Hay rumores sobre…
... que en cierta isla del East Blue, hubo hasta hace poco tiempo un reino muy prospero y poderoso, pero que desapareció de la faz de la tierra en apenas un día.
[Común] [C- Pasado] Mi ángel, mi sol
Gavyn Peregrino
Rose/Ícaro
Día 3 de Primavera del Año 724

Viajar de isla en isla por medio de trabajos era realmente gratificante, no necesitaba depender de una tripulación ni de nadie más que de las personas que escogiera por cuenta propia, pero debía ser selectivo y, al mismo tiempo, no tanto, en algunas ocasiones tenía que arrojarme a personas con las cuales no me… “Vinculaba” positivamente. Si se puede llamar “vincular” a intentar mantener una relación relativamente cordial con la mayoría de los tripulantes en una embarcación, porque eso es a lo que me dedicaba, si es que mi actitud me lo permitía, claro, porque la ironía y presionar los botones de los demás es mi especialidad. De todos modos, no volvía a cruzarme con las tripulaciones que solían aceptarme como navegante, si bien tenía mis favoritas, sin duda no frecuentaba ninguna en particular, después de todo el trabajo se debe quedar en el trabajo, no mezclarse con la vida personal. Las relaciones en ese ámbito luego traen problemas posteriores, discordia y rencores con los que no deseaba lidiar.

Así fue como, tan pronto como me pagaron el día anterior, bajé del barco pesquero con la mochila cruzada en mi hombro y las manos en los bolsillos, sintiendo que recibía miradas intensas de los marinos que me habían acompañado durante todo el viaje, y que decidieron que intentar tocar mis alas era el mejor desafío y, arrancarme las plumas, la mejor idea, por suerte, estaba acostumbrado a defenderme solo, a que las personas me miren con curiosidad, intenten tocar mis alas, e incluso quitarme plumas, como si se tratase de una especie de premio de naturaleza rara o extremadamente rara. Por esa misma razón, uno que otro hueso roto tendían a ser suficiente como para que las personas desagradables se alejen, continuaban siendo igual o más repelentes que al principio, sin embargo, no volvían a acercarse.

A fin de cuentas, técnicamente era una retribución justa, estaban arrancando partes de mi cuerpo.

Resoplé mientras caminaba por el muelle hacia la ciudad, los tablones de madera crujían húmedamente, no iban a derrumbarse de la nada, pero de todos modos el sonido era reconfortante pisar tierra después de días en el mar y escuchar los típicos sonidos del puerto, de la ciudad, aunque prefería los de los pueblos. Sin embargo, lo cierto es que, cuando me hastiara de la isla me iría, después de todo, quedarme demasiado tiempo en un solo lugar tiende a irritarme, especialmente las ciudades grandes, y uno se preguntaría ¿Por qué iba a las urbanizaciones entonces? Bueno, primero, porque aunque fuera selectivo con los trabajos, los traslados a las ciudades conocidas pagaban mejor; segundo, había una mayor variedad de recursos y tiendas, así que si deseaba conseguir algo en particular, un lugar como el Archipiélago Conomi era ideal.

Además… Deseaba ver el Museo Marítimo hace mucho, mucho tiempo.

No era como si cuando era adolescente no hubiese estudiado, para nada, pero en su momento fue mi sueño estudiar en la escuela de navegación y cartografía del archipiélago… Era una pena que los sueños fuesen eso, solo sueños. Mis ojos dorados se posaron con nostalgia en la famosa escuela, observaba desde lejos a los alumnos salir, bromear, llevaban libros, cartulinas, mochilas, de todo, parecía que la vida no les preocupaba en lo más mínimo además de sus estudios, era bonita, la ignorancia adolescente, les permitía mantenerse en su propio mundo, pero al mismo tiempo era consciente de que sufrían en ellos de todos modos, solo que algunos sufrían en grupos mientras que otros sufrían solos. Había elegido el árbol de una plaza cercana para apoyar mi hombro, rozando el tronco con una de mis alas, la textura rugosa y áspera me mantenía anclado, evitando los recuerdos indeseados, pero no podía apartar la mirada, hacerlo implicó un esfuerzo monumental.

Me aparté suavemente de la superficie del árbol, despegando mis ojos a regañadientes de la escena y me giré para encaminarme al café más cercano, apretando ligeramente las alas contra mi cuerpo para evitar los roces, los toques, y demás, tomé asiento en la única mesa disponible al aire libre del abarrotado local, una camarera con ojos café y cabello negro ondulado se acercó con aire cansado para tomar el pedido.

. – Bienvenido al Café Cococabra ¿Cuál es su pedido? –Su voz suave y aguda no se condecía demasiado con su rostro, pero estaba más atento al menú que a ella.

. – Hm gracias, quería una pizza caprichosa individual y una jarra de cerveza de mandarina.

