Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
Hace 8 horas
Él tenía razón Alpha, no era momento de tener aquel trozo de lienzo en la mano a vista de todos. Al menos que quisieras venderlo, claro está. Aunque no era lugar y aquello no te fuera dado una pista concreta, aun te parecía cierta pieza de arte y parte de tu primera colección. Era tu primer trofeo por haber llegado a la quimera. Y, aunque no fuera durante una batalla el cómo lo obtuviste, no demerita lo que es.
La llave que te ha abierto las puertas a esta nueva aventura.
Guardas el lienzo. Un rato después de explorar, la escena frente a ti es bastante interesante, joven pirata. Observas con tranquilidad como la capitana pirata termina de hacer negocios con el dueño de aquel curioso puesto. Tú estabas detallando y, sobre todo, respiraste profundamente buscando guardar su aroma en tu mente. Escuchar la conversación y ver los productos que llevaba, te hizo pensar una que otra idea interesante la cual te hizo sonreír.
Aunque… eso lo dejamos para después.
La capitana se retira y los asistentes dejan al hombre para ayudar a llevar su compra al barco. Luego, el hombre te recibe, mi pequeño amigo pirata. Tú por tu parte te acercas sin mucho más. Miras con detenimiento lo que tiene para ofrecerte. No tenía ninguna mala pinta, la verdad. Pero como está claro, no puedes diferenciar de manera precisa qué es cada cosa. Pero de algo si podías estar seguro, las especias de la quimera están aquí. De eso tu nariz no se puede equivocar.
-Puede que mis planes comerciales nos beneficien a los dos, caballero. – Dices muy tranquilamente mientras acercas tu nariz para aceptar la invitación a olfatear con sumo más cuidado las especias. No solo para estar no sólo cien por ciento seguro de que eran las correctas. Sino para tener mucho más la seguridad de decir lo que vas a decir sin sonar idiota. Señalas las especias que sospechas que fueron tomadas de la quimera. – Digamos que estoy en búsqueda de los proveedores de esto. – Cuando dices aquello, fijas tu mirada en él. Tratando de ver su reacción, gestos y si miraba en cualquier otra dirección. Mentir no se te da bien, después de todo. Se te nota mucho cuando lo haces. Hacer preguntas trampas claramente te haría notar como mentira. Y no era el lugar ni el momento para hacerlo. Así que prefieres ser directo.
Sutil, pero directo.
-¿Sabe dónde puedo encontrarlos?
La llave que te ha abierto las puertas a esta nueva aventura.
Guardas el lienzo. Un rato después de explorar, la escena frente a ti es bastante interesante, joven pirata. Observas con tranquilidad como la capitana pirata termina de hacer negocios con el dueño de aquel curioso puesto. Tú estabas detallando y, sobre todo, respiraste profundamente buscando guardar su aroma en tu mente. Escuchar la conversación y ver los productos que llevaba, te hizo pensar una que otra idea interesante la cual te hizo sonreír.
Aunque… eso lo dejamos para después.
La capitana se retira y los asistentes dejan al hombre para ayudar a llevar su compra al barco. Luego, el hombre te recibe, mi pequeño amigo pirata. Tú por tu parte te acercas sin mucho más. Miras con detenimiento lo que tiene para ofrecerte. No tenía ninguna mala pinta, la verdad. Pero como está claro, no puedes diferenciar de manera precisa qué es cada cosa. Pero de algo si podías estar seguro, las especias de la quimera están aquí. De eso tu nariz no se puede equivocar.
-Puede que mis planes comerciales nos beneficien a los dos, caballero. – Dices muy tranquilamente mientras acercas tu nariz para aceptar la invitación a olfatear con sumo más cuidado las especias. No solo para estar no sólo cien por ciento seguro de que eran las correctas. Sino para tener mucho más la seguridad de decir lo que vas a decir sin sonar idiota. Señalas las especias que sospechas que fueron tomadas de la quimera. – Digamos que estoy en búsqueda de los proveedores de esto. – Cuando dices aquello, fijas tu mirada en él. Tratando de ver su reacción, gestos y si miraba en cualquier otra dirección. Mentir no se te da bien, después de todo. Se te nota mucho cuando lo haces. Hacer preguntas trampas claramente te haría notar como mentira. Y no era el lugar ni el momento para hacerlo. Así que prefieres ser directo.
Sutil, pero directo.
-¿Sabe dónde puedo encontrarlos?