¿Sabías que…?
... Si haces click 321 veces en la siguiente palabra: Mandarina. ¿Ganarás 500 berries? No nos hacemos responsables de quien lo intente.
Tema cerrado 
[Aventura] [T5] El pasado no olvida
Octojin
El terror blanco
Reaccionas en el último segundo, aprovechando la alerta que la tensión del combate ha dejado en tus sentidos. El primer golpe, dirigido a tu estómago, lo desvías con un movimiento ágil de tu cola y el peso de tu cuerpo; logras absorber el impacto sin sentir demasiado dolor, aunque el aire se escapa de tus pulmones en un jadeo corto. Sin embargo, el segundo golpe no te da tiempo a responder. Apenas has tenido un respiro, y el segundo tipo se lanza hacia ti con la misma brutalidad. Esta vez no logras esquivarlo del todo, y su puño te impacta en el costado con fuerza. Sientes un dolor punzante, que te hace soltar un gemido involuntario y morderte el labio para contener un grito. La embestida es contundente, y te tambaleas por un instante, esforzándote por mantenerte erguida mientras tratas de controlar el ardor en tu costado.

Tu ataque, sin embargo, ha conseguido lanzar hacia atrás al tipo al que iba dirigido, que ha intentado contrarrestarlo pero no le ha dado tiempo. Aún así no tienes mucho tiempo para reflexionar. El aire se vuelve denso y silencioso por un momento. Los dos tipos también parecen agotados, respirando con dificultad mientras te observan, como si evaluaran cuánto más podrás resistir. El primero de ellos jadea ruidosamente, mientras el segundo adopta una postura defensiva, claramente intentando recuperar el aliento y prepararse para cualquier reacción de tu parte.

Y entonces, en mitad del combate, se hace el silencio. Uno que solo es interrumpido por la voz del viejo, que está hablando por Den Den Mushi con un tono cargado de un desdén implacable que hace que cada palabra te cale en lo profundo.

— A sus órdenes, señor Shaitán. Me pongo manos a la obra —y tras ello cuelga, y se dispone a marcharse, dejándote allí sola con esos dos tipos.

¿Shaitán?” Esa palabra te paraliza por un instante. No sabes si has escuchado bien, pero el nombre se repite en tu mente como un eco inquietante. ¿Es ese el nombre del “jefe” del que hablaban? A mi no me suena mucho, la verdad, pero me da que a ti te puede sonar algo más. Sea quien sea, el modo en que el viejo lo menciona hace que sientas un escalofrío. Te invade un recuerdo oscuro, una sensación que te trae de vuelta a un pasado que preferirías olvidar. La posibilidad de que estén hablando de él, de ese infame conocido en el bajo mundo, te revoluciona la sangre. La idea de que alguien como Shaitán tenga algo que ver contigo solo refuerza tu determinación de luchar.

Al mismo tiempo, notas que el agua que usaste en el ataque anterior ha empapado gran parte de la habitación. Quizá esto juegue a tu favor. El ambiente parece ligeramente inestable para los humanos. Y ello se hace más evidente cuando el único humano que va a lanzarte una ofensiva, casi se resbala antes de intentar golpearte la cola con una potente patada.

No puedes permitirte detenerte ahora. Sientes la urgencia de resistir, de protegerte de esos hombres que pretenden reducirte a una simple “mercancía”. Aún bajo el dolor, te plantas con firmeza y los enfrentas, tus ojos están cargados de una determinación feroz.

Tras tu pregunta sobre par quién trabajan, los tipos intercambian una mirada rápida, y aunque su postura no cambia, detectas una chispa de duda en sus rostros. Parece que no se dejan intimidar.

Correcciones


Matemáticas


Contenido Oculto

Tus rivales
#11
Asradi
Völva
La respiración de Asradi era agitada con todo lo que estaba sucediendo. No solo era el gasto de energía que activar el Haki de Armadura le estaba consumiendo, algo a lo que no estaba realmente habituada aunque se notaba que tenía cierto control. Pero como siempre había procurado no meterse en peleas, no en solitario, al menos, su cuerpo no estaba todavía demasiado habituado. Por fortuna, a pesar del golpe recibido, pudo mantenerse erguida y conseguir retomar el equilibrio. Aunque, por inercia, se llevó una mano a dicho

Algunas gotas de sudor bajaban por la frente de la pelinegra, cuando el espeso y denso silencio solo pareció ser el preludio de algo peor. La atención que, hasta ahora, Asradi había mantenido en ambos hombres, por ser los atacantes y los más peligrosos en ese preciso instante, se desvió, de repente hacia el viejo.

“Shaitán”.


Esa única palabra, ese único nombre fue suficiente como para que su cuerpo comenzase a temblar y los ojos de Asradi se abriesen de par. En ese momento sintió como si su espalda se quemase de repente. No de manera literal, por supuesto, pero ahí estaba la terrible sugestión que le provocaban aquellos recuerdos. Aquellos días sin luz y plagados de desprecio y dolor, tanto físico como mental. La mente de Asradi se quedó en blanco por unos segundos, con tan solo ese nombre taladrándole en su cabeza en un constante y doloroso martilleo. Un pequeño jadeo, casi de desesperación, se le escapó por unos segundos de entre los labios. ¿Era él el jefe de todo aquello? ¿Tan rápido la había localizado? La cabeza de la habitante del mar iba, ahora, a mil por hora. Si eso era verdad... Si en verdad era él...

