Hay rumores sobre…
... una isla que aparece y desaparece en el horizonte, muchos la han intentado buscar atraídos por rumores y mitos sobre riquezas ocultas en ella, pero nunca nadie ha estado en ella, o ha vuelto para contarlo...
[MT] [Misión de Temporada] Por una botella de sueños.
Drake Longspan
[...]

El suelo bajo sus pies crujió y se partió en mil astillas. El impacto del hacha, acompañado por el martillo de su compañero, fue más de lo que la vieja madera del barco mercante podía soportar. Un segundo después, todo el grupo se precipitaba hacia el vacío.

Cayeron de golpe al piso inferior, envueltos en una nube de polvo y escombros. El estruendo fue ensordecedor; las cajas apiladas crujieron al ser aplastadas bajo el peso de los intrusos, el eco resonando como una advertencia en la estructura del barco. El aire estaba cargado del olor a madera rota y de la tensión palpable de lo inesperado.

Aunque el golpe había sido fuerte, el dolor no era lo que más les preocupaba en ese momento. Lo que les inquietaba de verdad era el ruido ensordecedor que acababan de provocar, demasiado evidente como para pasar desapercibido. Se levantaron de entre las astillas, con rápidas miradas entre ellos y alrededor. La bodega estaba oscura, llena de barriles y cajas rotas, pero el verdadero peligro no estaba ahí... estaba por llegar.

De repente, el grupo notó algo húmedo en sus ropas. Al bajar la vista, vieron cómo un líquido oscuro comenzaba a impregnarlas. Un olor dulce y fuerte a vino tinto les envolvió de inmediato. Habían caído sobre parte de un lujoso cargamento de vino, las etiquetas aún visibles entre los restos. Un nombre brillaba en ellas con elegancia:

 "Flamingo"


Pero no había tiempo para distracciones...

Los pasos rápidos y pesados de dos hombres resonaron desde la escalera que conectaba con el nivel superior, un sonido que anunciaba su llegada inminente. El primero en aparecer era un hombre robusto, con una espada curva desenfundada y lista en la mano. Su mirada recorrió la escena con desconfianza, los músculos tensos ante la posibilidad de intrusos. Detrás de él, una figura más ágil y delgada, con dos dagas brillando entre sus dedos, se movió con la fluidez de alguien acostumbrado a las sombras.

Ambos se detuvieron por un momento al ver el caos en el piso superior, sus miradas revelaban una mezcla de sorpresa y furia. No tardaron en sobreponerse.

[Imagen: hUOyTY9.jpeg]
Penca y Tuno
Nivel 7.

¿Qué demonios fue eso? ¿Una explosión? ¿Un rayo?

Penca, el más corpulento, gruñó, apretando el mango de su espada.

El señor K. no tolera sorpresas — respondió su compañero con tono frío, mientras sus ojos recorrían cada rincón del lugar — Será mejor que limpiemos esto antes de que él lo vea.

El sonido metálico de sus armas desenvainadas resonó en la bodega, una clara advertencia de lo que estaba por venir. Los dos hombres avanzaron con cautela, listos para enfrentarse a cualquiera que hubiese osado perturbar la paz de su navío mercante.

— Daré una vuelta para comprobar que no hay ratas.

No tardarían mucho en encontrar a los sujetos, salvo que fuesen lo suficientemente astutos para esconderse a tiempo...

"El sigilo es opcional cuando eres un pirata."

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Información y resumen
Stats de Penca y Tuno

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#11
Silver D. Syxel
-
El impacto fue más duro de lo esperado, aunque no era la primera vez que Syxel se encontraba de bruces contra el suelo. La madera astillada crujía bajo su peso, el vino derramado impregnaba su ropa y el fuerte olor a alcohol envolvía sus sentidos mientras se levantaba entre astillas y barriles rotos. Una sonrisa traviesa apareció en su rostro al notar una botella intacta entre los escombros. Sin poder resistir la tentación, la tomó y le dio un rápido trago. "No está mal...", pensó, justo cuando el sonido de pasos acelerados subiendo por la escalera llamó su atención.

Podía sentir claramente las posiciones de sus compañeros, así como la cercanía de dos de las presencias que había detectado antes. Las otras dos, incluida la presencia más poderosa, seguían en la parte baja de la bodega, lo que le dio la tranquilidad suficiente para trazar un plan. Con una sacudida rápida, limpió el polvo de sus hombros y dejó escapar una carcajada despreocupada. Era el momento de tomar el control... a su manera. Los guardias que llegaban estaban a punto de toparse con una situación inesperada.

