Alguien dijo una vez...
Bon Clay
Incluso en las profundidades del infierno.. la semilla de la amistad florece.. dejando volar pétalos sobre las olas del mar como si fueran recuerdos.. Y algún día volverá a florecer.. ¡Okama Way!
[Común] Rey de la pista
Tofun
El Largo
Noche del 23 de verano del año 724
Taberna de malamuerte, Oykot Este, Isla de Oykot.


Oykot era un lugar caótico. Una mezcla de delincuentes, gente honrada y adinerados que se aprovechaban de los dos primeros, creando un ambiente tan tenso como el filo de un cuchillo... si no te lo robaban primero. La isla estaba llena de personajes, algunos sorprendentemente buenos y otros tan averiados como la memoria de Gregoria. Tras varios días de investigación, por fin me reuniría con Ragnir en una taberna de la que había oído hablar, situada en Oykot Este, la zona de los balleneros. Pero no era una de esas tabernas llenas de marineros honorables, no. Esta era una taberna de maleantes, los que dejaron la moralidad en casa para sobrevivir. El lugar era sorprendentemente amplio, con la puerta a la derecha y casi una decena de mesas frente a ella. El suelo de madera tenía grabados tallados que no podías apreciar mucho entre el caos, y había macetas en las esquinas que probablemente jamás habían visto una flor, sabe dios cuantas personas habían meado en ellas. La barra estaba al fondo, con una pequeña cocina, y unos farolillos iluminaban la sala, dando la falsa impresión de que era acogedora. Nada más lejos de la realidad.

Taberna


La taberna estaba a reventar. Todas las mesas llenas, y la cantidad de gente de pie solo empeoraba el ruido ensordecedor de gritos, quejas, insultos y algún que otro brindis. La mayoría de los presentes tenía pinta de buscar problemas. Cuatro camareros hacían lo que podían, pero el caos era tal que las jarras volaban por el aire, botellas rodaban por el suelo y los empujones estaban a la orden del día. Ragnir y yo ya habíamos tenido tiempo de ponernos al día y, después de unas cuantas cervezas, nos dedicábamos a "investigar" el ambiente del lugar. Aunque, claro, la diferencia entre él y yo era evidente. Ragnir, con su tamaño, apenas recibía algún empujón, pero yo, siendo un tontatta, ya llevaba cuatro o cinco patadas. La vida era dura para alguien de mi tamaño en una taberna como esta.

Ya habíamos disfrutado de varias cervezas, acompañadas de un par de chupitos de mi propia cosecha. Yo había tomado un "Máquina" [+10FUE], perfecto para una noche movida como esta. Ragnir, por su parte, había optado por un "Nosha" [+5FUE y +5RES](Tienes opción a cambiarlo).

- Ragnir. Estoy hasssta los misisipis de esta gentuza. ¡No paran de...! ¡Hip! ¡Pisarme! - Gruñí rascándome la barba con energía. - ¿Alguna vez has hecho un rey de la pista? ¿Los piezas te han contado alguna historia de ello? - Comencé a estirarme y a calentar crujiendo mi cuello. El rey de la pista era un juego que los piezas nos habíamos inventado en nuestros tiempos mozos, consistía en situarse en el centro de una taberna abarrotada y comenzar una pelea que normalmente se extendía mas rápido que un rumor. Teníamos que intentar mantenernos en el centro de la taberna y al pasar cierto tiempo (4 turnos) ganaba el que continuase en dicha posición. Si Ragnir aceptaba le advertiría con una sonrisa bonachona. - Ya sabes que soy un tipo duro. ¡Hip! Y tu también. Así que espero que no te contengas. Nos vendrá bien calentar para lo del 25. - Le hice un gesto señalando a la gente cercana, empezar ese tipo de peleas era un verdadero placer pero yo lo había hecho muchas veces, me gustaría que mi compañero tuviese el placer.

Personaje

Datos
#1
Ragnheidr Grosdttir
The Storm
Personaje


Aquella taberna despertaba lo peor y lo mejor de las personas. Personajes de mala muerte que se desinhibían a todo lo que daba el cuerpo, en un día más. Un día más en una vida insulsa, bien podría ser la penitencia más grande que uno podía vivir, así que se entendía que necesitaran desahogarse en antros como aquellas. Ragn no era diferente, si bien la monotonía no iba en exceso con su forma de afrontar la vida, si que cuando llegaba la misma intentaba escapar rápido. El encontronazo constante con no perecer como uno más.

El enano de enanos, Tofun el "mata leyendas", apodo cariñoso que le había dado Ragn por haberlo tumbado más de una vez bebiendo. Y el rubio, se encontraban bebiendo, cómo no. Los ojos del Bucanneer iban barriendo el lugar. — ¡Nosha ya no hasserrr efecto! — Intentó abrirse paso entre los numerosos sonidos. El chupito que logró destrozar al vikingo días atrás, era algo que tenía cuidadosamente bajo control. No era estúpido, conocía bien su cuerpo, así que no pasó de dos, el tercero tenía más que comprobado que lo tiraría al suelo o peor, le haría liberar sus gases, como si estos no fueran peligrosamente mortales casi al contacto, algunos.

Cada poco tiempo, el personal se iba cruzando, chocando con el punto y la I. Para la I (Ragn) no era importante, es más, aprovechaba para hacerlos caer al suelo al empujar el, eso le hacía gracia. Llegó un momento en el que eso sucedía bastante rápido y entre uno y otro, se hizo un montoncito de gente cerca del gigante. — ¡Já! — Graznó cuál cuervo al mirar al que estaba debajo de la montaña de hombres. Tofun lo pasaba peor, ¿pero por qué? Ragn alzó una ceja mientras hablaba su compañero. El vikingo sabía de sobra que con la fuerza descomunal del pequeñajo, podría apartar al personal a base de manotazos. Pero no lo hacía. — Tiene mucho autocontrol para estar todo el día borracho. Qué titán. — Habló de un juego que las uvas le comentaron justo el día de la boda. El rubio lo recordaba muy vagamente, pero no diría que no. Afirmó con contundencia. — Honorrr no dejarrr que pierrrda hoy. — Afirmó, dejando malamente la jarra que tenía en su mano sobre el montoncito de hombres apilados cerca de él. — ¡Jiajiajiajiajia! — Reía y reía, quizás llevado por el chupito Nosha, quién sabe. En su espalda descansaban sus dos armas, las cuales, sacó lentamente. El techo, que estaba cerca de Ragn, para su desgracia, no tardó en comenzar a destrozarse en el momento en el que el Buccaneer comenzó a movilizar las gigantescas espadas.

La taberna era grande, sí, pero no tanto. Con un grácil movimiento, abrió el techo por completo. Una acción completamente fortuita para ser honestos. — ¡Mejorrr rrespirrrarrr airrreeee! — Comentó, como si realmente hubiera sido todo pensado. Caminó hasta el centro de la taberna, momento en el que Ragn tomó aire y después cerró la boca delicadamente. La tensión en su cuerpo era claramente perceptible. Colocó sus armas en posición de pelea. También fue accidental que un trozo del tejado se cayera sobre una de las mesas cercanas a Ragn, reventando y de qué forma, a las personas que estaban allí. La placa de tejado aplastó los cuerpos completamente ... Cubriendo una gran área con un charco de sangre.


Técnica utilizada


Aumento por bonos-Datos
#2


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