Los recuerdos y rostros de la gente que había conocido hasta ahora pasaron por su cabeza. Ubben, Ragnheidr, Airgid. Alistair... Los nuevos revolucionarios que acababa de conocer. Pero, sobre todo, Octojin. El recuerdo de su mirada, de su calidez provocaron que el ceño de Asradi se fuese frunciendo poco a poco. No podía dejarse atrapar ahí. No tan fácilmente. Quería volver a verles. Quería volver a ver a su grandullón.

La incertidumbre que, hasta ahora, había plagado su mirada, se tornó de repente en una de determinación. Aprovechó el momento de duda de los hombres para prepararse rápidamente. Por fortuna, el lugar estaba totalmente húmedo y con agua en el suelo por doquier. Eso era una ventaja para ella. O, al menos, eso esperaba. Porque sentía cómo su energía había mermado considerablemente.

Debía resistir, a como diese lugar.

Recubrió nuevamente parte de su cuerpo, concretamente la mitad superior y, sobre todo sus brazos y manos, con aquella coloración oscura. No era el refuerzo tan potente como el anterior, pero esperaba que le sirviese como para aguantar un poco más.

Refuerzo II
BUSO401
BUSOSHOKU
Haki básico
Tier 4
2/10/2024
8
Costo de Haki por Turno
2
Enfriamiento
Permite al usuario recubrir hasta dos extremidades o dos armas con haki, tornándose estas de un color oscuro y brillante como el metal, siendo capaz de golpear los cuerpos de todo tipo de Akumas. Obteniendo un bono de +15 en los daños que aplique el Haki y +5 [Resistencia] ante daños y efectos. (En caso de querer recubrir solo pequeñas zonas del cuerpo, inferiores a la mitad del recubrimiento máximo, el coste bajará a la mitad)
+15 en los daños físicos con Haki imbuido y +5 [Resistencia] ante daños y efectos en el área.


No tardó en sentir ese cosquilleo extraño y agradable al mismo tiempo cada vez que el Haki de Armadura recubría su cuerpo. Y, esta vez, aprovechó su ventaja con la cantidad de agua que había en el ambiente para, al igual que la oscura coloración, recubrirse los brazos y manos, sobre todo, de una húmeda capa del líquido elemento, incluso dejando que comenzase a gotear finamente hacia el suelo.

Recubrimiento Aqua
AQU301
ELEMENTALES
Utilidad Mantenida
Tier 3
8/11/2024
31
Costo de Energía
22
Costo de Energía por Turno
2
Enfriamiento
Técnica mediante la cual el usuario recubrirá las armas que empuñe o sus extremidades en elemento Aqua con el fin de potenciar con partículas de agua penetrantes sus habilidades y básicos, haciendo que las mismas apliquen [Daño Interno leve].
+25 de [Daño de Agua]


Ojalá estar en el mar, ahí tendría ventaja tanto para atacar como para huír, incluso. Pero tendría que conformarse con eso y aguantar como buenamente pudiese. El resbalón de uno de los humanos le había servido para ganar un poco de tiempo y prepararse. La mirada de la sirena se afiló, digna de un depredador de los mares. Tomó aire y, sobre todo, determinación a pesar del cansancio que sentía. En cuanto la patada hacia su cola tuvo lugar, ella ya estaba prevenida gracias al casi inicial resbalón. Eses segundos fueron preciosos como para que el agua que, todavía, chorreaba de sus manos, sirviese de ofensiva. Con un vertiginoso revés, lanzó una ola de agua contra su atacante. El otro se había quedado aparentemente quieto o a la defensiva, pero no importaba. Como una ola rompiendo en la orilla, el agua se desperdigó en un radio de varios metros cuando dicho líquido se fragmentó en gotas más pequeñas, pero no por ello menos peligrosas. Como millares de pequeñas balas directas hacia, ahora, los dos únicos hombres que quedaban en aquella destartalada habitación.

Murasame
JGY501
GYOJIN JUJUTSU
Ofensiva Activa
Tier 5
2/10/2024
59
Costo de Energía
3
Enfriamiento
En esta ocasión el usuario lanzara el agua que toma de sus manos de forma que se fragmente una multitud de gotas más pequeñas que puedan barrer un área más grande de terreno cubriendo 12 metros cuadrados delante del usuario. Y la mayor cantidad de balas acribillando a un oponente le causaran una [Hemorragia leve] . En el caso de no disponer de agua natural se podrá reunir al momento agua del ambiente en la mano pero aumentara el coste de Energía en +50%.
Golpe Básico + [FUEx3,2] de [Daño Perforante]


Al mismo tiempo que, desafiando con la mirada al varón que más cercano tenía, tomó aire para elevar no un canto, sino una especie de grito estridente digno de las almas de Hel que reverberaría solo en el interior de aquella estancia.

No quería volver. No quería ser enjaulada de nuevo.

Las odiosas matemáticas (?)


Enfriamiento

Stats actualizados


Virtudes y Defectos


Inventario
#12
Octojin
El terror blanco
Te mantienes firme con tus brazos recubiertos de esa mezcla fina y letal capa de agua unida al haki, mientras observas a los dos hombres tambalearse y ponerse en guardia. A pesar del cansancio evidente en sus rostros, la determinación de sus gestos te dice que si en algún momento te han subestimado, ya no. Y está claro que están dispuestos a hacer lo que sea necesario para cumplir con su encargo. Pero tú no eres una simple sirena indefensa; eres una cazadora del mar, y ahora, como un escualo acorralado, te preparas para la siguiente oleada de golpes. Porque tienes claro que vendrán.

