Alistair
Mochuelo
20-11-2024, 01:54 AM
El calambrazo había resultado inofensivo para la sirena, verificado tras examinar un poco la zona que había sufrido la descarga. Tener la confirmación de la propia Asra era un alivio más que le permitió soltar un suspiro largo, aliviado ante el hecho. Lo último que querría sería que, en su primera lección, la chica pudiera llegar a ganar una razón para no continuar con la lección, incluso a sabiendas de que una actitud derrotista no era parte de la sirena.
— Vale. Pero si en algún momento llega a pasar algo, notifícamelo y detenemos la lección un momento para revisar, ¿de acuerdo? Nunca está de más revisar dos veces con esas cosas. — Pausó un momento, ahora considerando con mas detenimiento lo que había ocurrido. ¿Podían haber más piezas en ese mal estado un poco mas al interior del pobre caracol? Lo mejor era ir a la segura. — Eso, y... A partir de ahora, lo mejor será manipular las cosas exclusivamente con las herramientas, hasta las tonteras que se podrían fácilmente con la mano desnuda. Si hay alguna otra pieza en mal estado que pueda ser un riesgo para ambos, prefiero que el golpe se lo lleven las herramientas. Esas pueden cambiarse y arreglarse cuando sea. —
Tan pronto Asra empezó a hablarle sobre el molusco, fue turno del emplumado para escuchar -y de preguntar cuando ella acabara-. — ¿No? Eso explica lo que ha pasado hace un momento. ¿Alguna idea de cuánto tiempo lleva el pequeño sin una revisión? — Esto era asumiendo que conociese el dato, pues si se trataba de un molusco que había estado en operación mucho antes de lo que la sirena podía haberse hecho con él, era perfectamente posible que solo pudiese darle hasta la fecha en la que estuvo en sus manos. Y, sin saber cuánto tiempo había estado el Den Den funcionando sin un mantenimiento adecuado, era lo mismo que un equipo antiguo al que debías ponerle un cartel de "Peligro eléctrico" a un lado. Pobre pequeño... Seguro que había tenido que compensar más de una vez el equipo malfuncionando, pero no es como si fuesen particularmente fluidos en idiomas entendibles mas allá de durante la reproducción de llamadas. Un pensamiento que, por sí solo, le dejó pensando un segundo por cuán bizarro era.
— ¡Estoy segurísimo! Todo aprendizaje es pura y enteramente prueba y error. Es normal que al inicio te tropieces un poco, pero verás que en nada tus manos se acostumbran a cada movimiento y les saldrá tan natural como respirar. — Una exageración, o quién sabe, podía ser que no. Todo dependía de la sirena; su papel como mentor en ese momento tan solo era el de motivar a quien cobijaba bajo su ala para que siguiese adelante sin importar los sucesos. Ningún imperio se montó en un día, ni un primer Den Den en menos de una hora y muchos errores.
Pronto, la actitud de la sirena regresó al optimismo que tanto conocía. ¡Como tenía que ser! De todas formas permanecería atento y daría cada instrucción conforme ella fuese necesitándola para el procedimiento, tal que no hubiese manera de equivocarse... Al menos, eso fue lo que pensó en un inicio. un pensamiento tan inocente que no concebía el fallo a punto de suceder.
La expresión de ella fue imitada por el emplumado al momento de poder presenciar la escena que ocurría a tan corta distancia, incluso si no podía sacarle mucho sentido al momento. "Terror" era la mejor forma de definirlo, si. O por lo menos lo sería, si no fuese por la confusión profunda que le provocó ver toda la humareda que estaba emitiendo el Den Den Mushi. Ni siquiera entendía cómo narices un molusco de esos podía arrojar humo.
— ... Aléjate despacio y sin tocarlo. — Comentó, en un tono de lejos mas serio que el carismático usual. No estaba bromeando en lo absoluto, no contaba ni con el tiempo ni con la seguridad para hacerlo.
Intervino tan pronto la sirena consiguió tomar la distancia necesaria, ubicándose frente a ella como una efectiva barrera que le permitía a ella apenas suficiente espacio para observar por encima del hombro masculino, dejando que presenciara las acciones del lunarian si lo quería pero negando cualquier posibilidad de que la sirena acabara como colateral de... Es que no podía ni ponerle una palabra al evento. Escuchar al pobre molusco quedarse atascado en la segunda mitad de su tono de llamada, un "Rerere" en una voz distorsionada, y empezar a agitarse bruscamente hacía la escena todavía mas preocupante y dramática.
