Alguien dijo una vez...
Monkey D. Luffy
Digamos que hay un pedazo de carne. Los piratas tendrían un banquete y se lo comerían, pero los héroes lo compartirían con otras personas. ¡Yo quiero toda la carne!
[Aventura] La evacuación de Tadao [Tier 4]
Tofun
El Largo
Día 15 de Verano del año 724
Calles de Loguetown.


El mediodía en Loguetown estaba cubierto por un cielo plomizo y una constante lluvia fina que empapaba las calles. La ciudad seguía con su habitual bullicio, a pesar del mal tiempo, con transeúntes apresurados que se deslizaban entre los charcos. Los adoquines brillaban bajo el agua, reflejando las luces de los comercios y farolas, mientras que la humedad envolvía el aire en una sensación de calma extraña.

Entre los pies de la multitud, algo insólito y curioso llamaba la atención a de los ojos mas audaces: una pequeña maceta parecía moverse. A simple vista, era una pequeña planta con una flor de tela que sobresalía alegremente del borde de la maceta de barro. Pero si uno se fijaba bien, podría notar que la maceta no estaba quieta como las demás. Saltaba. A pequeños brincos, se desplazaba con precisión entre la multitud, sorteando charcos y evitaba ser pisada por la prisa de los caminantes.

Este era Tim, un Mink ardilla de 30 centímetros, disfrazado de maceta. Su pequeño cuerpo estaba oculto dentro del contenedor de barro falso, mientras su cola peluda y anillada permanecía oculta, y su cara apenas asomaba desde debajo de la "planta". Sus grandes orejas redondas sobresalían un poco de la maceta, moviéndose como antenas, captando cada sonido alrededor. Jim no era solo rápido, era astuto, y su habilidad para pasar desapercibido con este particular disfraz le venía de maravilla para misiones como esta. Cuando llegó a su destino, se detuvo bruscamente. De un ágil salto, la maceta dio un brinco más grande de lo habitual y quedó delante de su objetivo. Entonces, Tim asomó la cabeza entre las hojas de la planta falsa, su boca ancha y sonriente dejando claro que había encontrado a quien buscaba. Sin perder tiempo, sacó una pequeña carta de debajo de la maceta y la levantó con su patita.

¡Toma!

Soltó Tim, su tono bajo pero directo, extendiendo la carta hacia quien estaba frente a él. 

Es importante, de los grandes. No te entretengas ni un segundo más.

Su voz era rápida y clara, como el mensaje que traía. Sabía que la urgencia era real. Tim lanzó una última mirada rápida a su alrededor, asegurándose de que nadie los estaba observando. 

Y oye, si alguien pregunta por una maceta saltarina… no digas nada, ¿vale?

Añadió con un guiño. Sin esperar respuesta, Jim desapareció a saltitos, volviendo a perderse entre la multitud. La pequeña maceta volvía a avanzar con agilidad, dando saltos rápidos hacia el otro lado de la calle, pasando de nuevo desapercibida como una simple planta que de alguna forma había decidido moverse por la ciudad.

Cita:
Rocket,
Tenemos un nuevo objetivo en Loguetown. Tadao Kinpe, aprendiz del inventor Mountain D.U., ha desarrollado algo que ha captado la atención del Gobierno Mundial. Su negativa a colaborar ha puesto a la Marina en movimiento, y hoy mismo planean confiscar su creación.

El registro en su taller está programado para esta tarde. Debes actuar con rapidez. Tadao se encuentra en Calle Ironside, número 17, piso 3D. Localízalo y asegúrate de que tanto él como su invento queden fuera del alcance de la Marina. La extracción debe ser limpia y rápida.

Si necesitas un edificio seguro: la bodega abandonada cerca del puerto, bajo el letrero de la 'Grulla Roja'.

Confío en que sabrás manejar esto con la discreción que la situación requiere.
Por la libertad.

La carta llevaba el sello del ejército revolucionario y una foto oculta en el doblaje del papel con el rostro del joven Tadao Kinpe, el aprendiz de Mountain D.U.. Era un joven de complexión normal con el pelo verde y un extraño mechón ligeramente mas claro.

[Imagen: asdas.png]
Bienvenida e Instrucciones
#1
Rocket Raccoon
Rocket
Parece que la revolución nunca duerme en estos rincones del mundo. Claro, debería haberlo supuesto; estamos en plena boca del lobo. Admito que fue enteramente mi culpa, sabía bien sobre el G-31 aquí en Loguetown, esa gran y presuntuosa fortaleza marina con toda su reputación y bla bla bla. También fue decisión mía unirme a este grupo de personajes que han optado por iniciar una revuelta contra el sistema. ¿El único problema? Apenas hay paga. Lo que hacemos, lo hacemos más bien por convicción y por esa chispa en el pecho que aún nos impulsa a liberar las islas y el mundo de la tiranía que nos oprime. Esa es la sangre que aún corre por nuestras venas.

Han sido varios días ya de ir y venir en esta lucha, con mi compañero Lemon y yo realizando encargos para la causa. Pero hoy, este encargo en particular cae solo sobre mis hombros. Apenas leí la misión, entendí por qué me la asignaron a mí y no a Lemon, mi compañero, con todo su entusiasmo, es un tanto... llamativo. Aquí necesitaban a alguien que se moviera con precisión y discreción, y ¿quién mejor que Rocket? Lo mío es la infiltración y la retirada rápida, y en este caso esperaba que el enfrentamiento directo no fuera necesario. Aunque, como siempre, estaba listo para lo que viniera.

Este tipo de llamados era tan frecuente que ya tenía por costumbre llevar todo lo necesario conmigo. Nunca sabías cuándo te tocaría actuar rápido, sin lujo alguno de preparativos adicionales. Por eso, mantenía todo mi equipo bien oculto bajo una capa amplia, con la capucha cubriendo mi rostro excepto, claro, por el hocico.

Cuando terminé de leer el documento que me habían entregado, me dirigí a una de las letrinas exteriores. Allí, revisé que todos mis objetos estuvieran en su lugar y listos para cualquier eventualidad, incluyendo mi querido rifle de precisión, que mantenía en impecables condiciones. Cada disparo debía ser certero, un error por un polvillo o desperfecto y este mapache parlanchín podría morder el polvo. Sacando un pequeño mechero de mi bolsillo, prendí fuego al documento y esperé a que se consumiera en cenizas, antes de salir en dirección al punto indicado en la nota.

