Alguien dijo una vez...
Rizzo, el Bardo
No es que cante mal, es que no saben escuchar.
[Autonarrada] [A -T2] [Autonarrada] Amarga Despedida
Juuken
Juuken
Día 44 de Verano del año 724
Alta mar, costa de la isla Momobami



Las prisas apremiaban, la noche cerrada iba finalizando, al fin nos habíamos reunido todos juntos en el barco. Aquella isla había resultado ser un maldito caos, y nada nos hacía permanecer más tiempo allí. No hacía mucho que habíamos atracado, el ancla apenas se habria terminado de asentar sobre el fondo marino, y ya estaba Gretta alzándola para volver a marcharnos de allí. Qazan ultimaba preparativos y revisaba los elementos más importantes del barco para asegurarse de que se encontrasen en buen estado para iniciar el viaje. 

Por otro lado, Lance estaba en cubierta asegurando cabos, alzando las velas, juntos lo hacíamos. Cada uno tenía su tarea en la embarcación. No obstante, no todos resultaron productivos. Goku había llegado en un estado bastante lamentable, tenía un gran agujero en el pecho y un brazo le colgaba. ¿Cómo había podido ocurrir eso? Y lo más importante de todo ¿Cómo es que seguía vivo?

Resultó que Goku también era un usuario de akuma no mi, como lo era yo, y como lo era Gretta. Su habilidad resultaba bastante curiosa. Anteriormente ya había escuchado al mono diciendo que ya había muerto y cosas similares, pero en ningún momento pensaba que aquello fuese tan literal como lo decía. Siempre pensaba que se refería a una expresión, alguna forma de hablar. En su día, Tom y Marin dijeron algo similar cuando les arrebataron a su hija, pero me hicieron entender que tan solo se trataba de una expresión para reflejar un profundo daño interno, emocional. Como lo que sentí cuando supe que Juuni se había ido.

Aun en ese estado, Goku llegó con gran jolgorio y felicidad, clamando por volver a reunirse con Gretta y lanzándose a su cuello en cuanto tuvo la ocasión. Ahora sus restos vivientes se encuentran en la bodega, dijo que si comía carne y bebía leche se recuperará, así que Gretta lo cargó y lo arrojó en la despensa directamente. Nuestro amigo mono fue el último en llegar al barco, y fue el momento que nos dispusimos a zarpar. Abandonaríamos la isla Momobami, y con ella aquella horrible selva con extrañas e interminables cavernas. Sin embargo, no estábamos todos los que deberíamos, y no había nada que me llenase más de tristeza.

Shiro no había tardado mucho en llegar al barco, cuando volví ayudando a Suzuka a llegar al navío, él no tardó mucho más en llegar. Pero decidió no permanecer con nosotros. Se esperó a que Lance llegase para comunicarnos su decisión. No quería abandonarnos, y nos dijo que volveríamos a vernos, pero había algo que debía hacer. Necesitaba encontrar a una persona. El tiempo se detuvo durante unos instantes mientras trataba de asimilar esas palabras, no escuchaba el sonido del mar, no sentía el viento mecer mi cabello y ropa. No veía a nadie más allí, tan solo a Shiro que, aparentemente, se estaba despidiendo de todos nosotros.

Obviamente traté de hacerle entrar en razón, si necesitaba encontrar a alguien, le ayudaríamos, costase lo que costase, pero no quería que noa dejase. Lance sin embargo estaba más callado, no llegaba a comprender si por que entendía la situación de Shiro, o por que lo interpretó como que no quería seguir viajando con nosotros. Pero esa segunda idea comenzó a rondar mi mente tan solo en el momento que las velas se desplegaron, cuando el viento comenzó a azotar las lonas y emprendimos el viaje rumbo a lo desconocido. Momento en el que comencé a echar en falta su presencia en cubierta.

Por más que trate de evitar que se marchase, no logré convencerle. Insistió en que era un asunto que debía tratar él a solas. Al parecer en su pasado también tuvo dificultades, traiciones y experimentó un profundo dolor, todo por culpa de otra persona. Al parecer de alguna forma sentía que en esa isla podía haber una pista, y quería comprobarlo por si mismo, pero no iba a permitir que nosotros ralentizásemos nuestro viaje, por lo que, prácticamente, nos exigió que nosotros prosiguiesemos nuestro viaje, que continuáramos con nuestras vidas. Que eso no era un adiós, sino un hasta la vista. Dijo que nos volveríamos a reunir, que nos encontraría de nuevo y seguiríamos el viaje juntos.

Fue tan solo por ordenes del capitán que acatamos su decisión y comenzamos los preparativos para retomar el viaje, el cual no pudimos iniciarlo hasta asegurarnos de haber llegado todos, y por desgracia Goku tardó mucho. Tal vez por esas heridas con las que llegó, hubiese perdido la consciencia y se hubiera quedado tendido hasta que volvió en sí mismo. Otro acto por lo que maldije por lo bajo. Un compañero se marchó de la banda, otro podría haber quedado hecho pedazos, y nosotros no habríamos podido hacer nada al respecto. Más razón todavía para abandonar esa maldita y condenada isla sin volver la vista atrás.

Shiro había abandonado el barco un poco después del regreso de Goku, llegando a despedirse de todos. Entonces me di cuenta que no fui el único afectado, pude ver como Gretta se ponía muy triste también. La entendí al instante, Shiro era un gran compañero, fue el primero que se unió a nosotros, cuando tan solo estábamos Lance y yo, comenzamos la historia de esta tripulación siendo los tres, y ahora él se marchaba, tal vez para volver, tal vez para siempre. En mi experiencia, cuando alguien se alejaba, acababa por desaparecer. No pude evitar volver a pensar en Juuni, y la tristeza y pesadumbre por la situación se volvió doble.

Me puse al mando del timón, necesitaba tranquilidad y pensar. Shiro había sido traicionado, ahora buscaba esa persona para vengarse, podía ser comprensible que no quisiera que nos inmiscuyésemos en esos asuntos, tal vez tampoco quería crearnos problemas con los que podíamos no estar relacionados. Desde mi punto de vista, todos los problemas de cada uno de los miembros, se convierte en los problemas de todos. Entiendo a Shiro, pues no voy a aplicar problemas personales a mis compañeros, no obstante si queremos tener unidad como tripulación, deberíamos considerar tratar en conjunto los problemas de cada uno. Al fin y al cabo, nos acaban afectando a todos.

El mar estaba en calma, el rol comenzaba a irradiar, ascendiendo por el fondo del horizonte. La delgada y lejana línea que separa el día de la noche, como un cabo que sujeta la aparamenta del velamen de la embarcación. Eran los pequeños detalles que podían tener grandes repercusiones, esos pequeños hechos que pasan desapercibidos, los que pueden acarrear grandes consecuencias. Tan solo esperaba, y tenia fe, en que Shiro lograse volver a encontrarnos a tiempo. Esperaba que llegara a salvo, de nuevo con nosotros.
#1
Moderadora Lola
La Despechada
¡RECOMPENSAS POR T2 ENTREGADAS!

¿Así que ese Shiro tenía una razón para dejaros? No se yo, suena a escusa y que tiene otra banda en alguna isla...
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#2


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