Hay rumores sobre…
... una bestia enorme y terrible atemoriza a cualquier infeliz que se acerque a la Isla Momobami.
[Aventura] La Cacería Veloz [T4]
Derian Markov
Lord Markov
Base de la Marina G-31, 42 de verano, año 472
Despacho de la capitana Montpellier, once de la mañana.

El G-31 presenta un aspecto castrense y duro. Cuando os acercáis a sus muros, podéis ver un numeroso grupo de marines montando guardia con las carabinas en ristre. El patio interior presenta un aspecto similar: todo el cuartel está impecablemente cuidado y limpio y hay grupos de marines montando guardia en cada puerta y patrullando el perímetro. Lo único que afea la potente impresión que transmite el cuartel es su ala este, semiderruida, quemada y en pleno proceso de reconstrucción. Veis andamios colocados en torno a la estructura y obreros trabajando retirando escombros y arreglando las zonas despejadas.

Sin embargo, antes de cruzar las puertas del cuartel, un sargento de aspecto severo os detiene - ¿Nombres y motivo de la visita? - una vez le decís lo que os trae aquí, revisa un documento y anota algo, mientras asiente con la cabeza - En buen momento llegáis. La capitana ha ordenado que enviásemos directos a su despacho a cualquier cazarrecompensas que viniese por el asunto de esos piratas. Fritz, guíalos.

Un recluta joven os mira y echa a caminar hacia el edificio principal. Los pasillos del cuartel están... exageradamente limpios. Aquí y allá veis reclutas fregando o limpiando el polvo. Por sus caras de frustración, los más astutos de vosotros tal vez os deis cuenta de que esto no debe ser habitual en el cuartel. Algún motivo concreto debe haber causado este repentino interés desmedido en la higiene.

Tras subir dos pisos, llegáis al despacho. La estancia en sí no es especialmente interesante o llamativa, es un cuarto grande pero bastante austero con lo justo para trabajar: un escritorio, varias sillas y una estantería con archivadores, libros y mapas. Lo que capta vuestra atención no es la estancia, sino su ocupante: una mujer rubia, pelo largo rizado y porte marcial. Lleva la capa blanca con galones que la identifican como capitana marine y su expresión es adusta y pensativa. El recluta os presenta como los que vienen a encargarse del problema con los piratas de la Hermandad de la Velocidad. La capitana le hace un gesto para que se retire y el recluta se va.

- Bienvenidos al G-31. Soy la capitana Beatrice Montpellier, al mando de esta base - tras daros un momento para que os presentéis en condiciones, la capitana continúa - Primero, me gustaría agradeceros vuestra rápida llegada. Apenas hace unos días que enviamos el mensaje y esperaba tener que esperar más tiempo. Por una vez, me alegro de estar equivocada. Asumo por vuestra presencia aquí que ya sabéis por qué hemos convocado cazadores - os da un momento para responder y en caso de que no lo tengáis muy claro o de que le pidáis un resumen, responderá - La Hermandad de la Velocidad es una banda pirata local. Hasta hace poco se hacían pasar por artistas del mundo del espectáculo, pero hace unas semanas descubrimos que su show era una tapadera para toda clase de actividades criminales. Eran discretos, motivo por el que han sobrevivido hasta ahora... y saben pasar desapercibidos - su rostro se vuelve más serio - La Hermandad de la Velocidad se dispersó por Loguetown tras nuestro ataque fallido. En los últimos días hemos tratado de rastrearles, pero salvo por unos pocos grumetes que poco han sabido decirnos de sus jefes, aún no hemos encontrado nada. Además, mis marines están ya ocupados en otras tareas más importantes que no puedo desatender para ponerme a darle vueltas a toda la ciudad. Por último, hay personas de moralidad dudosa que podrían ser de ayuda pero que... se cierra en banda al ver nuestro uniforme. Por eso gente como vosotros, ajenos al cuerpo, tenéis más posibilidades de llegar hasta ellos. La prioridad es su capitana, Lagunta Neil, pero también os pagaré por capturar a sus oficiales, Onigiri y Clawsevitz "el Ariete".

