuerte, un imponente aura parecía hacerse casi palpable, envolviendo aquella dorada estructura, volviéndola más y más intimidante según la distancia entre el espadachín y esta se volvía más pequeña. Aquella situación le hizo imposible no recordar su entrenamiento con Kael y Drake en Rostock, se sentía similar al uso del haki, era como si esa poderosa construcción manifestase su espíritu y voluntad a los presentes, para intentar amedrentar a aquellos que se atreviesen a poner un pie en aquella sala.

Dejó de avanzar, quedándose a un par de metros de la figura dorada, no estaba muy convencido de poder superar aquella prueba, pero su ego le impedía no aceptar aquel reto. Haciendo uso de lo que había aprendido en su entrenamiento, manifestó su espíritu, envolviendo su mano dominante con su voluntad, sintió un pequeño chispazo en sus dedos, y una calmada aura violeta hizo acto de presencia. Pudo sentir como un pequeño choque, no físico, y aquella aura se desvaneció, no era suficiente para pasar.

Chasqueó la lengua mientras se rascaba la parte trasera de la cabeza, un poco decepcionado por su reciente derrota. Dio un fuerte suspiro aceptando esta, y volvió junto a sus compañeros, para comentar lo que había deducido.

- ¡Bueno, parece que vuestro capitán no ha sido lo suficientemente bueno esta vez! Hie hie hie.- Dijo intentando no desanimarse. - Veamos, parece que una fuerte voluntad se interpone en nuestro camino, imagino que en caso de superarla podremos pasar, sinceramente no tengo idea... Pero, solo se me ocurre una cosa ahora mismo para superarla... - Llevó una de sus manos al mentón, pensativo.- No creo que ninguno de nosotros seamos capaces de superar esta prueba, por lo menos si lo hacemos de forma individual, si prestamos nuestro poder puede que el resultado sea distinto...- Miró a Kael y a Jun, eran los que consideraba que tenían más oportunidad de pasar. - Bien, este es el plan hie hie hie.- Dijo mientras se dibujaba en su rostro una sonrisa satisfecha. - Drake, pon una mano sobre la espalda de Jun y manifiesta tu espíritu, es similar a hacer uso del haki, e intenta envolverla, Duck, tú y yo haremos lo mismo con Kael, una vez hecho esto, vosotros dos os enfrentaréis a esta prueba de voluntad, y una vez avancéis, intentaréis buscar una forma de desactivar la estatua en la siguiente zona. - Le mostró su mano, con aquella aura ondeando lentamente, y posteriormente la colocó en la espalda de su compañero del parche. - Os esperaremos aquí, confío en vosotros.- Y finalmente, intentó envolver el cuerpo de su compañero, cediéndole una parte de su poder.


DATOS
Drake Longspan
[...]
Drake Longspan emergió de las profundidades del agua, escupiendo como una fuente, empapado hasta los huesos. Respirando con dificultad y con el agua aún escurriendo por su barbilla, Drake sacudió la cabeza, intentando procesar todo lo que acababa de suceder.

Y allí estaba Jun Gunslinger, como si saltar a un abismo oscuro con un pato con una Akuma no Mi fuera la cosa más normal del mundo. No había nada que hiciera más furioso al chico que ese tipo de actitud despreocupada. Lo que acababa de hacer, lanzarse con el pato y poner en riesgo su vida (¡y la del pato!) estaba a punto de desencadenar una tormenta de palabras.

Con una mezcla de exasperación y furia, Drake caminó hacia ella agitando sus largos brazos con un aleteo torpe, y cuando al fin llegó, no pudo contenerse más. Se plantó frente a ella, agitando los brazos mientras el agua goteaba de su cuerpo como si fuera una maldita fuente.

¡¿QUÉ DEMONIOS TE PASA, JUN?!

El humano rugió, su pelo parecía el de un león, despeinado y mojado por partes iguales, su voz resonaba en la sala como el eco de un trueno lejano. 

¡¿TE DAS CUENTA DE LO MAL QUE ESTÁS?! ¡Saltas al vacío, llevando contigo al maldito pato, como si esto fuera un juego! ¡Por un segundo pensé que te habías vuelto completamente loca! ¡Y YO! — Se señaló a sí mismo, casi enrollando su brazo como una manguera — ¡Yo tuve que tirarme detrás de ti como otro idiota, pensando que ibamos a morir! ¿Y por qué? ¡POR UN PATO MAFIOSO!

Su voz se quebraba entre la rabia y la incredulidad, con una pizca de orgullo herido por haberse resbalado. El humano de la tribu de brazos largos no podía entender cómo alguien podía ser tan imprudente. En ese momento, el resto del caos a su alrededor quedó en segundo plano; solo importaba hacerle saber a su nakama lo irresponsable que había sido.

¿Qué pasa si la próxima vez no tienes tanta suerte, eh? ¿O si Duck no sobrevive? ¡¿Qué harías entonces, Jun?!

Le lanzó una mirada que casi parecía una mezcla de furia y preocupación, algo poco habitual en él.

 — ¿Qué haría?

De pronto, su tono cambió. Drake se acercó a ella, más calmado, pero sus ojos aún brillaban con intensidad. En un solo movimiento, y sin advertirlo, envolvió su largo  brazo alrededor de la hafugyo, apretándola suavemente contra su costado, como si fuera un tentáculo gigante envolviendo a su presa. un pulpo de más de dos metros. Sin casi dejarle tiempo de reaccionar antes de verse atrapada por el chico, quien, en un tono mucho más bajo, susurró en su oído. Murmurando con voz grave y ronca fruto de haber gritado todo el trayecto hacía abajo de la forma menos masculina posible, pero con un dejo inconfundible de ternura mal disimulada.



Y con eso, la soltó, dejándola libre para moverse de nuevo. Su mirada, aunque aún enfadada, se había suavizado un poco. No podía negar que, a pesar de todo, Jun sabía cuidarse… Pero eso no significaba que no se preocupara. Era su deber.

O eso se decía para convencerse.

