Alguien dijo una vez...
Iro
Luego os escribo que ahora no os puedo escribir.
[Autonarrada] Secuelas de una gran recompensa
Alexander Bathory
Doc
45 primavera 724

Cualquier vida es valiosa y aquellos que dejamos detrás merecen saber de nuestra partida, un pensamiento simple que me había seguido todo el camino desde nuestra partida de Yotsuba hasta nuestra llegada a Dawn donde tenía una misión personal que cumplir, cuando la oportunidad se presentó le indique a King que me ausentaría algunas horas pues tenía algo importante que hacer en la ciudad antes que saliera a las calles de aquella isla, según había preguntado a la gente con que habíamos viajado, aquel chico había ido a aprender más de carpintería de un viejo maestre de Syrup durante algunos meses para luego regresar a Dawn y ayudar a su familia, un acto noble sin duda y que me hacía sentir más culpable por mi falta de habilidad
 
“¿qué podía haber hecho?, ¿que podría haber cambiado?, ¿que podría haber intentado?” las preguntas inundaban mi mente mientras analizaba una y otra vez aquella situación, el corte en el cuello del muchacho, la cantidad de sangre perdida, la falta de equipo médico, simplemente llegaba una y otra vez a la misma conclusión, nada, nada que hubiera podido hacer cambiaría el resultado de aquella situación estaba convencido; mis pasos me comenzaron a llevar a lo largo del puerto preguntando en los diferentes astilleros
 
Aun así muchas de las repuesta que había recibido en los astilleros principales eran que desconocían al muchacho por lo cual había decidido dirigirme a las zonas más alejadas de la Villa Fosha; mientras caminaba mi mirada se alzó a los cielos en un gesto cansado notando como algunas nubes comenzaban a cerrarse en el cielo pero pese a ello mi andar no flaqueo antes que llegara a un astillero, su estructura gastada por el paso de los años herramientas que a simple vista se veían antiguas y obsoletas pero pese a ello varias personas trabajan en el sin detenerse acarreando madera preparando una clase de estructura, no me encontraba seguro pues por el momento solo era un esqueleto vacío pero parecían trabajar en un barco, por lo cual decidí acercarme con precaución para evitar cualquier tipo de percance
 
Al momento que me acerque pude notar que más de una persona se detuvo para ponerme atención antes que preguntara -¿se encuentra su jefe?, necesito información sobre un trabajador… es importante- antes que uno de ellos me indicara que esperara y se adentrara al astillero antes de que regresara acompañando a un hombre entrado en años el cual portaba un martillo  bastante grande el cual usaba a manera de bastón –que, que quieres lobo, el tiempo es valioso!- exclamo claramente por mi interrupción ante su trabajo –busco información sobre un chico, Michael, estuvo trabajando en Syrup durante un par de meses con el maestre Duneyrr…- pero antes que fuera capaz de terminar note como el jefe de aquel astillero alzaba su mano indicándome que me detuviera –si Michael, buen muchacho lo envié con mi amigo Duneyrr para que entrenara y aprendiera después de todo tenía mucho potencial, ¿qué problema causo?-
 
No tarde mucho en empezar a explicarle lo sucedido sobre como habíamos encallado y sobre como habíamos sido emboscados por un grupo pirata y lo que sucedió con Michael –una desgracia- dije el viejo mientras sacaba una pipa de sus ropajes encendiéndole y dándole un par de caladas –no te culpo, al paso de los años mire muchas lesiones al trabajar en un astillero pero lo que dices, no creo que hubieras podido hacer mucho- aclaro con calma –al menos tienes el profesionalismo de dar el pésame- en ese momento sus ojos se centraron con firmeza en los míos analizándome –no, esto es algo más, no preguntare muchacho solo asegúrate de darle a su madre el pésame- en ese momento lo vi dar una nueva calada a su pipa mientras negaba con tristeza -ella ya paso demasiado, perder a su hijo es mucho, la encontraras su casa en las afueras del bosque camino arriba… no será mejor que te acompañe era amigo del padre de Michael-
 
Tan pronto aquel hombre puso las cosas en orden partimos rumbo al Bosque salauce, durante el camino aquel hombre no hablo mucho aunque tampoco me encontraba con intenciones de hablar en aquel momento, hasta que una cabaña se hizo presente en el borde del bosque –AGATHA!- grito aquel hombre llamando a la dueña de aquella residencia antes que una mujer saliera secando sus manos en un delantal –¿Farli que ocurre?- pregunto antes que me volteara a ver –¿y tú quién eres?- antes de que hiciera una reverencia presentándome –mi nombre es Alexander un Doctor de Syrup- ante mis palabras note como aquella mujer se tensaba quizá intuyendo lo peor antes de que preguntara –¿podemos hablar dentro?- y comenzara a narrar lo sucedido, procurando hacer sonar a su hijo lo más posible como un héroe que peleo con valentía, no era suficiente para aliviar su dolor, pero al menos deseaba que conservara un recuerdo heroico de su hijo
 
Tan pronto mi historia hubo terminado Salí de casa escuchando el llanto de aquella mujer mientras un trueno surcaba los cielos y la lluvia empezaba a caer –los cielos comparten el dolor y las lágrimas de una madre por el hijo perdido, que la tormenta y la lluvia se lleven el dolor- dije recordando la línea de un libro que lacia olvidado en mis memorias antes de que ajustara mi abrigo una vez más disponiéndome a regresar con el resto de la tripulación
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