Hay rumores sobre…
... una isla que aparece y desaparece en el horizonte, muchos la han intentado buscar atraídos por rumores y mitos sobre riquezas ocultas en ella, pero nunca nadie ha estado en ella, o ha vuelto para contarlo...
[Misión de Temporada] El Gato y el Ratón - Grupo C
Drake Longspan
[...]
En medio del caos, la revolución avanzaba con una energía casi palpable. Rocket Raccoon, estaba en su elemento, si el anarco-terrorismo cuenta como elemento. Después de ser lanzado con precisión a un tejado, se dedicó a lanzar cohetes como si estuviera organizando una fiesta de fuegos artificiales, pero con un toque bélico. Cada explosión retumbaba en el aire, y aunque no logró hundir el barco enemigo, sí les consiguió algo de tiempo para el grupo. Su toque final fue un cohete especial que pintó en el cielo la "R" y la "A", adornadas con alas enormes, un símbolo que haría historia y podrían contárselo a las nuevas generaciones.

Si sobrevivía...

Mientras tanto, Lobo Jackson, el mink con una guitarra en mano y ahora con un nuevo Alias: "Perrito Supervisor", convertía el campo de batalla en un concierto improvisado. Sus acordes no solo levantaban el ánimo de los suyos, sino que incluso hacían que los enemigos se tambalearan al ritmo de su música. Parecía imposible que alguien pudiera mantener la concentración con tanta energía en el aire. Lobo no solo tocaba para inspirar, sino que su música se sentía como una declaración: La historia se puede transmitir con música. El daño realizado por Lobo es ineludible por los guardias, los cuáles parecen sorprenderse ante la forma de combate del Mink.

Hato actuaba con rapidez, era como ver a un torbellino en el campo de batalla. Con su Kanabo en mano, se movía entre los guardias con una precisión que solo podía venir de alguien con su nivel de experiencia. Cada golpe era devastador, lanzando a sus enemigos metros atrás, y con su dial de propulsión, los remataba sin darles oportunidad de reacción. Hato no solo estaba luchando, estaba dominando a los pobres guardias reales que le hacían frente y su energía era contagiosa.

Los enemigos atacados por la Skypean, hicieron qué cayesen completamente noqueados

Lemon Stone, por otro lado, tenía un enfoque... bizarro. Había esparcido mantequilla por toda una avenida y ahora, mientras la veía derretirse lentamente con una mezcla de satisfacción y duda, se preguntaba si era lo correcto. Pero las dudas duraron poco, si alguna vez dudó. La mantequilla comenzó a arder fruto a los tablones de madera, incendiando casas de pobres civiles junto a la calle, montando una barricada improvisada. Esta batalla le iba a costar bastante de reponer para el ejercito revolucionario, pero no se gana una batalla sin pérdidas. Para mas inri, Lemon decidió añadir un toque de cigarro para potenciar todavía más las llamas...

Algo parecía indicar que iban a prohibir fumar en esa isla próximamente.

El fuego se extendía rápidamente por el lado oeste del puerto de Oykot, parecía que todo iba a ser consumido por las llamas hasta qué el sonido del agua retumbó por todo el ambiente.

Mientras el grupo huía en dirección norte, el resonar del agua parecía llegaros de camino, dispuestos a arrastraros de vuelta hacia el pueblo, rumbo a una más que probable batalla campal.

Tras el sonido fluvial y estruendo, una figura se muestra en las encharcadas calles del muelle sur. En lo alto de una plataforma improvisada, con el rugido del río como único testigo de lo que estaba a punto de suceder, Karina se colocó frente a la multitud que se había reunido de camino hacia el puerto de Oykot. Balleneros, padres, hijos de pescadores, miembros de la guardia real, marines y cuatro revolucionarios del East Blue fueron testigos expectantes, con los rostros curtidos por el viento salado y el miedo mezclado con una esperanza naciente. La mujer, con sus ojos encendidos como dos llamas, alzó la voz para ser escuchada por todos.




¡Compañeros del mar, del puerto y de la tierra que amamos! Hoy no estamos aquí como simples balleneros, pescadores o padres de familia. ¡Hoy somos algo más! Hoy somos el puño cerrado de un pueblo que ha sido aplastado por demasiado tiempo. Somos los hijos de este mar que nos ha dado todo, y ahora debemos devolverle su libertad. Nos han arrebatado nuestra dignidad, nuestros hogares y, lo peor de todo, el futuro de nuestros hijos. Pero hoy… ¡hoy será diferente!

Apretó su puño antes de dar un pisotón sobre un barril.

¡Porque somos el rugido del mar, somos las olas que arrasan todo a su paso, somos la tempestad que trae consigo el amanecer de un nuevo día! ¡Y cuando la tormenta pase, cuando el humo del combate se disipe, será nuestro estandarte el que ondee en lo alto! ¡El estandarte de los libres, de los que no se rinden, de los que pelearon por su tierra y la ganaron! ¡Hoy, compañeros, no somos solo hombres y mujeres de Oykot, ni del East Blue! Hoy somos la tempestad que arrasa con la opresión. ¡Hoy somos la marea que destruirá sus cadenas! ¡Por la libertad! ¡Por nuestras familias! ¡Por cada golpe que hemos soportado y por cada victoria que ganaremos!

El eco del grito de Karina resonó como un trueno, y la multitud estalló en vítores, alzando sus puños al cielo. El paso fluvial de aquel río rompió con más fuerza contra el puerto, como si la propia naturaleza respondiera a su llamado. La revolución había comenzado.

A la batalla.

Justo cuando el río desbordante llega hasta las orillas, el barco de la Marina finalmente atraca, haciendo que estos desembarquen frente a los revolucionarios, los cuáles están en busca y captura por sospechas de terrorismo, no así aún los balleneros. Mae Sinfo fija en la distancia, en los tejados, la figura de Rocket Raccoon. No parece quedar ni un solo tripulante en dicho barco.

Atrapadles.Dijo secamente, tapando su rostro avergonzado en dirección a Rocket Raccoon.

Seis marines junto a la suboficial se dirigen hacia el grupo desde la zona sur. La guardia real que no había sucumbido a la paliza del grupo, había sido primero incendiada por Lemon Stone y luego llevada por la corriente hasta el agua salada del puerto.

Del submarino del muelle, parece abrirse la escotilla, saliendo un grupo de élite armado... Solamente aquellos que fueron arrastrados por el agua en dirección al muelle sur podrían leer sus intenciones y escuchar sus palabras:

— Dios salve a la reina.

Disculpas y aclaración


Stats de Karina a Nivel 9
#31
Lobo Jackson
Moonwalker
Música para el post


- ¡Oh yeah-gara! ¡Esto es un no parar-gara! - Cantaba el mink, pisando el suelo como bailarina de flamenco de Dressrosa mientras que movía la guitarra de lado a lado, dejándose llevar por el ritmo revolucionario que bullía en sus venas con cada latido de su corazón. Una fuerza imparable se había desatado en Oykot, una corriente de cambio, un retumbar estrepitoso de gran magnitud.

- Qué curioso... - Pensó. - Juraría que puedo sentir el rumor de la Revolución acercándose a toda velocidad desde el Este... -

Afinó sus peludas orejas lupinas hacia su derecha, ligeramente confuso. Su fino y sensible oído captó un sonido semejante al de centenares de garbanzos secos deslizándose sobre una sartén de hierro. Sonido que aumentaba en su intensidad con cada segundo que pasaba hasta que el símil de los garbanzos se quedó pequeño, pues ahora parecían cascotes rodando por un despeñadero.

- ¿Pero qué es eso-gara? ¡AUUUU! ¡Se acerca algo grande-gara! - Exclamó con emoción. 