Drake Longspan respiró hondo, buscando calmar su interior mientras observaba el caos a su alrededor. La sala se había convertido en un hervidero de confusión, y cada uno de los miembros del grupo parecía haber tomado un camino diferente. Algunos seguían corriendo por los puentes, otros se habían aventurado al agua, y ahora, tras atravesar lo que parecía un portal subacuático, el grupo de Kael, Byron, MC Duck, Jun y Drake estaban en otra habitación, frente a una estatua imponente de un guerrero dorado.

Miró a su alrededor, evaluando la situación.  Sabía exactamente cómo solucionar este caos. Había una cosa que el carpintero entendía mejor que cualquier otra: la piedra. Quizá no podría asimilar el mineral de oro. ¿Pero, y su base?

Con una sonrisa de satisfacción, el humano de brazos largos plantó sus pies firmemente en el suelo y cerró los ojos. A través de su poder de la Ishi Ishi no Mi, sintió cómo el suelo bajo sus pies vibraba suavemente. Era una sensación familiar, casi reconfortante. Podía sentir cada piedra, cada grieta en el suelo, como si fueran extensiones de su propio cuerpo.

Muy bien… hora de poner las cosas en su sitio — murmuró para Kael y Jun. — Capitán. Creo que no hace falta.

Con un ligero pisotón, Drake Longpsan activó su poder. El suelo bajo ellos comenzó a girar lentamente en una diagonal precisa, inclinando la superficie y creando una pendiente que los llevaría directamente hacia donde se encontraba Kael. Las paredes de piedra comenzaron a moverse, los mosaicos vibraban con cada giro, y la habitación se transformó en un tobogán improvisado.

¡Agárrense a algo! — advirtió con una sonrisa maliciosa, mientras la pendiente comenzaba a inclinarse cada vez más.

El caos de la sala se transformó en una escena aún más absurda cuando el suelo literalmente comenzó a mover ligeramente a los otros cuatro que le acompañaban. La estatua de aquel guerrero ancestral se inclinaba, y aquellos dos que aún estaban sobre el suelo sentían cómo sus pies se deslizaban inevitablemente hacia la nueva inclinación marcada por Drake.

Cuando al fin la inclinación fue suficiente para que la estatua pudiese caer en dirección hacia Kael.

Drake Longspan se cruzó de brazos, satisfecho de su obra. Voluntades a él, já.

Bueno, creo que eso solucionó el problema... Kael. ¡A ver si encontramos la salida de una vez antes de que el pato o el capitán nos metan en problemas!

Miró de reojo a Jun, lanzándole una mirada que mezclaba advertencia y complicidad, mientras se rascaba el pelo, aún mojado.

Y tú… no vuelvas a lanzarte a ningún otro abismo sin ayuda.

Su tono parecía bromear, pero dejaba claro que había sido suficiente día de piscina por un día.

Resumen


Energía
Kael
El Fantasma del Mar
En mi antigua vida, hace más de 5 años, era pescador. Me pasaba día sí y día también en el mar cerca de Oykot, junto a mis compañeros pescadores para poder traer nuevos cargamentos de peces al puerto y ganar un buen dinero por ello. Incluso llegué a participar en una cacería de ballenas, lo que se consideraría una de las grandes proezas dignas de los mejores pescadores de la zona. Toda una vida rodeado de mar y viviendo de ello... y sin embargo nunca había tenido tanto miedo como caer al agua. Algo tan común no hace más de 40 días, y sin embargo ahora la idea de pensarlo daba escalofríos de la impotencia que tendría al tocarla, o al menos eso le habían dicho, nunca había probado a estar completamente hundido en agua desde entonces.

Y aun así, salté al agua. Con un gran "chofff" contra el agua tenía la esperanza de al menos poder nadar lo suficiente hacia arriba para mantenerme a flote aunque sea un par de segundos donde poder coger aire, pero a diferencia del agua salada, al ser agua dulce pesaba más que en el otro tipo de agua, y a diferencia del agua del mar, al tocar el agua una gran fuerza me succionó hacia las profundidades del agua, quedándome mirando a la superficie a medida que me alejaba y estirando la mano como intentando alcanzar algo que no podría llegar.

Segundos después me descubrí de nuevo cayendo, otra vez, pero esta vez contra un suelo de piedra. Habíamos cambiado de sala, de eso estaba seguro. No estábamos en el fondo de esa especie de lago subterráneo, pero tampoco había una cascada ni nada por donde caer, simplemente aparecimos allí. Pato, Jun, Drake, ¿Byron? ¿había saltado después de mí?. Estábamos todos allí así que seguramente seríamos todos los que saltamos al agua. ¿Donde estaría el resto de la tripulación? ¿a donde llevaría las escaleras al final del puente?.

-Pequeñaja, -dije refiriéndome a Jun mientras estaba de rodillas apoyado en mi brazo mirando boca abajo, entre boqueando y escupiendo agua, todavía sin creerme que hayamos pasado por algo así- te debemos una. 

Me puse de pie mirando a mi alrededor y una estatua era el centro de todas nuestras miradas. Una estatua dorada, de a saber que material sería pero dudaba mucho que fuera a ser oro, que a su vez daba una impresión tremenda. Daba la sensación de que  estaban ahí para intimidar a todo aquel que tuviera delante, y que tendrías que tener un espíritu muy fuerte para poder pasar como si nada. Desgraciadamente yo no era de este tipo de personas.