La mujer anotó a toda prisa y asintió antes de irse con el pedido.
#1
Alexander Bathory
Doc
Si no lo hubiera un juramento asesinaría a Tolgrim, aquel noble podría ser un mecenas en más de un nivel para mí o mis operaciones en Syrup pero no por ello dejaba de ser un dolor de cabeza en aquella ocasión, habíamos recibido una llamada de emergencia en la clínica en Syrup por parte de Tolgrim clamando que era urgente que viniera a Cocoyashi por motivos médicos, sabiendo aquello había tomado el primer barco a esta isla sin preocuparme por conseguir un boleto de retorno pero lo que encontré me dejo sin palabras, tan pronto había llegado al hotel en que Tolgrim se había hospedado mientras atendía sus negocios en la isla lo que encontré fue a Tolgrim postrado en la cama sufriendo como si el mundo se fuera a acabar, lo que tenía era… un mero caso de gripe
 
Juro por un instante que estuve a punto de tomar la almohada más cercana y usarla para asfixiarle al haberme hecho viajar todo esta distancia para darle una medicina que podría haber encontrado en casi cualquier farmacia y que cualquier medico podría haberle diagnosticado, agradecía el gesto de que me considerara su médico de cabecera pero debían de existir límites claros; así que ahora me encontraba atascado en esta isla por la siguientes días hasta que saliera el siguiente barco Syrup; en aquel momento me encontraba caminando por las calle principal cerca de los muelles sintiendo como algunas miradas se desviaban hacia mi persona por mi apariencia, aunque una parte de mí ya se había acostumbrado a que los minks fuéramos generalmente una rareza en los blues
 
Al poco tiempo de mi caminata decidí que debía tomar un ligero refrigerio por lo cual decidí desviarme a un café cercano antes que abriera la puerta causando un ligero repique de la campanilla de la puerta mirando a una mesera la cual me dijo con una clara sonrisa –Bienvenido al café…- antes que su sonrisa se fuera esfumando a la par que su rostro se alzaba buscando el mío, por su comportamiento pensaba que estaba asustada de mi apariencia, no podía culparle, dado que solía ser algo intimidante por naturaleza por lo cual decidí inclinarme para quedar algo más a la altura de su rostro haciendo que la mesera se mostrara un poco mas incomoda quizá luchara contra su instinto de lucha o huida mientras mi hocico quedaba más cerca de su rostro antes que le dijera con calma –Lindas orejas- causando que una expresión de sorpresa se apoderara de su rostro por lo cual alce mi garra apuntando a la parte de arriba de su cabeza remarcando –la diadema, son lindas las orejas, un poco felpudas para mi gusto- antes que ella entendiera que hablaba de las orejas de lobo falsas que llevaba sobre su cabeza algo que ninguna otra mesera o mesero parecía tener
 
-aunque prefiero las mías- en ese momento moví mis orejas intencionalmente para tratar de volver el ambiente más ameno antes que ella finalmente dijera –sí, gracias- con una ligera sonrisa –por desgracia las mesas están llenas en este momento, ¿desea esperar a que se vacié una mesa?- por un instante pensé analizando las opciones, aunque la verdad no estaba de ánimos para caminar más de lo necesario aquel día –Espero, no creo que tarde mucho en vaciarse alguna mesa- aclare mientras mi mano iba a mi bolso sacando un libro médico del mismo para estudiar un poco en lo que esperaba
#2
Gavyn Peregrino
Rose/Ícaro
El ambiente del café era agradable, relajante, lo suficiente como para que pudiera sentarme a esperar pacíficamente el pedido que había hecho. El murmullo de la gente y las charlas a mi alrededor eran un ruido de fondo constante, casi como el ruido blanco, de no ser porque el tono de voz se elevaba en algunas personas más que en otras. No estaba usando los auriculares para reducir el ruido del local, simplemente colgaban de mi cuello mientras que el visor de vuelo reposaba sobre mi cabeza, removiendo parte de mi cabello, aunque de todo modos era complejo usarlo de otra forma, el viento, las corrientes de aire y algo de fricción provocan el estado en el que se encuentra generalmente.

Apoyé la espalda contra el respaldo de la silla, decidido a relajarme, pero solo lo suficiente, entrecerré los ojos con parsimonia, el negro de las marcas de nacimiento en las comisuras de mis ojos resaltó mis iris dorados relucientes, era fácil pasarlos por alto a pesar de que lucían como los de un depredador, especialmente por las pupilas alargadas, sin embargo, esa era solo la apariencia, aunque sabía que muchos aquí, y en los cuatro Blues, juzgaban a los demás por su apariencia, por sus gustos, por su especie… Por cualquier cosa que fuese “diferente”, es decir, fuera de lo socialmente aceptado y establecido, algo que solía importarme entre poco y nada, ya que caminaba por la línea del desinterés acerca de ese tipo reglas.

