¿Sabías que…?
... existe una tribu Lunarian en una isla del East Blue.
[Diario] Aúlla con fuerza
Jin Mori
Wolf
Verano del año 724
Día 15.


Me veía a mi mismo en un prado despejado en una noche oscura a la luz de la luna llena, el mismo día que oficialmente entré en la base G-23, estaba de pie en el centro de aquella planicie que dejaba ver ligeros brillos blanquecinos en algunos charcos repartidos a lo largo de la zona escondidos entre una marea de hierba, el ambiente era tranquilo, no se escuchaba ningún tipo de sonido excepto el de mi propia respiración y el que generaba mi corazón con cada latido Bom,Bum. Sentía como la sangre se deslizaba por mi venas, no sabía como había llegado hasta allí y eso provocaba que cada vez mas, por alguna razón que no llegaba a entender, mi corazón empezara a acelerarse, tenía la sensación de que había algo observándome entre los arboles que rodeaban aquel lugar, algo lo cual yo no era capaz de ver y eso me provocaba... ansiedad, por alguna razón, el ritmo de mi respiración empezó a incrementarse y dé repente lo escuché, la primera vez de muchas: ¡Auuu!.... Un aullido rompió la fina que protegía el silencio que había en el ambiente, mi yo incorpóreo podía observar como aquel animal se encontraba al otro lado del claro, observándome mientras se iba acercando a mi, pero mi yo corpóreo se encontraba quieto, mirando al infinito, traté de avisarme a mi mismo de lo que estaba por suceder, pero por mucho que lo intentaba, de mi boca incorpórea no era capaz de generarse ningún tipo de ruido, aunque aquel lobo si que parecía capaz de mirarme, por que al tratar de hablar, me miró fijamente, su sonrisa.. no era normal, parecía un demonio, el cual tras darse cuenta de mi presencia y sonreír, empezó a correr hacía mi cuerpo, a una velocidad... imposible de captar para el ojo humano de una persona tan débil como lo era ella. y en el momento en el que me alcanzó... desperté.

Verano del año 724
Día 16.

Me desperté sobresaltado y con la respiración sobresaltada, tanto fue el sobresalto que al abrir los ojos, mi desnudo torso se inclinó hacia delante todo lo que pudo, quedando de una postura tumbada a una de estar sentado, me costaba respirar por culpa de aquella pesadilla, hasta el pequeño Kuro, que se encontraba tumbado en los pies de la cama se asustó, incluso acabó acercándose a mí, acariciándome con su pata en el pecho como si me estuviera reconfortando, para acabar enrollarse entre mis piernas aun encima de la manta de la cama, ante este gesto no pude evitar sonreír, devolviendo el gesto al animal en forma de caricias en la cabeza hasta que volviera a quedarse dormido. ¿Qué había sido ese sueño? había... sido demasiado extraño, una simple pesadilla.. ¿no?, bueno, mejor era que no me quedara tanto pensando en ello pues al final no merecía la pena.

El sonido de las gaviotas y los primeros rayos de sol colándose por la solitaria ventana que había en la habitación me hacían recuperar la consciencia, el día anterior había llegado a la base y hoy teníamos el día libre para explorar la zona, hacer un simple reconocimiento y poder empezar a familiarizarnos con todas las personas, por suerte yo llevaba ya un año en la isla, por lo que había tenido tiempo de sobra para poder explorar la zona urbanizada, pero... la zona del bosque aun me era desconocida, por lo que quizá sería una buena idea poder darme una vuelta por ahí. Me quedaría mirando al gato durante unos minutos perdido en mis pensamientos para luego despejarme la cabeza agitándola suavemente, destapándome intentando no despertar al pequeño animal que se me había quedado dormido encima, para después ponerme uno de los muchos uniformes que nos habían dado como cambios de ropa y mirarme en el espejo, no me quejaba de como me quedaba el uniforme, pues lo cierto era que me quedaba bastante bien... había oído a otras personas quejándose de que no era el mas estiloso, pero bueno, tenía que ser capaz de diferenciarnos del resto de personas, por lo que era lo que nos tocaba llevar, eso si, a mi nadie podía quitarme mi pendiente, fue un regalo de mi hermano pequeño, por lo que como alguien me lo quitara, me iba a enfadar muchísimo.