Decidió que la mejor opción para averiguar la causa del ruido era seguir el ejemplo de su camarada Rocket, el mapache de los cohetes. Se agachó hacia el suelo con una pose dramática, tensando los músculos de sus piernas, antes de propulsarse hacia el cielo como el corcho de una botella de champán. Grácil como un cisne, dio una hermosa pirueta de ballet al más estilo okama kenpo mientras surcaba el aire hasta el tejado más próximo, aterrizando como si las puntas de sus dedos fueran ligeras plumas ingrávidas sobre las tejas de adobe.  

Ahora que había superado la barrera de edificios, pudo divisar sin dificultad la masa de agua que venía a toda velocidad desde la lejanía. - ¡Vaya! El grupo A ha tenido éxito en su misión, ¡qué gran espectáculo! - Pensó con optimismo. - El agua limpiará las calles de todo este apestoso aroma a pescado podrido y pólvora quemada.

Desenrolló el bello vestido carmesí de su compañera, que aun conservaba aquel delicioso aroma floral, y aspiró con libertad el aroma fresco del aire limpio que soplaba desde el este, atraído por la fuerte corriente. Echó entonces un vistazo hacia atrás: Hato y Lemon estaban terminando con los guardias, mientras que un incendio se propagaba hacia el puerto. Y el barco, a lo lejos, había conseguido atracar al fin.

- ¡Hato, Lemon, comaradas-gara! ¡Rápido-gara! ¡El equipo A ha cumplido su parte y el río viene a como estampida de búfalos hacia aquí-gara! ¡Subid rápido a los tejados si no queréis hacer surf con la corriente-gara! - Avisó con toda la fuerza de sus pulmones, no sin primero asegurarse de que afinaba una perfecta La Mayor al hablar. Mantener la melodía viva era tan importante como avivar las llamas de la Revolución.

Y entonces la divisó: aquel magnífico ejemplar de mujer hizo su aparición en escena. Sus músculos tonificados y piel bronceada bajo inclemente sol resultaban inconfundibles. El podio, el escenario, aquella plataforma improvisada sobre la cual se había puesto en pie. - ¡Oh! ¡Maravilloso! - Pensó Lobo Jackson con admiración frente a tal despliegue escénico. Definitivamente, Karina sabía captar la atención de los espectadores.

Espectadores que gritaban al unísono, levantando sus arpones al cielo arriba y abajo como una marea de acero. Una turba enardecida que brillaba bajo la luz de un sol que se hacía hueco entre las nubes, acariciándolos con sus rayos como si fueran los hijos de la tierra prometida. Una tierra que iban a reclamar a base de sangre, sudor y lágrimas.

Gracias a su aventajada posición, el mink sentía que estaba en el puesto de honor, disfrutando desde el proverbial palco del teatro que era la lucha por La Libertad. El lugar ideal para escuchar el exhilarante discurso de la ballenera de piel morena. Por primera vez en mucho tiempo, Lobo Jackson sentía que no era la única estrella en su pista de baile particular. Una voz cantante tan fuerte y carismática como la suya dirigía la voluntad del pueblo, y atraído como oso al panal, saltó con gran rapidez desde el tejado hasta la plataforma de Karina.

De haber sido otra persona, es probable que el mink hubiera recibido un derechazo directo al morro por parte de la ballenera. Pero por suerte para él, ya eran conocidos y compartían un objetivo común. La Libertad, la Independencia, la Rebelión. Todas con mayúscula, como debe ser.

- Me alegro de verte por aquí, compañera-gara. - Le dijo Lobo Jackson a la líder de los balleneros. - ¿Veo que has conocido al resto de mis camaradas, eh-gara? Ahora es cuando llega el desenlace final de la sinfonía revolucionaria-gara, ¡es aquí donde hacemos historia-gara! - Cada exclamación del mink era remarcada con una estupenda pose con la que lucía el brillo de su chaqueta, pues más que un discurso era una canción revolucionaria.

Pero en su interior sentía que faltaba algo, algo necesario, algo que propagara la Revolución a gritos. Pensó y pensó, hasta que encontró la inspiración que buscaba en el fantástico estilo de su enmascarado compañero, Lemon.

- Me pregunto si esto estará escrito en el MANUAL, amigo mío. - Los pensamientos del mink volaban. La Revolución era una fuente inagotable de inspiración y creatividad. A su lado, los arpones se levantaban hacia el cielo. - Esto servirá. - Pensó cuando estiró la mano y agarró uno de ellos, tomando por sorpresa a un ballenero que levantó la vista y abrió los ojos con sorpresa.

- ¿Lobo? - Exclamó el hombre. Para sorpresa de ambos, se trataba de uno de los reclutas revolucionarios que habían estado bajo su mando e instrucción desde aquel trabajo en el puerto.

- Préstame tu arma, amigo mío, enseguida te la devolveré-gara. - Y tomando entre sus manos la afilada herramienta de libertad, se puso a trabajar. 

Sus manos movían la tela con gran destreza, juntando el vestido de Hato con el afilado arpón. Anudó, apretó e incluso cosió usando las cuerdas de guitarra de repuesto con la ayuda de sus garras mientras tarareaba una tonadilla revolucionaria. Cuando terminó, sus ojos contemplaron con ilusión aquella pequeña obra maestra. 

Por fin sabía qué era lo que faltaba. Un símbolo de libertad. Un símbolo de la Revolución. Un estandarte por la victoria.

- ¡Una bandera-gara! - Exclamó, levantando el arpón con el vestido de Hato al viento. 

[Imagen: Bandera-improvisada.jpg]

- Llévala con orgullo, camarada del alma, camarada-gara. - Lobo Jackson hablaba con solemnidad mientras dejaba la bandera improvisada en las manos de su compañero, cual mesías de la Revolución. A su alrededor, los gritos de entusiasmo corearon aquel pequeño token que simbolizaba La Libertad.

Ahora sólo quedaba una cosa por hacer, un último preparativo antes de lanzarse contra las fuerzas de la opresión y la injusticia. 

Agarró el pequeño Den Den Mushi que portaba bajo la chaqueta y, con cariño, apretó el pequeño botón para abrir el canal de comunicaciones. 

- ¡Atención a todos los que sueñan con ser libres-gara! Caniche Alfa al habla-gara, acompañando a los balleneros en esta sinfonía de libertad-gara. Hoy, enfrentamos a aquellos que intentan encadenar nuestro espíritu-gara. ¡A todos los que escucháis, os deseo suerte y ánimo-gara! - Exclamó hacia el Den Den Mushi con el embriagador delirio de la esperanza. - ¡Si tu corazón late al ritmo de La Libertad, ven y únete a esta danza entre el caos y la esperanza en el muelle Sur-gara! Juntos, vamos a escribir nuestra propia canción en este vasto océano-gara. ¡Es hora de que nuestras voces se escuchen y de que nuestras almas se liberen-gara! ¡Es la hora de bailar con todas nuestras fuerzas-gara! ¡Por la Revolución-gara! -

Sonriendo con satisfacción, guardó el den den en su chaqueta. Sabía que algunos de sus compañeros de los otros equipos tenían tantas ganas de pelear como él, así que, ¿por qué no facilitarles la posición de la diversión? Luego, se giró hacia Karina con una pose repleta de vigor masculino.

- Karina, los balleneros y tú os ocuparéis de la Guardia Real-gara. Nosotros tenemos cuentas pendientes con La Marina-gara. - Le dijo el mink. - Es la hora del Tango de la Muerte-gara. - Y dejándose llevar por la emoción de la batalla, siguió tocando su guitarra mientras que sus ojos ambarinos fijaban el objetivo: la pequeña figura femenina que andaba hacia ellos con un enorme ancla tan grande como ella.

Blood on the Dance Floor
U36002
ÚNICA
Pasiva
Tier 0
26/8/2024
Este estilo de combate combina la destreza física y el ritmo para convertir el campo de batalla en un escenario de baile. El usuario intercala en sus ataques varias posturas de gran estilo y extrema dificultad durante el combate con el fin de crear un efecto insólito que impele a los contrarios a seguir su ritmo.

