Son Goku D. Namek
Dr. Goku
18-11-2024, 05:55 PM
¡Venga niña, no llores! Solo son puntos - dijo Goku con un tono despreocupado, intentando consolar a la muchacha mientras atendía sus heridas. Claro, olvidando convenientemente que, en su lugar, él habría gritado y llorado como un niño al enfrentarse al dolor de una simple aguja. Su fobia a las inyecciones le impedía siquiera considerar la anestesia local, algo bastante irónico para un agente del Cipher Pol. Pero, ¿qué importaba? ¡Ella era un agente de élite! Tenía que tolerarlo, ¿verdad? ...¿Verdad?
Más adelante, tras terminar la revisión frontal, Goku se dispuso a examinar a la Agente K, quien hasta el momento no había tenido la cortesía de presentarse con un nombre real. La revisó meticulosamente, comenzando por las costillas y la columna, mientras aprovechaba para practicar algo de masaje terapéutico. En un movimiento firme, reacomodó su hombro con destreza, aunque con un toque de brusquedad.
¿Peleas difíciles? Hmm... realmente no recuerdo una pelea complicada - murmuró mientras seguía trabajando - Lo que sí recuerdo es haber caído de un edificio... ah, y también de una casa. Una vez de un acantilado. Y, oh, mientras me disparaban, caí de una escalera. Esa era la famosa escalera más larga de Loguetown. ¡Qué dolor! Pero palizas como tal... no, casi no peleo en mis misiones - dijo con total sinceridad. Claro, porque Goku solía ir directo al grano, localizar su objetivo y liquidarlo sin rodeos.
Aunque, bueno, me han dicho que mi forma de hacer las cosas es poco ortodoxa - añadió encogiéndose de hombros mientras recostaba boca abajo a la muchacha sobre la mesa, continuando con un masaje corporal completo - De todos modos, no creo que sea tan malo en combate. A ver, estira el brazo por aquí.
Con movimientos precisos, tomó la muñeca de la agente y presionó su homoplato, ajustando con cuidado las vértebras - Tienes que estirar mucho después del ejercicio. Eso ayuda bastante. Bueno, veamos cómo están esas piernas —indicó mientras se inclinaba para masajear los muslos, las pantorrillas y parte del glúteo con firmeza.
Aunque Goku no era exactamente un médico convencional, tenía conocimientos prácticos sobre el cuidado físico. Su experiencia como agente le había llevado más hacia la kinesiología y la quiropráctica que a la medicina general, y se notaba que sabía lo que hacía. Gracias a estos conocimientos, bajo la cintura, encontró más nudos de lo habitual, por lo que decidió centrarse en la zona de la L5 hasta la S5, incluso si era necesario, el cóccix aplicando presión en la musculatura.
De pronto, como si recordara algo importante, interrumpió el masaje - ¡Ah! Ya recordé donde los deje. Creo que tengo un par de zapatos para ti. Dame un minuto. - Se levantó y caminó hacia un mueble cercano mientras movía la cola de emoción. Tras buscar un rato, sacó un par de mocasines negros impecables, aunque algo peculiares, la suela parecía reforzada con metal, al igual que la punta. Claramente, no eran zapatos comunes, sino una herramienta de combate disfrazada.
Estos zapatos te servirán - dijo con una sonrisa antes de regresar su atención a la agente - Son más pesados que unos zapatos comunes, asegúrate de adaptarte bien antes de usarlos. Por cierto, tienes una zona muy dura sobre el glúteo. Tienes que trabajar eso, niña. Siéntate mejor y haz bien tus estiramientos.
Sin pensar mucho en las implicaciones, Goku dio una nalgada rápida a modo de reproche, como si estuviera corrigiendo a un aprendiz descuidado - Mi padre siempre decía, Un buen deportista debe ser consciente de su cuerpo. Cada movimiento debe hacerse con intención. No puedes levantar peso sin plantar bien los pies primero. Debes ser consciente de cada músculo que usas y darle el descanso adecuado, o te traerá problemas a largo plazo. - El tono de Goku era casual, casi paternal, pero su entusiasmo por compartir consejos era innegable. Aunque sus métodos fueran un tanto... peculiares, no se podía negar que tenía un enfoque práctico para cuidar el bienestar físico, incluso si a veces su espontaneidad resultaba un tanto comprometida.
