Raiga Gin Ebra
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18-11-2024, 04:52 PM
Tyler cae al suelo con un golpe seco, sorprendido por la rapidez de tu movimiento. Quizá se ha confiado demasiado al impactar un par de golpes, pero si hay algo que debemos saber en un combate, es que todo puede girar en un segundo, ¿verdad?
Sientes la resistencia de su cuerpo mientras aplicas la llave, usando tu peso para mantenerlo bajo control. Por un instante, parece que el combate podría inclinarse a tu favor. Pero Tyler no se rinde tan fácilmente. No creo que creyeses lo mismo. Y si lo creías, lo siento, no ha pasado así.
Desde su posición, empieza a lanzar golpes hacia tu cabeza, buscando liberarse con agresividad. La verdad es que lanza un montón, pero solo cinco impactan en ti, los demás se pierden en el aire. Dos van dirigidos a tu mejilla, mientras que tres a tu mandíbula. Durante cada golpe, Tyler se mueve con fuerza, intentando soltarse. Quizá por ello erra tantos.
Finalmente, logra encontrar un resquicio en tu llave para poder girar y liberarse. Se le ve visiblemente cansado. Salir de tu llave le ha gastado mucha más energía que a ti hacerla. Tyler aprovecha la oportunidad para rodar hacia atrás, creando algo de espacio entre ambos. Se levanta con rapidez, limpiándose el sudor de la frente y evaluando la situación. Su respiración es elevada, y el pecho se hace grande y pequeño a gran velocidad.
Mientras la pausa parece ser su estrategia, Tyler te estudia por un momento, calculando su próximo movimiento. El tiempo de pausa no dura mucho. Tyler, con un destello de determinación en los ojos, corre hacia ti y salta, lanzando una patada voladora directa a tu pecho. El aire se corta con el impulso de su movimiento, y puedes sentir la fuerza y velocidad detrás de la maniobra, una clara intención de derribarte de forma contundente y lanzada con una gran energía.
El impacto, si alcanza, promete ser devastador. Tyler cae con gracia tras ejecutar la patada, aterrizando a unos pasos de distancia, respirando algo más agitado aún ahora. Sus manos se acercan a su frente, y lo ves tocarse la cabeza. Es entonces cuando notas algo que antes no habías percibido: un leve rastro de sangre en sus dedos.
—Vaya... —murmura, casi para sí mismo, mientras evalúa la herida. Su rostro no muestra enfado ni frustración, más bien una mezcla de sorpresa y respeto. Sin embargo, no parece dispuesto a dar por terminado el combate, manteniéndose en guardia mientras retrocede un poco más, dándose unos segundos para decidir su próximo movimiento. Si es que lo hay.
El ambiente en el cuadrilátero está cargado de tensión, y aunque el ritmo de la pelea parece haberse ralentizado, ambos saben que el enfrentamiento aún está lejos de terminar.
Sientes la resistencia de su cuerpo mientras aplicas la llave, usando tu peso para mantenerlo bajo control. Por un instante, parece que el combate podría inclinarse a tu favor. Pero Tyler no se rinde tan fácilmente. No creo que creyeses lo mismo. Y si lo creías, lo siento, no ha pasado así.
Desde su posición, empieza a lanzar golpes hacia tu cabeza, buscando liberarse con agresividad. La verdad es que lanza un montón, pero solo cinco impactan en ti, los demás se pierden en el aire. Dos van dirigidos a tu mejilla, mientras que tres a tu mandíbula. Durante cada golpe, Tyler se mueve con fuerza, intentando soltarse. Quizá por ello erra tantos.
Finalmente, logra encontrar un resquicio en tu llave para poder girar y liberarse. Se le ve visiblemente cansado. Salir de tu llave le ha gastado mucha más energía que a ti hacerla. Tyler aprovecha la oportunidad para rodar hacia atrás, creando algo de espacio entre ambos. Se levanta con rapidez, limpiándose el sudor de la frente y evaluando la situación. Su respiración es elevada, y el pecho se hace grande y pequeño a gran velocidad.
Mientras la pausa parece ser su estrategia, Tyler te estudia por un momento, calculando su próximo movimiento. El tiempo de pausa no dura mucho. Tyler, con un destello de determinación en los ojos, corre hacia ti y salta, lanzando una patada voladora directa a tu pecho. El aire se corta con el impulso de su movimiento, y puedes sentir la fuerza y velocidad detrás de la maniobra, una clara intención de derribarte de forma contundente y lanzada con una gran energía.
El impacto, si alcanza, promete ser devastador. Tyler cae con gracia tras ejecutar la patada, aterrizando a unos pasos de distancia, respirando algo más agitado aún ahora. Sus manos se acercan a su frente, y lo ves tocarse la cabeza. Es entonces cuando notas algo que antes no habías percibido: un leve rastro de sangre en sus dedos.
—Vaya... —murmura, casi para sí mismo, mientras evalúa la herida. Su rostro no muestra enfado ni frustración, más bien una mezcla de sorpresa y respeto. Sin embargo, no parece dispuesto a dar por terminado el combate, manteniéndose en guardia mientras retrocede un poco más, dándose unos segundos para decidir su próximo movimiento. Si es que lo hay.
El ambiente en el cuadrilátero está cargado de tensión, y aunque el ritmo de la pelea parece haberse ralentizado, ambos saben que el enfrentamiento aún está lejos de terminar.