En ese momento saca los carteles de "se busca de los tres". Lagunta es una mujer piernaslargas barbuda y corpulenta, de pelo castaño largo. Onigiri es un pequeño gyojin rana regordete y Clawsevitz un humano musculoso con traje de velocista y un imponente mostacho negro.
#1
Illyasbabel
cuervo de tiburón
Viaje hacía Loguetown

Hacía unos días el viejo cuervo había llegado a la famosa isla Marine, repleta de turismo y custodiada por la inigualable fuerza de la marina, un lugar que a pesar de los cúmulos de gente, le generaba tranquilidad, era raro ver piratas por allí y esto le entusiasmaba, un lugar perfecto para hacer compras y disfrutar de la buena comida portuaria. Más tarde que nunca llegaría a encontrarse con su nuevo grupo, según lo acordado se encontrarían el día 42 de verano en el territorio aledaño a la base G-20, hasta entonces se dedicaría a pasear por las costas y a beber buenos licores, no tenía claro el origen de su misión allí pero su compañero había sido claro en que debían encontrarse en aquella isla, por lo que hizo tiempo durante los días hasta por fin volver a encontrarse.

 El día llego por fin y Yoshiro se hizo presente junto a su lado, al igual que el reservado Shy, también aparecieo, quizá habían viajado juntos, no lo sabía, lo importante era que el gremio Colmillo de Tiburón volvía a encontrarse, y esta vez, se enfrentarían a un nuevo desafío, una cacería pirata.

 Illyasbabel siempre mantuvo su posición a espaldas de su jefe, no era lo suyo presentarse por lo que le encargaría esa tarea el joven pelirrojo, quien a su pesar llevaba la coordinación de semejante grupo de personajes. Luego de una breve presentación en el acceso al cuartel, fueron rápidamente guiados hacía lo que parecía el despacho de un jefe. Mientras caminaban, Illyasbabel pitaba de su cigarro, era su primer vez en el cuartel y esto le generaba cierta incertidumbre, al parecer mantenían su imagen conforme pasaba el tiempo, aunque también notó una pequeña área afectada por lo que aparentemente fue un conflicto pasado. Más allá de eso, un lugar que conservaba su rectitud y seguridad tal y cual había escuchado, los rumores de corrupción parecían desvanecerse ante la templanza de aquellos que custodiaban el recinto.

 Pasados unos minutos de recorrer las instalaciones darían con el despacho de la mujer, ante la cual Illyasbabel se inclinaría quitándose su sombrero de paja como muestra de respeto y esbozando un saludo al inclinar su cuerpo. - Un gusto conocerla capitana, mi nombre es Illyasbabel - dijo mientras se posicionaba a un costado de sus compañeros para mantenerse en línea frente a ella. Luego esperaría el momento preciso para hablar luego de escuchar a la capitana y a sus compañeros. - ya veo...- murmuró, mientras hacía un análisis exhaustivo de las imágenes que le presentaba como evidencia de la identidad de los malhechores. Sin dudas una gran sorpresa para el viejo quien no esperaba tener que desempeñarse en la misma Isla en la que se encontraba. - Si me permite...- dijo, mientras cortaba distancia hasta la mujer para tomar los folletos de " se busca ", - ¿Podré conservarlos? - preguntó, haciendo referencia a los carteles, aquello sin duda era parte clave de su labor para facilitar su identificación, en caso de recibir el afirmativo guardaría los carteles en su camisa y le agradecería.
#2
Shy
"Shy"
Shy se rascó su lampiña barbilla. Un cuartel de la Marina, después de tanto tiempo, pensó. ¿Seguiré registrado en sus archivos? ¿Tendrán mi informe de aptitud, con aquella foto en la que salgo cerrando los ojos como un idiota? ¿Habrán podido relacionar a ese recluta apocado llamado Rin Korsakov con el cazarrecompensas Shy, que ya tiene algunos muertos y recompensas a sus espaldas? No le incomodaba entrar. Al fin y al cabo, sus dos parlanchines compañeros se encargarían de llenar el silencio por él. Sin embargo, sí que le producía un cierto grado de ansiedad. Enfrentarse a su pasado después de haberse manchado sus manos de tanta sangre le hacía pensar en un millar de posibles escenarios, y en la decepción que causaría en sus mentores.