Tu contundente ataque lanza un feroz revés que impacta a tus rivales de lleno. El primero, pese a su intención ofensiva, choca el ataque con el tuyo y sale despedido por la potencia del agua, golpeándose la espalda contra la pared de la habitación. Mientras que el segundo, pese a que estaba realizando una pose defensiva e intenta chocar tu golpe con un puñetazo, también es despedido y tiene el mismo final. La fuerza del agua comprimida se libera con un estruendo, lanzando al hombre hacia atrás. Su cuerpo vuela varios metros antes de estrellarse contra la pared con un golpe seco. Cae al suelo y permanece allí unos segundos, aturdido, antes de levantarse tambaleante, su mirada ahora aún más tensa y alerta.

Parece que aunque no te están subestimando, el agua es como la naturaleza. En un ejemplo de ira, el río que has creado se ha desbordado, llevándose todo lo que encuentra a su paso, empujándolo con fuerza y haciendo que se choquen contra el primer obstáculo que tienen delante. Respirando con dificultad, el primer tipo trata de levantarse de nuevo, pero no parece tener tanta convicción como antes.

El silencio que sigue es casi inquietante. Observas a tus oponentes, esperando cualquier movimiento que te indique su próximo paso. Y es en ese momento que te das cuenta de algo. El anciano… ya no está en la habitación. Entre el caos del combate, el hombre se ha esfumado sin que te dieras cuenta. ¿Dónde habrá ido? ¿Estará buscando refuerzos? La posibilidad de enfrentarte a más rivales por un momento parece real, pero no creo que ese sea tu principal problema ahora mismo. Tu foco debe permanecer en los dos hombres frente a ti, y después, quién sabe lo que pueda llegar a ocurrir.

Los tipos intercambian miradas de cansancio y frustración, pero su expresión cambia de inmediato cuando se dan cuenta de que, aunque te has defendido exitosamente, también estás agotada. El primero, con la respiración entrecortada, se lanza hacia ti de nuevo. Esta vez, sin miramientos, apunta su puño hacia tu rostro, ignorando las órdenes del anciano de preservar tu “valor”. Su compañero, todavía algo inestable, se une al ataque lanzando una patada directa a tu estómago, coordinando el ataque para cubrir ambos flancos. Parece que es un ataque casi simultáneo. Y en otra situación en la que ambos estuvieran menos cansado, seguro que lo sería.

Yo que tú no le daría ni un respiro a esos tipos. Sabes que te encuentras en un límite, pero algo te dice que no es tu momento de caer. Los efectos de la pelea comienzan a notarse en tu cuerpo, y el cansancio se acumula, amenazando con drenar tus últimas fuerzas. Pero el recuerdo de tus seres queridos, de aquellos a quienes has jurado volver a ver, te impulsa a mantenerte en pie. No permitirás que estos hombres ni nadie te reduzca a una simple “mercancía”.

Cositas

Matemáticas

Tus rivales
#13
Asradi
Völva
La situación se estaba volviendo más insostenible. Asradi notaba que, poco a poco, estaba más agotada. Aunque tenía habilidad para el uso y el despliegue de las técnicas propias de los suyos, era consciente de que su resistencia no era la mejor en ese aspecto. Y el uso continuado de ellas y del Haki la estaban desgastando de manera rápida. Más de lo que le hubiese gustado. Hasta el punto que la coloración oscura que, hasta ahora, recubría parcialmente su piel y su cuerpo, se fue difuminando hasta que la dermis de la sirena volvió a su tonalidad habitual. De todas maneras, la capa de agua todavía cubría finamente sus extremidades, como una segunda piel o alguna especie de escudo.

Recubrimiento Aqua
AQU301
ELEMENTALES
Utilidad Mantenida
Tier 3
8/11/2024
31
Costo de Energía
22
Costo de Energía por Turno
2
Enfriamiento
Técnica mediante la cual el usuario recubrirá las armas que empuñe o sus extremidades en elemento Aqua con el fin de potenciar con partículas de agua penetrantes sus habilidades y básicos, haciendo que las mismas apliquen [Daño Interno leve].
+25 de [Daño de Agua]


Asradi tragó saliva, intentando enderezarse y mantener la postura defensiva. Ya no tenía la protección de la oscura coloración, pero todavía no estaba indefensa. Todavía no había caído del todo. Tuvo el tiempo justo para percibir como, una vez más, aquellos tipos se iban contra ella, aunque habían dudado inicialmente. Y, también, como el viejo se había ido. Eso la tensó y la alertó más. ¿Se habría ido simplemente o habría ido a pedir refuerzos? Si se trataba de lo segundo, estaba perdida.

Hizo un amague de ofensiva hacia un costado de uno de los hombres, pero no era un movimiento real, solo una distracción para él. O eso pretendía.

Truco de Manos
SPL101
ESPECIALISTA
Utilidad Activa
Tier 1
4/8/2024
17
Costo de Energía
1
Enfriamiento
El usuario como buen experto que es en el manejo de todo tipo de armas tiene una buena agilidad con sus manos lo cual le permite realizar algunos pequeños trucos a la hora de atacar que crearan una distracción con algún ataque falso, o fingiendo perder su arma, con el fin de que el enemigo tenga dificultades para eludir la siguiente ofensiva inmediata del usuario viendo sus [Reflejos] reducidos.
-5 [Reflejos]


No podía distraerse ahora, tuvo el tiempo justo de reaccionar con un contraataque cuando los otros vinieron de nuevo a por ella. Esta vez el agua se arremolinó de forma más efectiva y rápida entre sus manos, alzándose en un nuevo ciclón que fue capaz de barrer lo que hubiese en aquella habitación. Y, con suerte, también a los dos hombres que se habían quedado en un intento de capturarla.

