Lykos silver
Drake
18-11-2024, 07:13 PM
Observé detenidamente aquel papel que Ungyo había escrito, era un mensaje claro y directo, aquel chico... era demasiado tranquilo, pero era capaz de sentir que dentro de el debía de habitar una especie de mar de determinación extraño, era... interesante de admirar, era como si aquel chico alado de pelo negro no necesitara palabras para comunicarse, por lo que me tomé ese gesto de dedicarse a escribir la respuesta como una muestra de respeto, un acuerdo ¿una aceptación? si, probablemente una aceptación era la palabra que buscaba, pero también un recordatorio de que las promesas no valen nada si no se respaldaban con acciones, yo estaba dispuesto a respaldar todas mis palabras a su debido momento.
Cuando Ungyo se levantó y comenzó a ajustar estandartes torcidos con una actitud tan meticulosa como si fuera su propia casa, sentí una mezcla extraña de respeto hacia el y alivio personal, no era solo el gremio lo que estaba en juego, sino algo mas profunda, la lealtad no era algo que se diera a la ligera y para mi, ese gesto sería uno de los muchos que pasarían antes de que fueran capaces de concretar cualquier cosa, su hermano Agyo estaba mas callado, eso sí, pero sabía que era cuestión de esperar a que todos se acomodaran para poder ser capaces de hablar tranquilamente. -Gracias, Ungyo, tsk. dije con una voz firme pero medida, como si cada palabra que saliera de mi boca y era capaz de traspasar mi barba buscara ser escuchada, pero aun no había terminado con mi discurso. -Es probable que esto no sea lo que esperabais ninguno... aun, ni lo que esperabais de mi jojojojo, pero las palabras no son lo que cuenta, son las acciones. Lo que decidáis hacer en este lugar llevará mis palabras respaldadas, solo os pido que no defraudéis esta oportunidad, hagámonos fuertes juntos, ¿si?. tsk. Dé repente escucharía una pequeña voz que emanaba de una pequeña presencia la cual ni siquiera me había dado cuenta de que se encontraba allí, pero, era alguien que a simple vista no pasaba desapercibido pues la forma en la que había entrado, tan llena de energía y entusiasmo había creado una especie de atmosfera única comparándolo con el resto de personas que allí se encontraban, ya estaba acostumbrado a conocer a gente con personalidades diferentes, aunque pocas veces había visto a un tontatta, por lo que seguía siendo una experiencia de lo mas curiosa, lo observaría con una ligera sonrisa que se escondía tras mi frondosa barba, mi mirada permanecía seria, como de costumbre, pero mi ojos recorrieron a Fon Due de arriba a abajo. No tardaría demasiado notando que aquel pequeñajo derrochaba una confianza asombrosa a pesar de su tamaño, y asentí lentamente mientras acababa de escuchar su presentación.
-Interesante... muy interesante... tsk. Murmuraría mientras daba una calada al cigarro y al expulsar humo, lo haría como si fuera el aliento de un dragón, aunque el humo pareciera salir directamente del pelo, me tomaría unos momentos, el tontatta tenía un buen dinamismo, incluso se había llegado a subir a la mesa de forma natural. La idea de tener un Tontatta dentro de los Crimson crusaders me parecía gracioso y oportuno, pues la idea del gremio era ser fuertes y diversos, reclutando a las personas independientemente de como fueran mientras nos cuidáramos todos como una familia, además, decía ser carpintero por lo que en el sentido de decorar las cosas seguro que lo hacía mejor que yo, era una victoria para todos.
-Agyo, Ungyo, Fon Due, tsk... Reflexionaría durante unos segundos, sonriendo. -Me parece bien, ¡los Crimson crusaders tienen espacio para todos aquellos los que quieran pelear por un buen propósito!, lo que importa al fin y al cabo es lo que uno este dispuesto a dar por el resto, y tu, pequeño. Parece que estas dispuesto a luchar y a trabajar, Aunque no es usual ver a alguien de tu tamaño por estos lares, me gustas, tu determinación tiene un peso mucho mayor que el tamaño de este gremio jojojojojo. Tsk. Me acercaría al tontatta y me arrodillaría para poder verle mejor, poniendo mi mano hacía el por si quería subirse encima. -Entonces, Dancing Dragon, eres bienvenido al gremio, eso si, ¡tendrás que hablarme del okama-kempo ese! que no tengo ni pajarera idea de que es eso.
Todo estaba yendo bien, que digo bien, ¡Mas que bien!, aunque. ¿Quién era esa?.
La entrada de Evelin kedin fue todo un espectáculo, su actitud desinhibida y descara llenó la sala dé repente, a medida que arrastraba el cadaver del jabalí y se acomodaba, no era capaz de creerme lo que estaban viendo ya mis viejos ojos, con una cara de sorpresa bastante notable, pero mi postura no se alteró en lo mas mínimo, de hecho, me generaba mucha curiosidad. -Una entrada de lo mas interesante, Evelin, creo que es justo decir que lo que te falta en formalidad lo compensas con energía jojojo. No pude sino empezar a reír por el espectáculo que acababa de presenciar, a carcajadas además. -Y buena elección de vino, aunque tal vez un poco demasiado directo para el gusto de algunos, Me presento a los recién-- llegados.