¡El servicio de este bar es horrible! — exclamó, alzando los brazos con dramatismo como si estuviera a punto de darles la bienvenida a una fiesta. — ¡Y para colmo, nos han bañado en vino! Hay que joderse... —añadió, con su risa burlona resonando por la bodega, asegurándose de que los dos hombres lo escucharan y lo vieran. Su tono despreocupado era su manera de restar importancia al peligro.

Silver se movió con agilidad, posicionándose a unos pasos de la puerta, en el pasillo frente a las escaleras. Gracias a su haki, sabía dónde estaban sus compañeros y confiaba en que aprovecharían el momento para atacar por sorpresa desde sus posiciones. Buscaba captar la atención de los dos espadachines, al tiempo que les provocaba para atacarle.

¡Venid! Os haré un descuento especial en la próxima ronda... — bromeó, manteniendo su sonrisa provocadora, buscando que la rabia de los enemigos creciera.

Mientras mantenía su atención en los guardias, Syxel empezó a tararear una melodía con un aire alegre y despreocupado, como si el peligro fuera solo un juego. La música tenía un propósito claro: además de desestabilizar a los enemigos, también servía para inspirar a su tripulación, aumentando sus fuerzas. El capitán entonó unas líneas con su habitual tono burlón:

Cruzamos los mares, siguiendo el viento, en busca de gloria, tesoro y aliento... — canturreaba, con su voz llenando el aire a modo de reto.

El efecto de su canto se sentía en el ambiente; su tripulación estaría lista para la acción, con sus energías revitalizadas por la melodía. El capitán desenvainó ambas espadas con un movimiento fluido. El sonido metálico resonaba en la bodega mientras sus ojos no perdían de vista a los guardias que se acercaban. La tensión en el aire crecía con cada segundo, y el haki de Silver seguía afinando sus sentidos, listo para cualquier ataque imprevisto. Inclinándose ligeramente hacia adelante, adoptó una postura defensiva, girando las espadas entre sus manos con agilidad. Sabía que el momento clave estaba por llegar. Y sus compañeros debían aprovechar el caos para atacar desde las sombras.

¡Vamos, chicos! La fiesta apenas comienza... — murmuró con una sonrisa confiada, mientras se preparaba para el inminente enfrentamiento.

Percepción II
KENB401
KENBUNSHOKU
Haki básico
Tier 4
1/10/2024
7
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones muy fuertes que exterioricen como un sufrimiento fuerte o un gran instinto asesino, etc. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +5 [Reflejos].
Área: [VOLx12] metros. +5 [REF]

Himno de Guerra
MUS302
MúSICO
Utilidad Mantenida
Tier 3
10/10/2024
39
Costo de Energía
29
Costo de Energía por Turno
2
Enfriamiento
La música que el usuario componga irá dirigida concretamente a sí mismo y sus aliados inspirando sus espíritus de lucha y valor para que enfrenten las adversidades con una nueva fuerza incrementando el daño y su [Tasa de Acierto], su efecto perdurara durante el siguiente turno a la finalización de la tecnica.
+5 [Tasa de Acierto] y +20 de [Daño]

Resumen

Información adicional

Personaje
#12
Marvolath
-
Sabía que iba a suceder. Estaba preparado para ello. Pero cuando rompes el suelo que tienes bajo tus pies no se puede hacer otra cosa sino caer lo mejor que uno sepa. Y, aunque también lo esperaba, quería creer que Balagus habría tenido en cuenta que un golpe combinado sería suficiente para abrir más que el hueco necesario para la tripulación.

La tapa de un barril amortiguó escasamente su caída, y el resto del barril se convirtió en una improvisada piscina de líquido oscuro. En otra ocasión habría considerado la circunstancia como un golpe de suerte, pues el vino era de una calidad muy superior a los meados que podía permitirse en las tabernas. Pero no ahora, sin tiempo para disfrutar en condiciones de una bebida, ni teniendo su única muda empapada de alcohol. Se deslizó fuera del barril, notando que en la sala frente a la suya Balagus se reponía de su caída. El sonido de cajas y cristales al otro lado de la pared le hizo saber que allí debían de haber caído Silver y Dharkel.

Apenas se había quitado la chaqueta para comenzar a escurrir las ropas cuando los pasos de la predecible guardia alcanzaron la cubierta, seguidas de dos voces a la distancia que anunciaban que habría problemas pronto. Quitó la tela que cubría una caja para tapar el roto del barril que había atravesado, y se escondió detrás de una caja junto a la puerta, que le daría cobertura suficiente para observar sin ser observado, cortesía de su falta de altura.

Estrujó las últimas gotas de su chaqueta antes de volver a ponérsela, y estiró lentamente los músculos. Era posible que si registraban su sala no viesen nada raro, pero dudaba de que Balagus tuviese la misma suerte, y debía de estar alerta para acudir cuando la acción estallase.