Byron comenzó a dar unas instrucciones, y cuando iba a responder Drake se me adelantó. Todo empezó a vibrar y Drake con su habilidad de modificar la piedra consiguió mover la misma base de la estatua para inclinara más y más hacia mi dirección hasta que el propio peso de la estatua hizo que cayera por gravedad. ¿Sería eso lo más inteligente que había visto hacer a su compañero? Muy posiblemente. ¿Pero para qué querría tirar la estatua? Eso no haría que desaparezca su influencia. Desaparecer... su influencia. ¡Desaparecer, eso era! 
Vuelta a la Tierra: Absorción
U73202
ÚNICA
Ofensiva
Tier 2
27/8/2024
15 por turno
Costo de Energía por Turno
1
Enfriamiento
Desde mi cuerpo, máximo 2 metros (brazo de lodo o similar).
Hasta el máximo rango creado por mi lodo (1 metro cada 10 de CA)
Si es un objeto, el lodo creado por mi cuerpo o en el área creada por mí es, se traga el objeto y lo aparece dentro de mi inventario, pudiendo usarlo si quisiera más adelante, pero no robándose al usuario. Este efecto no consumirá energía si es un objeto estático y no portado.
En caso de ser un ser vivo, mis brazos (o el terreno en caso de ser aplicable) intentará absorber a la persona, inmovilizando o agarrando al enemigo en el lugar.
Si no consigue salir de la fuerza de absorción en 3 turnos, haciendo una comparativa entre su fuerza y CA (como si fuera un agarre), desaparecería dentro del barro cayendo inconsciente en mi inventario (dentro de mi pozo sin fondo).
Cada persona o ser vivo almacenado en tu inventario ocupará "Espacio x5" de los huecos del inventario de lodo. Al intentar absorber un vehículo se aplicará el mismo conteo dado que estos vendrás con una cantidad de Espacios especifica.
[Agarre]

Antes de que la estatua tocase el suelo, activé mi forma de logia para que mi forma de barro absorbiera el agua que tenía encima, y expandí barro en un cono delante de mí hasta la distancia máxima que podía (5 metros) sin que afectase a ningún compañero mío y utilicé mi habilidad. El barro amortiguó a la estatua, cayendo perfectamente sin que se rompiera, y fue rápidamente succionada por el pantano de mi barro. Cuando estuvo en mi pozo sin fondo la presión que despedía se evaporó, dejándonos pasar sin problemas. Recogí el barro en mi cuerpo y me adelanté a mis compañeros.

-Vamos, me ha parecido ver unas escaleras más adelante. Venga Byron, chic@sno se queden atrás. 

Más adelante, al pie de las escaleras, mientras bajaban mis compañeros del pasillo, vi como llegaba mis otros compañeros, que por lo visto se habían quedado atrapados con una pared que había entre este pasillo y las escaleras que habían pasado detrás del puente. Muken me pedía que le diera varias cosas de cocina, pero como no entendía de cocina como para saber qué quería hacer exactamente con eso, me limité a sacar de mi inventario lo que me pedía y se los entregué. Al terminar de dárselo dejé que hiciera lo que tuviera que hacer y bajé las escaleras.

Resumen
Inventario
Virtudes y Defectos
Estado
Vesper Chrome
Medical Fortress
Por el bien de todos, no hubo ninguno que no haya acatado las ordenes, aunque no debían hacerlo, yo no soy su capitán, soy el médico, pero si de algo estoy seguro es que no dejaría que ninguno de los míos muriera, no otra vez, no soy el mismo hombre de hace tres años, ya no dejaría que nadie que me importase lo suficiente, muera a manos de nadie. En cuanto Gavyn se acercó volando a nosotros musitó unas palabras que para mis oídos no eran más que música. —¡¡Ah!! Intenta tocarme intento fallido de gaviota. — Le respondí justo antes de comenzar a bajar las escaleras con Bonez en mi espalda.  


—Vamos amigo, después de toda esta mierda vamos a beber por tres malditos días completos. — Le comenté a Bonez mientras bajamos rápidamente por las escaleras, estas por cierto terminaron siendo más cortas de lo que esperaba y al final cuando llegamos nos encontramos simplemente con una pared que nos imposibilitaba el paso, aun así, me di unos minutos para esperar que Muken bajara por la escalera contigua, tuvimos la suerte de que las escaleras daban al mismo piso, fue una obra de Nika o quien sabe, pero al menos volvimos a estar juntos.  


Aun así, las cosas no estaban del todo bien, tenía que volver a mi forma humana y fue cuando observé el estado de Muken, no estaba bien y me acerqué a él para revisarlo, ¿Acaso tenía una herida que yo no alcanzaba a ver? —¡¡Maldición!!— Refuté con tan solo recordar que este también era un vicioso, pero este con los caramelos y cosas dulces.  —¿Es que acaso ninguno de ustedes puede ser una maldita persona sana? — Casi gruñí antes de quitarme la mochila y entregarle mis provisiones de comida a Muken, con aquello al menos tenía que hacer un caramelo de manzana al menos, porque fue lo único que tomé del barco. Hablaba de personas sanas, y aunque yo no tuviera una necesidad física ni mental de tomar alcohol, si tenía una cierta debilidad por hacerlo, el sake te hace olvidar lo que la mente insiste en recordar. Tras volver a ponerme mi mochila me acerque a la pared y la toque, en verdad estaba fría, de hecho, el lugar comenzaba a enfriarse demasiado y eso no era bueno para mí, puedo calentarme un poco más en mi forma animal, pero tenemos que deshacernos de esta pared sí o sí.  
 

—Cúbranse, intentare derrumbar la pared. — Busque entre mis ropajes aquella nudillera que había comprado no hace demasiado tiempo, y tras colocarla en mi mano derecha me disponía a lanzar un puñetazo a la pared, ojalá esta se fuera abajo con el simple golpe, sin embargo, sabía que no sería así de fácil. —Shockwave Punch. — El golpe fue potente, la verdad habia usado toda mi fuerza en el dichoso golpe, pero aun así tenía razón en mis deducciones y no caería tan rápido, aunque claro, fue tan poderoso que la pared se resquebrajó entre dejando ver lo que habia del otro lado en las grietas formadas por mi golpe.  


—Esta mierda es más dura de lo que pensé. — Le comenté a los chicos, sin embargo, antes de siquiera intentar dar un siguiente golpe, el frio llegó a mi cuerpo como una ráfaga de brisa, y era claro, tras ese impacto solo hice que el viento que habia en la habitación brincara a todas partes y regresara fuertemente hacia mí, como un método automático de defensa contra el maldito frio que se encontraba ahora mismo azotando mi cuerpo volví a mi forma de Hiena, sería más rápido y por su puesto podría aguantar un poquito mal el maldito frio que hacía aquí abajo y algo me decía que mientras estuviéramos más abajo, más problemático seria el frio para alguien como yo.  
 