El objetivo tenía un nombre claro: Tadao Kinpe, la persona a la que debía ayudar a escapar. Había memorizado también su aspecto, ya que una foto del chico venía con la nota, pero también le prendí fuego. No sabía si él era consciente de la situación; esperaba que sí, porque eso me ahorraría varios problemas. Pero si no lo era, deseaba que al menos no resultara ser el típico cabezón desconfiado.

Calle Ironside, número 17, piso 3D. Esa era su dirección. A primera vista, esperaba que el lugar fuera lo suficientemente abierto para maniobrar, aunque eso lo descubriría al llegar. Antes de cualquier otra cosa, tenía que estudiar a fondo los alrededores: conocer cada calle adyacente, cada sombra útil y cada rincón desde donde pudiera desorientar a los marines si nos descubrían.

Finalmente, el punto de llegada estaba claro: La Grulla Roja, una bodega en desuso desde hacía ya varias temporadas.

Resumen


Personaje


Virtudes/Defectos


Inventario y Movilidad
#2
Tofun
El Largo
[Imagen: Loguetown.png]

La ciudad de Loguetown está organizada en distintos sectores, cada uno con su propio carácter y propósito, rodeada por una sólida muralla de piedra que protege sus límites y otorga una sensación de seguridad y fortificación. La estructura de sus calles y callejones sigue un diseño algo laberíntico, con vías serpenteantes que conectan áreas residenciales, comerciales y de utilidad diversa, formando una red compacta y densa.

Hacia el sur de la ciudad, la muralla se abre hacia un puerto que da al océano, el cual conecta a Loguetown con el mundo exterior. Este puerto alberga un amplio espacio de muelles y embarcaciones, incluyendo desde pequeñas barcas de pescadores hasta cargueros y otros buques más grandes. Aquí se respira un ambiente de actividad constante, ya que el comercio y el transporte marítimo representan el pulso económico de la ciudad.
  1. Hogar de Tadao (I): Ubicado en el norte, cerca de la muralla. Es una edificación discreta de tres plantas, con Tadao viviendo en el último piso. Desde su pequeño balcón, tiene acceso a una escalera exterior que conecta con la terraza del edificio. Las ventanas de su piso ofrecen vistas al norte y al este, permitiéndole vigilar los alrededores y, en particular, el movimiento en la calle.
  2. Hogar de Gil (II): Situado justo en frente de Tadao, esta casa de tres pisos pertenece a un conocido benefactor de la ciudad, Gil. Aunque vive solo con su perro, Gil ha sido generoso con la comunidad, lo que le ha ganado una buena reputación.
  3. Residencia de Ancianos (III): Al sur de las casas de Tadao y Gil, la residencia ofrece un refugio tranquilo a los más mayores de Loguetown, en un área pacífica alejada del bullicio del mercado y de las zonas de comercio.
  4. Parque para Eventos (IV): Un extenso parque con áreas verdes, caminos, y una estructura central usada para festividades y reuniones. Flanqueado por árboles y arbustos bien cuidados, el parque se convierte en un punto de encuentro para los habitantes de Loguetown.
  5. Mercado (V): Ubicado justo al norte del parque, el mercado es el corazón comercial de Loguetown. Sus estrechas calles están repletas de puestos de venta que ofrecen desde alimentos hasta artículos artesanales. Este es un lugar ideal para mezclarse con la multitud.
  6. Puesto de Avanzada Marine (VI): En el sur de la ciudad, este puesto tiene una estructura robusta, desde donde los marines pueden reaccionar rápidamente a cualquier incidente, especialmente cerca del puerto.
  7. Tienda Astillero (VII): Cerca de la zona portuaria, este astillero abastece a los marineros de Loguetown con reparaciones y materiales para sus embarcaciones. La proximidad con el puerto facilita el acceso constante de clientes y suministros.
  8. Zona Portuaria (VIII): Una activa zona de embarque y desembarque, llena de vida y actividad. Los marineros y comerciantes se mezclan, y el flujo constante de mercancías y personas convierte al puerto en uno de los puntos más dinámicos de Loguetown.
  9. La Grulla Roja (IX): Una antigua bodega abandonada en las cercanías del puerto. Este espacio, lejos de la vigilancia regular, es ideal para quienes necesitan ocultarse temporalmente de las autoridades.
  10. Ruinas Abandonadas (X): Al oeste de la ciudad, las ruinas son restos de antiguas edificaciones que han quedado en desuso. Estas estructuras deterioradas ofrecen escondites y un aire de misterio.
  11. Tienda de Armas (XI): En una calle discreta, esta tienda permite a los habitantes y viajeros de Loguetown comprar o reparar armamento. La clientela es variada, desde habitantes comunes hasta mercenarios y aventureros.
  12. Edificios en Construcción (XII): Una zona de desarrollo con edificios en distintas etapas de construcción. Los andamios y herramientas abandonados proporcionan refugios improvisados y puntos de ocultamiento para cualquiera que desee evitar ser visto.
  13. Taberna (XIII): Ubicada en el norte, la taberna es un sitio concurrido donde los residentes de Loguetown se relajan y comparten información. Aquí se puede escuchar desde chismes hasta rumores importantes, convirtiéndose en un centro de información no oficial.



Hoy, Loguetown está cubierta por una leve llovizna que empapa suavemente las calles, los tejados y las ventanas. La humedad impregna el ambiente, y el cielo grisáceo le da un toque sombrío a la ciudad. El agua forma pequeños charcos en las callejuelas y resbala por las piedras del pavimento, con menos transeúntes de lo habitual. A pesar de la lluvia, algunos ciudadanos se mueven de un lado a otro, envueltos en capas que los protegen del clima.