- ¡El servicio de este bar es horrible!

Se sobresaltó al escuchar la voz detrás de él, pues en situaciones así la sorpresa era una ventaja que no convenía desaprovechar. El capitán, que no sólo había llamado la atención de la guardia ahora se había tomado la libertad de comenzar a cantar. ¿Serían tan estúpidos los guardias para ir de cabeza? Pronto lo descubrirían, y la música de Silver le recordaba que, aunque estuviese cada uno en una sala, estaban juntos en esto.

Miró a Balagus e hizo una seña, buscando su atención. Deslizó una mano frente a él, siguiendo el trayecto del pasillo, y la siguió con la otra, deteniéndola entre los dos. Hizo un gesto lento, imitando el poderoso golpe que le había visto hacer para derribar el mástil que acabó con ADVERSIDAD, señalando después con una mano a Balagus, con la otra a sí mismo, y por último chocando los puños en el centro. No estaba seguro de haber transmitido lo que realmente quería, ni de si el oni le seguiría en cualquiera que fuera el plan que había entendido. Pero sí sabía que juntos habían destrozado una cubierta sin proponérselo.

Se concentró en sus manos, endureciéndolas primero con su haki, y contrayendo cada fibra de su cuerpo, preparándolas para descargar un golpe en el momento adecuado.

Refuerzo II
BUSO401
BUSOSHOKU
Haki básico
Tier 4
2/10/2024
8
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario recubrir hasta dos extremidades o dos armas con haki, tornándose estas de un color oscuro y brillante como el metal, siendo capaz de golpear los cuerpos de todo tipo de Akumas. Obteniendo un bono de +15 en los daños que aplique el Haki y +5 [Resistencia] ante daños y efectos. (En caso de querer recubrir solo pequeñas zonas del cuerpo, inferiores a la mitad del recubrimiento máximo, el coste bajará a la mitad)
+15 en los daños físicos con Haki imbuido y +5 [Resistencia] ante daños y efectos en el área.

Rechazo Indiscriminado
VAN302
VANGUARDIA
Ofensiva Activa
Tier 3
10/10/2024
36
Costo de Energía
2
Enfriamiento
El usuario irá contrayendo su pierna o brazo concentrando toda la fuerza que pueda en ellos, con el fin de liberar un directo y poderoso impacto desde su arma contra su objetivo, llegando provocar un [Empuje] por los aires hasta 15 metros. Cada Turno que canalice la distancia de empuje aumentará otros 10 metros y su daño aumenta en 30 por cada Turno. Esta técnica se podrá [Canalizar] un máximo de 3 Turnos.
Golpe Basico + [RESx2,5] de [Daño contundente]

Resumen
#13
Balagus
-
El oni sonrió, complacido con el éxito de su brutal idea, sin importarle el dolor de la aparatosa caída que estaba a punto de sobrevenirle. En el caos resultante, no obstante, ninguno de sus compañeros pudo llegar a ver el inusual y raro gesto de satisfacción en el contramaestre, algo que él, más adelante, agradecería para no ver manchada su reputación de guerrero estoico y malhumorado.
 
Una caja y un barril cedieron bajo su peso, quebrándose y desparramando sus contenidos en derredor: un buen montón de botellas de vidrio que echaron a rodar, y una buena muestra de líquido que, por su olor, tenía toda la pinta de ser vino. Mientras se acomodaba para incorporarse sin pisar los traicioneros contenedores de vidrio, se permitió probar de la bebida alcohólica con los dedos, confirmando no sólo que, efectivamente, era vino, sino que era uno de una calidad nada desdeñable.
 
“Debería llevarme unas cuantas de estas, o quizás unos barriles, cuando todo esto acabe. Seguro que pueden mejorar un estofado o un buen asado que…”
 
Se hallaba pensando en cómo aplicar la bebida a su cocina, recuperando y afianzando el hacha en sus manos, cuando escuchó el ruido de los recién llegados. Por las voces, parecían dos, por lo que Balagus entendió que los otros dos enemigos debían de haberse quedado atrás.
 
“Esto es bueno. Si los dividimos, tendremos más posibilidades con nosotros.”
 
El oni se agazapó en la habitación donde había caído. A través del polvo y la oscuridad, apenas pudo ver la pequeña silueta de Marvolath, quien se apresuraba a esconderse ante la posibilidad de ser descubiertos. El kobito no pareció llegar a ver el bufido y el gesto despectivo en el rostro del contramaestre, cubierto por las sombras, ni sus labios mascullando silenciosamente la palabra “cobarde”.
 