Umibozu
JGY601
GYOJIN JUJUTSU
Utilidad Activa
Tier 6
31/10/2024
20
Costo de Energía
3
Enfriamiento
El usuario ha aprendido a reunir mayores cantidades de agua del ambiente a una mayor velocidad con el fin de poder utilizar esta técnica junto a las demás del Jujutsu, aun en un entorno en el que no se disponga de agua. De forma adicional el incremento de agua que reúne mediante esta técnica brindará un daño adicional a las técnicas.
+40 de [Daño]

Bakkupuru
JGY402
GYOJIN JUJUTSU
Ofensiva Activa
Tier 4
8/9/2024
49
Costo de Energía
2
Enfriamiento
El usuario condensara el agua a sus alrededores o la del ambiente mientras la reune con sus manos rotando su cuerpo con el fin de formar un pequeño ciclón de agua a su alrededor que barrera con todos el mundo que se encuentre a 15 metros a su alrededor y en caso de encontrarse bajo el agua el ciclón tendrá una altura de 30 metros, dicho ciclón causa [Derribo] a quienes alcance.
Golpe Básico + [FUEx2,9] de [Daño Perforante]


Quizás era solo una sirena, pero sabía defenderse. Al menos hasta cierto punto. Y, al final, uno había intentado desoír las indicaciones de sus superiores al haber tratado de golpearla en el rostro. Asradi trastabilló hacia atrás, teniendo que sujetarse contra una de las paredes aledañas. Aquello había sido un gasto excesivo de energía. Si seguía así, iba a terminar desfalleciendo.

¿Qué hacer? Generalmente no inmiscuiría a nadie más, pero no quería volver a pasar por lo mismo. No quería ver a ese hombre. No de esa manera. Todavía le tenía pavor, aunque se hubiese prometido a sí misma que se las iba a pagar en algún momento.

No quería arrastrar a nadie más consigo, pero... La pelinegra tragó saliva. ¿Para qué confiaba en ellos, entonces? Solo para lo bueno. Apenas tuvo tiempo para pensar demasiado. Si seguía así, simplemente iba a desfallecer. No sabía cuánto más iba a aguantar.

Le había prometido a Octojin que se volverían a ver. Y no quería romper esa promesa. Quería volver a verle. Añoraba volver a verle.

Poco a poco retrocedió un poco, buscando algo de distancia solo para intentar recuperar el aliento. Y para, al mismo tiempo, llevar disimuladamente una de sus manos a un bolsillo de la bolsa donde llevaba algunas cosas, sujeta a la cintura por un cinturón de cuero. Encontró el Den Den Mushi, y solo lo activó. No dijo nada, solo pulsó un botón para que el caracolófono estuviese “conectado”.

Asradi tomó aire y volvió a lanzar un grito estridente, digno de un espíritu marino, casi. El sonido reverberó una vez más en aquella habitación y, al mismo tiempo, esperaba que también sirviese de alguna especie de aviso para quien lo escuchase a través del Den Den Mushi.

Las odiosas matemáticas (?)


Enfriamiento

Stats actualizados



Virtudes y Defectos



Inventario
#14
Octojin
El terror blanco
Sientes el cansancio acumulado en cada fibra de tu cuerpo, pero no te permites flaquear. Esa es mi valiente sirenita. Me sé de un grandullón que estaría orgullosísimo de lo que estás haciendo. Cada respiración te recuerda el desgaste de la pelea, pero tienes claro que no dejarás que estos tipos te lleven a ningún sitio. Concentrando tus últimas fuerzas, alzas las manos y convocas una oleada de agua que empieza a girar con rapidez, formando un ataque aún más potente que los anteriores. El rugido del agua llena la habitación, y lanzas el ataque con una determinación que hace que tus oponentes retrocedan nuevamente. La película se está repitiendo mucho, ¿no?

El ciclón impacta con fuerza, y ves cómo el primer hombre sale despedido hacia atrás, chocando brutalmente contra la pared. Cae al suelo por unos segundos, aturdido, pero pronto se esfuerza por levantarse, tambaleante y visiblemente agotado. El segundo intenta desafiar el ataque y lanza un puñetazo en un intento desesperado por detener la oleada de agua, pero la fuerza de tu embate lo supera. Es lanzado hacia atrás, chocando también contra la pared. Desde donde estás, alcanzas a notar cómo su rostro se contrae de dolor y una fina línea de sangre se dibuja en su labio. Su respiración es jadeante, y por primera vez en toda la pelea, te das cuenta de que los has dejado exhaustos, al igual que tú. Pero ellos lo parecen más, quizá esto te consuele un poco.

El agua cae al suelo, y el repentino silencio en la habitación es casi ensordecedor. Ambos hombres se miran entre ellos, visiblemente confusos y sin esa arrogancia que llevaban al principio. Están jodidos, tremendamente jodidos. Están tan desgastados como tú, y la frustración en sus ojos te confirma que esta batalla no les está saliendo como esperaban. Por más que atacan es como pegarse con una pared, siempre caen hacia atrás.

