Galhard
Gal
Hace 6 horas
El puerto de Loguetown era un hervidero de actividad cuando Galhard se abrió paso entre la multitud. Vestía su uniforme de marine, pero en esta ocasión su intención no era imponer autoridad, sino cerrar un trato que llevaba tiempo planeando. Los rumores sobre el Hope y su capitán, Silver Syxel, lo habían llevado hasta allí. Necesitaba vender unos mapas y una triple log pose que, en las manos adecuadas, podían convertirse en herramientas valiosas.
Al acercarse al puesto improvisado que la tripulación del Hope había montado, Galhard observó cómo el ajetreo se desenvolvía con precisión. La tripulación del barco era eficiente, y los curiosos se acercaban con cautela y curiosidad. Entre ellos, distinguió al capitán, un hombre que exudaba confianza mientras supervisaba las actividades desde un punto estratégico.
Galhard se detuvo a unos pasos de distancia, evaluando el ambiente antes de dar el siguiente paso. Con un saludo cortés y un tono claro que pudiera ser escuchado por encima del bullicio, se dirigió al capitán.
—Buenas tardes. Usted debe ser Silver Syxel, el mercader del cual hablan ¿me equivoco? —dijo, manteniendo un tono amigable pero profesional.
Esperó a que Silver respondiera antes de continuar, consciente de que la cortesía era clave en este tipo de encuentros. Cuando el comerciante confirmó su identidad, Galhard dio un paso más cerca, abriendo una pequeña bolsa de tela que llevaba consigo. Dentro se encontraba un pergamino cuidadosamente enrollado y una caja que protegía la triple log pose.
—Traigo algo que podría interesarle. —Desenrolló uno de los mapas con cuidado, mostrando los detalles con precisión —Mapas actualizados de los Blues. Trazados por navegantes experimentados y revisados personalmente para garantizar su exactitud. Además, esta triple log pose, en perfectas condiciones. Estoy seguro de que un hombre con su experiencia sabrá el valor de estas herramientas.—
Colocó los objetos sobre una de las cajas del puesto, dejando que fueran visibles, pero manteniéndose cerca para protegerlos. Era evidente que no buscaba impresionar con palabras innecesarias, sino permitir que los objetos hablaran por sí mismos.
—No estoy aquí para imponer condiciones, sino para negociar. Usted sabe tanto como yo que los mares son impredecibles, y una información confiable puede ser la diferencia entre el éxito y el desastre. Estoy dispuesto a escuchar su oferta.—
Galhard cruzó los brazos, manteniéndose erguido pero relajado. Había aprendido que la paciencia era una virtud en este tipo de intercambios. Miró alrededor, asegurándose de que la multitud no se volviera un obstáculo para la transacción, mientras dejaba claro que estaba listo para escuchar cualquier propuesta.
—No tengo un número fijo en mente, pero confío en que podamos llegar a un acuerdo que beneficie a ambos. ¿Qué le parece? —finalizó, su mirada fija en Silver, con la seguridad de alguien que sabía que estaba ofreciendo algo de valor.
Al acercarse al puesto improvisado que la tripulación del Hope había montado, Galhard observó cómo el ajetreo se desenvolvía con precisión. La tripulación del barco era eficiente, y los curiosos se acercaban con cautela y curiosidad. Entre ellos, distinguió al capitán, un hombre que exudaba confianza mientras supervisaba las actividades desde un punto estratégico.
Galhard se detuvo a unos pasos de distancia, evaluando el ambiente antes de dar el siguiente paso. Con un saludo cortés y un tono claro que pudiera ser escuchado por encima del bullicio, se dirigió al capitán.
—Buenas tardes. Usted debe ser Silver Syxel, el mercader del cual hablan ¿me equivoco? —dijo, manteniendo un tono amigable pero profesional.
Esperó a que Silver respondiera antes de continuar, consciente de que la cortesía era clave en este tipo de encuentros. Cuando el comerciante confirmó su identidad, Galhard dio un paso más cerca, abriendo una pequeña bolsa de tela que llevaba consigo. Dentro se encontraba un pergamino cuidadosamente enrollado y una caja que protegía la triple log pose.
—Traigo algo que podría interesarle. —Desenrolló uno de los mapas con cuidado, mostrando los detalles con precisión —Mapas actualizados de los Blues. Trazados por navegantes experimentados y revisados personalmente para garantizar su exactitud. Además, esta triple log pose, en perfectas condiciones. Estoy seguro de que un hombre con su experiencia sabrá el valor de estas herramientas.—
Colocó los objetos sobre una de las cajas del puesto, dejando que fueran visibles, pero manteniéndose cerca para protegerlos. Era evidente que no buscaba impresionar con palabras innecesarias, sino permitir que los objetos hablaran por sí mismos.
—No estoy aquí para imponer condiciones, sino para negociar. Usted sabe tanto como yo que los mares son impredecibles, y una información confiable puede ser la diferencia entre el éxito y el desastre. Estoy dispuesto a escuchar su oferta.—
Galhard cruzó los brazos, manteniéndose erguido pero relajado. Había aprendido que la paciencia era una virtud en este tipo de intercambios. Miró alrededor, asegurándose de que la multitud no se volviera un obstáculo para la transacción, mientras dejaba claro que estaba listo para escuchar cualquier propuesta.
—No tengo un número fijo en mente, pero confío en que podamos llegar a un acuerdo que beneficie a ambos. ¿Qué le parece? —finalizó, su mirada fija en Silver, con la seguridad de alguien que sabía que estaba ofreciendo algo de valor.