John Joestar
Jojo
29-10-2024, 01:14 AM
70 de Primavera de 724
Habia llegado sorprendentemente tempranoa la isla, por unos pocos berries un capitán de un barco mercante me habia transportado hasta allí, un buen hombre aunque tenia muy mal despertar, se notaba que era un hombre amargado.
Hace pocos dias, habia escuchado unos rumores en una biblioteca sobre unas artes marciales secretas, que si superaban por mucho el famoso Karate de los gyojin, que si serias capaz de derrotar usuarios de fruta demoniaca facilmente y bla bla bla, lo tipico que escuchas de unos chavales que se creen cualquier cosa que un anciano, por el hecho de serlo, supongo que hay jovenes que deberian espabilar...Pero eso me llevó a investigar un poco más, tabernas, reuniones de vecinos, dojos... y no saqué nada en claro, todo lo que escuchaba o eran cuentos o me llevaban a callejones sin salida...hasta que, de casualidad, en uno de los dojos que habia visitado en mis viajes me dijo que preguntase en las islas cocoyashi, que allí habia un par de maestros de un karate especial, un tipo de lucha distinto a cualquier otro que él hubiera visto...y aqui estoy.
Me dirigí a uno de los primeros centros de enseñanza, era un dojo fabricado de madera, seguramente pino por el aroma que desprendian las vigas cercanas, supuse que serian nuevas, recien colocadas, al menos de hace pocos dias, una buena reforma, bastante cara; salió a recibirme un joven de pelo negro, el sudor le caia a chorro desde la frente, las gotas eran exageradamente grandes, su olor se detectaba desde bien lejos.
-Buenas tardes señor- dijo mientras hacia una reverencia, de esas que se hacen en artes marciales, manos juntas en las caderas y echando el cuerpo hacia adelante -Mi maestro no se encuentra en este momento, nos ha dado orden de no atender a nadie hasta su vuelta, ¿Es usted Marine o algo?-
-No, solo venia a preguntar unas cosas, ¿Sabes donde puedo encontrarlo? es algo...urgente-
-Volverá en unos dias, mi hermano es el más veterano de aqui, quizá pueda ayudarle-
El chico se dió media vuelta y entró dentro, apenas se escuchaba nada, parecia que el centro estaba insonorizado. Cuando el chaval abrió la puerta le acompañaba un hombre, fornido, con una espesa barba y un gui de karate blanco nuclear, este lo llevaba atado con un cinturón negro con un par de lineas rojas, era un combatiente de altisimo nivel.
-Buenas tardes, digame ¿Enq ue puedo ayudarle?- dijó el hombre con una voz gruesa y potente
-Preguntaba por vuestro maestro, habia oido algo sobre un karate especial, uno mejor incluso que ese que usan los gyojin- tras mi respuesta, el hombre se rascó la barbilla mientras se quedaba con mirada pensativa.
-Pues algo habia oido yo tambien, pero aqui practicamos Karate común, nada raro o especial, dudo que mi maestro sepa nada de eso, de saberlo me lo habria contado, confia en mi mas que nadie...si alguien puede saber algo es el del dojo del Sur, lo lleva un viejo amigo de mi sensei, aunque está más para allá que para acá, asi que bueno..usted mismo, dudo que nada parecido exista realmente, siento no poder ayudarle, me llama Kirishima por cierto, un placer- el hombre reverenció y se dió media vuelta junto a su hermano.
Menuda mierda de visita, no solo no tenia información, si no que encima empezaba a plantearme que habia gastado mi dinero en un rumor absurdo digno de cuentos de hadas, hay que joderse.
Seguí paseando por la isla, deambulé por algunos pequeños centros de enseñanza más pero...nada, no habian oido nada parecido, ni remotamente similar, las esperanzas de encontrar nada empezaban a disiparse rapidamente...hasta que llegué al dojo que me habian dicho al principio del dia, me encendí un cigarro para armarme de paciencia y...tras una buena calada, toqué a la puerta. Un anciano me abrió lentamente, llevaba un bastón e iba encorbado, tenia una larga barba y vestia una ropa muy formal, comod e bibliotecario.