Y entonces, oyó la voz de Silver, devolviendo el buen humor a su rostro. Ciertamente, la palabrería de su capitán le revolvía las tripas, pero si algo apreciaba de verdad en él, era el valor que tenía para enfrentarse de cara a los problemas, y la sangre fría con la que, al igual que él, siempre buscaba no sólo ser el primero en dar el primer golpe, sino hacer también de dicho golpe, el menos esperado por el enemigo.
 
Tomó el hacha de batalla con ambas manos, preparándose para la inminente pelea. Sabía bien de la táctica del lunarian: él atraería a los objetivos hacia un objetivo sencillo en clara inferioridad, sólo para que la trampa se cerrase sobre ellos como un cepo bien armado. Salvo que, en aquella ocasión, el cepo no era Balagus exclusivamente, sino también Dharkel y Marvolath. O eso esperaba, al menos.

Efectivamente, el kobito pareció reunir el valor necesario y se preparó para la lucha, pues los gestos de sus manos querían comunicarle un plan de actuación. Balagus tuvo ciertas dificultades para distinguir las señas al principio, pero no tardó mucho en darles significado. Los pasos se aproximaban, y sentía la fuerza del canto de su capitán recorriéndole sus fuertes y tensos músculos. Puede que el resultado del plan de Marvolath hubiera sido más divertido, pero no tenía tiempo ya de soltar su arma y preparar el brazo, por lo que, en cambio, se dispuso en posición de ataque, cargando sus brazos, y a través de ellos, su arma, con la negra fuerza de su haki, preparado para acometer con la punta y el filo del hacha hacia el segundo enemigo que cruzara el pasillo, al mismo tiempo que el médico de la tripulación.

Refuerzo II
BUSO401
BUSOSHOKU
Haki básico
Tier 4
2/10/2024
8
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario recubrir hasta dos extremidades o dos armas con haki, tornándose estas de un color oscuro y brillante como el metal, siendo capaz de golpear los cuerpos de todo tipo de Akumas. Obteniendo un bono de +15 en los daños que aplique el Haki y +5 [Resistencia] ante daños y efectos. (En caso de querer recubrir solo pequeñas zonas del cuerpo, inferiores a la mitad del recubrimiento máximo, el coste bajará a la mitad)
+15 en los daños físicos con Haki imbuido y +5 [Resistencia] ante daños y efectos en el área.


Cuchillada
ESP201
ESPADACHíN
Ofensiva Activa
Tier 2
10/10/2024
33
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Una estocada que el usuario realiza al mismo tiempo que realiza en un solo paso un [Dash] de hasta 8 metros en los que busca ensartar a todo lo que encuentre a su paso con la punta de su arma, llevando consigo a su víctima con un [Empuje] en caso de conectar hasta el final del recorrido del Dash.
Golpe Basico + [FUEx2,2] de [Daño perforante]


Resumen


Consumo de energía y haki


Datos adicionales


Personaje
#14
Dharkel
-
El repicar del metal fue lo último que escuchó antes de que la humareda de polvo y astillas se comenzasen a asentar, invadiendo la atmósfera. Conocía la destructividad de los ataques de Balagus, pero la combinación con Marvolath fue demoledora. Definitivamente ahora sabrían que había intrusos a bordo.

<< No, no puede ser… >>, pensó en un momento de tardía lucidez mientras recordaba vagamente a un pequeño ser que haría una década le dio una paliza. Pero muchos enanos se habían puesto en su camino y alguno que otro le había tenido que explicar por las malas que no era más que un sucio mendigo, aunque ninguno con tal nivel de humillación. << Seguro que no es…>>

Encontró algo de consuelo estando entre aquellas paredes, sin estar expuesto casi por completo al mar. No obstante, sabía que la destrucción del navío en el que se encontraba seguía siendo una posibilidad preocupante, convirtiéndolo en una trampa mortal. Tragó saliva con relativo pánico. Se llevó la mano al dolorido coxis recomponiéndose de la caída y, buscando su katana entre los escombros vio a su capitán junto a él, quien le dio un rápido sorbo al oscuro líquido de su interior que también se encontraba en sus ropajes. Tras conseguir el arma sin mucha dificultad, y siguiendo su liderazgo dio un lengüetazo al dorso de la espada, impregnado en vino, para no cortarse. Hizo una mueca de asco y escupió. Había probado brebajes malos y podía asegurar con firmeza que éste se encontraba entre los diez finalistas.