Les recibió la capitana Montpellier. No se sintió lo suficientemente presionado como para presentarse, así que se limitó a refugiarse a la izquierda de Yoshiro, escondido a medias tras su hombro, con las manos tras la espalda y el semblante impasible. Sencillamente, asintió con respeto cada vez que la capitana se refería a ellos, aunque más tarde se preocuparía de que hubiera parecido que estaba dando cabezadas de somnolencia. 

La Hermandad de la Velocidad... Shy buscó en su mente cualquier recuerdo que le pudiera ser útil sobre aquella organización. Si querían que el gremio funcionase, tendría que empezar a informarse mejor. Tal información, en manos de unos cazadores competentes -o, en su defecto, de aquel trío de cretinos- les daría una ventaja colosal en cada cacería. Escuchó a la capitana Montpellier mencionar su interrogatorio de los grumetes. Shy asintió, como si cavilase algo.

-¿Les han torturado? -preguntó, tal vez con demasiada naturalidad y sin ningún titubeo en absoluto.

Shy permaneció callado, atendiendo al relato de la capitana, y esperando a ver qué tendría que decir Yoshiro al respecto. Por una vez, esperaba no toparse con una santurrona que considerase que lo que había propuesto no era una posibilidad. Ya tendría suficiente con sus compañeros sermoneándole en privado.
#3
Derian Markov
Lord Markov
No parece que vuestro compañero Yoshiro vaya a aparecer a tiempo para la reunión. Bueno, otra vez será. A lo mejor su taxi llega a tiempo para unirse a vuestra tarea. En cualquier caso, la capitana escucha a vuestras palabras. Ante la pregunta de Illyasbabel, asiente y hace un gesto con la mano hacia los papeles - Adelante, los traje para vosotros.

La pregunta de Shy, sin embargo, la coge un poco por sorpresa. Al principio te mira desconcertada, como si se fijase en ti por primera vez. Luego su rostro se vuelve pétreo y severo - Desconozco qué clase de imagen tiene de nosotros, señor. Bajo mi mando no se recurre a métodos tan brutales sin una muy buena justificación. Han sido apropiadamente interrogados y eso es todo - si antes había sido directa y abierta, ahora su tono es frío y distante. Pese a todo, relaja un poco su expresión y añade - Antes de la huida, uno de nuestros hombres capturó a uno de sus oficiales, el intendente de la banda, Ibon el Fuerte. Nos ha dicho que su gente tiene contactos en el Inframundo, así que es probable que la banda, o al menos su capitana y sus dos oficiales principales, estén en sitios seguros protegidos por algún miembro del crimen organizado de Loguetown.

Montpellier saca unos documentos de un cajón de su escritorio. A continuación pone un plano de Loguetown sobre la mesa con una serie de anotaciones y zonas marcadas. Tras eso pone frente a vosotros una orden firmada por ella. Si la leéis, veréis que es un permiso para visitar las celdas de la base - Ahora mismo tenemos varias pistas que se pueden seguir, pero como os dije, no tengo tantos marines disponibles ni son la clase de gente que reacciona bien a las fuerzas del orden. Por un lado, está el Casino Missile - lo señala en el mapa - Su propietario es Patrick Sorvolo. Es dudoso que logréis fácilmente una entrevista con él, pero si sois personas con... - os mira con cierta duda en el rostro - don de gentes, Sorvolo podría indicaros la dirección correcta. Está bien conectado y suele saber mucho de lo que ocurre en la ciudad.