Rocket tendría margen para inspeccionar la zona pero tras cierto tiempo, frente al hogar de Tadao, un pequeño grupo de cuatro marines se ha reunido, su presencia destacando en la calma de la calle. Vestidos con sus capas de lluvia, el agua escurre por sus hombros y gotea de sus sombreros, cubriéndoles parcialmente el rostro. Parecen estar preparándose para entrar al edificio, hablando en voz baja y revisando sus armas de forma metódica. Su actitud es profesional, aunque uno de los soldados, más joven, luce algo nervioso; sus ojos van de un lado a otro mientras observa la puerta del edificio. Otro marine, que aparenta ser el líder del grupo, le hace un gesto de calma, hablando en un tono bajo y directo.

Desde la ventana en el último piso, Tadao observa la escena con tranquilidad. Su figura aparece enmarcada en la ventana del tercer piso, y su expresión no delata prisa ni nerviosismo. Rocket, si se encuentra en una posición elevada o a cierta distancia, podría distinguir a Tadao.

La calle en sí está casi desierta, con solo algunos residentes observando desde la distancia, refugiados bajo los aleros de las casas o en portales que les permiten mantenerse secos mientras observan el inusual movimiento.

Info
#3
Rocket Raccoon
Rocket
La primera buena noticia del día fue la llovizna que caía sobre la isla de Loguetown. No era una tormenta siquiera, solo una ligera precipitación que cubría la isla bajo una capa de nubes densas. La lluvia hacía que cualquier persona en las calles llevase capas anchas y capuchas, una costumbre para protegerse de las finas gotas que caían desde lo alto. No parecía que el clima fuera a empeorar, al menos no pronto, pero esa cortina de agua y el clima encapotado ofrecían justo la oportunidad que necesitaba.

El primer paso en mi lista de tareas era conseguir una prenda que cubriera completamente el cuerpo y la cabeza del muchacho. Y no, no es que mi objetivo fuese mantenerlo seco; había algo aún más importante que quería ocultar: su cabello.

En la foto del documento, lo que destacaba de inmediato de Tadao era ese mechón verde claro que rompía con el resto de su cabello, también verde, pero mucho más desordenado y opaco. Estaba seguro de que, si los Marines andaban tras él, ese toque distintivo sería lo primero que buscarían entre la multitud. Así que, además de cubrirlo con una capa amplia, necesitaba esconder su pelo. Y ¿qué mejor solución que una buena peluca para despistar? Imaginaba que la tienda de ropa tendría también artículos de este tipo; matar dos pájaros de un tiro y asegurarnos de que Tadao pasara desapercibido sería el primer paso en este juego de sombras.

Pasé por el mercadillo de la ciudad, un lugar que siempre estaba abarrotado de gente y ruido, donde los olores y colores se entremezclaban en un caos organizado. Si hoy mantenía ese ajetreo, podría ser el lugar perfecto para perder a los Marines si llegaba el momento de una persecución. Claro, mi intención era tomar todas las precauciones necesarias para que nada de eso sucediera. Pero la experiencia me había enseñado que, por más planificación que uno haga, siempre hay detalles que se escapan. Mi objetivo era simple y claro: reducir esos posibles deslices al mínimo. Y por eso mismo, no solo compré una peluca que cambiara por completo la apariencia del objetivo, sino que intenté también encontrar alguna que se parecía a su cabello. También podría servir como distracción en un momento dado, si podía conseguir más de una, pues mucho mejor.

Ya tenía todos los artículos que necesitaba resguardados dentro de la mochila que llevaba conmigo. Oculta bajo la capa junto con el gran fusil. 'Supongo que es hora de ir por el chico. Creo recordar que los bloques de esas zonas tienen escaleras traseras, intentaré observar desde ese punto primero.'

¿Cuánto podrían cobrar algunos, uhm... ¿bandiditos se les podría llamar? Pues no sé. Pero esperaba que con un par de monedas se dejasen comprar. Necesitaba algo muy muy básico de su parte, si podía contar con ello, pues que bien, era un extra. Y si no, pues el plan tenía que seguir su marcha. Ellos solo serían un agregado, sin más. Así que entre en una taberna que estaba muy cerca del edificio de Tadao. Al entrar, quise observar la situación, esperaba ver el tipo de gente que buscaba. Me cubrí el rostro con la capucha, no quería que se me identificara. Me acerqué a la barra y tras recibir una cerveza, la cual apenas usaría para mojar los labios, dejaría un poco más de monedas al servidor. -Necesito algo de distracción aquí al norte, joder eh, un borracho alterado o algo, joder eh- Intente cambiar el tono de voz, hacerla más grave. -Espero que alguno de estos muchachos sea de utilidad, joder eh. En unos cinco minutos estaría bien.- Deje otra cantidad de billetes por si notaba en su rostro que lo que había dejado no era suficiente y me retire del lugar. En todo momento tuve los oídos atentos a alguna charla interesante, aunque tampoco estuve mucho tiempo ahí en el lugar.

Llegado al edificio del chico, comencé a observarlo desde distintos ángulos. Era, pues, un bloque de viviendas muy sencillo. No resaltaba algún distintivo extraordinario con respecto a los demás. Tenía una sola entrada al frente, que daba a la calle principal, situada al norte, y al este conectaba con la gran avenida que se dirigía hacia el sur, hacia los muelles, pasando primero por el gran parque floral que adornada la ciudad. 'Mejor evitar esta gran calle... Aunque si hay mucha gente, es una opción también.' Ya eso lo depararía el futuro, lo principal ahora era ver el método de escape. Para mi desgracia, la escalera que había recordado no bajaba hasta el suelo, sino que subía hacia una terraza. 'Podríamos intentar por los tejados llegar hasta la calle al sur, pero este man seguro es un torpe y no sabe saltar.'

'Pues qué rápido llegaron...' Pensé al momento de que mis ojos lograban ver a cuatro marines caminando por la calle que estaba vigilando. Era obvio que iban en dirección al edificio que miraba. Donde, por cierto, Tadao también se dejaba ver de vez en cuando, asomando por su ventana que daba al balcón. 'Creo muchacho, que nuestra opción es el techo...' No parecía haber muchas más opciones para la fuga. 