▶ La Zona del Rey del Baile se establece en un punto fijo tomando al usuario como centro, formando un radio a su alrededor de 5 metros.
▶ Las técnicas pasivas de [Músico] se compaginan con este estilo, como el aumento del radio y la regeneración de energía.
▶ Los personajes con el defecto [Sordo] o bajo un efecto ensordecedor de cualquier índole no se verán afectados por los Debuff de este estilo.
▶ El contador de turnos perderá 1 carga cuando el usuario sufra [Derribo].
▶ Por otro lado, el contador de turnos perderá 2 cargas cuando el usuario sufra [Inmovilización Completa] y [Parálisis].
▶ En el caso de recibir una ofensiva que supere su Umbral del Dolor, el usuario del estilo perderá todas las cargas.
▶ Tras haber perdido todas las cargas, el usuario deberá esperar 1 turno de reposo antes de volver a ganar alguna carga.
▶ Los efectos de la Zona del Rey del Baile afectarán como mucho hasta 4 enemigos simultáneamente.
▶ El baile comienza desde el primer turno en el que usuario ataca, y se mantiene hasta un total de 4 turnos, donde debe continuar bailando, cantando o tocando algún instrumento. Una vez termina, vuelve a comenzar mientras se mantenga en combate.

Efectos en cada turno:

1º "Smooth Criminal" (Postura Funky): Lobo obtiene un +5 en [VOL] y [REF], potenciado por el poder del baile.
2º "Don't Stop 'Til You Get Enough": Los enemigos pierden -5 en su [Tasa de Acierto], dejándose llevar cada vez más por el ritmo.
3º "Beat it!" (Los Pasos Prohibidos): El bono obtenido por Lobo asciende a +15 [VOL] y +15 [REF].
4º "Thriller" (Solo contra el Rey): En este turno, la distancia de Zona del Rey del Baile aumenta a VOL/5 en metros. Adicionalmente, aplicará a sus enemigos el efecto [Ritmo].

▶ [Ritmo]: Bajo este efecto, los enemigos en rango perderán -10 de [Tasa de Acierto], ya que su cuerpo inevitablemente sigue el ritmo de manera inconsciente. Podrán seguir moviéndose y realizando ataques y técnicas, aunque con dificultad. Duración de 1 turno.


- ¡OH YEAH-GARA! ¡EL ESPECTÁCULO CONTINUA-GARA! - Gritó con la afinación perfecta de un contratenor, casi aullando de emoción.

Resumen


Datos
#32
Tofun
El Largo
Umibozu surcaba la riada con la sutileza de un elefante en una tienda de vajillas. Pero bueno, no le podía culpar; era básicamente una quitanieves bajando una cuesta... y sin frenos. Todo lo que se cruzaba en nuestro camino quedaba aplastado, así que más eficiente no podía ser. Justo cuando estábamos a punto de desviarnos hacia el castillo, el gran final de nuestra "aventurilla", recibí una llamada que interrumpió mi clase de paddle surf sobre calamidad acuática. Si esto lo vendía bien, me veía creando un deporte para turistas de Oykot.

El grupo del lobo, el mapache, el de la máscara, y aquella chica que conocí hace unos días, que había tomado el mando de la zona C, estaban pidiendo ayuda. Qué majos, siempre tan autosuficientes...

Chaqueta metálica, Vikingo borracho, el grupo zoológico necesita un empujón. ¿Podéis encargaros del castillo? — Pregunté, con la voz del que ya se veía nadando en más problemas. 

Sin más dilación, seguimos surcando el río improvisado a lomos del corcel marino. Al acercarnos a la zona C, el aire cambió, y no precisamente para bien. ¡Dios bendito! Un olor tan indescriptiblemente horrible que mi primer instinto fue generar en mi boca y beber un buen trago de whisky solo para contrarrestarlo. ¿Pescado podrido? ¿Una ristra de calcetines fermentados? ¡Buegh! — ¿Pero qué demonios ha pasado aquí? — Pregunté, con la mano tapándome la nariz.

El lugar era un caos total. Había humo, una explosión reciente con el símbolo revo desdibujándose en el aire, y Karina y su grupo llegando al frente, con suerte de nuestro lado. El mapache estaba encaramado en un tejado, observando todo, mientras parte los enemigos de la guardia real eran arrastrados por la corriente. Y claro, como la cereza del pastel, un barco de la marina al sur, listo para darnos una fiesta. Genial, todo es más emocionante si la marina aparece a última hora.

Para ponerle más sabor a la tortilla, "aparentemente podrida", un submarino también hacía acto de presencia. Pero qué originales estos mercenarios, todo lo hacen bajo el agua... ¿y los globos qué, no? Apreté los puños enfurecido. ¿Porque los globos no? Siempre quise volar.

Umibozu, me bajo aquí. Voy a usar mi velocidad para darles caña a los restos de la guardia real. Tú cubre a los chicos, ¿vale? — Le señalé unos tejados al oeste, donde esperaba que Umibozu hiciera lo suyo mientras yo repartía justicia (o algo que se le pareciera).

[Tofun le habló a Umibozu sobre este grupo de revos por lo que, sin tener mucho conocimiento.]



Llegamos a la zona, y el olor era tan fuerte que ni el alcohol equivalente a las dos botellas de whisky que me había zampado lograban mitigarlo. Maldita resistencia al alcohol... hay días en que valdría más caer redondo.

¡Ánimo, Umibozu! ¡Hip! En breves me uno. — Saludé a los chicos con la mano desde la distancia antes de saltar a los tejados como un ninja borracho, listo para enfrentarme a los restos de la guardia real. — ¡Chicos! ¡Os dije que tenía un amigo gigante! — Grité con una sonrisa dejándo con ellos a la prueba humana de que lo que les había contado no era una exageración.

Salté al segundo tejado, el que mejor vista me daba, y mientras lo hacía, tomé aire, inflando mi pecho como si fuese a dar un discurso épico, cosa que procedía a resumir. No era el momento para uno de esos discursos que acaban apareciendo en las historias que trascienden en el tiempo, además, parecía que Karina ya estaba en ello.

¡La revolución toma Oykot! ¡Rendíos ahora mismo, pedazos de trozos de cachos de mula!

The Diplomacy
JIY502
JIYUUMURA KEMPO
Ofensiva activa
Tier 5
7/10/2024
66
Costo de Energía
3
Enfriamiento
Tras entrenar su caja torácica para poder aspirar una gran cantidad de aire el usuario libera todo ese aire en un grito hacia del frente con todas sus fuerzas en el que podrá hacer la proclama que desee, logrando tal grito causar un poco de daño a los oídos de los afectados en un área de 12 metros frontales causando [Miedo] por 1 Turno. Comites: El usar esta técnica en grupo uniendo los gritos y proclamas de todos los miembros incrementará la duración del [Miedo] 1 Turno por cada usuario y cuando sean 3 o más miembros aplicará [Terror] en lugar de miedo por los mismos turnos.
Daño de Básico + [FUEx2,8] de [Daño sónico]

[192PV en área de cono de 12m y Miedo.]

Y con ese grito triunfal, me lancé a la velocidad del rayo, empezando mi repartición de justicia (pim, pam, pum, bocadillo de atu... Dios, que asco el olor a pescado). Primero: patada al gemelo de uno, seguido de un cross al hígado. Luego, un salto y ¡ZAS! cabezazo en el estómago de otro. A empujones y codazos, fui despejando la zona como quien hace espacio en la barra de un bar abarrotado.

A uno le di un rodillazo en la entrepierna, al siguiente un codazo en la nariz y rematé con un gancho en la mejilla. Si todo salía según lo planeado (y las leyes de la física lo permitían), me desplazaría a toda velocidad, raso como un ratón, hasta el grupo sureño. Vamos, que si alguien me ve desde lejos, piensa que estoy jugando al Twister.

