Asradi
Völva
Ayer, 02:09 PM
Asradi subió unos segundos a la superficie, y ya allí vió a Ragn en mitad forma gaseosa y a Airgid con algunos metales muy dispuestos a avanzar a través del mar. ¿En serio iban a hacer eso teniendo en cuenta que eran dos usuarios de...? ¿Por qué se sorprendía?
— ¡Ey, voy a adelantarme, a ver si veo de qué o quienes se tratan! — De entre los allí presentes, ella era la más rápida, al menos en el agua.
Tras eso, volvió a sumergirse y a alcanzar a Umi, cosa que no era muy complicada teniendo en cuenta el tamaño del wotan. Cuando pasó por su lado, moviendo su cola con rapidez y haciendo algunas burbujas con la misma por la presión, se quedó cerca del rostro de su camarada marino. Incluso le dió una suave caricia, apenas apoyando su mano cerca de las membranas. Le dedicó una mirada en silencio, más seria para que estuviese preparado por cualquier cosa. Y, acto seguido, Asradi se lanzó hacia el frente, como un torpedo. Los peces a su alrededor se apartaban despavoridos, y la sirena fue descendiendo a medida que iba acortando distancias. Era arriesgado, pero en el mar tanto Umi como ella eran los primeros que tenían ventaja, con respecto al resto de sus compañeros. Eran su vanguardia, en ese sentido. También confiaba en que Umi le cubriese las espaldas.
Los ojos de Asradi se habituaron, rápidamente, a la poca luz marina según iba descendiendo. Podía sentir los cambios en las corrientes a medida que se aproximaba y ya no parecía haber peces por aquella zona, algo que resultaba harto extraño. ¿Qué los podría haber espantado? Buscó refugio en medio de unas rocas, mientras contemplaba el pasar de... ¿eso era un navío? La sirena apretó ligeramente la mandíbula. ¿Amigos o enemigos? Todavía no estaba segura así que se elevó bajo la superficie marina para intenta averiguar a quien pertenecía aquel barco. Estaba siendo más cautelosa de lo habitual, pero era necesario.
De hecho, si podía distraerlos, sería todavía incluso mejor, así apartaría su atención de los demás.
Asradi comenzó a cantar bajo el agua, con la potencia que le caracterizaba. Incluso se podría escuchar en el exterior y en dirección hacia la popa del barco en cuestión. Si lograba que se detuviesen, al menos, ya ganarían algún tipo de ventaja, quizás. O, al menos, distraerles.
Era un cántico suave, atrayente. Uno que muy pocas veces empleaba y que era el típico del cual hablaban los marineros en sus leyendas. De hombres y piratas siendo atraídos por una bella voz marina antes de que sus barcos encallasen.
Eso también, esperaba, pondría igual en alerta a sus camaradas en cuanto se fuesen acercando.