Alguien dijo una vez...
Donquixote Doflamingo
¿Los piratas son malos? ¿Los marines son los buenos? ¡Estos términos han cambiado siempre a lo largo de la historia! ¡Los niños que nunca han visto la paz y los niños que nunca han visto la guerra tienen valores diferentes! ¡Los que están en la cima determinan lo que está bien y lo que está mal! ¡Este lugar es un terreno neutral! ¿Dicen que la Justicia prevalecerá? ¡Por supuesto que lo hará! ¡Gane quién gane esta guerra se convertirá en la Justicia!
[Común] Día de entrenamiento
Airgid Vanaidiam
Metalhead
Airgid no dejaba de tratar de zafarse del agarre del gigante, pero le resultaba inútil. Tuvo que probar una estrategia diferente o aquello significaría su derrota. Y aún así lo estaba disfrutando, se le notaba en el brillo de los ojos y es que llevaba demasiado tiempo tranquila, sin enfrentarse a nadie de aquella forma. Sin tener que contenerse, por que sabía que Ragnheidr lo soportaría. Aquel combate no estaba lleno de rabia, todo lo contrario. Era la primera vez que Airgid era tocada por Ragn de aquella manera, tan brutal pero íntima y cercana a la vez. Notar la proximidad de sus cuerpos, su piel aferrándose a la de ella, era agradable, demasiado. El dolor se transformaba en placer y la furia en atracción.

Pero la rubia acababa de recibir un golpe, y no pensaba ser la única en salir de esa pelea con sangre encima. Así que usó su nueva habilidad del haki para tratar de escapar de su agarre, proyectando un puñetazo en el interior de su gas, cubriendo ambos brazos de esa armadura negruzca. Aunque el plan no salió como lo había pensado en su cabeza, aquel golpe no la liberó completamente, sino que mandó a los dos a volar unos cuantos metros en el aire. Pudo soltar el brazo derecho, eso sí, pero seguía agarrada del otro. Estuvo a punto de cargar otro puñetazo para tratar de soltarse del todo, pero Ragnheidr fue más rápido. La mano de Ragn que aún la sujetaba se volvió en gas morado de repente provocando en ella una inmediata sensación abrasadora incluso con el haki protegiéndola. La mujer gritó del dolor y de la sorpresa, pues el vikingo la zarandeó en el aire como si fuera una bandera antes de tirarla contra el suelo con toda la fuerza que tenía.

Aterrizó contra el duro suelo de tierra, derrapando unos cuantos metros más antes de frenar y provocando un pequeño hundimiento en la zona de la caída. Tenía ganas de deshacer el haki de sus brazos, de comprobar sí realmente se lo había quemado o si estaba bien. Pero eso le haría perder el tiempo... seguía picando, pero debía concentrarse. Ahora estaba libre, tenía que ser rápida y pensar en una forma de devolverle el golpe que acababa de pegarle. El hombre aterrizó elegantemente, formado en gas, mientras ella escupió una mezcla de sangre y saliva a su costado derecho. ¿Arriba? Y tanto que arriba. Sabía que Ragnheidr no le iba a conceder un solo respiro, así que asimiló el dolor y comenzó a liberar su poder. Un poder que Ragn aún no habría visto.

Con una anticipación leve, pero suficiente, Airgid se electrificó de repente. Su cuerpo irradió una oleada potente de rayos amarillos, como un chispazo que luego se estabilizó, formando pequeños rayos visibles a su alrededor. Su cabello se erizó debido al magnetismo con una rapidez que rompió su coletero, dejando sus hermosos mechones dorados volar alrededor de ella, como la melena de un león. Todo, a la vez que el cuerpo de la mujer se elevaba en el cielo, levitando, flotando, tratando de esquivar así el golpe que Ragn había dirigida hacia ella. Su pierna recibió algo de daño, pero lo había conseguido. Estaba volando.