Algo mucho más importante que quería realizar, era quedarme con la esencia de esos marinos. Motivo por el cual, mientras me movía en dirección a los estrechos callejones que daban con la parte posterior de la estructura, activaría mi Haki para así sentir a esos individuos en particular. Tenía dos motivos para eso: el primero era quedarme con su aura y así saber en donde estaban en todo momento. Y el segundo, era quedarme con sus sentimientos al momento de querer hacer una revuelta. Sabía que no me toparía con solo este grupo de marinos, así que quería guardarme esa sensación en la mente, para reconocerla en otro momento al volverla a activar.

Una vez todo estaba en su lugar, y tras haber observado bien la parte trasera de todo este bloque, subiría por el edificio ayudándome de mi excelente uso del escalado. Una vez en el techo, me movería rápido hacia la terraza que había ubicado antes, y de ahí bajaría al balcón del muchacho. Independientemente de la ubicación de los cuatro marinos, tocaría a la ventana del chico. Cuando voltease a mirarme, llevaría mi dedo índice a mis labios, indicando la señal general de permanecer callado.

Resumen


Datos
#4
Tofun
El Largo
Rocket se movió con rapidez entre las callejuelas empapadas de Loguetown, dirigiéndose a un puesto de ropa en medio del bullicio. Allí encontró lo que buscaba: dos pelucas idénticas que harían maravillas para despistar a los marines. Después de regatear un poco con el vendedor, consiguió ambas pelucas por un buen precio, cerrando el trato en 50,000 Berries. La sonrisa del comerciante reflejaba satisfacción, aunque Rocket se retiró pensando que había obtenido una ganga.

Al dirigirse hacia la taberna, la lluvia seguía cayendo en una constante llovizna, cubriendo el suelo de charcos y obligando a los transeúntes a resguardarse bajo las capas y sombreros que les protegían de las gotas. La taberna estaba a rebosar de gente que buscaba refugio, creando un ambiente cálido y ruidoso en comparación con el clima gris y húmedo del exterior. Rocket se movió entre la multitud, con la capucha baja, y localizó rápidamente a un camarero que parecía estar al tanto de los murmullos y rumores locales.

Después de una breve conversación, el camarero, astuto y avispado, le dejó claro que provocar un alboroto en estos tiempos tan inestables no sería nada barato. Con los marines en la ciudad, y el ambiente cada vez más tenso, si Rocket quería un "follón" que distrajera a los presentes y desviara la atención, tendría que desembolsar una cifra considerable. Al final, cerraron el trato en 500,000 Berries. Rocket pagó consciente de que aunque el precio era alto, esta distracción le daría una valiosa ventaja.

Con el follón asegurado para unos minutos más adelante, Rocket salió de la taberna y se dirigió hacia la zona donde se encontraba la casa de Tadao. La calle que conducía a la casa estaba algo más tranquila, y la llovizna, aunque constante, ayudaba a ocultar su silueta entre las sombras de las construcciones. Observó el edificio: un bloque sencillo de viviendas sin nada particularmente distintivo, con un balcón en el segundo piso y un tejado accesible. Desde su posición, también pudo ver a los cuatro marines que, entre miradas suspicaces y expresiones de alerta, se dirigían hacia la entrada principal del edificio. Rocket avanzó sigilosamente hacia la parte trasera del bloque, utilizando los estrechos callejones que le permitían mantenerse fuera de la vista de los marines. Percibió sus hakis, y el de muchos otros ciudadanos de Loguetown, no había ninguno superior al suyo salvo por una potente presencia situada en el puerto sur, alguien mas fuerte que el.

Al llegar a la pared posterior del edificio, evaluó la estructura y comprobó que el ascenso sería relativamente sencillo gracias a unas repisas y salientes que facilitarían la escalada. Con movimientos ágiles y precisos, se elevó por la pared, asegurando cada paso para evitar resbalones a causa de la lluvia. Al alcanzar el tejado, Rocket se movió rápidamente hacia la terraza, asegurándose de que no hubiera nadie vigilando desde las calles. Desde allí, se deslizó hasta el balcón de Tadao, donde lo vio de espaldas, ajeno a la situación. Al tocar la ventana, el joven dio un leve sobresalto, y Rocket, con un dedo en los labios, le indicó que guardara silencio.

De fondo se comenzaba a escuchar un follón en una de las tabernas cercanas, dos supuestos borrachos comenzaban a discutir por algún motivo y parecía que mas gente comenzaba a unirse a la trifulca. Los marines, parecían haber utilizado un Den Den Mushi para avisar y habían comenzado a ascender el edificio, sin hacer ruido, intentando no revelar su asalto a la viviendo del joven Tadao.

La habitación de Tadao era un caos organizado. Cada centímetro estaba ocupado por herramientas, piezas sueltas de metal y bocetos esparcidos sobre mesas y estantes. En una esquina, una mesa abarrotada con artefactos medio desmontados y frascos llenos de líquidos de colores inciertos; en otra, un esquema detallado de diferentes dispositivos cubría toda la pared, con notas garabateadas a mano y fórmulas a medio hacer. Por el suelo, varios cables serpenteaban entre los muebles, conectando dispositivos que parpadeaban de vez en cuando, algunos haciendo zumbidos o emitiendo leves destellos de luz azul.

Alrededor de la habitación, Tadao había instalado diversos mecanismos de seguridad. Uno de ellos era una pequeña esfera brillante, camuflada en una estantería, que se activaba en cuanto alguien cruzaba cierta línea invisible cerca de la ventana.

Ver cómo un mapache picaba en tu ventana y te mandaba callar cuando vives en un tercer piso, en un día lluvioso, sabiendo además que la Marina anda tras tu prototipo... bueno, era cuanto menos una situación confusa. La cara de Tadao tardó unos segundos en recolocarse tras el susto inicial, pero cuando lo hizo, se acercó a la ventana con calma, con una expresión de curiosidad que no disimulaba del todo.

Vaya… — Murmuró, mientras sus ojos recorrían al extraño encapuchado.