A continuación señala otro de los lugares, un edificio en el centro - Muchos de los tratos turbios de Loguetown se cierran en sitios como el Trago del Marinero, en el puerto. Sin embargo, Lagunta y su gente tendrían que estar locos como para presentarse en un sitio tan concurrido y público. Por eso estuvimos vigilando lugares menos concurridos. Hemos recibido un chivatazo de que se ha visto a una figura bajita y rechoncha envuelta en una capa rondando este edificio, La jarra de peltre. Creemos que esa persona es Onigiri, uno de los dos oficiales principales de la Hermandad. El edificio está en una zona de callejuelas estrechas. Si mandase una patrulla, podrían huir de un edificio a otro fácilmente antes de que nos enterásemos. No me extrañaría que tuviesen ya todo preparado para saltar a la ventana de enfrente. Como antes hablamos, sería diferente si vosotros os presentaseis allí.

Por último, señala la orden escrita - Sin embargo, si os sentís afortunados, creéis que tenéis las habilidades necesarias y prometéis no romper ninguna ley en el proceso, podéis intentar interrogar a Ibon o a los otros capturados. Es dudoso que vayáis a sacarles algo nuevo, pero vosotros conocéis vuestras habilidades mejor que yo - hace un gesto hacia la puerta - Ahora, si me disculpáis, tengo más trabajo. Informad a mi ayudante cuando haya novedades - junto con esas últimas palabras, deja un den den mushi sobre la mesa. El pequeño caracol va vestido con un uniforme de marine.

Tenéis varias posibles pistas de las que tirar. ¿Qué camino escogeréis? También es posible, claro, que decidáis pensar fuera de la caja y toméis un camino fuera de estas pistas. La decisión está en vuestras manos.

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#4
Illyasbabel
cuervo de tiburón
Agradeció, mientras plegaba los wanted y los guardaba en el interior de su camisa. - Disculpe a mi compañero capitana, no quisimos ofenderla, solo que nuestra empresa es bastante rigurosa con la información y nuestros métodos... nuestros métodos suelen ser un poco más... digamos... agresivos... - respondió. Luego volteó a ver a Shy - Quizá podríamos echarle una visita a ese tal Ibon...- mencionó, intentando descifrar los pensamientos de Shy. Rápidamente volteó su mirada inexpresiva a la mujer, - ¿Contactos en el inframundo...? vaya vaya - se dijo así mismo mientras se rascaba la barbilla, como pensando en voz alta, sin duda aquello sería un desafío fuera de sus expectativas.

 Acto seguido presto atención a los documentos forzando su vista tuerta a descifrar lo que allí se presentaba pero sin éxito alguno, Illya no sabía leer, por lo que miró una vez más a Shy esperando que este estuviera atento a los documentos. La mera visión del viejo solo atinó a identificar el mapa y reconocer algunas de las zonas marcadas. - Supongo que podríamos comenzar por el Trago del marinero... al menos después de visitar al preso... ¿Qué piensas? - dijo, mientras consultaba a su compañero, a esta altura casi que podía leer los gestos de Shy, por lo que no necesitaba una respuesta en palabras, un simple levantamiento de ceja bastaba. - Ya veo... - murmuró. - Esta claro capitana, nos vendría bien una visitilla al sujeto - respondió, - A mi  y a mi compañero no nos agradan las multitudes, por lo que seguro comencemos en aquel bar...- respondió a la mujer.

 Mientras la mujer se retiraba se acercó a Shy para intentar indagar sobre sus primeros movimientos, la planificación no era lo suyo, pero confiaba en el espíritu estratega de su compañero, fuera cual fuera su decisión lo acompañaría. - Vaya, supongo que estamos solos en esta - dijo, medio renegando mientras encendía un cigarro. Ya estaba acostumbrado a hablar solo, palabra que emitía parecía enfurecer al joven Shy, por lo que esperaría pacientemente una resolución, mientras observa la estructura de aquella sala.