Es por eso que, cuando un mink lobo con pelaje abundante y esponjoso, alto, más alto que la puerta, entró al café, mi atención se vio captada completamente por él, no es que fuese complicado realmente, había elegido una mesa cerca de las ventanas, en la esquina superior izquierda, desde donde podía notar claramente los cambios en el ambiente del lugar y ver quién entraba y salía, además, en esta zona permitían fumar. Abrí la ventana, sacando de mi chaqueta un atado de cigarrillos y saqué uno, los había armado previamente, eran de hojas de frambuesa, los prefería antes que el tabaco, pero no dejaban de ser un vicio. Me llevé el cigarro a los labios y lo encendí con un destello del mechero, dándole una calada corta, no quería fumarlo todo de repente. Mantuve la mano que sostenía mi vicio cerca de la ventana, moviéndolo solo para dejar caer las cenizas en el cenicero de metal.

Observar la interacción entre la mesera y el mink era… Cuanto menos interesante. Quizás tenía demasiado establecido como debían ser las personas con una estatura que superaba el metro ochenta, por eso me resultó curioso la amabilidad con la que el lobo trató a la mesera, a pesar de la estupefacción y miedo que ella parecía exudar, no necesitaba tener una nariz sensible para notarlo, todo el lenguaje corporal de la muchacha cambió con tan solo ver al mink, tal vez no porque fuera un mink, sino porque se elevaba sobre ella inevitablemente, debido a su altura. Ladee la cabeza cuando él se inclinó lo suficiente para estar a la altura de los ojos de la chica y sonreí de lado, ah, era bastante consciente de lo que generaba en los demás, o, mejor dicho, le importaba lo que generaba en los demás, lo suficiente para cambiarlo, aunque sea un poco.

Cuando la chica sonrió y le ofreció esperar a que una mesa se desocupe, me pasé los dedos por una de mis alas, removiendo las plumas y acomodándolas con cuidado, entendía, hasta cierto punto. Dejé el cigarrillo dentro de uno de los huecos del cenicero y apoyé los antebrazos en la madera pulida y barnizada de la mesa, dirigiéndome al lobo al hablar.

. – Hey, si prefieres no esperar por mucho tiempo, hay un asiento libre en mi mesa, está bien si lo tomas. –Hice un ademán con la mano, indicando que podía tomar la silla si lo deseaba, si lo hacía me presentaría, acomodándome nuevamente en mi asiento– No siempre tengo el placer de conocer a un mink, no suelo verlos mucho, me llamo Gavyn Peregrino.

Esbocé una sonrisa amplia, entornando ligeramente los ojos, moví mis alas suavemente, esponjando las plumas.

. – Me encantaría conocer quién es mi acompañante.
#3
Alexander Bathory
Doc
Durante un instante aguarde mientras mis ojos empezaban a revisar las páginas de aquel libro por el separador que había dejado en su interior cuando una voz llamo mi atención al segundo piso donde uno de los comensales me ofrecía un lugar en su mesa antes que asintiera con calma pasando mi atención a la mesera antes de decirle con mi calma habitual –señorita, parece que tengo una meza, no veremos después- para luego dirigirme al segundo piso donde aquel hombre me había hablado; tuve que agacharme un poco en las escaleras para no tener problemas con el sobre techo del segundo piso, sin duda las construcciones humanas no estaban tan bien adaptadas del todo para otras razas
 
-Gavyn- dije con calma mientras me acercaba con calma hacia aquel hombre analizándole un poco antes que empezara a decir con una voz casi mecánica –alas, no parecen ornamentos, Skypiean?, no alas demasiado grandes, probablemente funcionales, un Lunaria?- antes que me diera cuenta de lo que acaba de hacer haciendo que alzara mi mano derecha agitándole un poco en el aire mientras rascaba mi nuca con la izquierda –perdón… perdón… no suelo ver muchos de una raza tan inusual me deje llevar por el análisis medico- antes que tosiera un poco dándome cuenta de lo socialmente inadecuado que estaba siendo antes de que le extendiera una mano enguantada a Gavyn –me presento Alexander Bathory, un Doctor procedente de las islas Gekko, me disculpo si fui algo agresivo, fue mero instinto médico-
 