Todos sus movimientos intentaron ser lo más quirúrgicamente precisos que podían, tan a medida como pudiera para asegurarse de que nada estallara -literalmente- en su cara. Tenía que tratarlo con el mismo grado de seriedad que tendría al intentar desarmar un artefacto explosivo del que no sabía una puñetera cosa. Algunos movimientos mas tarde, unos cuantos malabares con las herramientas y levantar el metal de una pieza para cortar algunos cables internos consiguieron que el pobre animal por fin tuviera un descanso, aunque con un distintivo olor a barbacoa encerrado dentro de la tienda de campaña que seguro no se iría sino hasta dentro de unas horas. Desmontó el trabajo anterior, cambió las piezas por unas completamente nuevas, e incluso se aseguró de que éstas no tendrían ninguna falla interna, ¿sería quizá que sus repuestos también estaban en mal estado y no conseguía verlo?
Observó al animalillo, y luego a la sirena. — ... ¡Bueno! Un accidente puede pasarle a cualquiera, no pienses en ello demasiado. Lo mejor que puede hacerse es aprender de los errores e intentarlo nuevamente para que no vuelvan a repetirse. — Rió como siempre, aunque con un distintivo deje de nerviosismo casi imperceptible en medio de su carcajada. Como ponerlo de manera decorosa... La sirena había conseguido hacer realidad el equivalente de prenderle fuego a una piscina con una cerilla. Estaría asustado si no estuviera aún más impresionado.
— Dame un segundo. — Se retiró un segundo del lado femenino y la mesa para luego rebuscar entre sus cosas, sacando una pequeña guía que parecía haber pasado mejores días, no porque no la cuidase sino porque había sido un material comprado de otro lugar que ya había tenido varios dueños anteriores. En la tapa, la imagen de un diagrama que ilustraba el interior de las partes mecánicas de los Den Den Mushi era lo que más destacaba. No pensaba que debía utilizarla porque tendían a ser particularmente técnicas en su lenguaje, pero... Visto lo visto, prefería servir como intérprete a los términos mas complicados y que ella dependiera de las ilustraciones.
Dejó el libro sobre la mesa, justo al lado del Den Den Mushi a montar, y lo abrió en la pagina donde empezaban a detallar el montaje del mencionado molusco comunicador. — Utilizaremos esto en esta ocasión. Yo me encargaré de traducir lo que no entiendas, y tú encárgate de imitar lo que cada ilustración te diga, ¿de acuerdo? Luego de eso podemos intentar sin el libro, para ver cuánto has progresado. En cualquiera de los dos casos, de todas maneras estaré atento y apoyándote para asegurar de que... — Miró al Den Den ahumado un segundo. — De que los accidentes no se repitan. Así seguro que todo sale divinamente. — Intentó remarcar, manteniéndose positivo. Internamente, tenía cruzado cada dedo de su cuerpo en espera de que todo saliera bien.
Hora de girar la ruleta del azar nuevamente.
— Vale. Pero si en algún momento llega a pasar algo, notifícamelo y detenemos la lección un momento para revisar, ¿de acuerdo? Nunca está de más revisar dos veces con esas cosas. — Pausó un momento, ahora considerando con mas detenimiento lo que había ocurrido. ¿Podían haber más piezas en ese mal estado un poco mas al interior del pobre caracol? Lo mejor era ir a la segura. — Eso, y... A partir de ahora, lo mejor será manipular las cosas exclusivamente con las herramientas, hasta las tonteras que se podrían fácilmente con la mano desnuda. Si hay alguna otra pieza en mal estado que pueda ser un riesgo para ambos, prefiero que el golpe se lo lleven las herramientas. Esas pueden cambiarse y arreglarse cuando sea. —
Tan pronto Asra empezó a hablarle sobre el molusco, fue turno del emplumado para escuchar -y de preguntar cuando ella acabara-. — ¿No? Eso explica lo que ha pasado hace un momento. ¿Alguna idea de cuánto tiempo lleva el pequeño sin una revisión? — Esto era asumiendo que conociese el dato, pues si se trataba de un molusco que había estado en operación mucho antes de lo que la sirena podía haberse hecho con él, era perfectamente posible que solo pudiese darle hasta la fecha en la que estuvo en sus manos. Y, sin saber cuánto tiempo había estado el Den Den funcionando sin un mantenimiento adecuado, era lo mismo que un equipo antiguo al que debías ponerle un cartel de "Peligro eléctrico" a un lado. Pobre pequeño... Seguro que había tenido que compensar más de una vez el equipo malfuncionando, pero no es como si fuesen particularmente fluidos en idiomas entendibles mas allá de durante la reproducción de llamadas. Un pensamiento que, por sí solo, le dejó pensando un segundo por cuán bizarro era.
— ¡Estoy segurísimo! Todo aprendizaje es pura y enteramente prueba y error. Es normal que al inicio te tropieces un poco, pero verás que en nada tus manos se acostumbran a cada movimiento y les saldrá tan natural como respirar. — Una exageración, o quién sabe, podía ser que no. Todo dependía de la sirena; su papel como mentor en ese momento tan solo era el de motivar a quien cobijaba bajo su ala para que siguiese adelante sin importar los sucesos. Ningún imperio se montó en un día, ni un primer Den Den en menos de una hora y muchos errores.