Justo cuando piensas en tu siguiente movimiento, el primero de ellos asiente al segundo y desliza la mano a su bolsillo, sacando una pequeña bomba de humo. Antes de que puedas reaccionar, la lanza al suelo, y el espacio se llena de un denso humo gris que rápidamente te impide ver más allá de unos pocos centímetros. Unas manos toscas te empujan con fuerza, haciéndote perder el equilibrio y caer al suelo. El golpe te deja momentáneamente aturdida, y mientras tratas de incorporarte, oyes el sonido de pasos apresurados que se alejan de ti. Están huyendo, y lo hacen dejando un pequeño rastro de sangre.

Cuando consigas ponerte de pie, ya será demasiado tarde. El humo se estará disipando y verás que el metálico recipiente que han lanzado está cerca de ti. Tus rivales ya han desaparecido, como el humo. La habitación se queda en un silencio absoluto, roto solo por el eco de tu respiración entrecortada. Parece que tienes unos instantes para recobrar el aliento y centrarte en mejorar esa respiración que tan exagerada parece ahora. Todo tu cuerpo duele, cada músculo protesta por el esfuerzo. Los rastros de agua se mezclan con el polvo en el suelo, y observas el destrozo que ha quedado en la habitación. Las paredes están húmedas y llenas de grietas, y en el suelo se esparcen los restos de los muebles y de la propia pelea. Sangre, astillas, alguna piedra y hasta lo que parece un diente. Espera, ¿has perdido un diente? No, no, parece de uno de esos tipos. Sientes una mezcla de satisfacción y cansancio; al menos, lograste mantenerte firme.

Pero la sensación de logro se ve empañada por la inquietud. El viejo se ha esfumado y los tipos han escapado. Todavía tienes preguntas sin respuesta, y sabes que la amenaza no se ha desvanecido. Ni mucho menos, ahora parece mucho más peligrosa que antes. Lo que parecía un simple cargamento, ahora parece que gira entorno a algo más. Al menos si el nombre de aquél tipo no es una mera coincidencia.

Ahora, debes decidir hacia dónde ir. La idea de simplemente salir de aquí y buscar un lugar seguro para descansar resulta tentadora, pero también sabes que esta no es una situación para subestimar. La mención de Shaitán aún resuena en tu mente como un presagio oscuro. Si realmente está involucrado, puede que esta pelea haya sido solo el comienzo.

Si decides salir por la puerta, puedes seguir el rastro de sangre de los tipos, han salido hacia el edificio en el cual te encerraron. Si, por el contrario, deseas ponerte a salvo, seguro que hay mil sitios a los que acudir. Esto parece que solo acaba de comenzar, así que elige sabiamente.

Tus rivales
#15
Asradi
Völva
El ciclón de agua había logrado, al menos parcialmente, barrer con los tipos y darle a ella unos preciosos segundos para tomar aire. No eran suficientes, ni mucho menos, y ya casi se estaba preparando para la siguiente ofensiva que pudiese venir. Sus músculos dolían y notaba algunos calambrazos en la cola y en las zonas donde había sido golpeada con anterioridad. Intercambió una mirada retadora con los hombres. Estaba agotada, sí, pero no por ello pretendía dejárselos entrever de buenas a primeras o mostrar más signos de debilidad si podía evitarlo. Fue en ese momento que miró a su alrededor, buscando frenéticamente con la mirada al viejo.

¡Maldita sea! Se había largado. Y él era el que se había comunicado con Shaitán. Volver a rememorar ese nombre, tener que pronunciarlo y recordarlo en su propia mente le dolía. Porque aunque pretendía que no le afectase, la verdad es que todavía sentía ese pavor primitivo dentro de sí. Jadeó un par de veces y ya estaba comenzando a reunir algo de agua para su siguiente movimiento cuando uno de ellos se adelantó.

¡Cof, cof! ¿¡Pero qué...!? — De repente todo comenzó a llenarse de humo.

Asradi intentó retroceder, empezando a toser cuando la bomba de humo expandió su contenido por el lugar, imposibilitándole la visión. De hecho, no tardó en perder de vista a los tipos, solo escuchando el sonido de los pasos alejándose. ¿Estaban huyendo? ¡Panda de cobardes desgraciados! ¡Iba a...!

¡Ugh! — No iba a nada. Cuando intentó un movimiento brusco para tratar de seguirles, se dobló sobre sí misma agarrándose el costado y teniendo que cerrar los ojos ante el acceso de mareo que le había sobrevenido.

Entre el esfuerzo, el desgaste y la adrenalina del momento, ahora era cuando a su cuerpo le daba el consabido bajón. Pero no podía caer ahí. El lugar no era seguro y no sabía si los tipos iban a volver o a dónde se habían ido. Se había quedado, repentinamente, sola en ese lugar, con más preguntas que respuestas. Con más miedos todavía. Pero con algo que sí estaba seguro: él no la había olvidado.

Y eso le estremecía. El volver a sentir el pesado yugo de su sombra sobre su espalda. Sobre todo su ser.

La sirena sacudió un poco la cabeza para intentar espabilarse. Tenía que salir de ahí y buscar un refugio en el cual descansar un poco. Fue consciente, y vió, los rastros de sangre que se dirigían a la taberna donde la habían encerrado con anterioridad. Se mordisqueó el labio inferior intentando sopesar sus siguientes pasos. Era verdad que bien podía huír y dejarles atrás. Pero había algo en su subconsciente que se lo impedía.

¿El viejo simplemente se habría esfumado o todavía estaría cerca? Necesitaba respuestas. Realmente las necesitaba aunque sabía que se estaba arriesgando demasiado. Apretó los dientes con una mezcla de rabia e impotencia a partes iguales y, costándole al principio, comenzó a seguir los rastros de sangre. Seguramente ellos irían bastante más rápido que ella puesto que, durante el trayecto, Asradi había tenido que detenerse más de dos veces para recuperar el aliento.