¿Quién se lo iba a imaginar? Ni si quiera ella, ya acostumbrada a las limitaciones de su movimiento, había llegado a pensar que sería posible sentir tal libertad. Se tomó unos segundos para regodearse de aquella sensación. Notaba la electricidad recorrer todo su cuerpo, cada célula, cada nervio. Podía notar el metal a su alrededor y cómo éste esperaba ansioso a ser atraído por el magnetismo de la rubia. Pero aún no era el momento. — ¡Ragnheidr! ¡Tengo algo que preguntarte! — Le avisó, pero todavía no soltó la pregunta. No, primero se lanzó a por él. Se movió lo más rápido que pudo en el aire a la vez que daba un giro sobre su propio eje, preparando el brazo derecho para asestar un nuevo golpe contra el pecho del gigante. Sentía su corazón latir a mil por hora, puede que en parte fuera debido a la electricidad que le rodeaba, pero eso no era todo. Estaba nerviosa, estaba a punto de dar un paso bastante importante para ella.

Al llegar frente a él, proyectó su puñetazo, imbuído en haki, en electricidad y con toda la fuerza que pudo reunir, tensando los músculos de su brazo al máximo. Quería que Ragn viera de lo que era capaz de hacer, de que no solo era buena aguantando las hostias, que también podía darlas. A la vez que liberaba su puño, gritó con toda la capacidad que sus pulmones le permitieron. — ¡Hace muchos años, salvaste a una chica en un vertedero! ¡Le estaban dando una paliza, y tú la ayudaste! ¿Me equivoco? — Estaba tan nerviosa que no sabía si el temblor de su cuerpo era por la electricidad o por su inquietud. Si estaba equivocada, Ragn se creería que estaba loca, que se imaginaba cosas y que le faltaba un hervor. Pero... ¿y si estaba en lo cierto? ¿Y si Ragnheidr era ese enmascarado salvaje que la ayudó hace tantos años? Sentía una corazonada de que así era, pero a la vez, el miedo a lo que su posible error podría desembocar.

OFF
#11
Ragnheidr Grosdttir
Stormbreaker
Ragn se sentía poderoso. Era algo que le solía ocurrir, para que mentir, desde que era pequeño, cuando se metía en peleas. Puede que el físico le ayudara a tener una gran percepción de él mismo, sin duda, pero había algo más ... El ansia por la batalla le subía la moral. Lo cierto es que ¿a quién no? Hasta Airgid se estaba motivando después de recibir su golpe. Se la veía molesta, eso era cosa del gas arsénico, que dejaba una pequeña picadura en la piel cuando entraba en contacto. Uno de los gases más toca pollas que tenía, pero es que aquí había venido a darlo todo el vikingo. La mujer no tardó en volver al ruedo. Su cuerpo se elevó en el aire. — ¡Sabía que guardaba algún secreto! Nunca te fíes de una mujer, lección mil cuatrocientas dos. — Ragn escupió al suelo, como si supiera que la rubia vendría con algo semejante, cuando no sabía nada en absoluto. El cuerpo del revolucionario, de caderas para abajo también se volvió de gas, elevándose en al aire con cierta gracia. — ¡Hablarr o lucharrr, no ambas! — Gritó lanzándose hacia delante sin temor alguno. Ragn y Airgid se miraban fijamente, cada uno suspendido en el aire, como si el peso de su voluntad los mantuviera flotando. El aire se cargó de tensión, y ambos se lanzaron al mismo tiempo. Sus puños se encontrarían con una colisión tan brutal que el sonido se extendió por toda la zona como un trueno. La onda de choque se expandió, derribando árboles y levantando el polvo del suelo como un torbellino salvaje.