Con el enfado en su punto álgido y el olor incrustado en mis pocas neuronas funcionales, repartí golpes sin piedad. ¿Acaso la habían tenido ellos con sus buenas gentes? Si lograba barrer a esos idiotas, saltaría al tejado más cercano, con la vista puesta en la verdadera batalla que estaba por venir. La que de verdad importaba.

Información general de Tofun

Outfit

Mapa de desplazamientos & Acciones & Resumen
#33
Lemon Stone
MVP
Limpió sin mucho cuidado la sangre que había quedado en el martillo, usando el uniforme medio maltratado del pobre soldado que había recibido su merecido. Cualquiera que estuviera del lado del Sistema, quien quiera que sirviera al Gran Capital, sería corregido indiscutidamente como las madres criaban a sus hijos en la antigüedad: con los puños. Y como creía en la reinserción social no tenía pensado matar a nadie, al menos no todavía. Cada vez que quitaba una vida luego tenía insomnio y le daba cagadera por la noche, así que prefería golpear como si hormigas fuesen sus enemigos (nadie se detiene a ver si una hormiga está muerta o no, triste pero cierto).
 
-Lo estamos haciendo bien, Sonrisas. ¿Y si luego montamos un Instituto de Corrección Asistemática en este lugar? Sería como un campo de concentración, pero limpio y con derechos sindicales -le comentó a su camarada, que estaba bastante ocupada dándole duro a los pobres soldados.
 
Entonces, percibió la muerte en el aire, olió la destrucción como una bestia que reconoce el aroma de la sangre, susurros que auguraban un peligro inminente. Volteó la cabeza y se fijó en que Perrito había notado lo mismo que Lemon, aunque parecía estar más seguro de lo que iba a suceder. Entre los gritos de batalla (y los de terror, ya que estamos), la madera resquebrajándose y carbonizándose, incluso las esporádicas explosiones de fuegos artificiales que no habían terminado de explotar, escuchó un ruido grave, profundo, alarmante. Diría que era como una estampida, como algo gigantesco arrastrándose sobre una superficie irregular y rocosa, pero era difícil distinguir la naturaleza del sonido. Lo que sí podía hacer era actuar, reaccionar antes de que fuera demasiado tarde.
 
Perrito ordenó a los camaradas que subieran a los tejados de las casas, pues el río se les venía encima. A Lemon le gustaba el surf así que pensó en quedarse y disfrutar un poco más de la adrenalina, pero luego recordó todo lo que tendría que avanzar de vuelta y la flojera le ganó. Además, últimamente cada vez que tocaba el agua se sentía debilitado; incluso había ocasiones en las que se hundía como si fuera un pesado martillo hecho todo de hierro. No, no, no. No iba a dejarse llevar por un río con vaya a saber uno qué sustancias, si es de conocimiento público que los pueblerinos (y en general la gente de ciudades pequeñas, sin grandes centros comerciales ni aeropuertos) son contrarios a la higiene.
 
Concentró la fuerza en sus piernas y flexionó ligeramente las rodillas, sus pantorrillas inflándose como si fuesen auténticos globos. Tomó una gran bocanada de aire y la expulsó al mismo tiempo que brincaba tan alto como un canguro, como uno de verdad.
 
-¡Soy joven! ¡Jajaja! ¡Y las rodillas no me duelen! -se alegró, disfrutando de la libertad que entregaba dar un gran salto como ese-. ¡Viva la juventud!
 
Aterrizó en el tejado de la casa más cercana, ejecutando una torpe voltereta que, en vez de ayudar, casi hizo caer a Lemon del techo. Sin embargo, era fundamental lucirse un poco, aunque nadie le estuviera mirando, nadie más que los ojos omniscientes de la Causa.
 
El revolucionario giró la mirada al mismo tiempo que algo sucedía hacia el norte. Al parecer había un grupo de revoltosos que se iba a unir en contra de las fuerzas de seguridad. Bien, bien. Así gustaba, que se notase el espíritu de la Revolución. No obstante, ¿cómo iba a seguir la Revolución sin fuego? Lemon miró con tristeza el agua que avanzaba sin reparo por las calles de la ciudad, como si fuera un perrito abandonado que ve a su dueño alejarse más y más. Los brazos del aluvión apagaban el fuego que tanto trabajo le había costado conseguir, el agua esparcía sin cuidado la mantequilla que había generado y amenazaba con echar abajo todo el trabajo previo. Fue tal el impacto psicológico, tal el daño a la esencia misma de la Revolución, que Lemon soltó más de una lágrima.
 
No obstante, escuchó las palabras de Perrito. Su lengua era casi tan oportuna como los solos en guitarra que tocaba. Por un momento pensó que la Revolución había sido derrotada por las frías y espeluznantes aguas del río improvisado, pero no: las llamas estaban más vívidas que nunca. ¡La Revolución seguía en pie, maldita sea! Motivado, encendido, animado y completamente sobre estimulado, Lemon rugió en respuesta al heroico discurso de Perrito.
 
-¡WOOOOOH! ¡WOOOOOOOOH! -gritó por primera vez el enmascarado, su voz grave y rasposa resonando por el campo de batalla, su mano derecha empuñada en el corazón y la de izquierda atrás, sosteniendo el arma. De la derrota y la tristeza, gracias a las apropiadas palabras de Perrito, Lemon se alzó en la victoria y el goce-. ¡Viva la Libertad, la Revolución y la carne asada, maldita sea! ¡Viva!
 
Se hubiera subido a un caballo de tenerlo, habría cabalgado en contra de mil titanes, habría dado su brazo e incluso su vida por un futuro esplendoroso y revolucionario, pero tenía que conformarse con estar él solo en un tejado, sin titanes ni cabalgatas épicas. Ni siquiera con su Reina. Sin embargo, la Causa es buena con aquellos que la protegen con su propia integridad física, mental y espiritual. Por eso, enfrentaría con determinación al escuadrón marine que se aproximaba desde… Desde algún punto de la ciudad. Más tarde, una vez hubiera asegurado la Victoria, tomaría a la Reina como concubina.
 
-¡No pasarás, monstruo del infierno! -le gritó a la loca del ancla, golpeando el piso con la empuñadura del martillo y emitiendo una luz blanca y sagrada. ¿O acaso estaba alucinando…? Como sea, Lemon iba en serio.

Resumen
#34
Rocket Raccoon
Rocket
A medida que avanzábamos, cualquiera que nos observara podría haber jurado que éramos un grupo de revolucionarios forjado por un maestro de la táctica militar, una mente brillante en la planificación de revueltas y golpes de Estado. Pero lo cierto era que todo fluía con una naturalidad sorprendente. Cada uno de los cuatro sabía exactamente cuál era su papel en esta parte de la batalla, moviéndose como piezas perfectamente sincronizadas en un tablero invisible. La confianza entre nosotros era casi palpable, como si nuestras voluntades estuvieran entrelazadas. Nadie intentaba opacar a los demás, al contrario, permitíamos que cada uno brillara con su propia luz. Y esa luz, lejos de competir, se unía poco a poco, hasta que todas las chispas se fundían en una única y poderosa llama, mucho más brillante y feroz de lo que cualquiera podría haber imaginado.

Sin embargo, la realidad de aquella mañana en los muelles del sur del Reino de Oykot estaba lejos de cualquier expectativa. ¿Estábamos cumpliendo nuestra parte de la labor que se nos había encomendado? Sí, sin duda. Se nos había dado la misión de desatar el caos en esta zona, de provocar el suficiente alboroto para atraer la atención del castillo en lo alto de la colina para que el ejército viniera a confrontar lo que sucedía. Y eso fue exactamente lo que hicimos. Había un plan... o al menos, creo que lo había. En los últimos días, lo había imaginado y reelaborado tantas veces en mi mente que ya no sabía si era real o solo una ilusión. La última noche, estoy casi seguro de que lo discutí con mis compañeros. Sí, definitivamente lo hicimos. Pero una cosa es diseñar una estrategia, y otra es contener la fuerza y el ardor que cada revolucionario llevaba dentro. Esa chispa que, incontrolable y ferviente, nos ha llevado al punto en el que estamos ahora, ante una situación que ni siquiera yo habría podido prever.