Personaje

inventario

V&D
#5
Shy
"Shy"
La capitana Montpellier le devolvió una mirada severa. Bien, era de esperar. Siguen siendo la hostia de santurrones, pero al menos siguen siendo firmes en sus convicciones. Hm. Habría venido bien un oficial corrupto para este cometido.
-Solo preguntaba -aclaró Shy, sin alterar ni un ápice su expresión ni el tono de su voz. Ya podía ver el gesto de Illyasbabel torcerse.
Se frotó las yemas de los dedos con impaciencia. No era un buen interrogador, pero sabía que, si fuera por los Marines, realizarían la misión con la menor cantidad de inteligencia posible. No perdió el interés de entrar a 'charlar' con Ibon el Fuerte. Shy tenía claro que una sesión de acupuntura -a su manera- soltaba la lengua de los más tímidos. Al fin y al cabo, ¿no sería ese el motivo que tendría la Marina para contar con ellos? ¿Acaso no querrían aquellos paladines de la justicia evitar manchar sus prístinos uniformes blancos y sus elegantes capas dedicadas a la Justicia, usando a los cazarrecompensas para hacer el trabajo sucio? ¿No buscaban chivos expiatorios con los que cubrirse ante cualquier acusación por sus reprochables conductas? Shy pensaba que sí, pero le daba un poco de vergüencita decir todo eso delante de una capitana. Y como no podía prometer no romper ninguna ley -o hueso- durante el interrogatorio, creyó que cualquier otra opción tendría un mejor resultado.

Por suerte, Illyasbabel parecía algo inclinado a hacerle algunas preguntas al sujeto. Bien. Un par de meses más conmigo y ni pestañearás ante la idea de forzar una confesión. Te enseñaré lo que aprendí tras meses de perseguir a deudores por Loguetown. Además, era una buena idea hablar primero con Ibon. Mejor obtener toda la información disponible en el cuartel, en lugar de estar entrando y saliendo, llamando la atención de aquellos que estuvieran vigilando el edificio -o lo que quedaba de él-. Esto era, por supuesto, si la capitana y sus hombres eran lo suficientemente competentes como para no perder a su preso, algo en lo que Shy no confiaba del todo. 

-Ibon -ordenó Shy a su compañero, con un decidido gesto de la mano.

Bien, bien. Tú haz las preguntas, Illyasbabel. Yo me aseguraré de que sea un tipo elocuente y sincero.

Personaje


Inventario


Méritos y Defectos


#6
Derian Markov
Lord Markov
Un marine espera a la puerta. En el momento que salís, la capitana ordena - Soldado, escolte a estos caballeros a la celda de Ibon "el Fuerte". Tienen mi autorización escrita para acceder - os vuelve a mirar, con intensidad - Y recordad, espero que todo esto se haga de manera limpia. No quiero altercados innecesarios, daños colaterales o bajas civiles.

Tras eso, la capitana vuelve a atender a su papeleo y el soldado cierra la puerta antes de empezar a guiaros por la base. El recorrido os lleva al sótano del edificio principal. Entráis en el lugar tras pasar ante un sargento que revisa minuciosamente vuestra autorización antes de dar su visto bueno y deciros el número de celda. El lugar no es una mazmorra lúgubre y húmeda, sino una serie de pasillos de cemento bien iluminados que dan a puertas de seguridad con una ventanilla de rejas con triple cristal reforzado y una ranura con candado, probablemente para pasar las bandejas de comida. Shy, por tu experiencia previa como marine, tienes la sospecha de que estas no son las celdas normales. Normalmente las celdas de un cuartel son celdas de seguridad media o baja para disciplinar a marines y contener temporalmente a alborotadores y criminales menores. Dado que el G-31 es la base más importante del East Blue, es probable que tengan celdas comunes en otra parte y en su lugar estéis en un módulo de alta seguridad para retener a criminales peligrosos antes de que se decida su destino.

Finalmente, llegáis a la celda 12, vuestro destino. El marine que os acompaña se acerca a la puerta, da dos golpes en ella y abre la tapa que cubre la ventana - ¡Contra la pared, Ibon! Tienes visita - tras decir eso, con una mano agarra su carabina mientras con la otra empieza a abrir la puerta.