Cuando Ungyo se levantó y comenzó a ajustar estandartes torcidos con una actitud tan meticulosa como si fuera su propia casa, sentí una mezcla extraña de respeto hacia el y alivio personal, no era solo el gremio lo que estaba en juego, sino algo mas profunda, la lealtad no era algo que se diera a la ligera y para mi, ese gesto sería uno de los muchos que pasarían antes de que fueran capaces de concretar cualquier cosa, su hermano Agyo estaba mas callado, eso sí, pero sabía que era cuestión de esperar a que todos se acomodaran para poder ser capaces de hablar tranquilamente. -Gracias, Ungyo, tsk. dije con una voz firme pero medida, como si cada palabra que saliera de mi boca y era capaz de traspasar mi barba buscara ser escuchada, pero aun no había terminado con mi discurso. -Es probable que esto no sea lo que esperabais ninguno... aun, ni lo que esperabais de mi jojojojo, pero las palabras no son lo que cuenta, son las acciones. Lo que decidáis hacer en este lugar llevará mis palabras respaldadas, solo os pido que no defraudéis esta oportunidad, hagámonos fuertes juntos, ¿si?. tsk. Dé repente escucharía una pequeña voz que emanaba de una pequeña presencia la cual ni siquiera me había dado cuenta de que se encontraba allí, pero, era alguien que a simple vista no pasaba desapercibido pues la forma en la que había entrado, tan llena de energía y entusiasmo había creado una especie de atmosfera única comparándolo con el resto de personas que allí se encontraban, ya estaba acostumbrado a conocer a gente con personalidades diferentes, aunque pocas veces había visto a un tontatta, por lo que seguía siendo una experiencia de lo mas curiosa, lo observaría con una ligera sonrisa que se escondía tras mi frondosa barba, mi mirada permanecía seria, como de costumbre, pero mi ojos recorrieron a Fon Due de arriba a abajo. No tardaría demasiado notando que aquel pequeñajo derrochaba una confianza asombrosa a pesar de su tamaño, y asentí lentamente mientras acababa de escuchar su presentación.
-Interesante... muy interesante... tsk. Murmuraría mientras daba una calada al cigarro y al expulsar humo, lo haría como si fuera el aliento de un dragón, aunque el humo pareciera salir directamente del pelo, me tomaría unos momentos, el tontatta tenía un buen dinamismo, incluso se había llegado a subir a la mesa de forma natural. La idea de tener un Tontatta dentro de los Crimson crusaders me parecía gracioso y oportuno, pues la idea del gremio era ser fuertes y diversos, reclutando a las personas independientemente de como fueran mientras nos cuidáramos todos como una familia, además, decía ser carpintero por lo que en el sentido de decorar las cosas seguro que lo hacía mejor que yo, era una victoria para todos.
-Agyo, Ungyo, Fon Due, tsk... Reflexionaría durante unos segundos, sonriendo. -Me parece bien, ¡los Crimson crusaders tienen espacio para todos aquellos los que quieran pelear por un buen propósito!, lo que importa al fin y al cabo es lo que uno este dispuesto a dar por el resto, y tu, pequeño. Parece que estas dispuesto a luchar y a trabajar, Aunque no es usual ver a alguien de tu tamaño por estos lares, me gustas, tu determinación tiene un peso mucho mayor que el tamaño de este gremio jojojojojo. Tsk. Me acercaría al tontatta y me arrodillaría para poder verle mejor, poniendo mi mano hacía el por si quería subirse encima. -Entonces, Dancing Dragon, eres bienvenido al gremio, eso si, ¡tendrás que hablarme del okama-kempo ese! que no tengo ni pajarera idea de que es eso.
Todo estaba yendo bien, que digo bien, ¡Mas que bien!, aunque. ¿Quién era esa?.
La entrada de Evelin kedin fue todo un espectáculo, su actitud desinhibida y descara llenó la sala dé repente, a medida que arrastraba el cadaver del jabalí y se acomodaba, no era capaz de creerme lo que estaban viendo ya mis viejos ojos, con una cara de sorpresa bastante notable, pero mi postura no se alteró en lo mas mínimo, de hecho, me generaba mucha curiosidad. -Una entrada de lo mas interesante, Evelin, creo que es justo decir que lo que te falta en formalidad lo compensas con energía jojojo. No pude sino empezar a reír por el espectáculo que acababa de presenciar, a carcajadas además. -Y buena elección de vino, aunque tal vez un poco demasiado directo para el gusto de algunos, Me presento a los recién-- llegados.
-Mi nombre es Lykos Silver, Fundador del gremio, sean todos bienvenidos al futuro de los Crimson Crusaders, por que en el futuro seremos tan famosos que no nos quedara pirata por cazar.