Tras ello tome asiento en el contra punto de la mesa frente a él diciéndole –agradezco la amabilidad por permitirme sentarme en su mesa Gavyn- tras lo cual note como una de las camareras se acercaba con un bloc de notas en sus manos esperando tomar una orden, suponía que no vendían alcohol en este sitio aunque era algo temprano aun para ello por lo cual hice un pedido estándar que hacía en casi cualquier cafetería –Café negro, por favor, dos de azúcar, igualmente algo de pastel de limón si tienen- para después notar como aquel joven se encontraba fumando a lo cual saque del interior de mi abrigo un cajetilla de cigarros amasándole un poco mientras revisaba por la señalización de fumadores antes de que le mirara confirmando que realmente estaba permitido fumar en aquella sección, algo que agradecía bastante antes de empezar a fumar igualmente –disculpe mi atrevimiento pero podría hablarme un poco de la isla, tuve que venir por petición de un paciente de emergencia- dije recordando a Tolgrim por un instante –nada grave no se preocupe, pero por venir a toda prisa no planifique mi regreso o mi estadía a detalle así que estoy atascado un par de días en la isla, de ser posible me agradaría saber de un sitio aislado para entrenar-
#4
Gavyn Peregrino
Rose/Ícaro
Mis ojos de iris dorado bruñido siguieron al mink lobo con atención, había notado que era alto desde el segundo piso, sin embargo, fui mucho más consciente de la estatura que tiene cuando pasó por el marco de la puerta y tuvo que inclinarse para poder caber por completo. Bueno. Vaya. Ver personas de gran estatura no es nada extraño, sin embargo, no sorprende menos solo porque sea algo habitual, lo mismo sucede con las especies de tamaño pequeño, aunque… ¿Pueden considerarse de tamaño pequeño o alto si para ellos es la estatura promedio? Dejé ese pensamiento de lado cuando se acercó a la mesa, comenzando a soltar una retahíla de información acerca de mi posible especie, analizándome como quien coloca una muestra debajo de un microscopio en una placa de petri.

Entorno mis ojos ligeramente, esbozando una sonrisa de lado al ver que comenzaba a disculparse, al menos ahora entendía como se sentían mis muestras cuando las coloco bajo un microscopio, o la mayoría de ellas, después de todo no suelen ser muestras vivas. Moví mis alas suavemente, volviendo a acomodarlas antes de deslizar los dedos enguantados por entre las plumas, casi acicalándome ante la atención que estaban recibiendo, la mayoría no tenía mucha idea acerca de que las alas de los Solarian son realmente funcionales, por lo que conocer a alguien que sabe distinguirlas de las alas de los Skypeian es realmente curioso, eso me indicaba que era un biólogo o… Como él mismo dijo, se trataba de un médico.

Alcé las cejas, manteniendo la sonrisa en mis labios– Está bien, no te preocupes, es curioso que alguien note que no son alas de Skypeian, pero no, no soy un Lunarian, ellos tienen alas negras y control sobre el fuego, pero es una buena suposición.

Recogí los hombros suavemente, acercando mi cigarrillo al cenicero para quitar las cenizas de la punta antes de llevármelo a los labios y darle una calada profunda, el aroma a frambuesa era honestamente agradable, por eso me gustaba intentar fumar algo más… Natural, antes que el tabaco, solo lo había probado una vez, amargo y desagradable, es decir, cada uno tiene sus propios gustos, pero, personalmente, busqué algo con un sabor más tolerable. Miré su mano cuando me la ofreció, aparentemente, decidiendo que era un buen momento para adherirse a las convenciones sociales, luego del análisis médico ocular que había realizado, intenté no reírme, mis labios se fruncieron ligeramente sobre el cigarro, por suerte, para sujetarlo, tenía que cubrirme la boca de forma inevitable con la mano.

. – No, está bien, no me disgusta que me analicen como a un conejillo de indias, Doc. –Bromeé, dejando el cigarro en el borde del cenicero y tomé su… ¿Mano? ¿Pata? Para darle un suave apretón– Encantado, ya me presenté, pero soy Gavyn Peregrino, navegante incansable ¿Qué te trae al Archipiélago?

Consulté con curiosidad, inclinando la cabeza hacia un lado en un gesto inquisitivo. Cuando me agradeció por dejarlo sentarse en mi mesa, medité por un momento que decirle, no estaba acostumbrado a los agradecimientos.

. – De nada, hay mucha gente en el local, no sería lo mejor dejarte esperando considerando que hay un lugar libre en mi mesa. –Esbocé una sonrisa perezosa mientras lo observaba– Le gustan los sabores fuertes ¿No?

Por un momento seguí los pasos de la mesera que se retiraba para buscar el pedido de Alexander, mientras que otra traía mi pedido, estaba hambriento, así que no tardé en agarrar una rebanada de pizza y darle un mordisco satisfecho, saboreando las setas, las aceitunas y el tomate. Emití un sonido feliz antes de volver a centrarme en el mink lobo. Una de mis cejas se volvió a elevar por un momento, información sobre la isla… Reflexioné su pedido mientras masticaba el trozo de pizza antes de tragarlo para poder hablar sin interrupciones. Dejé la pizza en el plato que me había traído la mesera y bebí un sorbo de la jarra de cerveza de mandarina.

