Asradi
Völva
Ayer, 02:28 PM
Ya, claro. Prueba y error, decía. Eso era mucho más fácil decirlo que hacerlo. Y era irónico porque Asradi hacía lo mismo cuando se trataba de probar o experimentar con medicinas y ungüentos de plantas nuevas. Lo hacía consigo misma la mayoría de las veces, sí. Pero lo más que se había llevado, de vez en cuando, era alguna urticaria o algo de fiebre en ocasiones. Nunca había hecho explotar nada. ¡Y ese pobre animal estaba humeando! Fue, precisamente, gracias a la calma de Alistair que la sirena hizo lo que le dijo, quedándose justo detrás de él mientras el pobre molusco seguía humeando y haciendo sonidos inconexos y bastante lúgubres, todo sea dicho. La pelinegra miró un poco por encima del hombro del emplumado mientras éste intentaba estabilizar al pobre Den Den Mushi antes de que estallase por los aires. ¿Qué diablos había tocado ella para provocar una reacción como aquella?
Cuando todo estuvo ya bien, Asradi suspiró y negó levemente con la cabeza.
— No sé si deberíamos seguir. — Era bastante obvio que no tenía la maña necesaria para tratar a ese tipo de criaturitas. Eran piezas delicadas también y el tema del cableado era toda una incógnita para ella. Y eso que el lunarian la había estado guiando lo mejor que había podido.
Sonrió de manera breve, aunque un poco desangelada. La verdad es que sí quería aprender, y Alistair lo hacía ver tan fácil que, quizás, se había confiado.
— Casi hago explotar al pobre bicho, no tengo manos para esto. — Intentó bromear mientras el lunarian continuaba dejando ya a punto al molusco. Asradi, aún así, contempló todos los pasos con sumo interés, pues era obvio que, a pesar de los fallos continuos que había tenido, era algo que le interesaba en sobremanera.
De todas maneras, Alistair no tardó en comenzar a animarle. Inicialmente la sirena no parecía muy segura de querer continuar. No quería hacerle más daño al animalito y, por ende, no hacer perder más el tiempo a su compañero revolucionario, por mucho afán y buena voluntad que él le estuviese poniendo. Pero, poco a poco, fue recuperando un tanto las ganas. Él tenía razón, el aprendizaje consistía en un cúmulo de errores y en ver dónde estaban los fallos para aprender y no volver a repetirlos. Asradi había tenido mala suerte en sus dos primeros intentos, aunque la primera vez fuese por una falla de la pieza.
— En cuanto al mantenimiento de él... No te sabría decir. Pero tiene pinta que no le han dado un repaso en bastante tiempo, por lo que logro entender. — Seguramente el pobre caracol había sido medio abandonado o algo parecido, aunque esperaba que no fuese tan así.
Dejó que Alistair se separase unos segundos y vió como rebuscaba algo. Al poco rato volvió con una especie de guía, bastante viejita y usada, que colocó a un lateral del Den Den Mushi que intentaban arreglar. O no hacer estallar, al menos.
— No se ve mal... — Murmuró mientras pasaba un par de páginas, ojeándolas por encima antes de regresar a la página principal, la que Alistair había señalado para comenzar. Con esa guía inicial, y los consejos del lunarian, Asradi comenzó de nuevo el proceso anterior, antes de que todo humease, literalmente.
Sujetó las herramientas y volvió a repetir el procedimiento, con muchísimo más cuidado que antes. De vez en cuando volvía la vista a las páginas, asegurándose de que estaba siguiendo todos los pasos. Y, de vez en cuando, una mirada aprobatoria a Alistair. Cuando, finalmente, recolocó la pieza, todo parecía estar bien.
— Creo que ya está... — Sonrió de manera suave.
Cuando todo estuvo ya bien, Asradi suspiró y negó levemente con la cabeza.
— No sé si deberíamos seguir. — Era bastante obvio que no tenía la maña necesaria para tratar a ese tipo de criaturitas. Eran piezas delicadas también y el tema del cableado era toda una incógnita para ella. Y eso que el lunarian la había estado guiando lo mejor que había podido.
Sonrió de manera breve, aunque un poco desangelada. La verdad es que sí quería aprender, y Alistair lo hacía ver tan fácil que, quizás, se había confiado.
— Casi hago explotar al pobre bicho, no tengo manos para esto. — Intentó bromear mientras el lunarian continuaba dejando ya a punto al molusco. Asradi, aún así, contempló todos los pasos con sumo interés, pues era obvio que, a pesar de los fallos continuos que había tenido, era algo que le interesaba en sobremanera.
De todas maneras, Alistair no tardó en comenzar a animarle. Inicialmente la sirena no parecía muy segura de querer continuar. No quería hacerle más daño al animalito y, por ende, no hacer perder más el tiempo a su compañero revolucionario, por mucho afán y buena voluntad que él le estuviese poniendo. Pero, poco a poco, fue recuperando un tanto las ganas. Él tenía razón, el aprendizaje consistía en un cúmulo de errores y en ver dónde estaban los fallos para aprender y no volver a repetirlos. Asradi había tenido mala suerte en sus dos primeros intentos, aunque la primera vez fuese por una falla de la pieza.
— En cuanto al mantenimiento de él... No te sabría decir. Pero tiene pinta que no le han dado un repaso en bastante tiempo, por lo que logro entender. — Seguramente el pobre caracol había sido medio abandonado o algo parecido, aunque esperaba que no fuese tan así.
Dejó que Alistair se separase unos segundos y vió como rebuscaba algo. Al poco rato volvió con una especie de guía, bastante viejita y usada, que colocó a un lateral del Den Den Mushi que intentaban arreglar. O no hacer estallar, al menos.
— No se ve mal... — Murmuró mientras pasaba un par de páginas, ojeándolas por encima antes de regresar a la página principal, la que Alistair había señalado para comenzar. Con esa guía inicial, y los consejos del lunarian, Asradi comenzó de nuevo el proceso anterior, antes de que todo humease, literalmente.
Sujetó las herramientas y volvió a repetir el procedimiento, con muchísimo más cuidado que antes. De vez en cuando volvía la vista a las páginas, asegurándose de que estaba siguiendo todos los pasos. Y, de vez en cuando, una mirada aprobatoria a Alistair. Cuando, finalmente, recolocó la pieza, todo parecía estar bien.
— Creo que ya está... — Sonrió de manera suave.