-Digame joven- su voz estaba completamente rota y era apenas audible
-Buenas, me han dicho que usted podria saber algo sobre un karate especial, uno mejor incluso que el Karate Gyojin-
-Ahhh, si, ya se de que me habla, pero me temo que no es tan especial como cree, de hecho no es más que una rama más de las artes marciales, pero es poco común y por eso es poco conocido, es un poco como el Den den mushi loco, que el primer mensaje es una cosa y al poco el mensaje es totalmente distinto, si quiere puedo explicarselo igualmente, aunque no tiene nada que ver con lo que sepa...a proposito, ¿Que sabe?- Suspiré varias veces mientras el hombre hablaba, me estaba empezando a cansar de gilipolleces, pero mira, ya que habia llegado hasta aqui...
-Que es un arte marcial capaz de reducir faiclmente a los usuarios de fruta, no se mucho más-
-Pues dejeme decirle joven, que nada de eso, a ver, es un buen arte marcial, sirve para mucho pero...te adelanto que no tiene nada concreto contra los usuarios de akuma no mi. Se llama Mushin no Shin, es un método de combate que consiste en mover el cuerpo independiente de la mente, es decir es luchar por puro instinto de batalla, es complicado de conseguir, necesitas ser una persona tranquila, capaz de relajarse rapidamente sin necesidad de nada externo, como esos cigarrillos que llevas, asi que si quieres aprenderlo...me temo que lo vas a tener muy complicado hijo.-
-En fin, hay que joderse, gracias por nada supongo- Me limité a dar media vuelta y salí volando del lugar, mi paciencia se acababa y preferia marcharme y quedar como un borde, que quedarme y hacer alguna tonteria...sinceramente.
Lo que quedaba claro es que la información que habia obtenido era una puta mierda, y quedaba claro que eso de karates especiales eran una farse para sacarle la pasta a chavales que quieren ser los guerreros invencibles de la historia, chorradas dignas de locos. Error aprendido, no volverá a ocurrir, me fortaleceré a mi manera
Habia llegado sorprendentemente tempranoa la isla, por unos pocos berries un capitán de un barco mercante me habia transportado hasta allí, un buen hombre aunque tenia muy mal despertar, se notaba que era un hombre amargado.
Hace pocos dias, habia escuchado unos rumores en una biblioteca sobre unas artes marciales secretas, que si superaban por mucho el famoso Karate de los gyojin, que si serias capaz de derrotar usuarios de fruta demoniaca facilmente y bla bla bla, lo tipico que escuchas de unos chavales que se creen cualquier cosa que un anciano, por el hecho de serlo, supongo que hay jovenes que deberian espabilar...Pero eso me llevó a investigar un poco más, tabernas, reuniones de vecinos, dojos... y no saqué nada en claro, todo lo que escuchaba o eran cuentos o me llevaban a callejones sin salida...hasta que, de casualidad, en uno de los dojos que habia visitado en mis viajes me dijo que preguntase en las islas cocoyashi, que allí habia un par de maestros de un karate especial, un tipo de lucha distinto a cualquier otro que él hubiera visto...y aqui estoy.
Me dirigí a uno de los primeros centros de enseñanza, era un dojo fabricado de madera, seguramente pino por el aroma que desprendian las vigas cercanas, supuse que serian nuevas, recien colocadas, al menos de hace pocos dias, una buena reforma, bastante cara; salió a recibirme un joven de pelo negro, el sudor le caia a chorro desde la frente, las gotas eran exageradamente grandes, su olor se detectaba desde bien lejos.
-Buenas tardes señor- dijo mientras hacia una reverencia, de esas que se hacen en artes marciales, manos juntas en las caderas y echando el cuerpo hacia adelante -Mi maestro no se encuentra en este momento, nos ha dado orden de no atender a nadie hasta su vuelta, ¿Es usted Marine o algo?-
-No, solo venia a preguntar unas cosas, ¿Sabes donde puedo encontrarlo? es algo...urgente-
-Volverá en unos dias, mi hermano es el más veterano de aqui, quizá pueda ayudarle-
El chico se dió media vuelta y entró dentro, apenas se escuchaba nada, parecia que el centro estaba insonorizado. Cuando el chaval abrió la puerta le acompañaba un hombre, fornido, con una espesa barba y un gui de karate blanco nuclear, este lo llevaba atado con un cinturón negro con un par de lineas rojas, era un combatiente de altisimo nivel.
