Alguien dijo una vez...
Bon Clay
Incluso en las profundidades del infierno.. la semilla de la amistad florece.. dejando volar pétalos sobre las olas del mar como si fueran recuerdos.. Y algún día volverá a florecer.. ¡Okama Way!
[Aventura] T2 Dia de pesca
Gretta
La Devoramundos
Los chavales, al igual que los marines y los ancianos del principio, se asustan de primeras con tu presencia, pero tus palabras amables hacen que la situación se relaje. Hacen un pequeño corrillo y al final uno de ellos, el más mayor, que ha ido al gimnasio del pueblo algún día y tiene un pelo característico de la zona, con un degradado a los lados y una especie de tupé arriba, adelanta un paso y te dice de manera descarada.

—¡Bro!, cómo no seas un poco más claro, esto no es la charca de donde vienes, en Kilombo viven un huevo de personas, tete, esto es una gran ciudad, valiste mierda con esa pregunta. ¡KILOMBO KILOMBO KILOMBO!. Vitorea el chico. Y el resto de chavales le sigue, como si fueran una manada de simios.

—Diselo bro!! ¡KILOMBO KILOMBO KILOMBO!
—Si bro!! ¡KILOMBO KILOMBO KILOMBO!
—¡Menudo matao el pez! ¡KILOMBO KILOMBO KILOMBO!
—¡Sergi, estás to petao! ¡KILOMBO KILOMBO KILOMBO!

Te tiras al agua haciendo alarde de tus habilidades y caes como un nadador olímpico. Escuchas desde arriba un silencio y luego un —ohhh— y algún que otro silbido de aprobación.

—Eso no es nada, ¡mirad!. Sergi se tira detrás tuya, haciendo una voltereta.

-Si bro!. Reacciona el resto ante el salto de Sergi.

Una vez en el agua, te ve mirando las galerías y te dice: —Eh, tu parguela, por esa se ha ido un viejo con alguien hace bastante ya. El chaval te señala una de las cuevas.

Si te fijas en ella, crees que podría ser bastante profunda. Está inundada, pero por la derecha hay una especie de paso excavado en la roca. Si decides meterte, tras andar o nadar unos minutos, dependiendo de cómo hayas querido, adéntrate. Cuando tus ojos se habían acostumbrado a la semioscuridad, al fondo ves una luz y unos gemidos/gritos fuertes, parecen provenir de allí.
#11
Qazan
Qazan
"¿Y estos anormales?"- Pensé luego de escucharles hablar, la verdad es que parecían un grupo de chimpancés recién salidos de un zoológico. Traté de pasar de ellos pero para mi sorpresa uno de los pelo-brócoli saltó nada más zambullirme yo. -Tranquilo, lo que no hace el mar ya lo hago yo de su parte-. Dije al no aguantar más las niñatadas del chaval, así que le agarré con la cola los tobillos y tiré de él para sumergirlo bajo el agua y ahogarlo. -Desde esa altura no creo que vean bien lo que está pasando-. Dije manteniendo sumergido al muchacho. - Relaaaajate, es más sencillo si no te resistes-. Dije aún sabiendo que no me escucharía del todo por el agua.

Su muerte al menos me serviría para saber por donde adentrarme pues, el muchacho que ahora se le iban encharcando los pulmones, por algún motivo sabía por donde se había metido el viejo Garril. - Podemos ir andando... O podemos nadar Sergi, seguro que la segunda opción te gusta más-. No quería que viesen el cuerpo de su amigo y se diesen cuenta de que estaba intentando ahogarlo, así que me lo llevaría a las profundidades de la caverna aún agarrado por los tobillos. Al tener el resto de las extremidades libre no se me hacía complicado nadar así que podía deslizarme por la cueva sin dificultad. Por desgracia Sergi si que lo pasaría algo peor pues, evidentemente no tenía miramientos si pasaba por una zona algo más rocosa... Mas estrecha... Solo sabía que de vez en cuando notaba como su cuerpo se iba golpeando conforme más me adentraba.