'Qué verga jaja... tantos días y aventuras vividas con este desgraciado y aún no logro conocerlo del todo, jajaja.' Observaba a Lemon desde la distancia, viendo cómo sembraba el terror en las calles del poblado, pero lo más fascinante era ver el miedo que lograba despertar en los guardias que habían venido por nosotros. Eran varios grupos, uno tras otro, pero entre una cosa y otra, fueron barridos en un abrir y cerrar de ojos, tanto por nuestras manos como por los nuevos aliados que se sumaban a la lucha en los muelles. ¿Pero cómo llegaron tan rápido? Bueno, esa parte es bastante graciosa. ¿Ven esa cosa enorme, esa bestia de casi dos casas de altura? Sí, esa misma. Pues me cague de miedo, no les mentiré. Cuando la vi venir arrastrada por las olas furiosas que se desataron tras romperse la presa, supe que estábamos presenciando algo fuera de lo común. 'Esto sí que quedara en la mente de todos los ciudadanos de aquí.' Las aguas no solo traían destrucción, sino que también trajeron a estos nuevos compañeros, impulsados por la fuerza de la corriente y la furia desmedida que nos rodeaba. 

-Hey pendejos, vengan todo aquí arriba rápido! La presa ya se rompió y el agua se los va a llevar como sigan ahí debajo. Joder eh- Avisaba a mis compis, quienes seguían repartiendo de todo a los guardias que aún quedaban en las cercanías. -Lemon, yo me quedo aquí defendiendo esta zona, tengo el mapeado del pueblo en mi cabeza. Si quieres ir al castillo...- Le apunte a la criatura gigante. -...Ahí tienes un puente. Joder eh-

Pero estos no serían los únicos que se nos unirían en nuestra particular contienda. Otro de los grupos rebeldes también había hecho sus labores. La líder de los balleneros acudía también a los muelles. No supe exactamente cuáles fueron sus palabras, el ruido del nuevo flujo de agua ocupaba bastante mis sentidos auditivos, pero no cabía duda de que había logrado lo que se proponía, y junto a Lobo, se encargaron de liderar la nueva ofensiva contra el ejército que había venido del castillo. 'Por la marina, entonces' ¿Sería capaz de robarme aquel enorme navío que nos habían traído? Pues esto será algo que será respondido en los minutos venideros. Pero por ahora, debíamos ocuparnos de cierta enana. 'Tú para otro momento, primero...' Me giré, buscando a la líder del pueblo.

Miré a Karina para captar su atención. -¡Hey tú! Joder, eh,- dije mientras buscaba rápidamente el mapa que Lobo había mostrado antes. -Tú y los demás...- lancé una mirada al resto del grupo, intentando infundirles algo de confianza en las palabras que estaba a punto de decir. Sabía que la oratoria de Karina y Lobo había sido clave para motivarlos, pero también necesitaba que me siguieran a mí. -...conocen este pueblo mejor que nadie, seguro mucho mejor que esos cabrones que vienen a arruinarles la vida. Joder, eh...- señalé con mi dedo índice hacia el norte, apuntando al castillo. -...Yo también soy un maldito hijo de puta, igual que los que me acompañan. Pero a diferencia de esos desgraciados, nosotros sabemos un par de trucos sucios que ellos no. Vamos a usar esta ciudad, la misma que ustedes y sus ancestros levantaron con sus propias manos, para retrasar y destrozar a esos malnacidos. Joder eh- Reuní a un pequeño grupo de valientes. La idea era sencilla. Les mostré las calles, esquinas y casas que podrían usar para atrincherarse, preparar emboscadas y tender trampas. -Ya saben, joder, eh. Lleven este plan a los demás y ocúpense del ejército. Nosotros tenemos otro asunto que atender. Joder eh-

En medio de las calles, mirando al sur. Una enana llevaba consigo una enorme ancla, la misma que había usado antes para repeler uno de los cohetes que le había lanzado a su navío. 'Veamos veamos, si me puedes repeler este regalito ahora, pendeja'. Observé mi rifle de largo alcance y lo apunte en su dirección. El ojo enorme de un mapache se vería detrás de la gran mira que observaba el caminar de aquella chica, parecía alguien alegre, de hecho. Analice cada uno de sus movimientos, y tras un suave y profundo respiro, el cual lo aguante durante un breve periodo de tiempo, apreté el gatillo con mi dedo, produciendo un fuerte estallido sonoro en el lugar. Otro disparo más de Rocket, otro que de seguro iba a dar en el blanco, y mas con ese pequeño movimiento de muñeca justo antes del disparo.
Centrar Tiro
TIR201
TIRADOR
Utilidad Activa
Tier 2
4/9/2024
29
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Apuntando con su arma hacia un blanco, centrando su atención y dejando de percibir bien sus alrededores durante la ejecución de esta acción salvo de su objetivo, el usuario centrara su atención completa en su objetivo, logrando encadenar junto a esta técnica alguna acción ofensiva contra su objetivo, adquiriendo su adversario una desventaja de [Reflejos] para reaccionar y la ofensiva tendrá un incremento de daño.
[-5 Reflejos] y +25 de [Daño]
Fijar Blanco
FRA301
FRANCOTIRADOR
Utilidad Mantenida
Tier 3
9/9/2024
40
Costo de Energía
31
Costo de Energía por Turno
2
Enfriamiento
El usuario fijará en su mirada mientras apunta con su arma a un objetivo logrando predecir con el más mínimo gesto o movimiento de su cuerpo sus siguientes acciones y movimientos con el fin de lograr asestar un disparo certero. Mientras el usuario tenga a su objetivo fijado y este no desaparezca de su campo visual todas las ofensivas del usuario contra él tendrán una mejora en su [Punteria] y veran su daño incrementado.
+5 [Punteria] y +25 de [Daño]
Bala Taladro
FRA302
FRANCOTIRADOR
Ofensiva Activa
Tier 3
10/9/2024
42
Costo de Energía
1
Enfriamiento
A la hora de realizar el disparo de 16 metros de alcance extra, el usuario torcerá de forma brusca su arma con el fin de que el proyectil rote, proyectándose con una gran rotación de repente. Dicha rotación brinda la capacidad innata a la bala de ignorar las defensas corporales de los enemigos con facilidad.
Golpe Básico + [DESx2,5] de [Daño Verdadero]


Estaba confiado, tenía a mi gente de mi lado, cerca de mí. Sabía que si aquella mujer se me acercaba cuerpo a cuerpo, tenía a dos, o tres... bueno, aquel gigante de atrás podría contar como un cuarto fortín también. Pues sí, tenía a cuatro bestias del close combat para protegerme. Así que me quede ahí en el techo, como siempre, intentando cubrirme con alguna cobertura que este mismo me ofreciera. ¿Me respondería el disparo como había hecho anteriormente con el cohete? Si era así, ya estaba preparado.


Datos Pj


Datos Belicos


Resumen
#35
Alistair
Mochuelo
El grupo se desplazó a espaldas de la fortaleza móvil que era Umibozu, un titan que podía acomodar al grupo con una aterradora facilidad, aun si las condiciones del lugar ayudaban poco a nada, entorpeciendo sus esfuerzos por avanzar hasta el nuevo destino a alcanzar; la llamada del grupo C no pasó desapercibida -y menos mal que ahora contaba con un Den Den robado de las tropas locales o estaría más perdido que de costumbre-, pidiendo ayuda por la situación que se había montado en su posición. Por supuesto que todas sus acciones en la presa no iban a pasar desapercibidas, y cada vez escalaban más alto hasta que la operación de asalto se convirtió en una batalla campal en todo cumplimiento de su definición. 