-Buenas tardes, digame ¿Enq ue puedo ayudarle?- dijó el hombre con una voz gruesa y potente
-Preguntaba por vuestro maestro, habia oido algo sobre un karate especial, uno mejor incluso que ese que usan los gyojin- tras mi respuesta, el hombre se rascó la barbilla mientras se quedaba con mirada pensativa.
-Pues algo habia oido yo tambien, pero aqui practicamos Karate común, nada raro o especial, dudo que mi maestro sepa nada de eso, de saberlo me lo habria contado, confia en mi mas que nadie...si alguien puede saber algo es el del dojo del Sur, lo lleva un viejo amigo de mi sensei, aunque está más para allá que para acá, asi que bueno..usted mismo, dudo que nada parecido exista realmente, siento no poder ayudarle, me llama Kirishima por cierto, un placer- el hombre reverenció y se dió media vuelta junto a su hermano.
Menuda mierda de visita, no solo no tenia información, si no que encima empezaba a plantearme que habia gastado mi dinero en un rumor absurdo digno de cuentos de hadas, hay que joderse.
Seguí paseando por la isla, deambulé por algunos pequeños centros de enseñanza más pero...nada, no habian oido nada parecido, ni remotamente similar, las esperanzas de encontrar nada empezaban a disiparse rapidamente...hasta que llegué al dojo que me habian dicho al principio del dia, me encendí un cigarro para armarme de paciencia y...tras una buena calada, toqué a la puerta. Un anciano me abrió lentamente, llevaba un bastón e iba encorbado, tenia una larga barba y vestia una ropa muy formal, comod e bibliotecario.
-Digame joven- su voz estaba completamente rota y era apenas audible
-Buenas, me han dicho que usted podria saber algo sobre un karate especial, uno mejor incluso que el Karate Gyojin-
-Ahhh, si, ya se de que me habla, pero me temo que no es tan especial como cree, de hecho no es más que una rama más de las artes marciales, pero es poco común y por eso es poco conocido, es un poco como el Den den mushi loco, que el primer mensaje es una cosa y al poco el mensaje es totalmente distinto, si quiere puedo explicarselo igualmente, aunque no tiene nada que ver con lo que sepa...a proposito, ¿Que sabe?- Suspiré varias veces mientras el hombre hablaba, me estaba empezando a cansar de gilipolleces, pero mira, ya que habia llegado hasta aqui...
-Que es un arte marcial capaz de reducir faiclmente a los usuarios de fruta, no se mucho más-
-Pues dejeme decirle joven, que nada de eso, a ver, es un buen arte marcial, sirve para mucho pero...te adelanto que no tiene nada concreto contra los usuarios de akuma no mi. Se llama Mushin no Shin, es un método de combate que consiste en mover el cuerpo independiente de la mente, es decir es luchar por puro instinto de batalla, es complicado de conseguir, necesitas ser una persona tranquila, capaz de relajarse rapidamente sin necesidad de nada externo, como esos cigarrillos que llevas, asi que si quieres aprenderlo...me temo que lo vas a tener muy complicado hijo.-
-En fin, hay que joderse, gracias por nada supongo- Me limité a dar media vuelta y salí volando del lugar, mi paciencia se acababa y preferia marcharme y quedar como un borde, que quedarme y hacer alguna tonteria...sinceramente.
Lo que quedaba claro es que la información que habia obtenido era una puta mierda, y quedaba claro que eso de karates especiales eran una farse para sacarle la pasta a chavales que quieren ser los guerreros invencibles de la historia, chorradas dignas de locos. Error aprendido, no volverá a ocurrir, me fortaleceré a mi manera
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