"Te voy a dejar hecho un cromo chavalin"-. Pensaba mientras me seguía adentrando cada vez más y más profundo en la caverna donde presuntamente se había metido Garril. No se veía prácticamente nada mientras atravesaba los túneles hasta que de pronto, al fondo de uno de esos túneles, una luz alumbraba a duras penas el final del tramo. Comencé a acercarme al lugar cuando de pronto comencé a escuchar unos extraños ruidos, parecía alguien gritando pero... cuanto más me acercaba más me daba la sensación de que más que gritos eran gemidos... Como esa gente con gustos sexuales tan extravagantes a los que les gusta el sexo más duro y doloroso. -"Si estoy en lo cierto... Ahí delante me voy a encontrar algo muy grotesco... Será mejor que tu te quedes aquí sumergido, aun no tienes edad Sergi"-. Pensé deteniendome un momento a la vez que comprobaba que mi ahora buen amigo Sergi parecía haber dejado de moverse de una vez. Ya sea porque había caído inconsciente y aún seguía vivo o... Nah, a quien queremos engañar, si no había muerto ahogado lo habría hecho luego de tantos traumatismos por la red cavernosa. -Esta es tu parada nene, disfruta ser devorado por los pececillos-. Dije mientras le soltaba luego de asegurarme que su cuerpo ya no se movía.

Había llegado la hora de descubrir que puñetas le había pasado al buen tipejo de Garril, su mujer debía estar muy preocupada pues ya hacía algún rato que me había ido a buscar a su marido. Terminé de salir del túnel mientras estaba siendo deslumbrado por aquella luz cegadora que se colaba por el túnel, tardé unos segundos en acostumbrarme a la nueva luminosidad pero cuando por fin mis ojos se adaptaron no podían creer lo que estaban viendo.
#12
Gretta
La Devoramundos
Le hablas al chaval por debajo del agua, él intenta responderte, pero claro, no puede, no salen otra cosa salvo burbujas. Sus amigos desde arriba ven claramente, cómo ha Sergi se lo tragado algo, no son muy listos, pero para sumar uno más uno sí que les da, así que seguramente digan algo a las autoridades si su amigo acaba desapareciendo.

Arrastras al chaval por el fondo del canal; notas de vez en cuando pequeños tirones que frenan tu impulso; están provocados por los choques del cuerpo del pobre adolescente contra las paredes; tu olfato de orca incluso llega a discernir la sangre en el agua. Así que cuando terminas de avanzar y sueltas el cuerpo, te fijas que este ya flota boca abajo. Un pobre joven que solo se hacía el chulo delante de sus amigos ha perdido la vida.

Has continuado por el túnel excavado por el agua; al final esta se acaba, dejando un suelo más elevado; allí se hace presente la luz de unas antorchas, y esta es ya muy intensa. Tardas un momento en acostumbrarte, pero cuando lo haces puedes ver una especie de cavidad redonda de unos 20 metros de diámetro. Tiene unas antorchas divididas por la sala rodeando las paredes del lugar, también hay un montón de cajas con aparatos y utensilios de pesca. Pero lo más llamativo de todo es la escena dantesca que está ocurriendo en el centro.

Un Kilombo enorme, más grande que tu compañera Gretta, está encima de lo que parece ser a simple vista otro Kilombo enorme también, ambos teniendo relaciones sexuales, pero al fijarte bien, ves que por la boca del segundo Kilombo asoman unos brazos y una cabeza de un señor mayor, entonces te das cuenta de que es un disfraz. El hombre está luchando por salir, pero parece que la cremallera del traje se le ha quedado enganchada a la ropa. En mitad de sus aspavientos te ve.