Tan temporal como pudiera ser, la caída de la presa les concedió un muy necesario respiro para reunir sus pensamientos y continuar con el resto de la misión. O al menos, era algo necesario para el Lunarian que había experimentado mas acción en ese momento que en toda la temporada. Era su primera misión, y en ella pudo medir el grado de caos que podía montarse en un instante. ¿Y siendo sincero? No se arrepentía de pelear ni por un instante. Por una causa, por algo con significado, y por personas que lo necesitaban.

Sus bonitos pensamientos de rosas y mundos idealistas se interrumpieron de golpe por un aroma asaltando a su nariz sin ninguna piedad, un hedor infernal que caló hasta lo mas profundo de su cabeza y echó raíz en alguna de sus neuronas, porque estaba bastante seguro que no olvidaría esa metafórica bofetada a las fosas nasales en un muy largo tiempo; que su sentido del olfato fuese como el de un perro, en este contexto, jugaba enormemente en su contra. "Nauseas" era un descriptor bastante ligero a lo que quería hacer ahora mismo. Su primer movimiento fue instintivo enteramente, cerrándose las fosas nasales con los dedos para que no pudiese entrar más de esa nube de olores. Nunca en su vida volvería a burlarse de las figurillas de pinitos que servían como aromatizantes, con lo bien que le sentaría colgarse uno al cuello ahora mismo...

La iniciativa la tomaría Tofun, señalando hacia el oeste unos tejados sobre los que se revolvía una buena parte de la caótica situación, y expresando sus intenciones en el lugar. Ni corto ni perezoso, Alistair quería ayudar con lo que pudiera aportar. — ¡Voy detrás tuya, Tofun! — Anunció su proceder. Quizá no contaba con la demencial velocidad del Tontatta, pero contaba con una ventaja que quizá ahora podría sacarle mayor partido que antes: Con sus alas, usar su capacidad de vuelo para alternar entre tejados y asistir en el combate podía ser de utilidad. Bajó del coloso marino, siguiendo a su ritmo el paso del revolucionario cervecero.

Entre el grupo sobre el cual poseía poco conocimiento, uno de los rostros presentes en la zona guardaba familiaridad en los recuerdos del Lunarian: Su superior blandefarolas y compañero de entrenamiento, una entidad caótica que podía sacarte una carcajada como podía cargarse un edificio entero de un farolazo. Era más que bueno ver a Lemon de nuevo, pero no era hora de conversaciones ni reuniones; lo primero ahora mismo era acabar con la guardia real. 

Procuró seguirle el paso al Tontatta, quedando rezagado por la diferencia de movimiento pero encargándose de finiquitar las acciones del Tontatta tal que no quedara ninguna amenaza futura, siempre que pudiera funcionar en primer lugar; mientras que Tofun se encargara de apalizarlos a la velocidad del rayo, el Lunarian por su parte zurcaría los cielos y se encargaría de arrojar a los que aún parecían conservar su consciencia a la corriente que la presa reventada había creado, tal que fueran arrastrados lejos del campo de batalla y asegurándose de que no llegarían a ser un problema con el cual lidiar después. Una labor simple, pero efectiva si salía bien. Y si se encontraba con alguno consciente... Lo mismo: Pa'l rio. 

Resumen


Resumen bélico + Mates
#36
Hato of peace
Angel Beta
Todos teníamos el objetivo de llegar al castillo en la parte alta de Oykot para reunirse con el resto de los grupos revolucionarios y al fin liberar a la gente de la tiranía de la corona, después de haber creado una distracción exitosa el grupo C tenía que enfrentar a los guardias Hato saltó con todo repartiendo golpes a diestra y siniestra rematando a los guardias con su dial de propulsión.

Lobo Jackson utilizaba su peculiar estilo de combate contra los guardias mientras que Lemon golpeaba a los demás con su martillo ellos eran pacifistas se les notaba las pocas ganas de acabar con el enemigo pero lo importante es que ayudarán.

-Podría ser Lemon pero primero hay que evaluar si tienes buenas bases si no se volverían muy liberales- ella seguía golpeando guardias hasta dejarlos inconscientes cuando Lobo Jackson dejó de cantar pero lo que llamó la atención fue su aullido después un comentario de que algo venía luego simplemente saltó al tejado junto con Rocket.

La Skypian seguía atacando a los guardias los golpes iban y venían cada momento era vital entre perder o ganar está batalla su objetivo era mantener a los guardias en esa zona lo más que se pudiera, un ligero terremoto sacudía ligeramente el suelo Lobo Jackson como Rocket pidieron subir a un tejado para evitar ser arrastrado por la corriente.

Lemon reunió fuerzas para saltar al tejado cuando escuchó a su lupino amigo ella no dudo en tensar los músculos de sus piernas para luego saltar con todo lo que tenía en dirección de Lobo Jackson en el aire se ayudó con el Dial de propulsión para tratar de alcanzar a sus camaradas que yacen en el tejado -Gracias por el aviso, Rocket hay que inventar una mochila propulsora esto de estar saltando del suelo a los tejados cansa mucho-.

Hato siguió a sus compañeros hasta un tejado seguro ella observaba el gran caudal se había llevado a un gran número de guardias e inunda casas como locales sin el aviso de sus camaradas ella también sería llevada por esa gran corriente, la joven rubia aguardo su dial en un bolsillo de sus shorts, el grupo de balleneros apareció siendo guiados por Karina llegando épicamente con un gran discurso para motivar a su gente para entrar al conflicto, Lobo Jackson tocó su guitarra y como era de esperarse canto para ellos para motivar a las tropas contra la guardia real también les hizo un estandarte con el vestido rojo que alguna vez usó la Skypian -Espero que ese vestido no acabe en un museo o en algún aparador en una sala de gobierno como bandera-.

De las aguas apareció un monstruo gigante o bueno parecía cargar al resto de los revolucionarios en su espalda por unos segundos Hato tuvo miedo era la primera vez que miraba algo así pero por suerte venía acompañado por los refuerzos que rápidamente atacaron a los guardias restantes, ante los ojos de Hato parecía que una pequeña ráfaga los golpeaba dejando herido a los guardias entre ellos un extraño hombre de alas negras que remataba y continuaba su vuelo, aquel hombre llamó la atención de la Skypean era bastante llamativo cuando tuviera una oportunidad trataría de platicar con el -Ese será mío-.

De la nada escucho disparar el arma del pequeño Mink -¿Que pasa Rocket aún hay enemigos?- ella no podía ver nada desde la distancia y lo alto del tejado rápidamente ella se tiró al suelo dejando caer su cuerpo sobre el tejado esperando que el enemigo no la hiriera al responder al disparo de Rocket, en su mano derecha sostenía su Kanabo que aún cubría con Haki.
Refuerzo II
BUSO401
BUSOSHOKU
Haki básico
Tier 4
2/10/2024
8
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario recubrir hasta dos extremidades o dos armas con haki, tornándose estas de un color oscuro y brillante como el metal, siendo capaz de golpear los cuerpos de todo tipo de Akumas. Obteniendo un bono de +15 en los daños que aplique el Haki y +5 [Resistencia] ante daños y efectos. (En caso de querer recubrir solo pequeñas zonas del cuerpo, inferiores a la mitad del recubrimiento máximo, el coste bajará a la mitad)
+15 en los daños físicos con Haki imbuido y +5 [Resistencia] ante daños y efectos en el área.