—Emplumado, ¿Crees que puedas romperla? — Le pregunté a Gavyn mientras me sentaba en mi forma animal en una esquina de las escaleras, la verdad era que no me gustaba demasiado el frio, a pesar de haber nacido en el mar del norte, esa es una de las razones por las cuales salí huyendo de esa maldita isla endemoniada.  —Oi! Muken, en cuanto Gavyn derrumbe la pared, súbete a mi espalda, yo seré más rápido. — Eran instrucciones básicas, Gavyn podía volar, y si Muken y Bonez subían en mi espalda yo podría ir corriendo y evitaríamos la lentitud que produce su estúpido vicio.  Ya solo quedaba esperar a que Gavyn rompiera la pared, o en todo caso que Bonez le ayudara hacerlo para que entonces pudiéramos derrumbar ese obstáculo y reunirnos con los demás.

Resumen


Datos
Jun Gunslinger
Nagaredama
Jun se lanzó al abismo con el Pato en brazos, esperando jugar una buena broma a sus compañeros, pero la sonrisa se le borró del rostro en un instante, como si una mano invisible se la hubiera arrancado de un tortazo. Lo que se suponía fuese algo divertido, ahora daba un giro dramático.

Su corazón casi se detuvo cuando vio esa gigantesca sombra familiar proyectándose sobre ella.

Por larguísimos que fueran los brazos de Drake Longspan, de nada le servirían; apenas llegaría a rozar con las puntas de los dedos el cuerpo escurridizo de la Hafugyo, que al verlo precipitarse inevitablemente hacia el abismo sintió un escalofrío de terror recorriéndole la espina. El tiempo pareció ralentizarse mientras ambos se acercaban al impacto contra el agua oscura.

Maldición.

El Pato volaría con gracia, y Jun nadaría hábilmente como un delfín, pero Drake... Drake se hundiría como un pedrusco, incapaz de hacer algo para evitar su destino.

La Hafugyo lo sabía y por eso, al momento de sumergirse, su reacción fue casi inmediata. Se lanzó a buscar a Drake en la oscuridad del agua y se aferró a él para no perderlo. Sabía que, como usuario de Akuma no Mi, el muchacho se hundiría sin remedio. Su corazón latía con fuerza, su preocupación equiparándose con un enfado que iba en aumento. No podía evitar sentirse culpable, porque sus acciones imprudentes habían llevado a Drake a poner en peligro su vida. ¡Pero ella no contaba con que él intentaría semejante estupidez! Ninguno de sus compañeros, conscientes de que no podían nadar, debían arriesgarse de esa forma.

El Pato era un cabrón, y ella era una imbécil... Pero Drake estaba loco.

Bajo el agua, el cuerpo de Drake se volvería más liviano para Jun, que en otras condiciones no sería capaz de moverle ni un centímetro. Podría mantenerlo a flote y dirigirlo, pero no contaba con que una fuerte corriente los succionaría y arrastraría hacia lo profundo. Para su sorpresa, "lo profundo" no eran más que unos tres metros y, sorprendentemente, al hacer contacto con lo que parecía ser una superficie rocosa, atravesaron una especie de portar y aparecieron en una nueva recámara.

Empapados y desconcertados por lo sucedido, cada uno de los cinco Hizashi se tomó su tiempo para reincorporarse a la escena. La joven Hafugyo intentó escurrir un poco su ropa mientras observaba los detalles del lugar, contenta con lo que había descubierto, y pronto se dio cuenta de la diferencia de temperatura que había entre aquella sala y la anterior.

Después, le dedicó una sonrisa a Kael cuando hizo un comentario hacia ella, y al ver pasar al Pato lo atrapó para estrujarlo otra vez entre sus brazos, hasta casi hacerle saltar los ojos.

Patito... cosita preciosa, ¿Cómo está tu patita? —le preguntó, mientras rozaba su plumaje impermeable.

La peliazul siguió con la mirada los pasos del capitán, quien se adelantó hacia la imponente estatua que reinaba en el centro de la sala y se dedicó a inspeccionarla. A su vez, Jun sintió la gigantesca sombra de Drake abalanzándose sobre ella. Haciéndose la distraída, acarició la cabeza del pato con cariño, intentando zafar de la situación, pero al escuchar las fuertes pisadas acercándose la joven no tuvo más opción que bajar al plumífero y girar sobre sus talones para plantarse ante Drake, poniendo su mejor cara de póker.

Drake, con su oscuro cabello empapado y una expresión de león enfurecido, la miraba como si estuviera a punto de comérsela viva. Sus ojos rojos brillaban con furia e incredulidad al mismo tiempo, y a Jun le pareció curioso porque jamás había visto al gigante así.

¡¿QUÉ DEMONIOS TE PASA, JUN?!

La voz reverberó en la sala. Jun, con la tranquilidad aparentemente imperturbable, lo miró mientras comenzaba a escurrir y retorcer con ambas manos una de sus largas trenzas. Él continuó cuestionándola, pero ella simplemente se limitó a escuchar y esperar su turno, canalizando su ki.

Drake, ¿si sabes que los patos vuelan? —deslizó, con voz calma, cuando por fin sintió que tenía espacio para hablar.

Parecía tranquila, pero la rabia hacia efervescencia en su interior. Jun no permitía que nadie le gritara, no sin asegurarse de que devolvería el gesto.

Y yo estaré mal... ¡PERO TÚ ESTÁS PEOR! ¡¿PARA QUÉ TE LANZASTE DETRÁS DE MI?! —Su voz, ahora alta y desafiante, haría temblar la sala—. ¿QUÉ TE HIZO PENSAR QUE NECESITABAMOS AYUDA? ¡DEBISTE QUEDARTE EN EL PUENTE! ¡NO ERES GAVYN! ¡NO ERES UN PATO! ¡ERES UN IDIOTA POR INTENTAR HACER ALGO CUANDO SABES BIEN QUE NO PUEDES NADAR! ¡AL FINAL HE TENIDO QUE SER YO QUIEN TE AYUDE A NO HUNDIRTE COMO UN GUIJARRO!