Pronto, la actitud de la sirena regresó al optimismo que tanto conocía. ¡Como tenía que ser! De todas formas permanecería atento y daría cada instrucción conforme ella fuese necesitándola para el procedimiento, tal que no hubiese manera de equivocarse... Al menos, eso fue lo que pensó en un inicio. un pensamiento tan inocente que no concebía el fallo a punto de suceder.
La expresión de ella fue imitada por el emplumado al momento de poder presenciar la escena que ocurría a tan corta distancia, incluso si no podía sacarle mucho sentido al momento. "Terror" era la mejor forma de definirlo, si. O por lo menos lo sería, si no fuese por la confusión profunda que le provocó ver toda la humareda que estaba emitiendo el Den Den Mushi. Ni siquiera entendía cómo narices un molusco de esos podía arrojar humo.
— ... Aléjate despacio y sin tocarlo. — Comentó, en un tono de lejos mas serio que el carismático usual. No estaba bromeando en lo absoluto, no contaba ni con el tiempo ni con la seguridad para hacerlo.
Intervino tan pronto la sirena consiguió tomar la distancia necesaria, ubicándose frente a ella como una efectiva barrera que le permitía a ella apenas suficiente espacio para observar por encima del hombro masculino, dejando que presenciara las acciones del lunarian si lo quería pero negando cualquier posibilidad de que la sirena acabara como colateral de... Es que no podía ni ponerle una palabra al evento. Escuchar al pobre molusco quedarse atascado en la segunda mitad de su tono de llamada, un "Rerere" en una voz distorsionada, y empezar a agitarse bruscamente hacía la escena todavía mas preocupante y dramática.
Todos sus movimientos intentaron ser lo más quirúrgicamente precisos que podían, tan a medida como pudiera para asegurarse de que nada estallara -literalmente- en su cara. Tenía que tratarlo con el mismo grado de seriedad que tendría al intentar desarmar un artefacto explosivo del que no sabía una puñetera cosa. Algunos movimientos mas tarde, unos cuantos malabares con las herramientas y levantar el metal de una pieza para cortar algunos cables internos consiguieron que el pobre animal por fin tuviera un descanso, aunque con un distintivo olor a barbacoa encerrado dentro de la tienda de campaña que seguro no se iría sino hasta dentro de unas horas. Desmontó el trabajo anterior, cambió las piezas por unas completamente nuevas, e incluso se aseguró de que éstas no tendrían ninguna falla interna, ¿sería quizá que sus repuestos también estaban en mal estado y no conseguía verlo?
Observó al animalillo, y luego a la sirena. — ... ¡Bueno! Un accidente puede pasarle a cualquiera, no pienses en ello demasiado. Lo mejor que puede hacerse es aprender de los errores e intentarlo nuevamente para que no vuelvan a repetirse. — Rió como siempre, aunque con un distintivo deje de nerviosismo casi imperceptible en medio de su carcajada. Como ponerlo de manera decorosa... La sirena había conseguido hacer realidad el equivalente de prenderle fuego a una piscina con una cerilla. Estaría asustado si no estuviera aún más impresionado.
— Dame un segundo. — Se retiró un segundo del lado femenino y la mesa para luego rebuscar entre sus cosas, sacando una pequeña guía que parecía haber pasado mejores días, no porque no la cuidase sino porque había sido un material comprado de otro lugar que ya había tenido varios dueños anteriores. En la tapa, la imagen de un diagrama que ilustraba el interior de las partes mecánicas de los Den Den Mushi era lo que más destacaba. No pensaba que debía utilizarla porque tendían a ser particularmente técnicas en su lenguaje, pero... Visto lo visto, prefería servir como intérprete a los términos mas complicados y que ella dependiera de las ilustraciones.
Dejó el libro sobre la mesa, justo al lado del Den Den Mushi a montar, y lo abrió en la pagina donde empezaban a detallar el montaje del mencionado molusco comunicador. — Utilizaremos esto en esta ocasión. Yo me encargaré de traducir lo que no entiendas, y tú encárgate de imitar lo que cada ilustración te diga, ¿de acuerdo? Luego de eso podemos intentar sin el libro, para ver cuánto has progresado. En cualquiera de los dos casos, de todas maneras estaré atento y apoyándote para asegurar de que... — Miró al Den Den ahumado un segundo. — De que los accidentes no se repitan. Así seguro que todo sale divinamente. — Intentó remarcar, manteniéndose positivo. Internamente, tenía cruzado cada dedo de su cuerpo en espera de que todo saliera bien.
Hora de girar la ruleta del azar nuevamente.