Gautama D. Lovecraft
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26-09-2024, 07:01 PM
- Nombre de la aventura: Algo más que un matón.
- Lugar: Pueblo de Rostock
- Usuarios participantes: Lovecraft.
- Usuario narrador: Lovecraft (Autonarrada).
- Rango: Tier 2
- Descripción: Tras la última visita a su restaurante favorito, el La-Mein de Rostock, a Lovecraft le encomiendan recoger información acerca de los sospechosos movimientos nocturnos que ocurren en el barrio donde se ubica el restaurante, conocido en la base por ser algo conflictivo. No sabe exactamente qué tipo de asuntos podría descubrir en él, pero lo que sí tiene seguro es que se deberá manchar las manos para recoger la información que le piden y mejorar la situación del barrio.
~ Pueblo de Rostock, Isla Kilombo.
~ 23:30h. Día 24 de Verano. Año 724.
~ 23:30h. Día 24 de Verano. Año 724.
Tras la charla que tuve la noche anterior con La y Mein, las alarmas saltaron en el departamento de investigación interna de la base, debido a la actividad de aquel barrio del pueblo, los agentes implicados pronto empezaron a unir cabos entre otros testimonios de civiles, y diversos casos de redadas relacionadas con una red mafiosa dentro de la propia Kilombo. Al parecer, no se trataba de una organización a gran escala, y hasta la fecha, con 0 relevancia fuera de los dominios del pueblo, pero, como todo mal, mejor arrancarlo de raíz antes de que se extienda y coja dimensiones difíciles de controlar. Por eso, justo al día siguiente me entregaron cierta información para que me internase esa misma noche en una especie de congregación que iba a darse con el fin de identificar a los cabecillas de lo que se empezaba a formar.
Me pasaron algunos retratos de los supuestos patriarcas, la organización pasaba por unos momentos delicados, ya que al parecer, el acuerdo entre estos rivalizaba con los egos de cada uno. Aunque llevaban una doble vida siendo ciudadanos de a pie en el pueblo, lo cierto era que algunos se dedicaban a la extorsión, al contrabando y a establecer contactos con la piratería e incluso con el bajo mundo. Por lo que mi misión era plenamente de sigilo y de confirmación, para que al dar parte con dichos retratos, a la mañana siguiente fueran arrestados por sorpresa.
Aquella misma noche, vestido de paisano y con un sombrero de paja con ala ancha, ejercería de vagabundo con el fin de no levantar sospechas y tener una tapadera consistente, pues me haría pasar por un tal Bundiun, un viejo personaje semi conocido en el barrio y que esa misma noche dormiría en los calabozos para que no se diera la situación de que hubiera 2 en el mismo lugar.
Al anochecer, me cambié en uno de los callejones y comencé a moverme entre las calles. Era curioso como en aquella zona, el ajetreo bajaba una vez la oscuridad se cernía en el pueblo, un rasgo a tener en cuenta por la inseguridad que despertaba, algo que tenía en mente también velando por mi integridad. Me deslicé entre las sombras rumbo a una especie de local donde, según el informe que debía de darse el encuentro, el local destinado a una actividad industrial acogería la furtiva reunión.
Divisé varios guardias, o eso supuse, ¿qué harían si no unos 5 civiles por las cercanías de la nave a esas horas?, había más gente ahí que en todo el barrio, demasiado sospechoso y evidente conforme a los datos que tenía. No sería bueno que me vieran y alertasen a todos, debería de acentuar la atención de mis pasos, evitar sus rutas y quizá pensar en diferentes alternativas. 3 casas antes del lugar, me ayudé de un barril en un callejón cercano junto a la cornisa de una ventana para subirme hasta su tejado, cuando para mi detrimento, un tipo sentado sobre una caja me vio a escasos centímetros del canalón del tejado por donde subí. Instintivamente, me abalancé sobre él, no quería hacerle daño, pero había que dejarlo en fuera de juego. Mi mano derecha alcanzó su hueco supraclavicular con los dedos índice y corazón, aquello evitó un grito que perturbaría la tranquilidad de la noche, el desconocido tosió, pero aquello no levantó sospecha alguna, aprovechando esto, continué la acometida con la otra mano para meterle un golpe seco y firme sobre su nuca, cayendo en shock y perdiendo el conocimiento. Primer contratiempo, no debía de ir con parsimonia, tocaba reconocer las caras y salir pitando de ahí o el resto de compañeros podrían darse cuenta que este no estaba sereno en su puesto.
Visualicé al resto, de la misma forma que este, vigilaban tejados aledaños a la nave, pero me movía furtivamente entre las chimeneas para ocultar mi figura en el contraste nocturno hacia la luz de la luna. Salté avanzando de tejado en tejado cuidando mis pasos hasta que alcancé la nave, en el tejado de esta había múltiples cajas de dudoso contenido, no era momento para comprobar que contenían, pero si estaban allí fuera del alcance y la vista de todos, algo comprometedor tendrían. Me asomé hasta una de las ventanas que daban hacia la sala, ya estaban todos reunidos, verifiqué sus caras con los retratos de la investigación. Estaban sentenciados, y aunque no lo supieran, a la mañana siguiente estarían bajo una orden de detección todos y cada uno, incluido ese Byruk, el cual parecía ser alguien de la guardia personal de uno de los malhechores.
Ahora, tocaba salir de allí sin ser visto. Regresé sobre mis pasos cuidando los recorridos de la guardia de los tejados, hasta el momento, ningún toque de alarma se había producido, pero había que irse sin demora, antes de que descubrieran el cuerpo sin conocimiento del vigía o por el contrario, este lo recobrase y estuviera en problemas, y no solo yo, la misión también. Pero el camino de vuelta me garantizó una ruta aparentemente segura, volví a aprovechar las chimeneas para cobijarme de sus miradas, hasta alejarme ya varios edificios de allí, donde volvería al suelo y de camino a la base, donde una vez llegara, solo tenía que confirmar la información que había recogida.