Y todo por las ideas locas de un Pato mafioso.

Cuando Drake volvió a hablar, ella solo lo miró. Su enojo chocaba con una extraña preocupación que no podía ignorar. Era cierto que se había lanzado sin pensar, impulsiva, pero darse cuenta de Drake había estado dispuesto a arriesgar su vida por ella, la dejaba desarmada. De pronto bajó dos cambios, y descontracturó su postura.

Eres un idiota —murmuró, con los ojos amatista ardiendo por algo más profundo.

Drake estiró un brazo y envolvió a la muchacha, atrayéndola hacia él en un gesto inesperadamente suave. Jun sintió de pronto cómo la furia se transformaba en algo más cálido. Su piel helada se encendió y el calor subió por su cuerpo, coloreando levemente su pálido rostro. No esperaba esa cercanía, y nada pudo hacer para anticiparse a la sorpresa. Inclinándose levemente, el joven se acercó para susurrar en su oído, con su voz ronca pero suave y, por un instante, para Jun, todo alrededor pareció enmudecer. Luego él se apartó, pero ella permaneció inmóvil, atrapada entre su enojo y la calidez de aquel momento, luchando con sus propios sentimientos, sin atreverse a reconocer lo que realmente le estaba pasando.

Todo lo que ocurrió después, lo procesaría vagamente. Siguiendo las indicaciones de Drake -a quien ya no pudo dirigirle la palabra-, mantuvo el equilibrio como le fue posible. El suelo bajo sus pies comenzaría vibrar e inclinarse con el único fin de voltear aquella gran estatua dorada para que Kael pudiera atraparla en su lodo y hacerla desaparecer, cual truco de magia. Su habilidad era siempre algo increíble de ver, pero Jun se había quedado un poquito despistada con lo sucedido anteriormente.

Cuando Kael volvió a hablar, haciendo referencia a unas escaleras, ella se dispuso a seguirlo. Esperaba poder reunirse con el resto de sus compañeros, que el Doc y su querido Ewa estuviesen a salvo.

resumen

datos de personaje
Lance Turner
Shirogami
- ¿En serio te da curiosidad sin hay un camino por el agua...? – Me preguntó Suzuka poco antes de haber llegado al final del puente.

- Nuestra mayor debilidad aquí es no poder leer esas extrañas inscripciones. – Le dije en un tono reflexivo para que entendiese mi punto de vista. – Ellos sí pueden leerlas, y eso les hace estar en ventaja. – Miré a las escaleras y se las señalé con la cabeza. – Si resulta que ellos, que saben leer los textos, se tiran al agua, y nosotros, pecamos de ignorantes yendo por las escaleras, existe un gran riesgo de que estemos dirigiéndonos de cabeza a una trampa.

Cuando llegamos al final del puente, bajé a Suzuka, volviendo a continuación mi mirada al grupo de personas que habían en el agua, quedándome agachado para observar mejor lo que allí ocurría. Mis intenciones eran claras, descifrar qué pasaba cuando estos estaban allí. Sin apartar la mirada, dediqué una frase más a Suzuka.
- No me perdonaría si os perdiese a alguno de vosotros. – Dicho esto, ahora sí redirigí mi mirada directamente a los ojos de aquella mujer, que fue la última en integrarse en nuestra tripulación. – Mi sueño es que todos cumplamos nuestros sueños, no lo olvides. Debo asegurarme de que todos estéis sanos y salvos. Vuestras vidas, son mi responsabilidad.

Aunque sentí que mis palabras hicieron mella en su interior, se mostró algo reacia a tirarse por el agua, animando a Goku que se fuese con ella tras Juuken para bajar por las escaleras. Me tranquilizaba más que las cosas fuesen así, si están ellos juntos, tendrían muchas más probabilidades que separados. En algún momento, deberíamos reagruparnos con Qazan, Shiro, y Gretta.

Estos pensamientos habían sido fruto de un pequeño lapso de tiempo, que a duras penas duraron unos pocos segundos, ya que lo que vieron mis ojos a continuación me sacó de mi propia mente. En ese momento, estaba viendo como todos los que estaban en el agua, acabaron absorbidos por un pequeño torbellino que se generó en el suelo de lo que parecía una gran piscina. Esto fue prácticamente un visto y no visto, que me llamó mucho la atención. Me impresionó bastante ver aquello, que desde luego escapaba de mi comprensión, lo que acababa de ver no era algo a lo que pudiese dar una explicación clara.
- Por un lado, cabe la posibilidad de que sea parte de cómo pasar esta prueba… - Dije en voz baja analizando el agua, que se encontraba aún agitada aún por el movimiento de absorción que acababa de hacer. – Por otro lado, no tenemos garantía de que estén bien… puede que acabe de presenciar la muerte de varias personas… aunque si fuese así, como mínimo habría algo de sangre…

Me reincorporé y tras dudar unos segundos opté por seguir el camino de mis camaradas. Al fin y al cabo, hasta el momento ellos habían tenido éxito notorio en esta especie de calabozo, mientras que yo me había limitado a simplemente recopilar información. Me giré rápido y comencé a bajar las escaleras de dos en dos, llegando a escuchar desde ahí la voz de Suzuka.
- Dos… - Alcancé escuchar cuando ya iba por el final de la escalera, confundido sobre qué estaría haciendo.

- ¡Tres! – Dijo gritando en esta ocasión, para posteriormente escuchar también a Juuken gritar Giri.

Iba a preguntar, extrañado por sus palabras, pero seguidas de estas retumbó toda la estancia nada más pisar el final de la escalera. Ambos habían destruido una pared que había de frente, aunque el polvo que había levantado aquello me dificultaba la visión.
- A eso le llamo yo abrirse camino uno mismo. – Dije en tono bromista para relajar un poco el ambiente.

