¿Sabías que…?
Si muero aquí, será porque no estaba destinado a llegar más lejos.
[Evento] [Búsqueda del tesoro] El Enigma Olvidado
Drake Longspan
[...]
Por si no fuese poco el impacto del Hasshoken sumado al extremo cansancio que el muchacho percibía en cada extremidad y ápice de su cuerpo, el suelo comenzó a temblar, elevando un géiser de agua estallando bajo sus pies. El chico no tuvo ni tiempo de ponerse en guardia de nuevo, su cuerpo comenzó a flotar. Pensando que iba a morir, se dejó llevar.


[Imagen: tmnfDxu.png]

Mientras Drake Longspan flotaba en el aire, suspendido por un glorioso segundo antes de que la gravedad reclamara su derecho sobre su cuerpo, no pudo evitar que su mente divagara hacia pensamientos más profundos. O quizás no tan profundos, porque lo único que cruzaba su mente en ese momento era una verdad tan dolorosa como el inminente impacto: el verdadero enemigo no era el mar, ni los piratas rivales, ni siquiera ese géiser traicionero que acababa de dispararlo hacia su posible muerte. Estaba en pleno viaje astral. La luz al final del túnel. Y la iluminación llegó.

No, el verdadero villano siempre había sido y siempre sería…

El capitalismo.

«Claro, porque si los sistemas económicos de los mares fuesen justos, no estaría aquí volando como una hoja al viento, a punto de darme un golpe de realidad… y de roca. ¿Por qué no me pude quedar con mi taller? Ah, sí, porque nadie quiere pagar por muebles artesanales cuando esos mercaderes del gremio de KIKEA te lo vende más barato y además con la diversión de montarlo tú mismo. El capitalismo es como este géiser: te escupe hacia arriba, te da un poco de esperanza de que tal vez, solo tal vez, puedas volar… y luego te deja caer al vacío, con una deuda más grande que tu dignidad.»

Suspiró, flotando un poco más en su caída, como un panfletista anarquista que aún tiene algunas cosas que decir. Al final, aquellos amigos que había hecho en Kilombo tendrían razón.

«Ahí es donde empezó todo. No fueron mis habilidades de carpintería las que me llevaron a este momento... Fue esa lucha constante de un hombre honesto contra un sistema que lo quiere todo... hasta tu último clavo. Me metí en la piratería porque pensé que robando tesoros podría ganarme la vida... pero resulta que el capitalismo ya me había robado todo antes.»

La verdadera pelea no era contra otros piratas. No era contra la Marina. Era contra un sistema que siempre, sin importar cuántos géisers explotaran bajo tus pies, te dejaría caer… y sin seguro médico.

«Puto Gobierno Mundial.»

Cuando estaba a punto de llegar a los cuásares y los pulsares del mismísimo cielo hasta convertirse en el nuevo guardián de las estrellas. Un grito le despertó.

¡Draaaaake! ¡Capitán! ¡Pato! ¡¿Alguien?!

El carpintero de los brazos largos seguía vivo...

Y seguía preso del sistema.

Mierda... Mi cabeza...

Como quien se despierta de una resaca de una Rave en el Reino de Goa, Drake, algo entumecido escucha los gritos de su capitán, por suerte para él, ya no le quedaban onigiris que meterle en la boca.

Resacado, se reincorpora estirando su brazo en dirección a Jun Gunslinger para ayudarla a bajar del árbol. Su pelo está completamente despeinado y lleno de plumas y restos de ramas y hojas. Ni él sabe que ocurrió, y posiblemente no lo sepa nunca.

Lo logramos, toca llevarlo a puerto. — Dijo a la tripulante con la sonrisa más triste del East Blue, algo dentro de él deseaba haber muerto.

Habían logrado el objetivo, si alguna vez tuvieron uno. 

Ahora, tocaba trabajar para el sistema...

Hasta su abolición.

Resumen


Items utilizados
Shiro
Ninguno
El peliblanco hizo caso omiso a su alrededor. Todo se estaba yendo al traste demasiado rápido y no podía entretenerse con nada que no fuese buscar una manera de salir de allí junto a sus nakamas, por lo que Shiro centró todos sus esfuerzos en alcanzar aquella placa en el suelo. Sentía que había dado con la clave para escapar del lugar de una forma segura. Shiro sabía que la infame mente que había creado aquel lugar debía de haber oculto algún mecanismo que detuviese aquello… aunque el cocinero no tardó en averiguar lo equivocado que estaba.

- Cagamos - pensó el joven cuando escuchó los chorros emerger a través de los huecos de las escaleras como un claro presagio de lo que se avecinaba.

Al joven le hubiese gustado comprobar si sus nakamas se encontraban bien, pero antes de poder hacer nada, la losa que tenía frente a él explotó expulsando otro torrente de agua que golpeó a la estatua haciéndola tambalear. El peliblanco hizo un esfuerzo abismal para mantener el control mientras se aferraba a esta con todas sus fuerzas en un intento de estabilizarla, sin embargo, todos los esfuerzos de Shiro fueron en vano y terminó siendo arrastrado por el agua mientras se aferraba al autómata.