. – Bueno, es una isla bastante curiosa, lo cierto es que su escuela de navegantes es uno de los lugares que más llama la atención, al menos a mí personalmente. –Después de lo siguiente que dijo, consideré las opciones– Hay varios lugares, Cocoyashi es grande, he visto algunas zonas donde poder entrenar mientras volaba. Respecto a su estadía, hay un museo marítimo si eso le interesa. Ah, aunque hay que tener cuidado y elegir una zona donde no haya campos de mandarinas, son el símbolo de este lugar.

Levanté la jarra de cerveza de mandarina.

. – ¿Su paciente está bien? Entiendo que no es grave, pero supongo que de todos modos tuvo un buen motivo para traerlo desde Gekko hasta aquí ¿No?
#5
Alexander Bathory
Doc
Parecía que mi primera conjetura había sido algo errada al referirme a su especie, algo a lo que Gabyn me había dado los puntos en que había fallado en mi análisis y algo que debería asegurarme de memorizar a futuro aunque en un mundo tan grande siempre podía haber algunas especies que no había leído o incluso que habían sido registradas hasta el momento –sí, un problema un poco usual en los depredadores, nuestro sentido del gusto no es tan desarrollado por lo que al menos en mi caso prefiero los sabores fuertes- comente dando una nueva calada a mi cigarro antes de golpearle contra el cenicero para limpiarle un poco -aunque no debería generalizar, como todo la gente tiene sus gustos-
 
Antes de que continuara escuchando las palabras de mi anfitrión antes que mi comida llegara permitiéndome darme el lujo de darle un sorbo a mi café antes de responder –el museo marítimo se escucha como una buena alternativa- aclare alzando un poco mi mano junto a mi rostro para remarcar la idea –realmente la oceanografía no es mi especialidad pero considero necesario conocer al menos un poco de múltiples temáticas- aunque uno de los puntos que planteaba era bastante importante, si bien lo que decía era cierto sobre haber varios sitios para entrenar el procurar evitar los huertos de mandarinas era algo importante después de todo no quería problemas con los locales
 
No tarde mucho en tomar un bocado de mi pastel de limón disfrutando la combinación del sabor acido junto al dulce en una mezcla característica del mismo –sí, es un viejo conocido, un mecenas si gustas el termino artístico- aclare sobre Tolgrim –lo conozco desde hace años soy el médico de cabecera de su familia desde que atendí a su hijo enfermo de gravedad, aunque a veces se toma demasiada libertades con esa idea, me hizo venir todo el camino bajo la excusa de que estaba muriendo solo para encontrarle con un caso de gripa- en ese instante deje escapar un ligero suspiro –juro que por un instante quizá asfixiarlo con su propia almohada- antes de que dejara escapar una risa
 
-pero así es la gente no es así Gavyn- tras ello mire por un instante a la ventana –oh sobre mi estadía tampoco se preocupe, mínimo mi paciente se tomó la libertad de pedir una reservación para mí en el hotel que se hospeda- en ese instante me mostré algo pensativo –no estoy del todo seguro aun si fue por amabilidad o para que le atendiera más fácilmente- personalmente prefería decantarme por la primera opción antes que preguntara –que hay de usted joven?- tomando un trago de mi café nuevamente –por sus palabras puedo asumir que no es local tampoco, que negocios lo traen a la isla?, quizá iniciar un negocio de exportación de mandarinas o quizá su propio plantío?-
#6
Gavyn Peregrino
Rose/Ícaro
Observé con curiosidad al doctor, ahora que sabía que era doctor estaba bastante seguro de que lo llamaría así o por su apellido, no tenía la costumbre de llamar a las personas por sus nombres si apenas las había conocido, e inclusive más adelante tampoco veía las ventajas de hacerlo, después de todo es menos habitual que los apellidos se repitan a que lo hagan los nombres, a menos que… A menos que la persona a la cual llamaba por su apellido tuviese algún familiar con el mismo, en esas situaciones se volvía algo más complicado llamarlos por este, pero siempre encontraba una solución, aunque a los receptores de dicha solución no les hiciera tanta gracia mis métodos para referirme a ellos. Sin embargo, era una cuestión de practicidad, y la socialización… Era, y al mismo tiempo no, mi fuerte.

Incliné la cabeza cuando me comentó que los depredadores tenían un sentido del gusto disminuido, deduje que se refería a los mink, ya que no lo había escuchado de otros depredadores a los que conocía. También dependía de a qué se refería con “depredadores”, ya que muchas especies que no eran mink podían considerarse depredadores. Cuando se corrigió acerca de la generalización, asentí suavemente, al menos reconocía que no podía extender su percepción subjetiva a una general y objetiva, a menos que hiciera un censo… Suspiré, mis pensamientos se estaban desviando demasiado, me llevé el cigarrillo a los labios para darle una pitada y lo posé sobre el cenicero, moviéndolo para que las cenizas en su punta caigan y descansen dentro del contenedor.

