¿Sabías que…?
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[Aventura] [T3] [Aventura] ¡De camino a Oykot!
Ragnheidr Grosdttir
Stormbreaker
Ragn se desperezó al sentir la brisa de la tarde golpeando su rostro mientras el sol apenas empezaba a descender sobre el horizonte. Las aguas del East Blue estaban tranquilas, meciendo suavemente a La Alborada mientras avanzaba con determinación hacia su destino. El gigante había despertado temprano, como era costumbre, buscando aprovechar las ultimas horas del día, cuando el aire era más fresco y el mar emanaba un aroma que solo podía describirse como libertad. Caminó descalzo por la cubierta, sintiendo el leve calor del sol matutino sobre su piel mientras se quitaba la camisa con un movimiento ágil, dejando al descubierto su torso esculpido, una colección de músculos tensos y cicatrices marcadas. Respiró hondo, dejando que la brisa salada llenara sus pulmones. El olor a mar, mezclado con la tibieza del sol en el horizonte, tenía algo de especial esa mañana, como si prometiera un día lleno de energía. Se pasó una mano por el cabello despeinado y dejó caer la camisa en un banco cercano antes de dirigirse hacia las pesas. Allí estaban, las pesas de 150 kilos, preparadas como siempre. Ragn las tomó con facilidad, el metal frío en sus manos contrastando con la calidez de la mañana. Comenzó su rutina, levantándolas con movimientos fluidos y precisos, como si no pesaran más que un saco de arena. Sus músculos se tensaban y relajaban al ritmo del ejercicio, el eco metálico de las pesas al golpear el suelo rompiendo la quietud matutina. El sol ascendía lentamente, bañando a Ragn en tonos dorados mientras sus ojos se fijaban en el horizonte, casi meditando mientras entrenaba. Lejos de la agitación de la guerra y los conflictos, este momento le pertenecía. El balanceo constante de La Alborada bajo sus pies le daba una extraña sensación de estabilidad en medio de la inmensidad del mar. El sudor comenzaba a formarse en su piel, pero el aire fresco y la brisa constante lo mantenían en una agradable comunión con su entorno.

De reojo, notó a Airgid a su lado, siguiendo la rutina como todos los días. Ultimamente estaba más extraña, más débil. Pero las mujeres pasaban por momentos así varias veces al mes, así que medio que entendía esos bajones. De todos modos era inconcebible para el que abandonara el entreno por un dolorcillo natural. Aceptó con la cabeza cuando salió volando. Qué le vamos hacer. Ragn volvió a centrar su atención en las pesas, aumentando el ritmo. Su cuerpo respondía con fuerza, agradecido por el esfuerzo, mientras su mente vagaba libre entre recuerdos y planes futuros. Sin embargo, justo cuando bajaba las pesas al suelo por última vez, algo perturbó la quietud. Un estruendo sordo resonó en el casco de La Alborada, seguido por un fuerte movimiento que hizo que el barco se balanceara de un lado a otro. Ragn, con su equilibrio natural, apenas se tambaleó, pero el ruido fue suficiente para sacarlo de su concentración. Dejó caer las pesas con un estruendo metálico, frunciendo el ceño mientras se incorporaba completamente. Caminó hacia la borda, sus pasos firmes resonando sobre la madera. El agua alrededor del navío bullía con actividad. Un banco de peces había chocado contra el casco seguramente. Ragn observó con atención, sus ojos acostumbrados al peligro buscando algo fuera de lugar en el horizonte o bajo las aguas. No era normal que los peces se comportaran así, huyendo de algo con tal urgencia que no les importaba el navío que se interponía en su camino.

¡¡UMI!! — Gritó, colocando sus manos como un megáfono. Umibozu era el terror de los mares, si algo venía de ese lugar, el lo encontraría. El gigante apretó los dientes, mientras el sol de la mañana bañaba la escena con su luz. Lo que fuera que había movilizado el barco seguía ahí, seguro.

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RE: [T3] [Aventura] ¡De camino a Oykot! - por Ragnheidr Grosdttir - 18-11-2024, 08:31 AM

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