Lance Turner
Shirogami
21-11-2024, 12:32 AM
(Última modificación: 21-11-2024, 12:50 AM por Lance Turner.)
Nuestro ataque pareció haber tenido un éxito rotundo por la cantidad de sangre que empañaba el mar. Al instante, pude sentir que no había más tiburones en las proximidades, así que el escaso peligro que teníamos, había sido más que resuelto.
- Buen trabajo, chicos. – Dije en voz alta mirando de reojo a Juuken, orgulloso de su ataque. Posteriormente dirigí mi mirada hacia Goku, sonriente. Era un tipo realmente válido y de cualidades impresionantes.
Volví mi mirada a la zona que habíamos atacado previamente, toda revuelta y teñida de rojo. Por encima se podían ver varias piezas de aquellos tiburones que antes eran una amenaza, lo cual se traducía en suministros para nuestro viaje. Sin dudarlo un momento, bajé a cubierta de un salto y di un par de pisotones a la misma.
- ¡Qazan! ¡Te necesitamos aquí arriba! – Grité lo suficientemente alto para que pudiese escucharme si estaba despierto.
Esperando que reaccionase rápido a mi llamado, me encaminé hacia Goku y la joven que habíamos rescatado. Tenía prisa en intervenir, pues como bien recomendó Teruyoshi, era mejor que me viese a mi antes que al deshumanizado Goku. Este, quizá haciendo caso a mis anteriores indicaciones, había decidido cubrir su cuerpo, lo cual no reducía precisamente la sensación de terror que llegaba a causar.
Lamentablemente llegaba muy tarde. Ahí se encontraba nuestro querido compañero mirando fijamente a la chica. Esta se mostraba algo confusa, pero el temple de Goku era impasible, aunque bien era cierto, que sería muy difícil mostrar una cara mejor en ese estado. Al cabo de unos largos segundos tomó la palabra, rompiendo el extraño y tenso silencio con una voz más grave de la usual pidiendo tiempo para juzgar el estado de la chica, siendo él nuestro médico a falta de Gretta.
- ¿Pero y esa voz? – Pensé arqueando las cejas sorprendido. - ¿Será que realmente quiere asustar a la joven?
Independientemente de esto, a decir verdad, dejarle hacer era la mejor opción, siendo él quien mejor podía atenderla. La joven no parecía reaccionar muy asustada, pero sus palabras, que me dieron algo de risa, sí daban a entender que aceptaba la muerte. Como no, había deducido que ya se encontraba muerta al encontrarse a una clara representación de la muerte observándola en silencio. Tras esto, me miró y algo en mi me hizo pensar que su cara me sonaba bastante, pero el llamarme con un nombre que no supe reconocer, me hizo olvidar ese asunto.
- ¿San Pedro? ¿Quién es ese tal San? – Dije en voz alta cuando se refirió a mí de esa manera, aunque al poco también llamó a Juuken con otro nombre que tampoco conocía.
En ese momento, sus tripas sonaron con gran fuerza, empezando a pedir comida tras esto. Goku decidió en ese momento que esto era tarea de Teruyoshi y se marchó, pero no presté mucha atención a ello. Esa frase fue clave para que, ahora sí, mi cabeza reaccionase y la reconociese de inmediato. No era la primera vez que decía esa frase, o mejor dicho, no era la primera vez que la escuchaba decir esas mismas palabras, esa fue una pieza que me faltaba en mi memoria para reconocerla al instante.
- Rose… - Dije en voz baja al percatarme, con una gran sonrisa en mi rostro. - ¡ROSE! ¡¿PERO QUÉ HACES AQUÍ!? – Continué, ahora con una gran risa mientras acudía a abrazarla de la emoción.
Se mostró con un gesto de malestar y sin girar mi rostro alcé la mano para hacerme notar en medio de esa situación para pedir que le trajeran comida.
- ¡Traigan algo de comida! - Exclamé para luego volver a dirigirme hacia Rose - ¿Qué? Te dije que volveríamos a vernos ¿Verdad? – Continué en mi entusiasmo por reencontrarme con ella nuevamente.
Rose había captado toda mi atención, con lo cual, no estaba siendo consciente de qué hacía cada uno de los miembros de la banda en ese momento. A Rose la conocimos hace ya un tiempo, e incluso nos prometimos volver a vernos al despedirnos, así que coincidir con ella ahora mismo era sin duda una clara señal del destino.