Resumen
#37
Umibozu
El Naufragio

La presa quedaba a mi espalda y junto a ella los enemigos que habíamos enfrentado hasta el momento. Sobre mí llevaba a todo el grupo encargado de reventar la presa y dejar fluir libremente toda la masa de agua que esta retenía. Me sentía como un alevín en su primer viaje por las corrientes oceánicas. La adrenalina se mezclaba con la euforia de un trabajo bien hecho. De una victoria conseguida; sentía que nuestro objetivo estaba al alcance de la mano. Tan solo había que estirar el brazo para hacernos con él. El grupo encargado de proteger el pueblo desviando el cauce del río que se formaría también había conseguido su objetivo a tiempo. Otra victoria más. Haber reventado la presa para conseguir la libertad de los balleneros no hubiera sido posible si por el camino hubiéramos destrozado sus hogares. Aunque podríamos haber reparado y/o construido otros nuevos, eso hubiera empañado nuestra hazaña.

Corregí el rumbo hacia el pueblo, dejando el castillo de lado por el momento. El grupo encargado de crear la distracción había quedado atrapado entre las defensas de Oykot al norte y las tropas de la Marina que llegaban en barco desde el sur, sin posibilidad de escapar sin ser arrastrados completamente por la furia del agua de la presa, tanto tiempo retenida. Si queríamos la victoria total, debíamos acudir en su ayuda – Cambio de planes-lurk. El que quiera ir al castillo ahora es el momento-lurk. Vamos camino al pueblo-lurk – informé a mis tripulantes.

Saltaba por encima de la corriente como un delfín juguetón, esquivando obstáculos o simplemente embistiéndolos. En ese momento me sentía realmente libre; el agua era mi elemento. Mi hábitat. Mi aliada. En el aire dejaba que mis membranas del cuello cobraran vida, expandiéndose y contrayéndose violentamente, como las velas de un barco desplegadas súbitamente que se tensan presas de un fuerte viento. El sonido que las membranas hacían era idéntico a las velas o al sacudir de la ropa de una madre afaenada con las vestimentas de sus vástagos. No tardamos en llegar al lugar guiados por Tofun. El tontatta fue el primero en desembarcar de mi espalda y, raudo, se dirigió a noquear a los enemigos. El segundo en hacerlo fue Alistair, quien muy gentilmente me había dedicado sus atenciones para reparar parte del daño que había recibido en mi combate contra los tres buzos y restaurarme parte de la energía consumida. Al llegar al pueblo un olor nauseabundo inundó las fosas nasales. ¡Olía igual que el azufre del fondo del océano! En el cielo lucía el emblema del ejército revolucionario gracias a una nube de humo causada por una explosión reciente. El caos más absoluto era amo, dueño y señor del lugar. Y el caos, a veces, era un buen aliado.

Por mi parte me situé  al final del cauce del río, yendo al lugar en el que se encontraba el grupo – UMI TAXI EXPRESS HA LLEGADO-LURK – rugí de nuevo – ÚLTIMA LLAMADA A TODOS LOS PASAJEROS – me coloqué de nuevo a cuatro patas para dar amplitud y que todos los presentes pudieran subirse. Si el agua había sido capaz de cortar la huida, también tendría que ser capaz de evitar la persecución. Además desde el barco de la marina difícilmente podrían seguirnos por tierra y de hacerlo implicaría desembarcar primero, llegar a pie hasta el agua y después no ser arrastrados y engullidos por la ferocidad del líquido elemento - ¿Nos marchamos al palacio-lurk o combatimos-lurk? -  Nos marcháramos o no, mi espalda daría un lugar elevado del que protegerse de la violencia del agua y una posición ventajosa contra quienes quisieran plantar batalla desde el suelo. Los refuerzos habían llegado y habían llegado para decantar la batalla de nuestro lado. Del lado de los balleneros y de la gente de la isla de Oykot. Del lado de la libertad.

Resumen

Aclaraciones

Inventario

VyD

Estadísticas


#38
Drake Longspan
[...]

La lucha por Oykot se desata con fervor entre el grupo tan peculiar de revolucionarios que se había formado en la isla. Decididos a liberar su hogar de las garras de la corona. 

En el centro del caos, Lobo Jackson, el mink que parece sacado de un videoclip de Thriller (Bark), lleva su guitarra como si fuera un arma. Mientras avanza, cada acorde que toca resuena como un himno, contagiando a compañeros y muchedumbre.


Consiguiendo alcanzar el alto de los tejados, Lobo observa el avance del agua tras la ruptura de una presa, un desastre natural que amenaza con arrastrar a sus aliados como si fueran patos de goma, o peor aún, como estaban arrastrando a aquellos guardias reales. 

Lobo consigue advertir del peligro inminente y alerta a su equipo, instándolos a tomar posiciones más altas. Es un momento en el que el caos se encuentra con la previsión, algo que podría inspirar a cualquier héroe de acción o bardo en busca de inspiración para nuevas historias.

Mientras tanto, Tofun avanza junto a Umibozu, una gigantesco Wotan cuyo nombre evoca a un yokai marino, de presencia imponente, podría haber sido el personaje principal de alguna historia de terror de marinos. Navegan por el río desbordado, pero el hedor que emana de la zona es tan abrumador que incluso el más resistente de los soldados tendría que contener la respiración. Tofun se mueve ágilmente, dejando claro que, aunque la situación es crítica, siempre hay un lugar para dejarse llevar.

Hato remata a aquellos pobres guardias que no fueron alcanzados por alguna extraña razón por parte de la llegada de Tofun y viceversa. Gracias al dial de propulsión, consigue subirse a tiempo a un tejado.

Lemon, con un código ético propio y no por ello menos cuestionable, ha decidido que matar no está en su lista de cosas por hacer. En lugar de eso, se toma un momento para reflexionar sobre su visión de la revolución mientras limpia su martillo como si se tratara de una pieza de arte... Y vísceras. Aunque desde el techo todo es más bonito, preguntadle a Miguel Ángel.

En las alturas, Rocket observa la escena con la tranquilidad de un estratega. La coordinación de su grupo es tan impecable que parece el resultado de meses de ensayo, aunque en realidad es pura improvisación. Con un disparo bien calculado, se prepara para actuar, consciente de que no puede permitirse fallar en un momento tan crítico.

Apunta a Mae Sinfo y con todo su descaro...

¡Boom!

¡Wuaaaaaaaaaaaaaaaaah! ¡Mapachito! Yo te quería.

Alistair, que se lanza entre los tejados como si fuera un atleta olímpico, buscando ayudar bajo cualquier concepto al grupo de revolucionarios implicado. Su determinación es inquebrantable.


La llegada de Karina, la indomable junto a los balleneros daban un nuevo aire de esperanza. Con discursos motivadores, su presencia revitaliza a los revolucionarios, quienes se preparan para la lucha final. Umibozu, el coloso marino, se convierte en una plataforma segura de donde lanzar su ataque, mostrando que incluso en medio de la destrucción hay espacio para un monstruo marino capaz de llevarlos a un futuro mejor.

La revolución está en marcha, y nada parecía poder detenerla. Los refuerzos de la guardia real son atacados por los balleneros, los cuales evitan a toda costa enfrentarse a la Marina, ya qué ellos solo estaban cumpliendo con su labor. Aunque no por eso dejarían que se llevasen a los revolucionarios así como así...

Hoy era un día de cambio.

O al menos, eso parecía hasta la apertura del submarino. De él, comienzan a emerger guardias de elite como si fueran topos de un huerto de cebollas. Armados hasta los dientes, lanzan varias granadas de humo en dirección a los tejados, buscando dificultar la visibilidad, los propios marines, quedan consternados ante dicho acto.

El disparo que rozó el hombro de Mae Sinfo fue un recordatorio escalofriante de lo peligroso que se había vuelto todo. Pero la suboficial no iba a dejar que eso la detuviera. Sus ojos brillaban de determinación mientras observaba la situación de la gente que emergía del agua. Con los ojos vidriosos del dolor, miró en la distancia a su futura mascota. Le murmuró algo ininteligible, algo que si Rocket hubiese logrado escuchar, le habría dado escalofríos y posiblemente pesadillas. Algo que le habría hecho arrepentirse por ser Mink. Sin embargo, giró su rostro en dirección al submarino, con el hombro sangrando y el rostro completamente endurecido.