Sin abrir todavía, Tadao pisó ligeramente una baldosa cerca de la ventana, una baldosa que parecía fuera de lugar en un cuarto abarrotado de cosas. Con un suave "clic", la esfera metálica en la estantería se activó, emitiendo un sonido como el de un zumbido. De repente, una ráfaga de aire se disparó justo desde el marco de la ventana, liberando una nube de polvo verde. Era un sedante leve que se disipaba rápido, pero lo suficiente para marear a cualquiera que intentara entrar sin permiso. Rocket sintió el cosquilleo en los ojos y la leve sensación de mareo que empezaba a nublar su visión, lo cual le dejó aturdido durante unos segundos, apenas lo suficiente para que Tadao pudiera evaluar al extraño sin peligro.

Con Rocket un poco atontado por la nube, Tadao entrecerró los ojos y abrió la ventana rápidamente. Agarró a Rocket con la derecha y lo metió hacia dentro mientras lo apuntaba con el cañón de una extraña arma moderna similar a una pistola sostenida en su mano izquierda. De pie, observando al intruso, esbozó una sonrisa curiosa.

¿Y tú quién eres, eh?  — Sus ojos escudriñaban al desconocido con cierta sospecha. — No pareces de la Marina… pero tampoco pareces un repartidor. ¿Eres del gobierno? ¡Identifícate! 

Parecía que el joven Tadao se manejaba mucho mejor de lo que aparentaba, no obstante para los ojos de un tirador experto como Rocket Tadao daba muestras de que empuñaba el arma con inexperiencia, como si nunca hubiese disparado una.

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#5
Rocket Raccoon
Rocket
Más pronto que tarde iba a descubrir que uno de mis planes para desconcertar a los marines que tenía justo debajo de mis zapatos, iba a fracasar estrepitosamente. 'Maldita sea... ahí se fueron unos buenos quinientos mil bellies. La Causa no paga tanto para andar desperdiciando así el dinero.' No muy lejos de donde estaba, al norte, había comenzado una leve alteración entre algunas personas, suponía que eran los revoltosos que había contratado en la taberna. Un grupo grande de gente comenzó a amontonarse alrededor de ellos, pero lamentablemente ninguna de estas personas eran los marines. Estos seguían en su andar justo debajo, subiendo por el apartamento. Los sentía gracias al Haki. 'No pescaron... maldita sea, tiene que ser rápido esto'.

Dicen que las desgracias siempre vienen juntas, y pues así lo sería. No solo uno de mis planes ya había fallado, sino que este joven inventor que tenía justo en frente, era una maquinita andante de sorpresas. Y esas sorpresas, me las estaba tragando enterita enterita. -Puahj puaj, joder eh... puah puah- Un líquido o un spray extraño había sido lanzado desde unos orificios bien ocultos en los bordes de las ventanas. No lo vi venir, tenía mis sentidos pendientes de los marines y de la gente de afuera, así que la trampa me la había tragado por completo. Lo primero que comenzaría a irritar serían mis ojos, había perdido la vista por completo. ¿Seguía manteniendo el Haki? Pues sí, por fortuna no había recibido daño alguno para perder la concentración en esa habilidad. Pero no me podía dar el lujo de permanecer ciego, no ahora. 'Bueno, con que el Haki siga funcionando, es algo.' 

No quería hacer más ruido del necesario. Simplemente llevé mis manos a la cara para intentar quitarme lo que sea que me haya echado encima. Pero era imposible, ya el daño estaba hecho y de momento reinaba el caos total en mi cuerpo. Mis piernas comenzaron a flaquear de a poco, producto de un leve mareo que me hacía tambalear de un lado a otro. Pero aun así no caí al suelo, pero no gracias a mi equilibrio ninja, no.

Escuche como abrían las ventanas que tenía en frente, aquellas que separaban al joven Tadao de mí. Suponía que era el mismo, ya que venía caminando hacia mi dirección anteriormente, y también escuche sus pasos llegar a mi posición. Luego sentí unas manos, agarrar mis brazos y parte de mi torso, me jalaba hacia dentro de su localidad a la vez que comenzaba a soltar un par de preguntas. Se le notaba sorprendido y quizás algo alterado. Debía de mantener la compostura, era difícil con la situación que estaba viviendo. -Shhh shhh, baja la voz, ahí vienen... joder eh.- Intente que se calmara y que bajara la voz. 

-Claro que no soy de la marina, ellos vienen ahí abajo a llevarte, y van subiendo joder eh. Soy el que fastidia sus planes. Joder eh.- Agarre su brazo con la mano que tenía suelta. -Ya suéltame, y quítame esta cosa. Joder eh. Venimos a llevarte a un lugar seguro. Joder eh. ¿Tienes más trampas de esas? Una en la puerta para hacerles perder el tiempo a los marines mientras nos fugamos estaría bien, joder eh. En la mochila tengo una granada de humo, debe ser útil.- Si me soltaba y me dejaba ya en el suelo, y le notaba menos alterado, procedería a recomendarle usar lo que llevaba en el bolso.

-Mira aquí dentro, ponte estas cosas. Una peluca y estas prendas. Joder eh- Seguía con el ardor en los ojos, era bastante inquietante. -Qué coño lleva esto.. En fin. Vas a tener que ser tú el guía un tiempo. Me llamo Rocket, joven Tadao. Joder eh. Una lástima no poder ver tus artilugios, pero tenemos que irnos rápido. Ya vienen subiendo al segundo piso. Tenemos que ir hacia el sur, a los muelles. Joder eh. Cree una pequeña distracción aquí al norte, se debe estar escuchando aún el ajetreo. Si tienes algo en mente, soy todo oídos. Joder eh- La idea de revelarle el interior de mi mochila no era solo para que tomase la ropa. Ahí dentro también tenía pequeños artilugios en los que estaba trabajando. Quería, o intentaba, que viese en mí a alguien que compartía en cierta manera su misma pasión por las invenciones. [Carisma] Tenía que ponerlo de mi lado rápido después de este traspié.

-Mantendré mi Haki de observación activado en todo momento, joder eh, así sabré qué hacen y si vienen más de ellos. Pero te tocará hacer de guía por unos... ¿Cuánto dura esto? Joder eh- La situación era bastante compleja, por más que intentara llevarla de la mejor manera y lo más calmado posible, quizás no sería suficiente. Ahora mismo dependía del actuar de este chico, y esperaba que con el palabrerío que le había dado, se tranquilizara y entendiese la gravedad del momento. Estaba aquí para ser su aliado, no su enemigo. -Yo subí por la parte trasera del edificio, no es tan complicado. Pero si tienes una idea mejor...- Me quede esperando la respuesta de Tadao, esperando que ahora su voz mostrara un cambio en su actitud hacia mí, siendo algo más cómplice.