Más adelante, tras terminar la revisión frontal, Goku se dispuso a examinar a la Agente K, quien hasta el momento no había tenido la cortesía de presentarse con un nombre real. La revisó meticulosamente, comenzando por las costillas y la columna, mientras aprovechaba para practicar algo de masaje terapéutico. En un movimiento firme, reacomodó su hombro con destreza, aunque con un toque de brusquedad.
¿Peleas difíciles? Hmm... realmente no recuerdo una pelea complicada - murmuró mientras seguía trabajando - Lo que sí recuerdo es haber caído de un edificio... ah, y también de una casa. Una vez de un acantilado. Y, oh, mientras me disparaban, caí de una escalera. Esa era la famosa escalera más larga de Loguetown. ¡Qué dolor! Pero palizas como tal... no, casi no peleo en mis misiones - dijo con total sinceridad. Claro, porque Goku solía ir directo al grano, localizar su objetivo y liquidarlo sin rodeos.
Aunque, bueno, me han dicho que mi forma de hacer las cosas es poco ortodoxa - añadió encogiéndose de hombros mientras recostaba boca abajo a la muchacha sobre la mesa, continuando con un masaje corporal completo - De todos modos, no creo que sea tan malo en combate. A ver, estira el brazo por aquí.
Con movimientos precisos, tomó la muñeca de la agente y presionó su homoplato, ajustando con cuidado las vértebras - Tienes que estirar mucho después del ejercicio. Eso ayuda bastante. Bueno, veamos cómo están esas piernas —indicó mientras se inclinaba para masajear los muslos, las pantorrillas y parte del glúteo con firmeza.
Aunque Goku no era exactamente un médico convencional, tenía conocimientos prácticos sobre el cuidado físico. Su experiencia como agente le había llevado más hacia la kinesiología y la quiropráctica que a la medicina general, y se notaba que sabía lo que hacía. Gracias a estos conocimientos, bajo la cintura, encontró más nudos de lo habitual, por lo que decidió centrarse en la zona de la L5 hasta la S5, incluso si era necesario, el cóccix aplicando presión en la musculatura.
De pronto, como si recordara algo importante, interrumpió el masaje - ¡Ah! Ya recordé donde los deje. Creo que tengo un par de zapatos para ti. Dame un minuto. - Se levantó y caminó hacia un mueble cercano mientras movía la cola de emoción. Tras buscar un rato, sacó un par de mocasines negros impecables, aunque algo peculiares, la suela parecía reforzada con metal, al igual que la punta. Claramente, no eran zapatos comunes, sino una herramienta de combate disfrazada.
Estos zapatos te servirán - dijo con una sonrisa antes de regresar su atención a la agente - Son más pesados que unos zapatos comunes, asegúrate de adaptarte bien antes de usarlos. Por cierto, tienes una zona muy dura sobre el glúteo. Tienes que trabajar eso, niña. Siéntate mejor y haz bien tus estiramientos.
Sin pensar mucho en las implicaciones, Goku dio una nalgada rápida a modo de reproche, como si estuviera corrigiendo a un aprendiz descuidado - Mi padre siempre decía, Un buen deportista debe ser consciente de su cuerpo. Cada movimiento debe hacerse con intención. No puedes levantar peso sin plantar bien los pies primero. Debes ser consciente de cada músculo que usas y darle el descanso adecuado, o te traerá problemas a largo plazo. - El tono de Goku era casual, casi paternal, pero su entusiasmo por compartir consejos era innegable. Aunque sus métodos fueran un tanto... peculiares, no se podía negar que tenía un enfoque práctico para cuidar el bienestar físico, incluso si a veces su espontaneidad resultaba un tanto comprometida.