La extremidad derecha de Ragn se volvería una auténtica locura. Ragn extendió su brazo cubierto de gas arsénico y haki, intensificado por las vibraciones que resonaban con una violencia incontrolable. Su puño iba envuelto en un aura morada que parecía arder, y cada vez que se movía, el aire a su alrededor temblaba como si fuera a partirse. Airgid, por su parte, respondía con la misma intensidad, enviando descargas de rayos desde sus manos que brillaban con una intensidad cegadora, como una tormenta eléctrica desatada. Los relámpagos azules chisporroteaban y se curvaban hacia el suelo, quemando y destruyendo todo a su paso. — ¡Me quiere distraer! — Pensó mientras avanzaba. No quiso darle mucha vuelta a lo mencionado por Airgid. ¡Estaba nublando la mente de Ragn! ¡mujer! — ¡¡Bujaogen!! — Vociferó con toda la rabia que tenía. Los dos puños impactaron donde deberían. La ofensiva de Ragn daría horizontalmente en el rostro de Airgid y el puñetazo devastador de la rubia destrozaría la nariz del vikingo. Lo que parecía una esfera de puto aire envolvió a los dos sujetos. Rayos comenzaron a desprenderse, seguramente debido a la akuma de Airgid. Rayos que se incrustaron en el terreno, abriéndolo como un melón. Incluso uno de ellos quemó de forma indiscriminada la pierna de Ragn, lo que paradógicamente solo hizo que el vikingo liberase un grito y presionara aún más. Estaban a dos metros sobre el suelo pero se estaba creando un cráter de más del doble. Las vibraciones estaban levantando todo el terreno, arrancando un árbol cercano que salió volando varias decenas de metros.

De repente, con un último estallido, la energía contenida en sus ataques se desató por completo. La onda de choque final los lanzaría en direcciones opuestas, con una fuerza tan abrumadora que destrozó el terreno a su alrededor. Sin embargo antes de ocurrir esto bien merecería la escena que un tercero desde su casa, leyendo o viendo esto, dijera; ¿No está durando demasiado el momento?

Ningún puño cesaba, pero los daños naturales iban en aumento. Ragn saldría volando como un proyectil, atravesando el aire hasta impactar violentamente contra el suelo, creando una hondonada profunda donde aterrizó incrustándolo en el suelo. Intentó levantarse de inmediato, pero la cabeza le daba vueltas. La nariz le colgaba y la sangre salía a chorros por su boca. — ¡Porrr qué distrrraer! — Gritó, levantándose a duras penas.


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#12
Airgid Vanaidiam
Metalhead
La escena era simplemente espectacular. Ambos guerreros, llenos de poder, suspendidos en el aire y observándose el uno al otro. La nueva habilidad de Airgid había pillado desprevenido al gigante, pero ella no era la única con un as bajo la manga. Ignoró la pregunta de la rubia, parecía demasiado centrado en sus ansias por continuar por el combate que por resolver aquella duda existencial que la mujer tenía. Pero no importaba. Le sacaría la respuesta a golpes. Así, la mujer se abalanzó hacia él volando, impulsada por las cargas eléctricas y con el puño preparado para impactar contra su agraciado rostro. Resultaba liberador poder pelear contra alguien con todas sus ganas, sin armas, solo con sus músculos. Fuerza contra fuerza, ni si quiera había intención alguna de protegerse o de bloquear, solo provocarse el mayor daño posible el uno al otro.

Ambos puños golpearon a la vez, rostro contra rostro. El puño de Airgid estaba envuelto en una electricidad chispeante y ardiente, y el de Ragnheidr en gas morado y abrasador. El mismo con el que atacó anteriormente a su brazo. Un puñetazo central y el otro en movimiento horizontal. El contacto de los dos cuerpos desató una tormenta de rayos por parte de Airgid y una nube de gas morado que parecía arder contra la rubia por parte de Ragnheidr. La carga eléctrica era tal que algunos establecimientos cercanos se quedaron sin luz unos instantes, y es que el cuerpo de Airgid comenzó a brillar, conteniendo el dolor que sintió de manera inmediata en su cara. El suelo se abrió, formando un cráter justo debajo de ellos, levantando polvo, rocas, incluso un árbol que salió volando. Pero ninguno dio su brazo a torcer, ninguno dejó de presionar y de intensificar el golpe, daba igual el dolor que estuvieran sintiendo.