Resumen


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#6
Tofun
El Largo
Tadao escuchó a Rocket con una mezcla de sorpresa e incredulidad, aunque cuando oyó el sonido de pasos acercándose por las escaleras, confirmó lo que el extraño le decía. Guardó su arma, y, con una ceja arqueada y sin disimular su desconfianza, se volvió hacia el Mink, aún intentando atar cabos sobre su origen. ¿Un enviado de Mountain, tal vez? Ni siquiera le había explicado de parte de quién venía.

Las trampas que tengo o no en mi propio cuarto no son asunto tuyo… ¿mapache? — Respondió, con el entrecejo fruncido mientras inspeccionaba a su inesperado visitante de arriba abajo. Esa apariencia era tan rara como todo lo demás de la situación. Pero al notar los artilugios que Rocket llevaba en su mochila, su recelo se redujo un poco: quien quiera que fuera, claramente entendía de inventos. Tadao, con un suspiro y resignado a esa extraña compañía, decidió seguir su sugerencia y salir antes de que los marines entraran. Desvió su mirada hacia la ventana, y mientras agarraba su propia mochila, no dejó de mirarlo fijamente, lanzando una pregunta con un tono serio y molesto:

¿Para quién trabajas? — Inquirió, esta vez sin dejar pasar la oportunidad de una respuesta clara.

Sin esperar mucho más, salió al balcón y apretó el botón oculto en una maceta, desplegando una larga escalera metálica que se extendió hasta el suelo. Miró de reojo la peluca que Rocket le ofrecía, bufando un poco.

¿De verdad tengo que ponerme esto? —preguntó, a lo que Rocket solo asintió. Tadao no insistió; se la colocó y comenzó a descender, atento a cada detalle y siguiendo al Mink.

Mientras tanto, el conflicto en la taberna al norte escalaba rápidamente, convirtiéndose en una pelea total entre borrachos y oportunistas, lo que incluso atrajo a los marines. Desde la distancia, un pequeño grupo ya marchaba hacia allí, claramente alertado por la conmoción. En el apartamento, justo cuando Tadao y Rocket se escabullían, los marines derribaron la puerta y entraron de un golpe, encontrando solo una habitación vacía y en silencio. Comenzaron a comunicarse por el Den Den Mushi, pidiendo refuerzos y avisando de la situación mientras revolvían y ponían todo patas arriba.

La llamada de la patrulla llegó al cuartel sur, que estaba casi vacío debido a que la segunda patrulla había salido a controlar los disturbios de la taberna. Sin embargo, alguien atendió la llamada y la desvió a una curiosa mujer que estaba sentada en una de las tabernas del puerto, en una terraza atechada que miraba al infinito horizonte sobre la línea del mar.



— Pere, pere, pere, pere...

Un leve y delicado bufido fue la antesala al descuelgue de dicho Den Den Mushi. El rostro de Setsuna pasó de enfado a una falsa amabilidad en un parpadeo. Después, una voz angelical respondió.

— Set al aparato. Dígame. ¿En qué le puedo ayudar?

Set... Setsuna. Disculpa, tenemos un problema y, si no lo resolvemos pronto, nos van a matar. Sé que estás de vacaciones y... — El marine dejó un hueco para recibir la respuesta de Setsuna; esta no contestó, estaba estrangulando el Den Den Mushi. — Bueno, lo del aprendiz de Mountain ha salido mal. No lo encontramos en su apartamento y su invento no está. ¿Setsuna? ¿Setsuna?

No hubo más respuesta; la agente del Gobierno Mundial había colgado el teléfono y ahora disfrutaba de su café, mirando cómo la lluvia caía sobre el agua del mar, produciendo curiosas ondulaciones circulares. No solo había tenido la mala suerte de ver sus vacaciones pasadas por agua, sino que ahora la llamaban para el trabajo. ¿Estaban de broma? Ni de coña iba a colaborar. Aun así, decidió activar su Haki de observación solo por curiosidad.
[Imagen: set.png]
Percepción IV
KENB801
KENBUNSHOKU
Haki avanzado
Tier 8
No Aprendida
12
Costo de Haki por Turno
1
Enfriamiento
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones que exterioricen y de forma superficial las hostilidad que realmente tienen. Así como estimar de forma precisa el poder de los demás (Su Nivel). Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +15 [Reflejos].
Área: [VOLx20] metros | +15 [REF]


Resumen e Info
#7
Rocket Raccoon
Rocket
Podría decir que me sentía más aliviado al momento de sentir como su mano, que apretaba fuertemente uno de mis brazos que tenía sujetado, comenzaba a suavizar la fuerza con la que ejercía su acción de agarre. Segundos después ya me había soltado, dejándome en el suelo. Pero el ardor en mis ojos aún era bastante inquietante, seguía intentando quitármelo con la ayuda de mis manos e incluso la ropa que tenía puesta, pero era inútil. Sea lo que sea que haya usado este chico para elaborar ese gas, pues era de muy buena mano. Me sorprendía, no lo podía negar. Aunque si lo piensas un poco, era el aprendiz de uno de los inventores más prodigiosos del gran mar azul. Así que una que otra cosita debía saber más que yo, quién sabe si mucho más incluso.

-Si, mapache. Joder eh. Las trampas no son para mí, son para los que vienen subiendo joder eh.- Comenzaba a sentirme ya algo desesperado, y quizás empezaba a ya notarse en mi voz. 