<< Flamingo…>>, pensó al leer la etiqueta de una de las cajas. Dio un suspiro de resignación al darse cuenta de que quizás no podría fumar allí, no si aquel contenido era altamente inflamable, y maldijo para sus adentros las ideas de sus compañeros. Un par de voces irrumpieron en el silencio y en sus pensamientos. << ¿Quién es el señor K? >>

Por una vez se planteó seguir el estilo Balagus, ir de frente y arrasando todo lo que viese por el camino antes de llegar al punto crítico de la ansiedad, pero Silver en un alarde de ingenio se expuso el primero, fingiendo una actuación y poniéndose a canturrear una típica canción pirata. Empezó a notar cómo la moral le subía poco a poco, recordado sus objetivos finales y que aquello no tenía por qué ser más que otro trámite para alcanzar sus metas personales. Una media sonrisa de dibujó en su rostro.

Se posicionó en el lateral de la puerta más cercano y sacó rápidamente el dial de corte de uno de sus bolsillos, lo afianzó con la diestra y extendió el brazo dejando el codo levemente flexionado para mitigar el impacto en su propio cuerpo. Con la zurda, bajó la katana y la puso bajo el brazo derecho en una posición parecida al envainado, preparada para realizar un rápido y profundo corte diagonal ascendente tras activar el dial contra el primer individuo que cruzase esa puerta.

Asintió a su capitán en silencio, preparado para actuar.

Cizaña
ESP101
ESPADACHíN
Ofensiva Activa
Tier 1
9/9/2024
22
Costo de Energía
1
Enfriamiento
Se trata de un simple pero rápido tajo con el arma buscando encajar un corte con la mayor profundidad posible, causando +10 de daño de [Colisión].
Golpe Basico + [FUEx2] de [Daño cortante]


Resumen
Nota
Virtudes y defectos
Personaje
#15
Drake Longspan
[...]

En medio de una misión peligrosa, lo que nadie esperaba era que el mayor enemigo de una tripulación pirata fuera... el vino.

Y no cualquier vino, no. Un vino tan potente que, tras una aparatosa caída dentro de barriles y charcos del preciado líquido, los piratas no sólo terminaron empapados, sino que también comenzaron a notar un efecto secundario bastante peculiar: sus rostros se paralizaban lentamente. Sí, un efecto sorpresa digno de cualquier fiesta pirata, donde la baba comenzaba a fluir libremente por las comisuras de sus bocas.


Intentando mantener su habitual estilo despreocupado, aquel capitán alzó los brazos dramáticamente para atraer la atención de los guardias, pero lo único que logró fue que un hilo de baba colgara peligrosamente de su mentón mientras tarareaba su típica canción pirata. Su "encantador canto" ahora tenía un sonoro gorgoteo en cada nota, lo cual seguramente desconcertó a los guardias más de lo habitual...

Pero funcionó.

Marvolath, mientras tanto, emergía de su barril de vino, completamente empapado y algo menos elegante que de costumbre. Al quitarse la chaqueta para escurrirla, notó cómo la parálisis facial le dificultaba mantener cerrada la boca. Intentó hacer señales a Balagus, su compañero gigante, pero con cada movimiento de sus manos, la baba se le escapaba como si fuera un grifo mal cerrado. De vez en cuando, entre señas y miradas serias, se detenía para limpiarse la cara, murmurando algo ininteligible con la lengua a medio colgar.

El guerrero Oni, por su parte, intentaba mantener su seriedad mientras planificaba cómo partir en dos a los guardias con su hacha. Pero el oni, en lugar de parecer un imponente contramaestre, tenía la expresión de alguien que acaba de morderse la lengua. Un hilillo de baba caía por su barbilla mientras se preparaba para el combate, lo que quitaba algo de su usual aura intimidante. Cada vez que intentaba gruñir o decir algo, lo único que salía era un sonoro "Gragaga..." acompañado de más saliva. Sin embargo, a pesar del pequeño accidente, seguía siendo una montaña de músculos peligrosamente armada.

Dharkel por su parte, intentó seguir el plan, asintiendo con la cabeza hacia su capitán, pero no pudo evitar que su propio rostro se paralizara de forma graciosa. La katana en una mano, el dial en la otra, y la baba colgando por el lado izquierdo de la boca... estaba listo para atacar, aunque su cara parecía estar más dispuesta a participar en una fiesta de mimos que en una batalla.

Por alguna extraña razón, quizá por la propia química entre tripulantes, se entendieron a las mil maravillas. Quizás las noches de borrachera como nakamas servirían para darse a entender. El capitán logró localizar a los enemigos gracias a su haki y localizar a los espadachines, aunque sus chistes sobre el mal servicio del lugar fueron casi ininteligibles tras probar aquel vino. Por suerte, su canto consigue motivar de alguna extraña forma a sus tripulantes y desconcertar a los enemigos.