En los siguientes segundos, en los cuales supuse que se estarían recuperando de sus ataques, decidí tomar la delantera agitando la mano para dispersar el polvo de mi rostro. Poco a poco lograba ver que nos encontrábamos en una sala en forma de tubo, un pasillo para definirlo con más propiedad. Las paredes parecían gruesas y de piedra, y en todos sitios podían observarse dibujos con muchos detalles, similares a los que se encontraban en salas anteriores. También pude notar un descenso en las temperaturas, quizá a consecuencia de la gran cantidad de agua que había en la sala de arriba.
- Parece que tenemos delante un nuevo rompecabezas. – Dije en voz alta cuando logré vislumbrar lo que parecía la parte trasera de una estatua dorada. A los pocos segundos, logré ver a una persona (Hunter. D. Alpha) tras ella, pero era un rostro que me era familiar de haberlo visto en las otras salas.

Giré para tomar la mano de Suzuka, a sabiendas de que era capaz de perderse hasta en un pasillo, y tirando de ella me dirigí de inmediato a unas nuevas escaleras que había justo frente a nosotros y no había logrado ver al comienzo por el polvo levantado.
- ¡Chicos! Parece que aquí hay unas escaleras, sigamos el camino. – Dije tomando en esta ocasión una postura de iniciativa.

De esta sala poco había que ver a simple vista, siquiera había llegado a ver inscripciones, y prefería adelantarme antes que interactuar con ese tipo que se escondía tras la estatua. Me dirigí a Goku justo al pisar el primer escalón de las escaleras y le di una indicación clara, por no poder hacerlo yo en ese momento.
- Goku, comunica al resto por D.D.M. nuestra situación, y que nos cuenten ellos la suya.
Tras darle dichas indicaciones, no me detuve, bajando las escaleras sin más rodeos, con Suzuka de mi mano. El frío parecía ir en aumento, provocándome un pequeño repelús que me dejó con la piel de gallina.

- Juuken, Goku, daos prisa, no podemos entretenernos mucho aquí. - Les dije justo cuando ya había bajado el segundo peldaño, sabiendo que pronto perdería contacto visual con ellos si no bajaban ya. 

Resumen
Son Goku D. Namek
Dr. Goku
Goku estaba consternado mientras observaba a los muchachos tras su calentamiento que realizo por mero aburrimiento. Aún cargaba con la bolsa de frutas, pero por obvias razones, se había olvidado completamente de ella. Cuando Lance habló, Goku no pudo evitar reflexionar en voz alta - ¿De verdad crees eso? Si la gente sigue ciegamente lo que está escrito en una pared, ¿dónde queda su capacidad de pensar? Además, yo prefiero seguir mis instintos - dijo, rascándose la cabeza, aún sin entender del todo - O sea, lo entiendo, seguir instrucciones es lo más fácil, pero... siento que es mejor si las instrucciones las dice una persona - comentó, mientras miraba a los demás.

De repente, recibió una palmada gentil de Suzuka y la indicación de bajar - ¿Juuken? ¿Ese es... el de pelo negro? - preguntó, mirando hacia atrás - Ah, sí, cierto... Oye, ¿y mi cerdita sexy? ¿La han visto? - agregó, olvidando por completo dónde estaba ella. Goku comenzó a bajar las escaleras junto a Suzuka, quien le había tocado la espalda, y un escalofrío recorrió su cuerpo, desde la punta de la cola hasta la cabeza. Goku era un hombre mono, y enfatizaba lo de "hombre". A pesar de que Suzuka se veía como una chica atractiva, el hecho de que tuviera "eso" entre las piernas lo inquietaba cada vez que se presentaba algo que pudiese mal interpretarse como una insinuación.

Mientras bajaban, Goku escuchó algo que dijo el capitán. Se volteó como pudo y, entre la cola y el cuerpo imponente de Suzuka, extendió la mano y gritó - ¡Pero capitana, yo no tengo ningún sueño! - Fueron sus palabras, tristemente sinceras, pero sin ninguna clase de emoción negativa en su forma absurda de decirlo.

Suzuka comenzó a hablar sobre las escaleras y demás - Sí, sí, trapito, estas escaleras no tienen nada diferente a las otras, ¿verdad? - dijo mientras se sacaba un moco de la nariz, olvidándose completamente del como eran las escaleras que habían pasado antes y de las cuales habían caído. Su estómago empezaba a rugir. Soltó un suspiro, ignorando casi por completo lo que hablaban frente a la pared entre Suzuka y Juuken una vez llegaron abajo, su mente divagaba, ya no quería nada, estaba terriblemente aburrido, solo escuchaba un blablabla de un lado y del otro. Lo único entretenido que tenía frente a él era la extraña cola de la gigantona con la lanza, y, aunque era un bonito culo y una cola entretenida, no dejaba de darle repelús verlo.

De repente, Suzuka le mencionó a Juuken y a Goku sobre sincronizar sus ataques. Ambos se posicionaron frente a la muralla junto a Suzuka. Goku rápidamente se colocó al lado de la transformista, ajustó sus muñequeras y se preparó en posición de pelea, listo para golpear.

No sabía para qué, no sabía por qué, solo sabía que tenía que golpear. No importaba qué tan fuerte, solo debía hacerlo.

¡Una... Dos... Y Tres! - gritó Suzuka.

Los dos compañeros desplegaron una serie de habilidades poderosas, desatando el caos y la destrucción sobre una estructura que, sinceramente, no merecía tanto esfuerzo, ¿y Goku?, Goku no se quedaría detrás, el simplemente extendería su puño y golpearía el concreto con una sonrisa en la cara y luego el revuelo del viento arremolinaría sus ropas, de su bolsa saldrían disparadas un par de naranjas, el impulso le haría dar un paso al frente, el joven Goku entraría a la sala, el polvo empezaría a disiparse, su capitana Lance bajaría las escaleras, todo estaba listo.

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48 de Daño Contundente


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Vida: -100 / 250

Cuando el polvo se asentó, Goku, erguido y con total confianza, se dio media vuelta, levantó el pulgar y, desbordando seguridad, dijo - Señoritas, ya les despejé el camino.