El viaje por la corriente fue de lo más tortuoso, ramas, cascotes e incluso parte del tesoro que había estado esparcido por el suelo se transformó en una lluvia de proyectiles que laceraron al espadachín aquí y allá. El muchacho temía que alguno acabase impactándole en algún ojo, por lo que rehusó a fijarse en las escenas que decoraban las paredes. En su lugar, el peliblanco pegó la cabeza a la estatua a la que aún seguía agarrado y cerró los ojos esperando a que aquello acabase rápido.

Shiro se mantuvo en aquella posición hasta que notó como la gravedad lo reclamaba. El inequívoco tirón que ejercía esta cuando caías era inconfundible, por lo que cuando el empapado cocinero volvió a abrir los ojos se encontraba en el aire cayendo hacia la selva que habían cruzado al llegar. El espadachín, en un intento desenfrenado de salvarse ante aquella caída, volvió a activar sus poderes aprovechando que había conseguido mantenerse sujeto a la estatua, pero una vez que el autómata volvió bajo su control, se dió cuenta de que no había servido para nada. Su instinto le había llevado a hacer aquella maniobra pensando que podría hacer levitar el objeto, pero como tenía movilidad propia solo consiguió caer al vacío junto a una estatua gigante que pataleaba inútilmente mientras sujetaba un sarcófago.

El impacto contra los árboles fue brutal. Por suerte para Shiro el golpe principal se lo llevó la estatua, pero tras partir el primer árbol en dos no pudo aguantar más agarrado a ella y salió despedido como un muñeco de trapo. A partir de ahí, el arriba y abajo perdió el sentido, partiendo ramas durante su trayecto hasta que frenó en seco cuando chocó contra el tronco de uno de ellos… y llegó la negrura.

Shiro no supo cuánto tiempo estuvo sin sentido, pero tras un tiempo indeterminado un incesante zumbido comenzó a sacarle de su estado poco a poco. El peliblanco al principio pensó que era la cabeza a punto de estallarle, sin embargo, resultó ser el pequeño den den mushi que había llevado consigo. Al peliblanco le costó horrores moverse, el cuerpo le pedía que reposase un rato más, que necesitaba descansar y que luego ya si acaso se movería.

- Espero que no estéis ninguno muerto… - terminó cediendo ante la razón mientras buscaba al pequeño caracol que no paraba de zumbar entre sus ropajes.

La voz de Lance fue como un remanso de paz para el cocinero. Por el tono de este parecía que todo andaba bien, así que había llegado la hora de dejar de vaguear y volverse a poner en pie. El cuerpo de Shiro se quejó a cada movimiento que daba. La caída lo había dejado bastante destrozado, pero no podía preocupar a sus nakamas. Debía de sacar fuerzas una última vez y ya luego podría descansar en el To´Shulo tranquilamente.

Lo primero que hizo Shiro fue reconocer la zona, donde se encontró la estatua que los había atacado en la sala del tesoro, aún abrazada al sarcófago al que había hecho agarrarse cuando el joven la cabalgaba. Fue todo un alivio para el espadachín no haber perdido el botín.

- Volvamos al ruedo, pequeña - pensó Shiro mientras buscaba la forma de volver a subirse a la zona adecuada para usar sus poderes.

Dado al dolor de su cuerpo, esta vez no fue tan sencillo para Shiro, pero tras varios intentos al fin lo consiguió y pudo volver a colocar la estatua de pie. Durante la caída parecía que el mecanismo de la pierna derecha se había estropeado y no podía caminar como antes, así que no le quedó otra que avanzar con ella haciéndola saltar a la pata coja.

Resumen y Botín
Tofun
El Largo


Caballeros, señoritas y caballeras (por si alguno se ha visto desprendido de su cuerpo). Hemos llegado al final de la MT. ¡Felicidades a todos! Era un tema duro, rocoso y con cambios por el medio, además había mucho volumen de participación pero creo que la media ha sido buena, se han sacado muchas conclusiones de como proceder, se ha aprendido mucho y se corregirán errores de cara al futuro. Por si a alguno aun no le ha quedado claro, a mi el tema de los cambios me ha pillado de sopetón y ha habido instrucciones cruzadas en las que yo era un mero mensajero. Vamos con las conclusiones:
  • Durante vuestra huida muchos de vosotros habeís visto unos ojos verdes en la selva, vigilando, tan solo un instante.
  • La banda de Kael logra capturar a Muzen, ha de decidir que hacer con el y comunicarse rápidamente conmigo y con el. Tenemos que estudiar la posibilidad de donde puede postear Kael etc.
  • Indiana se ve coaccionado a acompañar al grupo y muestra un desagrado total a como Jack lo ha raptado, pero como no le queda otra les acompaña y guía a desgana. Tenéis que informar sobre que hacéis con el.
  • Se extiende el rumor de que los secretos de Momobami han sido revelados y saqueados.
  • Se anuncia la desaparición de Indiana D. Jones.
  • Corre el rumor de que varios Joyeros están haciendo saber que están interesados en la compra de reliquias.



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