Balagus y Dharkel emboscan en una trampa casi mortal a ambos espadachines que se cubren como pueden del impacto mientras qué, el kobito, les da el golpe final empujándolos contra la pared del barco, creando un boquete en la madera y lanzándoles en dirección al agua.

Después de esto, el barco queda en un silencio sepulcral, solo acompañado del ruido de marras del agua y el viento...

Aunque Silver todavía siente dos presencias más abajo...

Información


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Ipor el motivo que sea.
#16
Marvolath
-
Si no fuera por la parálisis facial el rostro de Marvolath seguramente reflejaría sorpresa por el rápido desenlace del encuentro. Sabía que un golpe combinado de Balagus y él había sido suficiente como para derribar una buena sección del barco, pero no esperaba que sus oponentes presentasen la misma resistencia que unos tablones desgastados por el mar. Al menos podría centrarse en el veneno que había tomado.

Se palpó la cara, notándola extraña, como si no fuera suya. Parálisis moderada de los músculos faciales. Baja respuesta a estímulos.
Se limpió la boca con la mano, examinando la saliva que no dejaba de salir. Secreción anormal de saliva. La consistencia espesa y pegajosa.

Se introdujo los dedos sin dudarlo, buscando producir el vómito para expulsar el veneno que aun quedase en su estómago. La falta de sensibilidad complicaba encontrar el reflejo, pero era su mejor opción. Buscó a sus compañeros con la mirada, confirmando que todos parecían estar afectados por el mismo veneno, y con torpes gestos recomendó hacer lo mismo.

Se acercó a una de las cajas y abrió una de las botellas, olfateando su contenido. Almendras amargas. Toque herbal y terroso.
Con cuidado, mojó levemente el dedo y probó con la punta de la lengua antes de escupir.

Sin un análisis en condiciones era imposible asegurarlo. Pero por los síntomas parecía tener belladona, con alta concentración de atropina dado el rápido efecto. Y cianuro, a juzgar por la saliva. Rebuscó en su mochila. Era consciente de que no tenía un antídoto apropiado en las escasas provisiones que le quedaban, pero algo tendría que servir. Romero. Ginseng. Esto debería de poder estimular el sistema nervioso. No detendrá el veneno, pero debería de aliviar los síntomas.

Cortó con cuidado toda la raíz de ginseng en pequeños trozos y separó las hojas de romero de las ramas que le quedaban en un frasco. No tenía tiempo de preparar una infusión, por lo que sería poco efectivo. Dividió el preparado en cuatro partes, que acercó a sus compañeros.

- MaaAAA - se limpió la baba y tragó la que pudo - maAsshtIIicaaa-arr. TraggaaAArrr. - trató de decir, peleando con la lengua y labios de otro que tenía en su boca.

Dando ejemplo con los actos, se llevó a la boca una de las dosis y masticó con cuidado, tapándose la boca para evitar que la saliva se le escapase. El intenso sabor amargo del ginseng y el aroma del romero le hicieron sentir aliviado de sentir algo, y a medida que masticaba y tragaba se sentía cada vez más reconfortado. Se sentó bajo el sol, tomándose un momento de descanso mientras el remedio hacía efecto.

Junto a él estaba Dharkel. Verlo comiendo bajo el sol, con mejor aspecto del que podría esperar le trajo un lejano recuerdo. No era la primera vez que veía a alguien recuperarse con rapidez... ¿sería posible qué...? tenía un cierto parecido pero...

- TúuUu... - empezó a decir, aunque desistió, frustrado. Ya se acordaría después.

Resumen
#17
Silver D. Syxel
-
El efecto del vino fue tan inesperado como desagradable. Silver intentaba mantener cierta compostura, pero notaba cómo sus músculos faciales comenzaban a adormecerse, y la baba no dejaba de resbalar por su boca. La imagen distaba mucho de su usual porte confiado y digno, pero tras una rápida mirada a sus compañeros, vio que todos estaban en una situación similar. Parecía que nadie se libraba de aquel extraño veneno.

Mierda... —murmuró, con la lengua pesada y el rostro algo entumecido. Justo entonces, Marvolath gesticuló torpemente, sugiriendo que intentaran purgar el veneno antes de que hiciera más daño.

Con un gruñido de resignación, Syxel se llevó los dedos a la garganta, provocando el reflejo de vómito para expulsar el vino ingerido, y de paso lo que quedase del desayuno. El sabor ácido y amargo no tardó en inundar su boca, pero no se detuvo hasta que sintió que había logrado vaciar buena parte del estómago. Apenas pudo erguirse, sacó su petaca y tomó un trago largo del licor que siempre llevaba consigo, deseando quitarse de una vez el horrible sabor.