—Ehhh tú, ¡ayuda! ¡Creo que Garril está muerto, no se mueve!. Te dice el viejo, señalando la cola del disfraz, justo donde el otro kilombo está encima cabalgando y restregándose. Sigue luchando por zafarse pero parece que no puede el solo. Por otro lado la criatura aun no te ha visto y sigue con su acto.
#13
Qazan
Qazan
-¿¡Pero que diablos..!?-. Dije al ver aquella monstruosidad, en mi mente pasaron demasiadas cosas a la vez, demasiadas ideas, demasiados conceptos que analizar... Demasiadas ganas de vomitar. De hecho luego de apreciar unos segundos la truculenta escena no pude evitar tener que ir a la pared más cercana y vomitar de lo aprehensivo del momento. Me tomé unos segundos para analizar la situación pues... Tampoco soy yo quien para interferir en momentos de intimidad aunque igual esta relación interespecie si que era para ser bien juzgada. No se cual sería el motivo, pero Garril había decidido que era buenísima idea disfrazarse de Kilombo, lo cual por a saber que motivos le habían llevado ahora mismo a estar manteniendo relaciones con esa cosa viscosa. Por un momento me daba la sensación de que Garril estaba disfrutando del momento, sin embargo luego de escuchar al otro señor puesto que, parecía que llevaban un disfraz tandem algo extraño, me di cuenta de que Garril había fallecido.

Su cuerpo inerte estaba siendo montado por el Kilombo que no dejaba de restregarse y retorcerse encima del pobre cadáver del viejo Garril. -No se como habéis llegado a esto pero le debes explicaciones a su mujer-. Armándome de valor y tragándome aquella sensación de asco que me producía la escena, me acerqué rápidamente al otro viejo que compartía disfraz con Garril para, de un fuerte tirón a la cremallera del disfraz poder liberarle. -Vamos viejo, larguémonos de aquí antes de que esa cosa se de cuenta-. Le ayudé a ponerse de pie y luego me lo cargué en la espalda como en su día hacía con Shiro, nuestro cocinero. Si a mi ya me había dado asco lo que veía, este señor que a saber cuanto tiempo llevaba aquí atrapado no quiero ni imaginármelo, capaz ni le quedaban fuerzas para caminar y mucho menos para correr y escapar de la criatura.

Con el hombre a mi espalda eché a correr por el otro camino, por el que parecía más seco y sin tanta agua, en caso de que el Kilombo nos descubriese seguro que se movería más lento por tierra al ser una criatura marina y esa diferencia de movilidad podía ser la clave para escapar con el viejete de una pieza. Tan pronto como logré recorrer la caverna logramos salir al exterior, seguí avanzando sin mirar atrás pues no sabía a ciencia cierta si la criatura nos había seguido y tampoco pensaba parar a descubrirlo. Ya en la parte baja del acantilado, pude ver el camino que recorrían los chicos que saltaban a la piscina natural que había aquí, de seguro era el camino que estaban recorriendo los que me había encontrado con anterioridad... Jordi se llamaba el pobre que se había ahogado accidentalmente si no recordaba mal.

Iba avanzando por el camino y ahora ya si con la seguridad de que desde esa altura el Kilombo no podría atacarnos ni seguirnos, bajé el ritmo de la escapada. - A ver, ya puedes empezar a contarme todo lo sucedido, la mujer de Garril me ha enviado a buscarle pero como comprenderás, decirle que un Kilombo está ultrajando el cadáver destrozado de su marido no me parece lo más apropiado para decirle. Cuéntame la verdad y luego ya te inventas algo para la señora, no hace falta destrozarle lo que le quede de vida-. Le dije a modo de advertencia al viejo, la mujer de Garril me había caído muy bien y no quería que por la estupidez de su marido y su amigo ahora la señora viviese apenada y destrozada el resto de sus días.

Mientras me iba contando no dejaba de avanzar hacía la casa de la viuda, ahora ya sabiendo toda la historia, yo no era quién para contarle nada a la pobre mujer. Este señor que sería amigo de la familia se buscaría las mañas para contarle cualquier milonga a la viejecita y de esa manera evitaríamos su sufrimiento. Ya en casa de la señora, dejé al hombre que aún parecía arrastrar lo anteriormente vivido y me despedí de la señora. - Lo lamento mucho señora, solo he podido encontrar al amigo de su marido, él sabrá explicarle mejor que yo lo sucedido. Le deseo lo mejor-. Le dije despidiéndome de ella y poniendo ahora rumbo a la guarida de los Shirogami. En dos días partiríamos rumbo a DemonTooth y no podía perder mucho más tiempo con los habitantes de la isla Kilombo, al menos si no quería que me dejasen en tierra. Era hora de zarpar con los nuevos vientos y buscar nuevas aventuras en lugares aun inexplorados para mi.
#14


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