. – Hm, es la primera vez que lo escucho, pero la próxima vez que me tope con un depredador podría consultarlo, tengo interés en el estudio de las especies, por lo que cuando tengo tiempo me dedico a ello.

Era algo… Curioso que un médico quisiera informarse acerca de la oceanografía, supuse que la biología marina podía ayudarle a comprender a algunas especies en particular, pero lo cierto es que el museo que había en la isla se dedicaba mucho más a la navegación, aunque biología marina también estaba relacionada con el tema, al menos en parte, después de todo algunos animales pueden ayudar a los navegantes a ubicarse en medio del océano, como las gaviotas, que no se alejaban demasiado de los puertos, puertos en los cuales podían obtener estadía, protección y comida fácil, especialmente de los barcos pesqueros. Ah, así que el doctor era un ratón de biblioteca, por así decirlo, después de todo, las personas no van a un museo para obtener información de un tema que no les interesa… A menos que estén planeando robar algo valioso. Claro que el doctor no tenía el aire de una persona que se dedica a robar, pero tampoco tengo el aire de alguien que se dedica a la biología ¿No?

. – Ahora que lo menciona ¿Es un médico militar? Quiero decir, a menos que con entrenar se refiera a otra cosa? –Pregunté, mirándolo con aire pensativo mientras sostenía mi mentón.

Tomé otra porción de pizza, dándole un mordisco generoso, probando nuevamente el agradable y salado sabor, mientras escuchaba al doctor contarme acerca de su paciente, quien aparentemente era un mecenas, curiosa forma de llamar a un benefactor, inferí que era un benefactor relacionado con la medicina, o quizás no, pero no estaba demás preguntar luego. Esbocé una sonrisa divertida ante la historia, especialmente porque podía imaginar fácilmente a este mink cruzando el océano con el cuerpo lleno de preocupación, sólo para encontrarse con que la supuesta y posible “muerte” de un paciente, no era más que un caso de gripe, aunque los padres por lo general son algo exagerados, por lo que había observado, especialmente los de su tipo. Aunque algo me decía que el doctor no estaba tan molesto como dejaba ver…

. – Vaya… Supongo que es bueno escuchar que está mejor de todos modos ¿Eh? Je. –Lo miré con una ceja en alto, mi expresión se tornó aún más divertida ante su deseo intrínseco de asesinato– Y yo que pensé que los médicos hacían algo así como un “Juramento Hipocrático”, al menos si va a intentar asesinarlo, sea mas discreto, Doc.

Negué con la cabeza, tomando mi vaso para beber tranquilamente un sorbo de cerveza de mandarina.

. – ¿Y qué le interesa a su amigo como mecenas? Es decir ¿En qué disciplina radica su tarea como mecenas? Supongo que medicina ¿No?

Ladeé la cabeza con interés genuino por lo que el buen mink lobo tenía para decir. Parpadeé ante la última pregunta, o afirmación, no estaba seguro de cuál de las dos era, quizás se trataba de ambas, con un dejo de resignación cansina. Recogí los hombros, porque la gente viene en muchas especies y personalidades, por lo que no podía decirle si era así o no y, de todos modos, no creía que mi respuesta satisficiera su pseudo lucha interna. Ante la mención de que se quedaría en el mismo hotel en el que su amigo se hospedaba, asentí, mostrando una sonrisa despreocupada ahora que sabía que tenía donde quedarse, y más aún, cerca de su paciente. Volví a elevar una ceja ante la pregunta acerca de si era o no de la isla, me sorprendía que hubiese notado que no lo era, ya que en ningún momento había mencionado mi lugar de nacimiento, tampoco había dicho que no fuese de Cocoyashi, entorne los ojos por un segundo antes de mostrar sorpresa.

. – Bueno no, no soy de aquí realmente, llegué hace poco. De hecho, el motivo por el que estoy aquí es el mismo que el de usted, trabajo. Soy navegante, usualmente trabajo en diferentes tripulaciones y barcos, esta vez vine a Cocoyashi y me quedaré unos días para disfrutar de mi estadía.

Dejé suavemente el cigarro en el cenicero para acariciarme las plumas y acicalarlas con cuidado.