Mientras Marvolath se encargaba de preparar un antídoto improvisado, Silver decidió no perder el tiempo. Aunque los efectos del veneno seguían haciendo estragos, no podía permitirse quedarse quieto. Con pasos cuidadosos, se adentró entre los escombros de la bodega, las cajas dispersas y los restos de los barriles rotos, avanzando hacia el centro de la estancia, en la misma dirección que llevaba a la escalera que conducía a la bodega inferior. Debían estar preparados para lo que fuese que se encontraba más abajo.

Su Kenbunshoku Haki permanecía activo, permitiéndole sentir las presencias que quedaban. Dos personas permanecían en el nivel inferior, y una de ellas irradiaba una energía significativamente más poderosa que los guardias con los que acababan de lidiar. El capitán frunció el ceño, plenamente consciente de que ese combate sería más complicado y que necesitaría a su tripulación en plenas condiciones.

Mientras inspeccionaba el espacio bajo cubierta, observó que aún quedaban varios barriles intactos, así como redes y sogas desperdigadas por el suelo. Sin embargo, su atención estaba centrada en cualquier posible sonido que proviniera del nivel inferior. Cada ruido hacía que Syxel apretara la empuñadura de su sable con más fuerza, manteniéndose alerta.

Finalmente, cuando Marvolath terminó de preparar el remedio, Silver regresó junto a sus compañeros. Tomó la porción que le ofreció el kobito y, no sin mucho esfuerzo, logró murmurar: — Gracias... —Masticó la mezcla amarga, sintiendo cómo la rigidez en sus músculos comenzaba a ceder, aunque el sabor del brebaje no mejoraba mucho su humor.

Con una mirada hacia la escalera, Syxel notó que la calma que reinaba en la bodega solo aumentaba su inquietud. Algo se avecinaba, lo presentía. — Sigamos... —murmuró con seriedad, preparándose para el inevitable enfrentamiento en las profundidades del barco.

Percepción II
KENB401
KENBUNSHOKU
Haki básico
Tier 4
1/10/2024
7
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones muy fuertes que exterioricen como un sufrimiento fuerte o un gran instinto asesino, etc. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +5 [Reflejos].
Área: [VOLx12] metros. +5 [REF]

Resumen
#18
Dharkel
-
La emboscada había funcionado sorprendentemente bien, con la enorme mole de carne y el pequeño ser demostrando una vez más la fuerza destructiva de sus ataques combinados, abriendo otro agujero en la embarcación durante el proceso y haciéndole recordar una vez más los peligros del mar. Miró el dial y lo agitó un par de veces en su mano, confundido y comprobando que no estuviese roto. Se había vuelto a olvidar de cargarlo una vez más. No estaba todavía acostumbrado al uso de tan extraño artefacto.

La baba que colgaba de la comisura de su labio finalmente cayó al suelo. Observó sin moverse demasiado la escena, manteniéndose bajo el tenue sol del amanecer que entraba por el boquete de cubierta y viendo que todos estaban más o menos en la misma situación. En otro momento no hubiese dudado de burlarse de ellos y de sí mismo, pero hasta él sabía que no era buena idea. Absorbió con dificultad otro espumarajo que quería ser libre, planteándose la tranquilidad con la que estaban tratando el asunto.

<< ¿Acaso se han olvidado de que quedan dos auras más? Quién sabe lo que tardarán en subir buscando a sus compañeros >>, pensó mientras contemplaba el trabajo de Marvolath.

Cayó en la cuenta de la presunta santurronería del kobito, quien previamente le había echado en cara su cuanto menos cuestionable estilo de vida. Descartó la idea de que él hubiese consumido alcohol y se acercó a olerle torpemente, como un sabueso bajo los efectos de la anestesia. Sus ropas permanecían húmedas y apestaba al mismo olor a vino que reinaba en la estancia. Dio un respingo al recordar un viejo documento que dictaminaba que algunas sustancias podían ser absorbidas por la propia piel. No era médico y aquel pergamino podría estar basado en el misticismo, pero sus pesquisas se acentuaron con el prejuicio que tenía sobre Marvolath.  Volvió a su posición original lo más rápido que sus entumecidos músculos le dejaron y comenzó a desvestirse, dejando sus pertenencias sobre las pocas cajas o barriles que no estuviesen destruidos. Quedándose como sus progenitores le habían traído al mundo intentó comunicarse en vano con sus compañeros mientras su lengua chocaba atropelladamente con sus dientes.