Quizás estaba siendo demasiado arriesgada. Quizás tendría que darse, simplemente, media vuelta y largarse. Pero había algo en su cabeza que se lo impedía.

Esa necesidad.

Para cuando llegó al edificio en concreto, tuvo cuidado de casi deslizarse hacia uno de los laterales, acurrucándose contra una de las paredes bajo una de las ventanas enrejadas. Se mantuvo en silencio, poniendo la oreja y tratando de calmar su agitada respiración. Si tenía suerte, podría descansar un poco y, al mismo tiempo, ver si captaba alguna conversación o no.

Información

Enfriamiento

Stats actualizados

Virtudes y Defectos

Inventario
#16
Octojin
El terror blanco
Apoyas la espalda contra la pared del edificio, respirando con dificultad mientras intentas regular el ritmo de tu corazón. Desde tu posición, puedes escuchar voces tenues en el interior. Parece que seguir los rastros de sangre de esos tipos ha sido buena idea, o como mínimo, te han llevado a un sitio donde recopilar información. Te concentras, esforzándote por distinguir las palabras entre el sonido de tu propia respiración. Al principio, los susurros son apenas audibles, pero pronto reconoces una voz familiar: son los dos hombres con los que acabas de pelear. ¿Cómo podrías olvidar su tono de voz?

Justo entonces, escuchas otra voz que te resulta escalofriantemente parecida a la del anciano que había desaparecido antes de la pelea. ¿Será él? Te acercas un poco más a la ventana, conteniendo el aliento, y las palabras empiezan a hacerse más claras.

—Ya he hablado con el jefe. No me puedo creer que seáis tan inútiles —escuchas decir al que parece ser el anciano, con su voz impregnada de desprecio—. ¿En serio habéis tenido que huir de una maldita sirena?

Uno de los hombres responde, con un tono cargado de frustración y de algo que suena a disculpa.

—No es una cualquiera, de verdad. No es la primera que capturamos, pero sí la primera que nos planta tanta cara.

Vaya tela... Parece que tus sospechas eran ciertas: estos hombres tienen experiencia capturando a otros como tú, pero por alguna razón parecen pertenecer a algo más grande, ¿no? De lo contrario, quizá hablarían de otra manera. Actuarían distinto.

—No me valen esas excusas —responde el que parece ser el anciano, cortante—. El jefe ya ha dictado su castigo. Miradme bien porque no lo voy a repetir.

Un silencio tenso se instala en la habitación. Durante unos segundos, solo puedes oír el eco de esas palabras y la expectativa que parecen contener. ¿Será que no oyes bien y ahora están susurrando? Yo te recomendaría inclinarte un poco más, quizá así puedas captar cualquier indicio de lo que pueda suceder. De repente, el silencio se rompe con dos disparos consecutivos. Entonces, el tiempo parece detenerse, ¿acaba de...? Unos instantes después, escuchas el ruido sordo de dos cuerpos cayendo al suelo y unos pasos que se alejan con calma.

No puede ser. ¿Pero no eran aliados estos tres? Quizá, por parecida que fuese la voz, ¿no era la del viejo? Seguramente te preguntas si el viejo se ha marchado, y te debates entre entrar a la habitación o alejarte de allí. Es una decisión difícil.

Si te animas a entrar a la sala, verás que la puerta trasera, la más cercana a tu ubicación, está abierta, solo tendrás que empujarla. ¿Un despiste? No sé qué decirte.

La escena que encuentras al otro lado te produce una mezcla de sorpresa y horror. En el suelo, yacen los cuerpos de los dos tipos con los que acabas de enfrentarte, ambos con un disparo en la cabeza. La sangre se esparce en torno a ellos, formando un charco oscuro que contrasta con la frialdad de sus expresiones sin vida. Miras a tu alrededor, sintiendo la opresiva atmósfera del lugar, y el silencio se convierte en algo casi insoportable.

El que parecía ser el anciano, se ha asegurado de que no haya testigos que lo delaten, y te das cuenta de que cualquier oportunidad de obtener respuestas de estos hombres se ha desvanecido. La crudeza de la escena y el rastro de sangre te indican que esto no es simplemente una advertencia; es una ejecución. Y, por la expresión de terror que aún se nota en sus rostros, los dos hombres no tuvieron tiempo ni de defenderse.

Si decides observar la habitación, buscando alguna pista que pueda darte más información sobre quién es este “jefe” o qué intenciones tenía con ellos, lamento informarte que lo único que encuentras es la perturbadora sensación de que acabas de presenciar la obra de alguien despiadado y sin piedad. Fuera quien fuese el tipo que parecía ser el anciano, no tuvo reparos en deshacerse de ellos cuando fallaron en su misión, y eso solo hace que el miedo y la tensión en tu interior aumenten. ¿Son capaces de cualquier cosa estos tipos?

La decisión de quedarte aquí mucho tiempo ya no parece una opción. Cualquier rastro que encuentres te haría parecer involucrada en esta ejecución, y ya sabes que no es el momento de correr riesgos. Estás agotada, herida, y el escenario en el que te encuentras es un crimen evidente. Salir de allí parece la única opción lógica antes de que todo se ponga más feo. La cuestión es, ¿dónde ir? No parece que el tipo que los ha ejecutado te haya dejado pistas, pero al menos tienes bastante información.