Cuando se abre la puerta, veis algo moviéndose al lado izquierdo de la celda. Una figura enorme levantándose de un camastro, acompañado por sonido de cadenas. Piel oscura, calvo, más de trescientos kilos de puro músculo y tan alto y corpulento como para hacerse sentir pequeño al propio Shy. Ibon "el Fuerte" hace honor a su nombre. Es un humano vestido con un traje de preso a rayas blanco y negro, de expresión dura. Sus pies y manos están engrilletados y conectados a cadenas incrustadas en la pared. La longitud de las cadenas le da suficiente movilidad como para poder desplazarse por la pequeña celda, pero limitan sus movimientos. El marine apunta con la carabina y el preso obedece lentamente, alejándose hacia la pared del fondo.

- Estos no parecen más marines. ¿Quiénes me visitan ahora? - su tono de voz suena aburrido, aunque no cuesta percibir que es fingido. Está en tensión, como un felino a punto de abalanzarse. O, más bien, como un rinoceronte antes de cargar. No parece que literalmente lo pretenda, claro. La amenaza de la carabina parece bastar para mantenerlo quieto y las cadenas son gruesas y resistentes. Eso sí, quien sea que haya arrestado a esta bestia de hombre debe ser alguien temible.
#7
Illyasbabel
cuervo de tiburón
Siguió los pasos del guardia hasta lo que parecía ser una cárcel de extrema seguridad, mientras caminaba observaba a sus alrededores, la cantidad de sujetos allí era sorprendente y más al notar los rudos aspectos de los presos. - Que lindo lugar... - murmuró en tono sarcástico, la idea de retener a tantos sujetos " bajo las rejas " le parecía un tanto absurda, pero no era algo que estuviera en sus manos, por lo que siguió su camino sin emitir palabra hasta alcanzar su objetivo. Mientras tanto pitaba de su cigarro fingiendo calma. El joven Shy, sin embargo, parecía no incomodarle, al menos desde la perspectiva del viejo que estaba como loco ante tanto pirata a su alrededor. Si le preguntaban a él, lo mejor era la horca, pero esto no saldría de sus pensamientos, puesto que su lugar allí en esta ocasión era como interrogador.

 Pocos minutos y llegaban a la celda doce, acto seguido el marine emite una orden a la que él prisionero responde con atención. - Vaya vaya... - dijo, mientras el guardia abría las puertas. La ferocidad de Ibon se manifestaba en su robustez, apenas y cabía en aquella celda, algo sorprendente sin duda, solo esperaba que el marine tuviera buenos reflejos, ya que el paso siguiente sería ingresar con el prisionero o por lo menos acercarse a la entrada. 