. – Además, quería ver un poco el museo, y si, quizás iniciar un negocio propio, sería mucho menos cansador que estar yendo y viniendo a todas partes. Cocoyashi es bastante tranquilo a decir verdad.
#7
Alexander Bathory
Doc
Una ligera sonrisa se mostró en mi rostro mientras apartaba la mirada algo pensativo –en su momento lo fui, ex miembro de la marina, 80ma división del west blue- aclare recordando por un momento aquellos tiempos antes de mostrarme algo decaído por un instante –aunque eso fue hace mucho, pero los hábitos no cambian fácilmente además, siendo un fumador lo mejor que puedo hacer es ejercitarme bien para asegurar que mi cuerpo se mantenga bien oxigenado y en forma- en ese instante flexione un poco el brazo frente a mi pacho para dar énfasis a mis palabras para luego tomar otro poco de mi pastel
 
Tras un momento alce mi mano negando en el aire –solo dije que lo asfixiaria no que le mataría hay diferencia, aproximadamente 5 o 6 segundos de diferencia- aclare con una sonrisa –pero hablando en serio como dije estuve en la marina, no asesino pero eso no cambia que esté dispuesto a romper unos cuantos huesos de ser necesario, puse mi clínica en los puertos de Syrup y lo primero que hice fue marcar territorio para que ningún criminal se atreviera a causar problemas en ella- en ese instante una sonrisa se mostró en mi rostro mientras decía con satisfacción -esa semana tuve la clínica llena de pacientes por la fuerza hasta que entendieron y ninguno se fue sin pagar el tratamiento- seguido de una buena risa recordando aquel tiempo tan pronto un grupo salía de mi clínica traía otro a la fuerza
 
-no mucho, usualmente solo apoya económicamente a mi clínica en tiempos difíciles, aunque a veces sale con algún tipo de regalo extravagante solo “porque escucho que era bueno para la medicina”- en aquel instante alce mi garra sobre mi rostro con una clara frustración recordando todas las veces que decía esa frase –la última vez que escuche esa frase me trajo una supuesta gama de hiervas medicinales las que acabe usando para cocinar, en su defensa si eran buenas para la salud pero no medicinales- para luego dejar escapar un suspiro –es un buen hombre pero le falta más conocimiento para realmente ayudar como tiene intenciones-
 
El hecho de que ambos hubiéramos llegado a la isla por trabajos era algo más que teníamos en común como había asumido, la forma en que se refería a la isla no era propio de alguien de ella, era como si hablara de la misma en tercera persona –así que navegante, un trabajo interesante y vital para cualquier navío, aunque debe ser difícil- no podía imaginar una vida errante como aquella, incluso la marina tenía sus bases a las que llamar su hogar o los piratas sus barcos y tripulaciones que se podían volver una familia, pero un navegante por contrato no tenía ese lujo muchas veces a mi parecer –algo que un viejo lobo como yo puede decirte es que no temas sentar cabeza todos necesitamos un lugar o alguien al que poder regresar y cuando lo encuentres valórale con tu alma pues nunca sabrás cuando algo puede llegar a pasar- en ese momento le sonríe un poco –además quien sabe, tal vez acabes enamorado de alguna agricultora de mandarinas, ademas debo darte las gracias por la informacion de la isla-
#8
Gavyn Peregrino
Rose/Ícaro
Recogí nuevamente el cigarrillo del cenicero después de acicalarme las alas, escuchando y observando atentamente al estimado doctor, al parecer mis suposiciones no estaban tan alejadas de la realidad, lo cierto es que no confirmaba ni desconfirmaba que era médico en “aquel entonces” pero tampoco era necesario indagar realmente. Me preguntaba que haría que un miembro de la marina se retire, pero eso sería como preguntarme que haría que un miembro de la marina no se retire, al fin y al cabo tenían reglas bastante estrictas y sus miembros las seguían, habitualmente, a rajatabla, aunque algunos evidentemente no estaban completamente de acuerdo con las tácticas y movimientos de la organización que obedecía al gobierno. Quizás eso era lo crucial, la obediencia al gobierno, que realmente no tenía precisamente muy buenas intenciones para aquellos que escarbaban en lo oculto, en lo prohibido por ellos. Esbocé una sonrisa comprensiva, asintiendo lentamente para que supiera que estaba prestando atención a sus palabras.

. – Debe ser difícil, supongo que la marina mantiene un ritmo que los médicos no ¿Qué fue lo que lo inspiró a cambiar tan drásticamente? Quiero decir, la medicina es lo contrario a la marina, en mi humilde opinión. –Ladee la cabeza cuando flexionó su brazo, mostrando los músculos– Hm, no debe ser saludable dejar que los músculos pierdan masa muscular ¿No?

