Gautama D. Lovecraft
El Ascendido
Hace 9 horas
La llegada de los 4 susodichos hasta los terrenos de la base, no hizo otra cosa que desconcertar al soldado raso, al estar en la marina durante tantos años, era consciente de las recompensas del East Blue, y sabía cuanta era de caprichosa aquella misma que querían recoger aquellos tipos, lo que le hizo dudar, si el pirata apresado era fuerte , ¿cuánto de más lo eran los supuestos aventureros?, aunque a pesar de sus dudas, no podía negar el paso para la entrega correspondiente, menos aún cuando ya se había comunicado a la base aquel suceso.
- Bien... todo en orden supongo, pueden pasar hacia delante, sigan el camino hasta la puerta principal del cuartel, allí los esperan. -
Y el marine, haciendo cumplir con su cargo, cedió ante los desconocidos y sin apartar la mirada del preso, les indicó con la mano a los 3 que avanzaran junto al pirata. En esto que cuando rebasaron la línea de la caseta, este pudo darse cuenta de que al que parecía el portavoz del trío, le había cagado una gaviota en la zona baja de la espalda, su brillo transmitía frescura, y unas finas betas de color verde en el rastro que estaba en la ropa del joven dejaba intuir una dieta rica en algas.
El cuartel estaba preparado para la llegada del pirata, algunos marines acompañaban al tesorero dentro del edificio para recoger en sus diversos puntos los berrys necesarios para la recompensa. Mientras tanto, en la puerta, los miembros del G-23 más sobresalientes ya esperaban al trío y al pirata, aguardando en el muro mientras el grupo se acercaba hasta ellos recortando metros. La noticia corrió como la pólvora dentro del cuartel marine, y los pelotones iniciaban los preparativos para un pirata de esa talla, pues el precio de su cabeza era uno de los más altos que habían conocido, y ahora, todas las cámaras de los mushis cercanos a la zona, recogían con detalle la escena por si el apresado intentaba hacer algo, todas las medidas eran necesarias para que el intercambio se produjera sin fallas.
- Bien... todo en orden supongo, pueden pasar hacia delante, sigan el camino hasta la puerta principal del cuartel, allí los esperan. -
Y el marine, haciendo cumplir con su cargo, cedió ante los desconocidos y sin apartar la mirada del preso, les indicó con la mano a los 3 que avanzaran junto al pirata. En esto que cuando rebasaron la línea de la caseta, este pudo darse cuenta de que al que parecía el portavoz del trío, le había cagado una gaviota en la zona baja de la espalda, su brillo transmitía frescura, y unas finas betas de color verde en el rastro que estaba en la ropa del joven dejaba intuir una dieta rica en algas.
El cuartel estaba preparado para la llegada del pirata, algunos marines acompañaban al tesorero dentro del edificio para recoger en sus diversos puntos los berrys necesarios para la recompensa. Mientras tanto, en la puerta, los miembros del G-23 más sobresalientes ya esperaban al trío y al pirata, aguardando en el muro mientras el grupo se acercaba hasta ellos recortando metros. La noticia corrió como la pólvora dentro del cuartel marine, y los pelotones iniciaban los preparativos para un pirata de esa talla, pues el precio de su cabeza era uno de los más altos que habían conocido, y ahora, todas las cámaras de los mushis cercanos a la zona, recogían con detalle la escena por si el apresado intentaba hacer algo, todas las medidas eran necesarias para que el intercambio se produjera sin fallas.