Los segundos seguían pasando uno tras otro. Y los marinos que venían en búsqueda del chico también se iban acercando cada vez más y más, ya no solo lo sabía por mi habilidad para percibir el aura que desprendían. Si no también porque sus pisadas comenzaban a resonar ahí a la distancia, detrás de la puerta. -Debemos apurarnos, si ponte eso y ya, joder eh. Digo, si no quieres caer en las manos del gobierno. Joder eh-

La visión comenzaba a volver a mí de a poco, ya podía abrir los ojos lentamente para intentar ahora si ver qué coño estaba ocurriendo a mi alrededor. El chico se había vestido al completo, con capucha y todo, incluida la peluca que le había comprado. -No sé qué coño habrás creado, Tadao. Pero la Armada Revolucionaria no se puede permitir que esa cosa caiga en la mano de la marina. Joder eh. Ahora que si nos vemos bien, Rocket Raccoon, sí, un mapache parlanchín.- Tome la mochila después de notar que ya el muchacho la había dejado de usar. Agarre la [granada de humo] y la mantuve en mi mano.

'Buen mecanismo de escape... una cajita de sorpresas este muchacho'. -Hehe, buena esa Tadao. Joder eh.- Tras las palabras, volví a observar hacia la puerta por la cual iban a ingresar los marinos que venían tras el chico. Quite el seguro de la [granada de humo] y la arroje en esa dirección. Al momento de ellos entrar, la idea era que la humareda los sorprendiera por completo, y eso les hiciera perder tiempo valioso para la persecución, y nos daría a nosotros un tiempo extra para nuestra exitosa fuga. La cual, apenas comenzaba.

Rocket Raccoon ha consumido Granada de Humo. Cantidad restante: 0

Granada de Humo
Granada de Humo (EXPL001-61-1)
Mecanismo explosivo que libera una amplia cortina de humo inofensiva pero que impide la visión de los presentes en el interior, al igual que la visión desde fuera.
2 Turnos de Duración
Cubre un area esferica de 10 metros de radio.
Arsenal - Tier 1



Ya estando ambos en tierra y fuera del edificio, observe hacia arriba para ver si la granada había funcionado. Después de asegurarme de aquello, comencé a guiar al chico entre las calles de Loguetown. -Vale, pues ya caminemos normal y listo, hacia el mercado. Ahí podemos perderlos de pista si llegase a ocurrir una persecución. Joder eh.- Lo miré para ver si se había puesto bien tanto el traje como la peluca, y también para notar si estaba nervioso o algo. Me tapé también como pude mi rostro con mi propia ropa y comencé a caminar en dirección al mercadillo, siempre intentando ir entre medio de los bloques, esquivando las grandes calles. No le preste mucha atención a lo que sucedía un poco más al norte, solo notaba como todo el mundo iba para allá, y bueno, eso era lo que estaba buscando en principio. Que ambos pudiéramos caminar por aquí tranquilos sin que algunos ojos se fijasen en nosotros. 

-Hay un lugar en el muelle sur, ese es nuestro destino, joder eh. Tengo a unos amigos más preparados para la acción por si la cosa va a mayores. Joder eh. Pero en principio, estoy haciendo todo lo posible para que eso no pase, y nuestra travesía sea solo un paseo mas. Joder eh- Pero eso sería cosa para otro momento. Lo primero sería llegar al mercadillo, y ver como seguían avanzando los sucesos. ¿Pero por qué el mercadillo?, se preguntarán. Había bastante gente, y tenía dos pelucas que se parecían al verdadero cabello de Tadao. Si lograba colocársela a alguien, pues mi plan seguiría marchando como había planeado.

Datos


Resumen
#8
Derian Markov
Lord Markov
Escapáis hacia la plaza del mercado corriendo para alejaros de la casa, de donde escuchas los gritos alarmados de los marines cuando estalla la bomba de humo. No os quedáis para comprobar su reacción, aunque Tadao comenta - No sé si esa ha sido tu mejor idea. Ahora saben que acabamos de irnos - sin embargo, no insiste más al respecto. Cuando llegáis a la plaza del mercado, revisas la ropa y peluca de Tadao y ves que se ha cambiado, aunque está ajustándose bien el pelo antes de salir hacia la multitud. La carrera había revelado un poco de su verdadera cabellera.

Sabes pasar desapercibido pese a tu peculiar apariencia gracias a tu entrenamiento, pero no se puede decir lo mismo de tu compañero. Está visiblemente nervioso y mira alrededor en busca de potenciales peligros, algo que sabes que no se debe hacer sin disimulo. Si hay alguien buscando a un fugado en esta plaza, es más probable que se fijen en él. Si le dice algo, intentará cambiar su actitud, aunque sigue sin ser un maestro del sigilo. En cualquier caso, la plaza del mercado es un buen lugar para perder a potenciales perseguidores. Pese a la lluvia, hay un buen número de personas comprando y vendiendo. Unas pocas gotas no van a impedir que la gente vaya a por la comida o que los vendedores sigan trabajando.

Pones en práctica tu plan y te mueves entre la multitud, buscando potenciales objetivos a los que ponerles la peluca. Primero encuentras a un señor despistado que está muy concentrado comparando dos patatas. Te acercas en silencio y le colocas la peluca con tanto cuidado como puedes. No parece notar nada. Con la primera peluca situada, te vas a buscar una cabeza para la segunda. Encuentras a un chico de aproximadamente la misma edad y estatura que Tadao y decides aprovechar este pequeño regalo del destino. Solo hay un problema: en el momento en que le colocas la peluca, nota algo y se lleva la mano a la cabeza. Para cuando se quita la peluca tú ya has desaparecido entre la gente, pero el daño está hecho - ¡Eh! ¿Quién me ha puesto esto?

No parece haberle hecho ni pizca de gracia. Más aún, en ese momento Tadao tira de tu capa y te señala con la cabeza hacia dos marines que se acercan al chico. Ups. Es momento de tomar una nueva dirección y salir de ahí cuanto antes. Por cierto, con tu haki te da la impresión de que las presencias de estos marines no son muy intensas. Probablemente pudieran llamar a otros, pero... de repente algo capta tu atención. En algún punto al sur hay una presencia monstruosamente grande. La voz que tu haki capta es tan intensa y emite un poder tan enorme que sientes un escalofrío de miedo. No sabes quién es esa persona, pero será mejor que no te cruces con él, ella o lo que sea.