Saldría de la habitación observando a otros reclutas que habían entrado también el mismo día que yo hablando entre ellos, me miraron con una sonrisa y me saludaron ,yo se las devolví y les saludé de vuelta, no me apetecía socializar mucho pero había que tener un mínimo de educación, bajaría todas las escaleras que había en el camino a la puerta principal de la base y miraría al bosque, durante unos segundos mi cuerpo se quedó quieto inconscientemente, como si estuviera atravesando algún tipo de trauma, al darme cuenta cuenta de que no era capaz de moverme voluntariamente, me pondría pensar de nuevo en la pesadilla que había tenido aquella noche, no... no era algo que me diera demasiado miedo pues solo era un sueño, pero supongo que adentrarme en un bosque después de soñar que un lobo me ataca en el bosque solo era una coincidencia, ¿verdad? todo normal, todo correcto.. mi cuerpo volvería a moverse segundos después mientras una gota fría de sudor recorría mi frente al mismo tiempo que me empezaba a adentrar en el frondoso bosque que recorría toda la isla, pero a diferencia de mi pesadilla, el sonido era lo que mas se notaba, varios hacían acto de presencia verbalmente, que si algún rugido, algún pájaro, el aullido de un lobo... lo normal, claro. Pero yo iría recto todo lo que podía tratando de no salirme del sendero que había sido creado por ciertos de marines que habían caminado anteriormente por esos verdes caminos, dejando plantas pisadas al lado de plantas que se encontraban en perfecto estado, como diría un filosofo famoso: Caminante no hay camino, se hace camino al andar. 

Pasaría varias horas por el bosque, la naturaleza era algo que siempre me había llamado, además de que me gustaba mucho encontrarme con animales con patrones raros en el cuerpo, me daban inspiración para crear ropa y me permitían ser mas abierto a opciones, mi sueño era alguna vez encontrarme con esos que llamaban pavo real, eran coloridos, majestuosos, una belleza, perfectos para darle a cualquier artista el impulso que necesitan. Conforme el tiempo iba avanzando, también lo hacía mi hambre, y estando tan lejos de la base como lo estaba en aquel momento, solo me quedaba buscar algún tipo de fruta que se encontrara por el bosque, por lo que daría varias vueltas por el mismo buscando algún tipo de árbol frutal, parece que tenía suerte pues a lo lejos vi uno, no sabia que tipo de fruta daba por que mi visión no era tan buena, pero camine raudo para acércame a el, tenian buena pin-.

Me tropecé con algo antes de poder seguir adelante, cuando mire que era aquella cosa, pude vislumbrar una fruta de aspecto extraño, ¿Qué coño era eso? igual se trataba de alguna fruta hibridada de esas de las nuevas tecnologías ¡seguro que estaba deliciosa!, la agarré y la mire durante unos segundos y después me la llevé a la boca, dándole un gran mordisco y tratando de deleitarme de su sabor, di un trago y cuando me di cuenta.... PUAJ, estaba asquerosísima, no vomité por respeto a la comida, pero vamos, en mi vida le volvería a dar un mordisco a una fruta de esa apariencia, ¿quizás si la cocinabas estaba mas rápida? quizás. pero no pensaba llevarme esa cosa, la dejaría por ahí escondida para que absolutamente nadie tuviera que pasar por el mismo sabor que había experimentado, pero ese sabor sería suficiente para darme la fuerza de volver a la base, no quería volver al bosque por un tiempo pues sentía que había algo que me estaba llamado, algo que estaba en el bosque... pero.. también lo sentía en mi interior, como si me hubiera traído eso dentro de mi mismo, pero por el momento lo mejor era ignorar aquel sentimiento, al fin y al cabo, ni siquiera era algo tan importante.

Tardaría varias horas en deshacer el camino que había caminado, aunque como esta vez iba mas rápido tardaría menos... antes de volver a la base, compraría comida de gato, un comedero y un bebedero y los llevaría hasta mi habitación a escondidas de la forma mas estúpida posible (usándolos de barriga). Al llegar arriba, le prepararía la comida a Kuro y me iría a dormir lo mas rápido posible, no sabia por qué pero... estaba exhausto y me dolían los dientes, sentía como mis colmillos se habían afilado, que raro... pero bueno, cuando fui a meterme en la cama, el gato negro se tumbó a mi lado, se metió entre las sabanas para acobijarse y me empezó a arañar un poco, ¡Maldito gato! si no fuera por que es tan lindo lo hubiera echado, pero.. la verdad es que se sentía bien no estar solo, por lo menos podía empezar con alguien mi viaje.
#1


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