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Lance se adelantó, y Goku le lanzó una última mirada de supremacía antes de recibir nuevas órdenes. Lance tomó a Suzuka para bajar las escaleras, pero no queriendo quedarse atrás, Goku tomó a Juuken de la muñeca y le dijo a su capitana - Vamos, nosotros los seguimos. - Fue entonces que, entre el polvo y el caos, se detuvo un momento para recoger una naranja que encontró en el suelo - ¡Ah, qué suerte! Ya moría de hambre - dijo, empezando a comérsela, con cáscara y todo, de manera desenfrenada y sin pisca de modales.

Luego de eso, mientras seguían al "jefecito Lance" (quien Goku creía que era mujer), vio a Hunter al otro lado de la sala. Aún sin soltar la mano de Juuken (o más bien, su muñeca, ya que parecía difícil para Juuken liberarse mientras empuñaba su katana), y con la naranja en la boca, Goku le lanzó una buena mirada y lo saludó con el brazo, señalándole con el dedo que iban a bajar.

Lance entonces le ordeno a Goku informar a los demás por Den Den Mushi, y a regañadientes, Goku soltó a Juuken, ya en la escalera, sacó la naranja de su boca, tomó su Den Den Mushi con la mano libre e informó - Chicos, estoy con la capitana, su novio y el de pelo negro, el Juuke... juukan... Jujutsu Kaisen. Entramos a una sala tras una muralla y vamos bajando por una escalera. Un sujeto raro se quedó atrás, estaba empapado de pies a cabeza, no sé por qué, si hace tanto frío...

Y sí, tras esas palabras, por fin su cuerpo y su mente se conectaron en algo... De repente, el frío empezó a calarle los huesos. Sentía el frío perpetuo de la muerte respirando en su nuca, recorriendo su espina dorsal desde la punta de los pies hasta la cabeza, pasando incluso por su colita, provocando un escalofrío desgarrador. Su cuerpo comenzó a temblar mientras se aferraba a sus brazos. Luego, estornudó, dejando colgando de su nariz un moco verde y asqueroso, mientras seguía bajando por la escalera, comiendo su naranja con recelo y sin dejar que nadie se acerque a su tesoro de vitamina C.

Resumen
Muzen Kibutsuji
Raiden
Lanzarse detrás de sus compañeros era lo más lógico en aquel momento pero caer de tal distancia y querer llevar a nado no solo dos personas sino que una era un mink todo grandote fue complicado para el albino que al igual que sus compañeros seria succionado por una corriente extraña la cual haría que en pocos segundos terminara en un nuevo suelo del otro lado de aquello que debía ser sumamente profundo, pero al parecer no lo fue alzo su vista hacia el techo viendo que no había rastro de donde se encontraban. Rápidamente el albino recorrido la nueva sala estaban solo ellos tres y mientras el hacia eso y sacudía su cabeza más que nada por el hecho de que tenía sus ropas mojadas se intentó poner de pie pero no le fue posible ya que su cuerpo se estremeció sintió como una corriente en su cuerpo haciendo que por su bien siguiera de rodilla a su lado se encontraba su capitán quien comenzaría hablar por den den, conforme los minutos se pasaban la voz del jefe sonaban cada vez más distante de Muzen quien sacudió su cabeza nuevamente y hasta un golpe se dio en el rostro para espabilarse ya que parecía querer dormirse.

-Maldita sea, esta cosa me está atacando más fuerte…

Aquello más que una queja pareció un murmuro para él su mano derecha temblaba sin piedad alguna y su garganta ardía como si llevara meses incluso años sin probar una gota de agua y claramente que una gota de agua no sería suficiente ni un rio entero saciarían lo que el cuerpo del albino estaba sintiendo se intentaría poner de pie nuevamente pero su cuerpo ya no quería responderle no quería obedecer a su voluntad provocando que rechistara al ponerse de pie sería capaz de sentir aquella fuerza que golpeaba su cuerpo.

-Joder esa maldita estatua...

El había escuchado hablar en el nuevo mundo de cosas extrañas, pero era incapaz de imaginarse que algo semejante podría existir en lo que eran los blues, algo que le dejaba bastante sorprendido, pero aquello no era suficiente una picazón comenzaría en sus manos rechistando levemente giraría su atención hacia el panda notando que ya no podía ni verlo bien al grandote.

- ¿¿Mi viejo hasta aquí llego, no consigo mantenerme más consciente este maldito vicio me está matando lo dejo todo en tus manos cuida al jefe por mi si es medio cabezón pero seguro que tu fuerza servirá para ayudarlo no te rindas por nosotros dos sí??

Aquello sonaba como un adiós y así lo era la fuerza de voluntad del albino había ya superado sus límites si seguía de pie era simplemente por el anillo de ver a su capitán sonriendo en cuanto se hicieran con el premio de aquella cueva, pero no sería hasta que todo finalizara el saber si habían ganado o no con el puño derecho cerrado chocaría contra el hombro del Panda transmitiendo hacia el toda su confianza y voluntad para que este pudiera transportarlo y seguir avanzando junto al capitán. Sus ojos de a poco se fueron desvaneciendo en una especie de arena movediza ya que su cuerpo necesitaba de aquella droga para poder seguir funcionando sin ella o algo semejante su cuerpo era incapaz de seguir funcionando.


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Shiro
Ninguno
El golpe del Qazan consiguió perforar la pared, ocasionando un pequeño boquete que dejaba ver que tras el muro había otra sala. Por desgracia, el agujero no fue lo suficientemente grande para que pasase el espadachín, así que mucho menos para la daimink, que acababa de alcanzarlos con la premisa de que el resto de personas comenzaba a alcanzarlos.

Shiro, tras guardar el den den mushi que aún sostenía en la mano, se dispuso a ayudar a Qazan tras desenvainar una de sus espadas con la intención de ayudar a este a terminar de echar el muro abajo, pero antes de que el peliblanco pudiese hacer nada, el gyojin, sin pensarlo dos veces, descargó un nuevo golpe con el que consiguió echar el muro abajo con una nube de cascotes y polvo que nubló todo por unos segundos.