Aquelló desembocó en un último estallido producido por tal choque de fuerzas que inmediatamente mandó a ambos a volar en direcciones opuestas, forzándoles a separarse, algo que no habrían hecho de ser por ellos mismos. El cuerpo de Airgid de repente se apagó, lanzada contra el suelo, aterrizó violentamente levantando la tierra del suelo hasta que finalmente quedó incrustada en ella. En su fuero interior sentía ganas de continuar peleando contra él, había sido el intercambio de golpes más emocionante de su puta vida. Nunca había luchado así contra nadie, a ese nivel de poder. Pero daba igual lo mucho que quisiera continuar, su cuerpo no daba más de sí. Sentía que la cara le ardía, pero no solo eso, el dolor se había vuelto interno, como si se hubiera roto la cabeza entera. Le daba vueltas, veía triple como mínimo y cualquier movimiento le dolía. Al menos, no parecía ser la única herida de aquella manera.

Ragnheidr trató de ponerse en pie, a duras penas, y no tardó en gritarle a la rubia, preguntándole que por qué había intentado distraerle. Airgid se incorporó, tenía la cara llena de sangre. Por la nariz, por la boca, una brecha en la ceja y otra en el pómulo. No tenía la cabeza como para responderle nada de forma coherente, pero lo intentó. — ¡¿Me equivoco o no!? — Volvió a insistir. — Por que creo que... nos conocemos de antes... por que tú eres... el gigante de la Granja. — Hablaba con dificultad, aunque lo suficientemente alto como para que Ragnheidr pudiera escucharla abrirse por completo. — Y yo soy la que intentó ayudarte... cuando estabas en la plaza esa malherío. ¿No te acuerdas de mi? — Preguntó con un ligero tono de dolor que no pudo contener. Estaba prácticamente segura de que no se equivocaba, llevaba días pensando en ello, y acababa de tener una revelación. Pero puede... puede que él no la recordara a ella, que la hubiera borrado de cualquier recuerdo. Para ella, él si fue impactante, lo suficiente como para acordarse de él diez años después. Pero eran diez años. Quizás ella no le había marcado lo suficiente a él. Puede que la hubiera olvidado.

OFF
#13
Ragnheidr Grosdttir
Stormbreaker
Ragn tenía la cara fatal. Su nariz miraba hacia un punto donde no debería, sentía el calor cubrirle toda la zona y claro, la sangre salía a chorros. ¿Se habían pasado? era probable, cuando la gente entrenaba ... ¿Pero había sido un entreno? El vikingo había ido con todo, con todo lo que su cuerpo le permitía. Quizás era hora de entrenar más duro. Escuchó a la rubia hablar, bueno, más bien gritar. Con un paso lento pero firme, el cuerpo del gigantón se plantó delante de la fémina. Ella aún estaba en el suelo. — Podría rematarla. — Pensamiento intrusivo. — No sé qué pensaría de eso Nosha. Ella quería que esto sucediera. Tengo curiosidad por saber qué pensaría. — Alargó una mano para que Airgid la tomara y se levantara del suelo. — Crreerrr que sí. — Respondió, soltando su nariz, la cual recolocó a duras penas, forzando. — Hasse tiempo, pensarrr al verrr manos. — No le había soltado la mano, así que las señaló con la mirada. — Solo rrecorrrdarrr una perrrsona con ... Bueno, esas manos. — Al fin las dejó caer.

Se arrancó un trozo de tela de su pantalón, tal cual, para comenzar a limpiarse la nariz, la boca y bueno, en general todo el rostro que estaba empapado. — ¿Porrr qué no dessirrr antes? — Preguntó, dudoso de hablar del tema. Era una cosa bastante enquistada, que al menos lo estuvo durante meses. Pasados los años la cosa era diferente, uno va pasando etapas, como todo dios, aunque siempre le asomaba esa pequeña esperanza de encontrarla. A ella o algo parecido. Pero habían estado delante de él durante todo ese viaje de revolucionarios. — ¿Qué hasserrr ahorra? — Estaba perdido, sin entender qué camino tomar. En el fondo de su ser, sabía que Airgid era la rubia de años atrás, algo le decía que podía ser, sin embargo el encuentro tan salvaje había ... ¿Roto un momento la mar de interesante?

