Terence Blackmore
Enigma del East Blue
05-08-2024, 07:12 PM
(Última modificación: 05-08-2024, 07:32 PM por Terence Blackmore.
Razón: Faltaba foto
)
Desde las profundidades del East Blue, una sombra ominosa comenzó a ascender, moviéndose con una gracia mortal que desmentía su tamaño. El mar, agitado por la tormenta, se agitó aún más al sentir su presencia. De repente, una figura colosal emergió de las aguas, rompiendo la superficie con un estruendo que resonó por encima del rugido del viento y el trueno. Era Raah Di' Tzz, el Rey Marino, una criatura que desafiaba la imaginación con su aspecto imponente y temible. Extrañamente, la gracilidad del coloso no rompió la mar más de lo agitada que ya estaba.
Raah Di' Tzz se asemejaba a un gigantesco pez escorpión, pero su escala y ferocidad lo hacían incomparable. Su cuerpo era largo y robusto, cubierto de escamas ásperas y venenosas que relucían con un tono anaranjado vibrante, que se degradaba en un profundo rojo hacia las extremidades y la cola. Este color, como un fuego bajo el agua, era un claro aviso de peligro, una advertencia natural para cualquier criatura lo suficientemente insensata como para acercarse. Las escamas refulgían en belleza, pero impenetrables.
La cabeza de la bestia era grande y triangular, dominada por un par de ojos penetrantes y maliciosos que brillaban con una intensidad rojiza. Estos ojos, capaces de detectar el más mínimo movimiento en el agua, escaneaban el entorno con una mirada fría y calculadora. Su boca, grande y en forma de arco, estaba llena de filas de dientes afilados como navajas, sedientos de sangre. De sus mandíbulas sobresalían unos apéndices largos y delgados, similares a los zarcillos de un pez abisal, que se movían suavemente en el agua.
Sin embargo, lo más notable de Raah Di' Tzz eran sus aletas dorsales, que se extendían a lo largo de su espina dorsal como un abanico de cuchillas. Estas aletas estaban cubiertas de espinas, largas y afiladas, que emitían un brillo siniestro. Las aletas se movían con una fluidez hipnótica, ondulando con cada uno de sus movimientos, como si bailaran al ritmo del mar.
Por último, cola era larga y poderosa, también adornada con espinas mientras rematado por un abanico de aletas daba la impresión de una cola de abanico oriental.
El color de Raah Di' Tzz, un deslumbrante degradado de naranja a rojo, se intensificaba en las profundidades, donde la luz del sol apenas alcanzaba. En la superficie, bajo el resplandor de los relámpagos y la oscuridad de la tormenta, su figura anaranjada parecía casi incandescente, una chispa de fuego en el vasto océano. La bioluminiscencia natural de su cuerpo añadía un aura fantasmal, haciéndolo parecer una criatura mítica, un espectro salido de las leyendas marinas.
Cada movimiento del rey marino era una demostración de poder y gracia.
La bestia quedó mirando a sendos viajeros con un apetito voraz, jugueteando con la mirada a sus presas.
Raah Di' Tzz se asemejaba a un gigantesco pez escorpión, pero su escala y ferocidad lo hacían incomparable. Su cuerpo era largo y robusto, cubierto de escamas ásperas y venenosas que relucían con un tono anaranjado vibrante, que se degradaba en un profundo rojo hacia las extremidades y la cola. Este color, como un fuego bajo el agua, era un claro aviso de peligro, una advertencia natural para cualquier criatura lo suficientemente insensata como para acercarse. Las escamas refulgían en belleza, pero impenetrables.
La cabeza de la bestia era grande y triangular, dominada por un par de ojos penetrantes y maliciosos que brillaban con una intensidad rojiza. Estos ojos, capaces de detectar el más mínimo movimiento en el agua, escaneaban el entorno con una mirada fría y calculadora. Su boca, grande y en forma de arco, estaba llena de filas de dientes afilados como navajas, sedientos de sangre. De sus mandíbulas sobresalían unos apéndices largos y delgados, similares a los zarcillos de un pez abisal, que se movían suavemente en el agua.
Sin embargo, lo más notable de Raah Di' Tzz eran sus aletas dorsales, que se extendían a lo largo de su espina dorsal como un abanico de cuchillas. Estas aletas estaban cubiertas de espinas, largas y afiladas, que emitían un brillo siniestro. Las aletas se movían con una fluidez hipnótica, ondulando con cada uno de sus movimientos, como si bailaran al ritmo del mar.
Por último, cola era larga y poderosa, también adornada con espinas mientras rematado por un abanico de aletas daba la impresión de una cola de abanico oriental.
El color de Raah Di' Tzz, un deslumbrante degradado de naranja a rojo, se intensificaba en las profundidades, donde la luz del sol apenas alcanzaba. En la superficie, bajo el resplandor de los relámpagos y la oscuridad de la tormenta, su figura anaranjada parecía casi incandescente, una chispa de fuego en el vasto océano. La bioluminiscencia natural de su cuerpo añadía un aura fantasmal, haciéndolo parecer una criatura mítica, un espectro salido de las leyendas marinas.
Cada movimiento del rey marino era una demostración de poder y gracia.
La bestia quedó mirando a sendos viajeros con un apetito voraz, jugueteando con la mirada a sus presas.