Shiro ante las preguntas de su nakama se quedó callado. Él tampoco sabía que les deparaba aquel sitio del demonio y el peliblanco era parco en palabras cuando no tenía respuestas. Desde que habían caído por las primeras escaleras apenas había tenido tiempo para pensar mucho. Todo sucedía de forma frenética y siempre había un nuevo mecanismo que te tenía absorto… aunque si había algo reseñable hasta ahora para el cocinero era el gusto insano que tenía el arquitecto por las escaleras.

- Tienes razón, no podemos quedarnos aquí parados - contestó el peliblanco ante las palabras de Qazan sobre el resto de la banda mientras encaraba el agujero por el que entraba una corriente que conseguía ponerte la piel de gallina. Al peliblanco no le desagrada el frío, pero aquel cambio de temperatura consiguió erizarle el vello de la nuca… aunque en parte también pudo ser la mención de Qazan sobre Rostock. Si bien aquel día se había forjado un lazo más fuerte entre los tres, también le había mostrado a Shiro la parte más animal de sus nakamas. El joven sabía lo que la pareja podía llegar a hacer cuando querían conseguir algo y temió que se volvieran locos por una nueva obsesión. - Es cierto que somos más fuertes que ese día, pero no debemos bajar la guardia. Aquí hay más personas buscando lo mismo que nosotros, así que no bajéis la guardia - prosiguió aferrándose con fuerza a su arma cuando la imagen de Gretta comiéndose la pierna de un tipo moribundo asaltó su cabeza. - Eso sí, recuerda preguntar antes de comerte a nadie - avisó por último tras girarse hacia la daimink. Shiro ya había tenido esa conversación antes con ella, pero sentía que no estaba de más volverlo a recordar.

Tras sus palabras, el peliblanco siguió al gyojin por el agujero para adentrarse en la nueva sala. Allí no solo se encontraba la escalera que había podido entrever con anterioridad el joven, sino que además había una especie de estatua y dos personas más. Shiro pareció reconocer a uno de ellos como el tipo que se había acercado primero al viejo de la primera sala, por lo que no pudo evitar ponerse en alerta mientras seguía los pasos de Qazan por las nuevas escaleras. La pareja parecía sumida en sus propios problemas, pero por si acaso, no les quitaría un ojo de encima mientras avanzaba hacia la siguiente sala.

Justo en el momento en el que bajaban, volvió a vibrar el pequeño dispositivo que llevaba guardado en uno de sus bolsillos, el cual transmitía un mensaje del mono que no se escuchaba del todo bien. - Un momento… ¿pero el mono no estaba con Gretta? - se preguntó Shiro al percatarse de que no había llegado con la daimink. Tampoco es que le importase mucho, el mink siempre conseguía desquiciarlo cuando no lo necesitaba, por lo que el que se hubiese reunido con Lance y el resto era hasta un alivio. Cualquier distracción u error podría costarles la vida… y Shiro no quería morir por las estupideces de otro.

- Nosotros también estamos bajando y estamos acompañados - contestó Shiro intentando no extenderse mucho y ser conciso al ver que la transmisión del den den mushi no era estable. - Cuidado hasta que volvamos a reunirnos.

Una vez dicho aquello volvería a guardar el dispositivo y terminaría de bajar los escalones mientras se mantenía en alerta ante cualquier imprevisto.

Resumen

Vida
Baltazar Bonez
Dr.Bonez
Bonez ya se sentía un poco más despierto después de que pudiera conseguir un poco de tabaco que fumar, volviendo a ser el mismo de siempre, alejándose de aquellas oscuras visiones que casi le hacen desfallecer.  En esos momentos Bonez se encontraba sobre la espalda del Dr. Risas mientras que se divertia por las típicas peleas entre Gavyn y Vesper que nunca pasaban de moda, ya que siempre le hacia gracias que se pusieran a discutir incluso en las situaciones menos indicadas.

Ewawawa!!! Sabes que es lo único que tengo en mente compañero, si quieres podíamos ir a un bar en donde hacen peleas clandestinas con apuestas, es un buen lugar para sacarse el estrés, dice  cruzándose de brazos mientras cabalgaba sobre la espalda de Vesper cual capitán de infantería.

No te vengas a quejar de "Personas Sanas", cuando te conocí andabas m mordisqueando piernas de piratas en Rostock. Dice con ese típico tono de amistad que tenían entre ambos, mientras que Bonez se baja levemente el sombrero.

Esto es genial,Ewa. Me siento un cowboy pero sobre una Hiena, lo cual lo hace aún más genial. dice disparando dos cartas que salen desde bajo sus mangas y dan a una pared en donde quedaron clavadas.
Tras ver  aquel buen tiro hace como si girara un revolver pero esta vez era una de aquellas cartas de poker. Bullseye.


No obstante, cuando bajaron por las escaleras se encontraron con una gruesa pared que les evitaba poder pasar, haciendo que de un salto se bajo de la Hiena y espero a que su compañero le diera un buen golpe a la pared, la cual claramente se había visto afectada pero no lo suficiente para poder destruirse. 

Sin embargo Bonez se sintió ofendido que su compañero de bares le ofreciera destruir esa pared a Gavyn antes que a él, haciendo que se acercara a Vesper listo para esas discusiones espontaneas que sucedían. Oye tu ¿acaso crees que  no puedo derribar una simple pared?  Dice antes  de que apareciera el mazo de cartas moviéndose de una maroma otra con ese truco de dedos característicos de.Bonez antes de girarse y lanzar unas cuantas de aquellas cartas que aumentan su velocidad directamente hacia una de las grietas que habia hecho Vesper para intentar romperlas , aunque aeguia resistiendo a pesar de que las cartas habían destruido gran parte de la pared. 

Joder, tenías razón si que es una pared resistente. Dice antes de que se rascaba la cabeza por debajo de su sombrero algo impresionado por lo que duradera que era aquella pared.

Personaje

Datos

resumen


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