Por otro lado había dejado claro su poder. La mujer no se andaba con chiquitas, mira que obtener un nivel de fuerza semejante ... ¿Qué hubiera pasado de ser un combate real? Mentir que Ragn no estaba pensando ahora en eso sería mentir. Encontrar a ese "alguien" especial estaba de puta madre, pero ¿un combate bueno? eso superaba cualquier expectativa y por supuesto no pensar solo en eso sería no entender el momento con exactitud. Hasta el cabello rubio estaba bañado de sangre, sentía el cuerpo exhausto. — Yo aún poderrr lucharrr. — Se reafirmó con cierta gracia en aquel pique sano. — Vamos. — La sujetó por las caderas y se la subió a los brazos. Los dos estaban completamente vulnerables, en la mierda más absoluta. Pero lo estaban juntos.
#14
Moderadora Lola
La Despechada
Airgird / Ragnheidr
Cita:El orden de las notas de cada uno irá en el siguiente orden: Airgird / Ragnheidr
  • Rol Descriptivo (Hasta 3 puntos):  3/3
La manera de describir el entorno y todo lo que rodea a vuestros personajes no tiene pega ninguna.
  • Calidad del Rol: (Hasta 3) 1.5/1.5
Aunque me ha encantado como lleváis a vuestros personajes y la tensión sexual no resuelta, no habéis tenido muy en cuenta vuestros vicios y defectos y para algo los tenemos.

-Rang: si que has cumplido el de levantar pesas, pero salvo alguna ostia, no has comido nada en todo el rol, haciendo que bajase tu voluntad para el combate y hubiese afectado posiblemente el devenir de los hechos, tampoco has tenido en cuenta en tus primeros tres turnos que estás bastante somnoliento, causando entumecimiento, esto último no ha afectado a la lucha, pero si que afecta a tu rol escénico. 
-Airgird: No te has mordido el labio en todo el tema y tampoco has bebido nada gaseoso (porque aunque Ragn sea gaseoso no es una bebida) por lo que tu voluntad también se vería afectada y hubiese cambiado el devenir de los acontecimientos.
  • Estrategia: (Hasta 3) 2/2
Si vuestros cálculos numéricos son correctos y no habéis tenido debate que requiera de moderación de combate exhaustivo, doy por hecho que todo está bien, pero debido al fallo de los defectos, no ha sido lo justo que tendría que ser, asique paso solo a comentar:
-Que a mi me ha encantado la pelea, a puros puñetazos, fracturas, sangre, a Thor le gusta esto.
  • Resultado del combate: (Hasta 1) 0.4/0.6
El entrenamiento termina con lo que vamos a considerar un empate, es cierto que Ragn parece que podría seguir más entero, asique le daremos un pelín extra.
  • Resultados de puntuación: Airgird recibe 6.9 puntos, mientras que Ragnheidr recibe 7.1 puntos.
Siguiendo las guías: EXP = (Tu Nivel - Diferencia de Nivel con el Adversario) x Nota del Combate x Multiplicador
(10-0) x 6.9 x 1 (al ser entrenamiento) = 69
(10-0) x 7.1 x 1 (al ser entrenamiento) = 71
  • Recompensas:
Airgird: 69 EXP / 7 Nikas / 4 REP (5% de 85.5)
Ragnheidr: 71 EXP / 8 Nikas / 3 REP (5% de 60)

Comentadme por privado, ticket o petición administrativa si estáis de acuerdo con esta moderación o queréis añadir algo y una vez esté todo conforme se os añadirá las recompensas.
Entregadas
#15


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