Parpadeé rápidamente cuando me explicó que solo quería asfixiar a su mecenas, no asesinarlo, era… Algo que podía tomarse de muchas formas realmente, desde el asesinato, como pensé yo, hasta un ámbito más íntimo. Traté de no reírme, tanto por lo que estaba diciendo como por los lugares a donde mi imaginación y conocimiento me llevaban. La respuesta a la pregunta que se gestó por un instante en mi mente hace unos minutos fue respondida con relativa facilidad, realmente parecía que Bathory tenía mucho que decir acerca de su profesión y cómo llegó a ella, al menos en los aspectos más superficiales, tenía la ligera certeza de que en lo profundo se escondía un motivo más esencial que simplemente renunciar a la marina “Porque si”. Escucharlo decir “Marcar territorio” era algo… Que me traía imágenes bizarras a la mente… Por eso levanté ambas manos, dándole una calada al cigarro antes de dejarlo en el cenicero.

. – Un momento, un momento, tiempo. –Puse mi mano en vertical y la otra en horizontal sobre esta– ¿Puede explicarme que sería, uh, “Marcar territorio”? Quiero decir, podría tener en mente una idea errónea ¿Sabe? –Hice comillas con los dedos cuando pregunté y luego incliné la cabeza con una sonrisa ladina crispando mis labios– Asfixiar amistosamente a alguien, eso no lo había intentado, quiero decir, lo sabía en otros… Ámbitos de los vínculos entre personas, pero no el amistoso.

Tomé un sorbo de mi cerveza de mandarina antes de consultar.

. – Por otra parte, me alegro que tuviera tanto éxito, se nota que las personas necesitan un médico que les inspire confianza. –Mi sonrisa se volvió amena y despreocupada– ¿Por qué fue a Syrup para poner su clínica? –Su risa me sorprendió por un momento, ese tipo de reacciones que la gente tiene cuando se acuerda de algo gracioso– Se ve que recordó algo divertido ¿Eh?

Así que el mecenas amistoso del que hablaba era eso precisamente, alguien de quien Bathory se ganó la confianza y, por lo tanto, formó un lazo de amistad, o algo similar, ya que el mink también era el médico de aquel que es su patrocinador, por decirlo de alguna forma. Agarré la tercera rebanada de pizza caprichosa, comiéndola mientras seguía la conversación sin problemas, Bathory parecía ser una persona a la cual le resultaba sencillo charlar, aunque, a la mayoría de las personas les resulta más sencillo empezar hablando por temas “superficiales” como el trabajo, y, cómo su trabajo le brindaba conexiones que eventualmente podían, o no, convertirse en amistades, había mucho que descubrir del buen doctor, al parecer su trabajo era algo similar a una vorágine. Alcé una ceja, con una duda que me surgió de repente.

. – Es de ese tipo de personas que leen “libros de medicina”, que realmente no se relacionan con la medicina, sino con algunos aspectos de la disciplina. Eso pasa seguido, he visto mucha gente leer libros al azar para identificar qué serpientes son venenosas o no y acaban en el hospital. –Niego con la cabeza, componiendo una expresión entre divertida y preocupada– Espero que su amigo no sea así, hay muchas plantas que son buenas para la salud, pero pueden ser peligrosas. –Hice una pausa para terminar toda la porción de pizza y limpiarme los dedos con una servilleta– Tengo la sensación de que su trabajo es bastante absorbente, Doc.

Reí suavemente por la forma en que se refirió a mi trabajo, decir que un navegante era “vital” para un navío era algo esperable, la mayoría de las personas deducen lo que hago en mi trabajo, aunque no tienen idea de lo profundo que es el estudio para llevar al navío a puerto, especialmente porque no todas las naves tiene un timonel y, en ocasiones, los navegantes deben cumplir con esa función que no les corresponde, por suerte pagan bien. Le di una última calada a mi cigarro antes de apagarlo en el cenicero mientras liberaba el humo en un suspiro suave.

. – Bastante, especialmente cuando, en ocasiones, cumplimos dos trabajos al mismo tiempo, no todos tienen un timonel, así que a veces se necesita que el navegante cumpla con esa función, lo malo es que, obviamente, no se puede tener solo un navegante o solo un timonel, después de todo las personas necesitan dormir. –Lo miré divertido– Pero hay tripulaciones que exigen sólo uno de cada y es imposible de sostener. –Elevé los hombros ante la idea absurda.

Lo cierto es que iniciar un negocio tranquilo y radicarme en alguna isla era lo ideal, para vivir una vida pacífica y sin problemas, qué era lo que siempre había deseado, pero…

. – Realmente es muy bonita la idea de quedarme en algún lugar, pero no creo estar hecho para eso. Después de todo, no soy un periquito doméstico. –Bromeo con una sonrisa aún desenfadada– Pero tomaré el consejo, quizás cuando crezca un poco más y me truenen las rodillas y la espalda para levantarme después de estar sentado. –Le pedí a la mesera que me recargué la jarra de cerveza y luego mire al buen doctor– ¿No es lo que haría cualquiera? Es solo información sobre el lugar tendría que ser muy antipático o tacaño para no dársela. Me pregunto ¿Le importaría si entreno con usted?
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