- Bueno, Rose… antes de nada, ¿Cuál es tu nombre? – Pregunté algo nervioso a sabiendas de la particularidad que caracterizaba a Rose. Dependiendo del nombre, podríamos manejar la situación de una u otra manera.
- Buen trabajo, chicos. – Dije en voz alta mirando de reojo a Juuken, orgulloso de su ataque. Posteriormente dirigí mi mirada hacia Goku, sonriente. Era un tipo realmente válido y de cualidades impresionantes.
Volví mi mirada a la zona que habíamos atacado previamente, toda revuelta y teñida de rojo. Por encima se podían ver varias piezas de aquellos tiburones que antes eran una amenaza, lo cual se traducía en suministros para nuestro viaje. Sin dudarlo un momento, bajé a cubierta de un salto y di un par de pisotones a la misma.
- ¡Qazan! ¡Te necesitamos aquí arriba! – Grité lo suficientemente alto para que pudiese escucharme si estaba despierto.
Esperando que reaccionase rápido a mi llamado, me encaminé hacia Goku y la joven que habíamos rescatado. Tenía prisa en intervenir, pues como bien recomendó Teruyoshi, era mejor que me viese a mi antes que al deshumanizado Goku. Este, quizá haciendo caso a mis anteriores indicaciones, había decidido cubrir su cuerpo, lo cual no reducía precisamente la sensación de terror que llegaba a causar.
Lamentablemente llegaba muy tarde. Ahí se encontraba nuestro querido compañero mirando fijamente a la chica. Esta se mostraba algo confusa, pero el temple de Goku era impasible, aunque bien era cierto, que sería muy difícil mostrar una cara mejor en ese estado. Al cabo de unos largos segundos tomó la palabra, rompiendo el extraño y tenso silencio con una voz más grave de la usual pidiendo tiempo para juzgar el estado de la chica, siendo él nuestro médico a falta de Gretta.
- ¿Pero y esa voz? – Pensé arqueando las cejas sorprendido. - ¿Será que realmente quiere asustar a la joven?
Independientemente de esto, a decir verdad, dejarle hacer era la mejor opción, siendo él quien mejor podía atenderla. La joven no parecía reaccionar muy asustada, pero sus palabras, que me dieron algo de risa, sí daban a entender que aceptaba la muerte. Como no, había deducido que ya se encontraba muerta al encontrarse a una clara representación de la muerte observándola en silencio. Tras esto, me miró y algo en mi me hizo pensar que su cara me sonaba bastante, pero el llamarme con un nombre que no supe reconocer, me hizo olvidar ese asunto.
- ¿San Pedro? ¿Quién es ese tal San? – Dije en voz alta cuando se refirió a mí de esa manera, aunque al poco también llamó a Juuken con otro nombre que tampoco conocía.
En ese momento, sus tripas sonaron con gran fuerza, empezando a pedir comida tras esto. Goku decidió en ese momento que esto era tarea de Teruyoshi y se marchó, pero no presté mucha atención a ello. Esa frase fue clave para que, ahora sí, mi cabeza reaccionase y la reconociese de inmediato. No era la primera vez que decía esa frase, o mejor dicho, no era la primera vez que la escuchaba decir esas mismas palabras, esa fue una pieza que me faltaba en mi memoria para reconocerla al instante.
- Rose… - Dije en voz baja al percatarme, con una gran sonrisa en mi rostro. - ¡ROSE! ¡¿PERO QUÉ HACES AQUÍ!? – Continué, ahora con una gran risa mientras acudía a abrazarla de la emoción.
Se mostró con un gesto de malestar y sin girar mi rostro alcé la mano para hacerme notar en medio de esa situación para pedir que le trajeran comida.
- ¡Traigan algo de comida! - Exclamé para luego volver a dirigirme hacia Rose - ¿Qué? Te dije que volveríamos a vernos ¿Verdad? – Continué en mi entusiasmo por reencontrarme con ella nuevamente.
Rose había captado toda mi atención, con lo cual, no estaba siendo consciente de qué hacía cada uno de los miembros de la banda en ese momento. A Rose la conocimos hace ya un tiempo, e incluso nos prometimos volver a vernos al despedirnos, así que coincidir con ella ahora mismo era sin duda una clara señal del destino.
- Bueno, Rose… antes de nada, ¿Cuál es tu nombre? – Pregunté algo nervioso a sabiendas de la particularidad que caracterizaba a Rose. Dependiendo del nombre, podríamos manejar la situación de una u otra manera.