No estáis demasiado lejos de la Grulla, a ritmo normal sería un paseo corto de cuatro o cinco minutos. La pregunta aquí es que ruta pretendes tomar. Probablemente debas apresurarte en elegir, Tadao parece cada vez más nervioso y uno de los dos marines de antes está mirando los alrededores mientras su compañero habla con el chico al que has intentado "empelucar".
#9
Rocket Raccoon
Rocket
Se lograba escuchar ahí detrás, a lo lejos, como los marinos se gritaban los unos a los otros tras la grata sorpresa del humo que había inundado toda la casa de Tadao, quien no parecía del todo optimista con aquella idea de llenarle su localidad de humo negro. -Lo que menos me interesa es eso, mi prioridad es llevarte al punto, y ahí te llevaré. Joder eh. Eso de ahí atrás es simplemente otra distracción. La Marina no es tonta, si llegan a tu habitación y no te ven, no se van a pensar que es que estabas de shopping. Joder eh.- Lo miré y vi que todo estaba en su lugar, tanto la peluca como la capucha y demás. -Y tranquilo, no soy el único. Si la cosa se complica, que no debería pasar. Joder eh. Tengo a más gente. Aquel alboroto al norte también es cosa mía. Joder eh.- 

-Necesito que recuerdes en todo momento, que somos unos ciudadanos más que van a la tienda de la esquina a comprar un pan para la cena. Joder eh.- Poco a poco íbamos llegando al punto donde esperaba volver sacar ventaja de la situación. Lo había hecho ahí atrás ya dos veces. Cualquiera diría que es cosa de suerte, que todo saliese bien para el mapache, claro. Pero no no, nada que ver. Todo esto fue gracias a las previas preparaciones de las cuales me había preocupado en tomar el tiempo justo para poder tanto planificarlas como llevarlas a cabo. Si ya estábamos a mitad de camino, era gracias a esos previos movimientos. -Listo, ya casi llegamos al mercado. Como te decía, a comprar pan jeje. Joder eh. Tú atraviésalo sin más, mi siguiente parte del plan entrará en función en breves. Joder eh- Necesitaba que el chico tomara más confianza de sí, y también en mí y en mi plan. Tenía que mostrarme como un profesional, para así intentar calmar la tensión que Tadao tenía hasta el momento.

Y así entonces comenzaría la siguiente parte del plan, el cual ya estaba en marcha apenas entramos al mercado. Había logrado observar desde la distancia a un señor de ya avanzada edad, parecía totalmente entretenido mirando algunas verduras, sería el sujeto perfecto para colocarle la primera peluca, y así lo haría. Un éxito rotundo, el señor no se había dado ni cuenta, y pasado el tiempo volví a mirarle y pues ahí seguía, la peluca aún estaba en su lugar. 'Vah perfecto, solo falta uno más' Volví a mirar en todas direcciones, y la fortuna me trajo consigo a un chico idéntico a Tadao, pero le faltaba el detalle del cabello. Pero dicho detalle lo solucionaría pronto, aunque para mi desgracia, este chico era más avispado que el viejo de antes. Tras varios segundos, se había dado cuenta y empezaba a formar un escándalo. 'Coño. Vah igual, puede ser útil.' Las miradas ahora mismo de todos los presentes estaban fijas otra parte y no en nosotros, y en especial la mirada de los marinos, quienes comenzaban a cuestionar a aquel muchacho de antes. 

Pero en ese momento, el joven Tadao me llamaba la atención. Tiraba de mi capa, y me señalaba con la mirada a dos marinos que estaban demasiado cerca para mi gusto. Debíamos de desviarnos, y rápido. -Solo sígueme, joder eh- Le agarre de su capa e intente salir de la línea de visión de aquellos dos sujetos, lo más rápido posible. Observe rápidamente la situación, era momento de improvisar y así tendría que ser. Tiré de la capa del chico para que pasara por entre medio de unos de los puestos de frutas y otro de telas variadas, las cuales estaban algunas tendidas en largo, así que pasar ahí sería perfecto para perder a esta gente. Tras verle pasar, volví a mirar a los dos sujetos para ver su posición, y al estar ya con ese presente, me esfumé de ese lugar junto con el joven inventor. No quise hacer ningún tipo de movimiento extraño, los ojos de todo el mundo tenía que seguir con el muchacho de antes que estaba formando un escándalo. Tadao y yo éramos solo unos ciudadanos más, uno pequeño, yo, y el otro de cabello rojo y largo, nada parecido al chico que buscaba la marina.

En ese instante volvía a sentir aquella enorme presencia que provenía desde el sur de la isla. Justamente tenía que ser en la dirección a la que íbamos. El muelle sur, ahí estaba la Grulla Roja, pero ahí también estaba este ser poderoso que había sentido antes y que venía estada sintiendo en todo el camino. Los pelos de mi cuerpo se erizaban cada vez que volvía a estar pendiente de esta figura. Pero por lo menos tenía su ubicación en mi mente, así que si era más que posible intentar esquivarlo metiéndome en otro calle, llegado el momento.

Con Tadao siguiéndome, me detuve un momento para analizar nuevamente la situación por la que estábamos pasando. Sabía que el destino estaba a pocos minutos, pero habían dos cosas que se interponían entre la Grulla Roja y nosotros. Una era de ellas era un puesto de avanzada de los marines, que estaba justo al lado de una gran calle bastante concurrida. Dicho lugar lo teníamos ya bastante cerca, así que detuve a Tadao para que respirara un momento. -Eh chico, ya estamos cerca, unos cinco minutos y ya dejas de correr peligro. Joder eh. Quédate en este callejón un rato, escalaré estas casas para tomar altura y visualizar mejor las calles frente a nosotros. Joder eh. Así tengo una mejor idea de qué ruta tomar. Joder eh- Seguía con mi Haki activo. Y la idea era ver si podía tomar una ruta alternativa, en vez de dirigirme de frente hacia esa estructura donde trabajaban los marinos. Los muelles estaban un pasito más allá, y también el destino.

Esta vez, usaría una gran habilidad que había aprendido recientemente. Era consiente de que escalando era bastante bueno, pero ahora mismo necesitaba algo de velocidad, así que en vez de hacer eso, pues mejor caminaba sin más por el muro y listo. Antes de eso, observaba al rededor para que nadie estuviese mirando. Al estar seguro, actuaria. Ahí arriba esperaba tener visión de todo.

Datos


Resumen
#10


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