 Illyasbabel dio unos pasos al frente para responder el interrogante de Ibon. - Estas en lo correcto...- respondió en tono sereno, conteniendo toda su natural rabia para con los piratas. - Illyasbabel, vine hasta aquí para hacerte unas preguntas... ¿crees poder colaborar conmigo? - preguntó, mientras se posicionaba justo en la entrada de la celda. Lo más prudente era mantener distancia, lo menos que quería era ser ahorcado por un pirata. - Vera, si usted me ayuda, yo podre ayudarlo... - dijo, mientras pitaba de su cigarro. - ¿No te fías de mi? Lo entiendo, pero nada cambiará el hecho de que estés encerrado aquí toda tu maldita vida... a menos claro que decidas colaborar claro, ¿Qué puedes perder? a cambio te ofrezco un amigo y una oportunidad de ver la libertad... - mintió, claro que sí, no tenía forma de liberar a aquel sujeto, no al menos por el momento, todo con la ilusión de conseguir alguna pista. - ¿ Fumas ? - preguntó, mientras le ofrecía un cigarro desde la distancia, ( en caso de recibir la positiva le arrojaría un cigarro encendido) - Dime, ¿ Sabrías indicarme el paradero de tus camaradas? claro, si es que los puedes llamar camaradas... te han dejado aquí abandonando como perro callejero, ¿Acaso Lagunta no se interesa por su tripulación? ¿y que me dices de Onigiri y Clawsevitz? ¿Tan fácilmente abandonan a un compañero? Vaya hermandad... - Esta vez su intención era provocarlo, buscando que este cayera en la ira y revele algún dato relevante, hasta aquí llegaría el entusiasmo de Illyasbabel, que en caso de no tener respuesta del sujeto, le daría la palabra a su compañero.
#8
Shy
"Shy"
El cazador sabía a dónde se dirigían. Las celdas de máxima seguridad. Si ese era el camino que estaban tomando, debía de ser todo un energúmeno. Shy se armó de valor. Rezó porque Illyasbabel fuera, al menos, mejor interrogador que él. El don de la elocuencia le había estado vedado demasiado tiempo, y se veía incapaz de hacer una sola pregunta. En cambio, ¿observar desde una esquina con aire taciturno? Eso se le daba de muerte. A veces, le bastaba con poner una expresión de absoluta indiferencia para que los morosos a los que perseguía le contasen hasta qué habían desayunado.
Shy no tardó en darse cuenta de que había leguas de diferencia entre el deudor común al que había cazado en su pasado y Ebon el Fuerte. Tal vez su deshacedora mirada le serviría de poco con aquel mostrenco.

Su altura y peso harían sonrojar al mismísimo Hendricks. Llamar mole a aquel individuo se quedaba corto. No era una persona siquiera, era una 'cosa'. Shy, como de costumbre, mostró poca o ninguna expresión en su rostro, mas en sus adentros sentía el cerval pavor de una presa a su depredador. Con suerte, sería demasiado lento para él. Con menos suerte, su cabeza ayudaría a hacer más colorida aquella sala -aunque menos cómoda, por los afilados trozos de cráneo que quedarían desperdigados-. Se preguntó si aquella capacidad para prever el peor de los resultados con tanta exactitud no sería una señal de que estaba despertando el Haki de Observación. O tal vez solo fuera ansiedad. Sí, debía de ser eso.

Illyasbabel, por vez primera desde que Shy lo conocía, había optado por la prudencia y se había quedado en la puerta de la celda. También debió de tener una corazonada respecto al futuro de sus sesos, suponía el joven viudo. Shy se sorprendió de verle siendo algo manipulador, y se sorprendió a sí mismo pensando que Illyasbabel tenía algo más de sesera de lo que uno podía llegar a pensar inicialmente. Le escuchó intrigar, lanzando promesas vacías y pequeños dardos verbales que hicieron desear a Shy poder ser algo más locuaz para poder hacer lo mismo -acompañando a las agujas físicas que ya arrojaba-. En términos generales, no obstante, pensó que Illyasbabel estaba dando muchos estímulos positivos, algo que Ibon podía tomarse como, bueno, las mentiras que eran. Así pues, el lacónico matón optó por tomar partido a su manera.

En silencio, entró en la celda. Sabía perfectamente que aquello era tan estúpido como saltar a las fauces del lobo, pero también podía ayudar al tal Ibon a ser algo más hablador. Al fin y al cabo, si hubiera querido vivir sin jugarse la vida, habría montado la mercería con la que tanto soñaba, en especial ahora que le sobraba el dinero. En su lugar, pasaba sus vigilias preguntándose por qué seguía en aquel negocio. 

Shy se colocó a poca distancia de aquella musculosa criatura, y, mostrando toda la naturalidad e indiferencia de la que disponía, se apoyó en la pared. Sus ambarinos ojos se fijaron en los del interrogado, y, con expresión fría, no apartó la vista ni pestañeó. En su lugar, sacó una de sus agujas y se puso a juguetear con ella, pinchándose -sin hacer sangrar- las yemas de sus dedos. Siguió allí, observándole inexpresivo, esperando ponerle, al menos, algo nervioso.

-¿Vas a contestar? -preguntó en voz baja, pero con un tono frío y sin titubeos.
#9


Salto de foro:


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