- Veneeenooo…. Goooopaaaaa…

Sus tatuajes y cicatrices quedaron al aire. Sintió un impulso de taparlos, especialmente la Pisada del Dragón que se encontraba bajo el tatuaje de la tripulación, pero como Balagus le había recordado en semanas anteriores: todos tenían un pasado trágico y no era especial en ningún sentido, no al menos en ese aspecto. Solo esperaba que el médico, quien no tardó en acercarse con el remedio, no indagase sobre las dos enormes cicatrices que portaba en su espalda, pues era su secreto mejor guardado. Algo que nunca le había revelado a nadie.

Se introdujo la potencial cura por el único hueco de su boca que fue capaz de abrir y comenzó a masticar lentamente el mejunje mientras ayudaba a moverse a la mandíbula con sus propias manos.

- TúuUu...

- ¿Gaaasiassss? – le preguntó al kobito pensando que se había ofendido por su falta de buenas maneras mientras varios esputos salían despedidos de su boca.

- Sigamos… - interrumpió Silver.

Dejó todo lo no necesario junto a la mochila y la ropa, llevando solamente su katana desenvainada en la zurda y el dial de corte en la diestra. Lejos de estar en sus mejores condiciones trató de tomar la delantera, completamente desnudo. Tenía que fingir una vez más su papel de explorador en la tripulación y si se encontraba algún enemigo de frente quizás contaría con el factor sorpresa del nudismo. Como poco podrían reírse a su costa. Intentando ser sigiloso sin el peso adicional de las prendas mojadas se asomó por las escaleras.

Al menos todo aquello le había hecho olvidar momentáneamente dónde se encontraba.


Resumen
Nota
#19
Balagus
-
Balagus no esperaba que el ataque conjunto por sorpresa fuera a funcionar tan bien como lo hizo, quitando de en medio a los dos subordinados en un único movimiento y sin dejarles espacio para actuar a su capitán o a Dharkel.
 
Sin embargo, aquella no fue la única sorpresa que se llevó el oni: tan pronto como fue a retraer el hacha, notó que a su cuerpo le costaba horrores el reaccionar adecuadamente. Todo control sobre su cara se había esfumado como por arte de magia, y ya no podía hacer nada para contener la baba que desbordaba de su colgante labio inferior en mayores cantidades a cada segundo que pasaba.
 
Tratando de buscar una respuesta a aquel inoportuno imprevisto, miró directamente hacia el médico de la tripulación, que parecía estar empezar a entender lo que estaba pasando y se había provocado el vómito con los dedos.
 
“¡El vino! Grashneg…” Maldijo para sus adentros al darse cuenta. Recordaba a las mujeres y los chamanes de su gente hacer algo similar cuando las hierbas con las que se provocaban las náuseas escaseaban, y el guerrero no dudó en imitar a sus compañeros para expulsar todo el contenido posible de sus tripas. No fue sencillo, dado el entumecimiento en el que parecía nadar toda su garganta, pero consiguió su ruidoso y nada agradable objetivo, escupiendo los últimos trozos de carne seca masticados que había ingerido.
 
Balagus los miró con rabia. No le gustaba nada tener que tirar la comida.
 
El vientre ya había empezado a arderle, a pesar del vómito, cuando Marvolath le alcanzó un remedio. Aceptó de buena gana el ofrecimiento, más por la imposibilidad de poder quejarse con un par de mandíbulas que no respondían a sus órdenes que por confianza incondicional. Seguir las órdenes también le costó lo suyo, y, una vez más, no fue porque el kobito apenas pudiera expresarlas, sino porque necesitaba subir y bajar manualmente su quijada para masticar los pedazos de raíz y la ramita hasta deshacerlos en su boca. Una vez conseguido, sólo tuvo que levantar la cara hacia el boquete que habían abierto por el techo, pringándose desde las comisuras de la boca hasta el cuello mientras lo hacía, para que su saliva y la gravedad hicieran el resto del trabajo por él.
 
El alivio fue inmediato y, aunque no completo, sí positivo y reconfortante, devolviéndole algo de sensibilidad y de control, así como calmando momentáneamente sus dolores.
 
- Gh… Gggjjjjj… GHAJIAJ. – Logró articular, al fin, a modo de agradecimiento, antes de seguir a su capitán hacia las profundidades del barco.
 
- Matagg… Cabjonej… - Quiso comunicarle a Silver, sin dejar de limpiarse la boca y la barba con el dorso del guardabrazo izquierdo de combate de pieles y cuero. Sabía que debían avanzar, pero no le gustaba ni un pelo que les vieran así, ni que hubieran sido tan fáciles de envenenar, y las ansias por vengarse y humillar al cabecilla de aquella operación crecían exponencialmente con cada segundo que pasaba.

Resumen
#20


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