Alguien dijo una vez...
Iro
Luego os escribo que ahora no os puedo escribir.
[Aventura] La violencia no se resuelve con violencia... O Quizás sí [T.5.]
Teruyoshi
Teru
Teruyoshi caminaba con paso sinuoso entre el gentío congregado en el puerto de Isla Kilombo. El bullicio de la multitud inmersa en sus quehaceres diarios era como un cántico para los oídos del mink. Sus orejas puntiagudas, siempre atentas al salseo más jugoso, giraban de un lado a otro, captando y descartando conversaciones en busca de algo que entretuviese su día. El carácter voluble del gato solía conseguir que se aburriera con facilidad, por lo que siempre andaba en busca de algún estímulo que lo sacara de su tedio diario. Desde que había llegado a la isla no le había pasado nada relevante y comenzaba a ponerse nervioso.

- Me aburrrro… - dijo exasperado en un leve suspiro tras caminar un rato y no enterarse de nada que captara realmente su atención.

Si bien había oído algún que otro chisme gracioso, cómo que un tendero llevaba media mañana atendiendo en pijama, víctima de una resaca del copón sin darse cuenta de ello, o que alguien había robado el postre a un capitán marine, lo que explicaba el doble de uniformados patrullando por todos lados. Nada de aquello era lo suficientemente interesante como para atraer a Teruyoshi a ningún sitio… o al menos así fue hasta que la captó a ella.

Allí estaba. Una figura única entre todo aquel peculiar gentío que se había reunido en torno a una embarcación, como si fuera un faro en mitad de la noche, iluminando la densa oscuridad que era el aburrimiento del mink gato. Había de todo. Hombres fuertes y sudorosos que hacían suspirar a más de una dama, dejando sus ropas interiores en las mismas condiciones que sus camisetas. También estaba un humano cuyo pelo canoso y mirada carmesí atrajeron fugazmente la atención del mink. Incluso había un imponente pez negro, rudo y fornido, que destacaba por encima de casi todos los presentes. Sin embargo, ni el peliblanco de ojos rojos, ni el pez semigigante, ni siquiera la imponente mujer de cabello negro que inicialmente había despertado un atisbo de curiosidad lograron captar por completo su interés. Fue otra figura la que lo hizo, una enorme mole de pelaje parduzco que gritaba algo a la preciosa joven que se cobijaba tras una especie de paraguas.

- Eso sí que es una mujerrr - dijo en alto Teruyoshi con admiración, mientras se acercaba a la escena con su peculiar gracia felina. No podía apartar la mirada del pelaje de la jabalí, imaginándose así mismo amasando aquella preciosidad parduzca. El mink tuvo que hacer un esfuerzo por mantener sus zarpas quietas y no comenzar a masajear el aire como si ya la tuviera entre ellas.

-¡Oye, grrrandullona! - llamó a voces Teruyoshi a la jabalí con su peculiar tono de voz, tras lamerse una zarpa y pasársela por una de sus orejas de forma despreocupada. - ¿No prrrefieres que la compañía te la de alguien en condiciones y no uno de esos humanos pelados? - continuó sin pizca de vergüenza, clavando su mirada esmeralda en ella mientras se plantaba frente a la misma.

De cerca, la diferencia de tamaño era más que evidente. Ni con un Teruyoshi sobre otro alcanzaría su altura… aunque no es que fuera algo que pudiese amilanar al gato.

- Soy Teruyoshi, cocinero y aventurero errrrante - se presentó, dando por hecho, como su orgullo felino indicaba, que se volvería el centro de atención y le haría caso.

Cosas michiles
#5


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RE: La violencia no se resuelve con violencia... O Quizás sí [T.5.] - por Teruyoshi - 19-11-2024, 11:50 PM

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