Espera. ¿Dónde habían dicho que estaría el cargamento al inicio de esta historia? Igual es buena idea ir a husmear.
#17
Asradi
Völva
Asradi respiró hondo cuando su espalda se apoyó contra la pared exterior de la casa. Podría recuperar, esperaba, un poco el aliento. Y si tenía un poco de paciencia, no tardaría en escuchar la conversación. Para bien o para mal, no fue nada relevante. No más allá de un regaño por parte del viejo. El muy desgraciado se había refugiado allí después de haberle dado aviso a él. Pero lo que le hizo dar una vuelta al corazón fueron aquel par de sonidos que retumbaron, infernales, en sus oídos. Los ojos de Asradi se abrieron de par en par y todo su cuerpo tembló en inercia. Se llevó ambas manos a los labios, tratando de acallar cualquier sonido que pudiese salir de entre ellos y que, por ende, la delatase de alguna manera. El sonido de los disparos había reverberado en su cabeza de tal forma que se mantuvo ahí quieta sin moverse. Y rezando internamente porqué no fuese descubierta. No al menos todavía.

Ni siquiera fue capaz de escuchar los pasos que se alejaban, debido al inicial estado de shock en el que se encontraba y cuando, al fin, ganó valor, lo hizo para erguirse un poco y asomarse a través de la puerta trasera, la cual estaba abierta. Nada más hacerlo, lo primero que percibió fue el intenso aroma a sangre. No era un dolor desagradable para ella, al contrario. Pero la escena en sí era dantesca. El hecho de como aquella persona se había deshecho de las vidas de otras dos de una manera tan fría y desapegada.

Tragó saliva y retrocedió. Por muchos conocimientos médicos que tuviese, ese par ya no tenían salvación. Los tiros habían sido limpios a través del cráneo. Ya no quería quedarse ahi más tiempo. No solo por el hecho de que alguien podría llegar, alertado por los disparos o por todo el destrozo en la otra casa, e inculparla de alguna manera, aunque hubiese ayudado al pueblo de Oykot horas atrás. No tuvo más remedio que dejar los dos cuerpos ahí, ni tan siquiera los tocó. Sentía todavía, a medida que se alejaba de aquella dantesca escena, la picazón en su garganta. Ese doloroso nudo que se obligaba a tragar y a no liberarse. La sirena tuvo que inspirar aire antes de soltarlo de manera trémula.

Pero todavía le quedaba una cosa por hacer. Recordaba que habían hablado de una mercancía. De un cargamento. Y no, no estaba pensando en ella misma a pesar de que se habían referido también a ella como tal.

El muelle... Por Neptuno, espero que no tengan a nadie más allí... — Era en lo único en lo que podía pensar ahora mismo.

El hecho de que pudiesen haber atrapado ya a alguien y lo tuviesen encerrado. Su moral no le permitía dejar a nadie atrás. No a alguien inocente. Y pensar que alguna criatura pudiese estar amenazada de correr el mismo destino que tuvo ella en el pasado...

Se le revolvía el estómago y se le estrujaba el corazón de tan solo pensarlo.

No supo de donde, pero sacó fuerzas de flaqueza a pesar del cansancio que llevaba encima. De las heridas y de que todavía le dolían los músculos. Con cautela y a través de callejones colindantes, la habitante del mar tomó el camino que la llevaría hasta el muelle.

Solo esperaba llegar a tiempo.

Le llevó más tiempo, del que le gustaría, llegar hasta dicho lugar, refugiándose en una esquina para poder contemplar el lugar con cierta perspectiva y cautela. Lo primero que buscó fue algo que le sirviese para distinguir el lugar donde tenían esa mercancía o, por lo menos, intentar encontrar al viejo.


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#18
Octojin
El terror blanco
Vaya escena has tenido que ver, lo siento mucho sirenita. Los dos tipos se quedan en el suelo, totalmente inertes, y sin que nadie pueda hacer nada por ellos ya. Alguien los encontrará y llamará a las autoridades competentes que, con suerte, no tardarán mucho en darles un entierro digno. Aunque fuesen unas horribles personas, deberían de descansar en paz, ¿no?

En fin, decides huir de allí e ir al muelle. La verdad es que es una buena idea. Te posicionas en una parte lo suficientemente buena como para ver casi medio muelle. Desde ahí, asomándote desde tu escondite observas el muelle en busca de cualquier señal que confirme tus peores temores. El muelle está parcialmente desierto a estas horas, pero lo primero que llama tu atención es un barco en particular, anclado de manera discreta pero lo suficientemente sospechosa como para captar tu mirada. A diferencia de otros navíos, este tiene un par de tipos que parecen estar vigilando con más atención de la necesaria para una noche tranquila. Sus movimientos son tensos y su postura alerta, mirando constantemente a su alrededor, como si ocultaran algo.

Te fijas en el perímetro que han establecido. A primera vista, cualquiera pensaría que solo están descargando mercancía común, pero el comportamiento de los vigilantes dice otra cosa. Sus miradas no se apartan ni un segundo del entorno, y, de vez en cuando, intercambian palabras en susurros antes de volver a observar los alrededores. Justo entonces, logras ver algo que te inquieta aún más. Una pequeña pista.

Un hombre, que parece ser uno de los trabajadores, tira de una carretilla grande que lleva unas enormes cajas con agujeros en los laterales. Las cajas emiten un extraño crujido ocasional y se balancean con el movimiento, lo que te da una pista clara de que algo vivo está encerrado dentro. Si no, ¿por qué esos agujeros? Seguramente no puedas evitar que los recuerdos oscuros de tu pasado asalten tu mente, lo siento por eso, pero recuerda, no estás aquí para revivir esos momentos, sino para asegurarte de que ninguna otra criatura pase por lo mismo.

