Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
19-11-2024, 07:02 AM
Un momento de paz en un lugar diferente. Aunque he de decir que últimamente tenemos cierta mala racha con los lugares a los cuales tú sueles llegar, joven pirata. Lugares donde es un fastidio estar tan cerca del ojo público. Tan cerca de la marina y a su vez, tan cerca de tantas cosas. Tan cerca, que incluso sientes que algo muy especial está por ocurrir hoy. Por eso te muestras bastante sonriente y animado. Una combinación bastante agradable viniendo de lo que podríamos considerar una persona peligrosa. Claro, cuando es el momento de serlo. Hoy no es momento de ser ese ser bélico.
Bueno, al menos no por ahora.
Cabalgas, querido Alpha. Cabalgas sobre tu fiel y tranquila compañera plumífera. Sus pasos eran tranquilos pero distinguidos. El sonido que podía llegar a hacer los pasos de una súper ave era único. Para ti, eran como un deleite ya que te generaba cierto gusto escuchar sus pasos. Pero si nos fijamos un poco en la plumífera, podremos darnos cuenta que aún mantiene ese semblante orgulloso y siempre alerta. Que junto combinado a tus instintos, los hacen una dupla fantástica.
Una… dupla única.
Bueno, ya va siendo hora de buscar un poco de lo que te hace feliz a ti, joven pirata. Por supuesto me refiero a tu querido café. Ya tu petaca estaba vacía y era momento de disfrutar un poco y recargar tu reserva. Buscando y buscando, llegaste hasta una cafetería. No una muy diferente a cualquier otra, pero cumplía con su función. Con mucha tranquilidad bajas de la plumífera. Le indicas que te espere en el sitio y que monte guardia. Te dispusiste a entrar sin hacer mucho ruido y escándalo. Aunque lo único que se podría escuchar de ti son los sonidos generados por la madera de tus getas. Justo allí, viste una escena bastante única. Una dama de cabellos dorados y alta elegancia habla de manera un tanto cruel con la mesera. Tu Ladeas un poco la cabeza y, curioso ante tal situación. La mesera deja la escena con lágrimas en los ojos y tú, te quedas mirando a la rubia.
-Interesante…- Susurras para ti mismo. Era primera vez que veías algo como esto. Una manera genuinamente única de demostrar elegancia. Algo decía que deberías acercarte a ella. Tu instinto te hace sentir que ella tenía algo. Su aroma… ¿Qué es este olor, Alpha? No logras identificarlo. Ella tiene algo.
Ella… huele a peligro.
El sonido de tus getas vuelve a hacerse presente. Avanzas con tranquilidad. Llegas hasta una mesa que está justo enfrente de ella. Aún no querías invadir su espacio personal. Pero aun así, te quedas observando fijamente desde la mesa. Buscaste cruzar tu mirada con ella. De lograrlo, una genuina y amable sonrisa se dibujaba en tu rostro. – Me agrada. – Dijiste, sin más. Una simple y genuina declaración. Luego de aquello la misma mesera que hace un momento había sido ofendida vuelve hacia ti. - ¿Puede ponerme un café doble bien cargado, por favor? Y algún postre para acompañar. – Le sonríes a ella, que al parecer queda encantada con tu atractivo. Luego de que tu pedido es recibido, te tomas tu tiempo para llenar la mesa con tu mapa de East Blue y tus notas de navegación. Tenías cosas que gestionar y mucho en que pensar.
Pero la dama del frente, no te dejaba de intrigar.
Bueno, al menos no por ahora.
Cabalgas, querido Alpha. Cabalgas sobre tu fiel y tranquila compañera plumífera. Sus pasos eran tranquilos pero distinguidos. El sonido que podía llegar a hacer los pasos de una súper ave era único. Para ti, eran como un deleite ya que te generaba cierto gusto escuchar sus pasos. Pero si nos fijamos un poco en la plumífera, podremos darnos cuenta que aún mantiene ese semblante orgulloso y siempre alerta. Que junto combinado a tus instintos, los hacen una dupla fantástica.
Una… dupla única.
Bueno, ya va siendo hora de buscar un poco de lo que te hace feliz a ti, joven pirata. Por supuesto me refiero a tu querido café. Ya tu petaca estaba vacía y era momento de disfrutar un poco y recargar tu reserva. Buscando y buscando, llegaste hasta una cafetería. No una muy diferente a cualquier otra, pero cumplía con su función. Con mucha tranquilidad bajas de la plumífera. Le indicas que te espere en el sitio y que monte guardia. Te dispusiste a entrar sin hacer mucho ruido y escándalo. Aunque lo único que se podría escuchar de ti son los sonidos generados por la madera de tus getas. Justo allí, viste una escena bastante única. Una dama de cabellos dorados y alta elegancia habla de manera un tanto cruel con la mesera. Tu Ladeas un poco la cabeza y, curioso ante tal situación. La mesera deja la escena con lágrimas en los ojos y tú, te quedas mirando a la rubia.
-Interesante…- Susurras para ti mismo. Era primera vez que veías algo como esto. Una manera genuinamente única de demostrar elegancia. Algo decía que deberías acercarte a ella. Tu instinto te hace sentir que ella tenía algo. Su aroma… ¿Qué es este olor, Alpha? No logras identificarlo. Ella tiene algo.
Ella… huele a peligro.
El sonido de tus getas vuelve a hacerse presente. Avanzas con tranquilidad. Llegas hasta una mesa que está justo enfrente de ella. Aún no querías invadir su espacio personal. Pero aun así, te quedas observando fijamente desde la mesa. Buscaste cruzar tu mirada con ella. De lograrlo, una genuina y amable sonrisa se dibujaba en tu rostro. – Me agrada. – Dijiste, sin más. Una simple y genuina declaración. Luego de aquello la misma mesera que hace un momento había sido ofendida vuelve hacia ti. - ¿Puede ponerme un café doble bien cargado, por favor? Y algún postre para acompañar. – Le sonríes a ella, que al parecer queda encantada con tu atractivo. Luego de que tu pedido es recibido, te tomas tu tiempo para llenar la mesa con tu mapa de East Blue y tus notas de navegación. Tenías cosas que gestionar y mucho en que pensar.
Pero la dama del frente, no te dejaba de intrigar.