¡OyE, MaLdItO BaStArDo, HiJo dE Un KRaKeN iMpOtEnTe!

Los marines que acompañaban a la suboficial comenzaron a temblar. La Suboficial había despertado. Saltó a lo alto del tejado más próximo al submarino, intentando mejorar su visión. El ajetreo de civiles huyendo, balleneros combatiendo junto a Karina y aquel grupo de revolucionarios que se debatían entre la huida y el escape, cumplir la misión o fracasar.

Vida o muerte.

Eso es súper inaceptable. El uso de gas lacrimógeno no está permitido en Islas bajo protección de la Marina sin autorización. ¡Eso es considerado terrorismo! Minnas, detenedles. No dejen que la tristeza inunde el mundo, la justicia es adorable.

Los ojos de Mae Sinfo cambiaron a un tono lúgubre, completamente ennegrecidos.

En cuanto a ustedes... Hijos de la sal de fruta...

Mae Sinfo se lanzó sola sin protección alguna contra el grupo de guardias de élite que estaban cometiendo crímenes en contra de los civiles de Oykot. En su escala de valores, la detención de los revolucionarios era una prioridad ligeramente inferior, primero debía terminar con la guerra civil para proteger el mayor número de vidas posibles y evitar muerdes absurdas.

Caída Meteórica
bar401
BáRBARO
Ofensiva Activa
Tier 4
No Aprendida
46
Costo de Energía
2
Enfriamiento
Para ejecutar esta técnica será necesario que el usuario salte para adquirir altura o se lance desde alguna posición elevada. Consiguiendo entonces sumar a su propia fuerza la energía potencial de la caída, logrando un demoledor impacto de 5 metros de radio. Ganando un extra de 15 daño y 1 metro de radio por cada 3 metros de caída.
Golpe Básico + [FUEx2,5] de [Daño contundente]


Cinco de los quince guardias de élite salen disparados debidos al fuerte impacto de la suboficial, sin embargo, el resto parece decidido a perseguir y acabar con la vida del grupo revolucionario, aprovechando la confusión y el humo...

Tic, tac.

Guardia de Élite de Oykot


Información, daño y resumen


El tiempo para postear de 48 horas ya ha expirado.

#39
Tofun
El Largo
El hedor era insoportable. La mezcla de pescado podrido, humo, mantequilla y pólvora convertía la zona residencial de Oykot en una auténtico cóctel de olores. Al menos, la guerra mantenía entretenidos a los sentidos: o huías del olor, o te preocupabas por las balas y los enemigos. En fin, un día más en la oficina. Los bandos se entremezclaban y se pegaban de lo lindo, pero nosotros, los revolucionarios, éramos el fuego que avivaba este caos. Me acompañaban Alastair, el novato, quien aún intentaba acostumbrarse a nuestra desorganizada forma de llevar a cabo estas misiones, y Hato, la única persona decente en todo el maldito grupo C. Juntos, y con un par de tropiezos por parte, nos encargamos de limpiar las calles del oeste de los guardias reales con precisión... o algo parecido a la precisión.

Después de dejar las calles del oeste en calma, subimos a los tejados, donde se congregando la armada revolucionaria. Umibozu, nuestra calamidad favorita, se había plantado en una extraña posición cuadrúpeda que me hizo reflexionar en una pregunta que nunca debería haber cruzado mi mente: ¿Cómo demonios se aparean las criaturas de su tamaño? Un polvo entre dos de esas bestias perfectamente podría ser el causante de un maremoto. Mejor me enfocaba en la lucha antes de que mi cerebro explotara con esas imágenes.

Lobo, el mink, le metía caña a la guitarra, tocando con una energía que podría revivir a un muerto. Lemon, el pobre, parecía estar pasando por una crisis existencial, así que me le solté una de esas frases motivadoras que te inventas cuando no sabes qué decir:

¡Tranquilo, Lemon, que de todo se sale! ¡Hip! Hasta de una mala resaca.

No sé si le ayudó, pero al menos lo intenté. A lo lejos, Rocket, el mapache, que no sé cómo demonios era dos veces más grande que yo, había lanzado un cohete directo a la cabeza de lo que parecía ser la líder de los marines. Ambicioso, eso no se lo niego. Mientras tanto, al sur, la situación era un completo lío. La marina, los mercenarios submarinistas y quién sabe quién más estaban armando un follón monumental, bombas de humo parecían ser el preámbulo de un asalto inminente. Traté de enfocar la vista entre el humo y la resaca (sí, ya llevaba lo equivalente a dos botellas de whisky en el cuerpo), y vi cómo la marine esquivaba el cohetazo y se lanzaba sobre los mercenarios. ¿Qué estaba pasando? Estaba demasiado borracho como para hacer un análisis profundo, así que simplemente encogí los hombros y lo dejé estar.

El castillo era nuestro verdadero objetivo, y varios grupos ya habían avanzado hacia él. Si seguíamos ahora, podríamos llegar al momento culminante del plan, pero mi cabeza estaba en otro lado. Miré a Karina, una guerrera indomable que defendía a su pueblo con todo lo que tenía. Nunca la había conocido, pero sí había oído hablar de ella en las tabernas. Había pasado días enteros bebiendo ron con los mismos tipos que ahora luchaban a su lado, escuchando sus dramas y ofreciéndoles mi "sabia" opinión (el alcohol hace maravillas con la sabiduría). Les había invitado a barra libre tres días seguidos... Demonios, ahora que lo pienso, tal vez por eso estaban tan motivados para la lucha.

Umibozu. —dije con la vista fija en Karina, sin ni siquiera mirarlo. — Es el momento perfecto para que lleves a todos al castillo. El grupo dos ya está allí, y tú podrías arrasar con el resto de camino. — Hice una pausa dramática, la típica que se hace cuando no quieres aclarar que tu plan es quedarte atrás. Umibozu era listo, sabía que yo no iba a moverme del sitio. — He compartido copas con ellos. Mi lugar está aquí... con el pueblo.

Chicos, nos vemos luego. — Les grité con una sonrisa antes de centrarme. Sabía lo que venía: El Ascenso, o mejor dicho, El Ascensor, mi chupito estrella. Generé este chupito en mi boca, mi propia obra diabólica, y me lo bebí de un trago. Oh, sí... Perronero de verdad. De inmediato, perdí el equilibrio (como siempre), y caí de frente desde la azotea. Pero justo antes de que mi cara besara el suelo, mi mano se apoyó y, de una voltereta, terminé lanzado al campo de batalla. Ya saben, el típico truco para darle una falsa alegría a tu dentista.

Corría a toda velocidad hacia el frente de batalla, con mi característico estilo de combate torpe y desequilibrado, pero efica, El Camino del Borracho... Saltos raros, pasos que parecían un intento fallido de baile latino, pero ahí iba, directo al meollo. Mi objetivo era simple: ayudar a Karina y a los suyos a resistir y derrotar a la guardia real, sin causar bajas, solo noqueando a la gente. Uno tiene que mantener algo de decencia, aunque esté hasta arriba de whisky.

Salté justo en medio de las fuerzas de Karina reforzando mis brazos de haki de armadura, impactando con todo lo que tenía sobre un pobre desgraciado. Mi golpe lanzaría una onda expansiva que esperaba fuera suficiente para convencer a los demás de que rendirse era la mejor opción. Si tenía suerte, claro. Si no, pues ya saben, a pelear como loco en estado de embriaguez extrema, dando ejemplo como revolucionario.

No sabía qué demonios iba a pasar con la marina, los submarinistas, o cualquier otra sorpresa que Oykot me tuviera reservada. Pero una cosa estaba clara: yo me quedaría con el verdadero Oykot. Aquí estaba mi gente, mis amigos de barra, y por ellos iba a luchar hasta que el último trago se sirviera.

Técnicas

Información general de Tofun

Resumen
#40


Salto de foro:


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