Observas cómo el hombre de la carretilla se dirige hacia la parte trasera del muelle, acompañado de otro tipo que camina a su lado, vigilando con seriedad. Cada uno parece tener claro su papel: uno transporta la carga y el otro asegura que nadie se acerque. Ambos se mueven hacia un almacén en la parte más apartada de la ciudad, y aunque el camino que llevan es discreto, tú lo sigues con la mirada, calculando tus próximos movimientos.

Desde tu posición, te das cuenta de que podrías bordear el muelle y llegar hasta el almacén antes de que descarguen muchas más cajas. Si logras moverte con rapidez y mantienes un perfil bajo, podrías adelantarte y llegar hasta allí sin ser detectada. Te tomará varios minutos, pero quizá debas intentarlo, más que nada para saber a qué te estás enfrentando.

Si realmente decides ir hacia el almacén, te costará unos cuatro o cinco minutos a un ritmo normal.  Y ahí podrás ver que es una estructura vieja, con las paredes y las puertas cubiertas de moho y desgaste. Incluso las ventanas lucen descuidadas y sucias, como si el lugar llevara años sin ser tocado. Seguramente te fijes en que la puerta está entreabierta. Un vistazo rápido te confirma que, por ahora, parece no haber seguridad visible. Tal vez los vigilantes están ocupados en el muelle, descargando más cajas.

Tú eliges si quedarte fuera o ir al interior.

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#19
Asradi
Völva
Se dió toda la prisa que pudo, atravesando los escuetos y sucios callejones de Oykot o, más bien, los de los muelles. Todavía sentía el dolor en los músculos de los brazos y de la cola. Pero poco a poco iba recuperando el aliento, aunque tenía que hacer el esfuerzo de callejear lo más rápido que podía hasta que llegó al lugar. Tras echar un cuidadoso vistazo a su alrededor, desde su improvisado escondite, inicialmente no vió nada extraño. Hasta que cierto movimiento, en uno de los muelles en concreto le hizo entornar los ojos. Un barco que, en principio, no llamaba mucho la atención, pero que estaba custodiado y del que comenzaban a descargar mercancías. O, al menos, grandes cajas.

De hecho, el avance de una carretilla con una caja de madera más que considerablemente grande fue lo que hizo que Asradi entornase los ojos y captase todavía más su atención. En silencio se movió solo un poco para ver la ruta que seguían. El sutil sonido del crujido proveniente del interior de la caja, le provoca una desazón considerable en el pecho y, al mismo tiempo, un sentimiento de indignación. Si cree lo que cree que es... No podía darles la espalda.

En silencio y con cuidado, les sigue a una distancia prudencial hasta el almacén donde dejan la dichosa mercancía. Los oscuros recuerdos no tardan en volver a su cabeza a medida que continúa no solo vigilando, sino también esperando a ver que sucede. Tras unos minutos de incertidumbre, y de tener que espantar los fantasmas y los oscuros sentimientos de su cabeza, los dos hombres se alejan del almacén en cuestión. Había llegado a tiempo, o eso era lo que creía. Tras haber bordeado el muelle, pudo comprobar que había un acceso discreto al interior de ese almacén en concreto. Sin dudarlo ni un ápice de segundo, la sirena se logró colar por la puerta entreabierta. De hecho, una vez hizo esto, lo primero que hizo fue buscar refugio tras unas cajas cercanas.

Lo primero que le llegó fue el olor a humedad rancia del interior del edificio, algo que le hizo arrugar muy levemente la nariz. Pero no estaba ahí para preocuparse del olor, ni mucho menos. Lo primero que su vista captó fueron unas cajas grandes, a su izquierda, una vez se quedó a solas en aquel lugar.

Y encerrada.

Genial... — Sentía que el corazón le iba a mil por hora. Era una situación peligrosa y ahora se encontraba ahí encerrada junto con más criaturas. Al menos un par eran gyojin, o medio gyojin, por lo que había podido lograr ver, a medias, a través de los agujeros de una de las cajas.

Pero estaban dormidos. Suponía que los habrían sedado o dejado inconscientes de alguna manera. Asradi miró a su alrededor o, al menos, en lo poco que podía distinguir bajo aquella falta de luz, aunque esto no solía ser un gran problema para ella. Lo bueno de su subespecie de tiburón azul era que tenían una buena vista. Aún así, fue tanteando el terreno en silencio.

Encerrada y con gente atrapada. Lo primero era lo primero. Liberarlos.

Contempló las cajas grandes, en busca de candados y alguna manera de romperlos o de abrirlos. Pero no estaba segura de si todavía habría gente en el exterior.

Se aproximó a una de las cajas más grandes, donde había visto al primer gyojin dormido.

¡Ey, pst! ¡Despierta! — No exclamó, aunque su susurro sí era más alto de lo habitual con afán de que el contrario pudiese escucharla. O, al menos, salir de su estado y despertarle. No podía hacer eso sola, necesitaba colaboración de algún tipo. Y ellos necesitaban despertar para poder escapar también.

Podría cantar pero eso también podría alertar en el exterior. De momento intentaría mantener un perfil bajo.

Se le ocurrió algo. Aprovechando la saliva de su boca, lanzó un disparo de la misma hacia el gyojin dormido. Con potencia y con la suficiente puntería como para tan solo rozarle la mejilla. Lo justo para intentar despertarle gracias a la quemazón.



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#20
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