-¿Las groserías dices? Joder, eh.- Respondí mientras avanzábamos por las abarrotadas calles, sujetando su capa para evitar que se perdiera entre la muchedumbre. La ciudad era un laberinto de personas, y cada paso nos acercaba más a los callejones oscuros que serpenteaban entre los edificios. Ya casi llegábamos... o al menos eso creía. -Es un tic verbal, sin más. Joder, eh.- Dije con un tono casi distraído, como si intentara convencerme a mí mismo tanto como a él. Al hablar, fragmentos de mi pasado cruzaron mi mente, imágenes borrosas y sensaciones que me hacían querer olvidarlo todo. La claridad era un lujo que no podía permitirme. Hice una pausa breve, ajustando mi tono. -Tengo ciertas partes mecánicas en mi cuerpo. Nada impresionante, no te emociones. Joder, eh. Fue resultado de unos experimentos...- Mi voz se apagó por un instante, como si las palabras fueran un peso que apenas podía cargar. -Y me dejaron este tic. Joder eh-
Nos acercábamos a una de las estructuras más altas, un buen lugar para detenernos, pero más importante, para recoger datos sobre lo que tenía por delante. Así que comencé a caminar hacia arriba. Fue entonces cuando la voz de Tadao resonó, más alta de lo que debía en ese lugar. Mi cuerpo se tensó de inmediato, el instinto de supervivencia gritando más fuerte que cualquier otra cosa. Giré rápidamente hacia él, mis ojos destellando enojo. -¡Shhh!- El siseo salió de mis labios como una orden, mi dedo índice presionándolos mientras mi mirada lo atravesaba como un cuchillo. Podía sentir mi disgusto hervir bajo la superficie, cada músculo de mi rostro reflejando la frustración. -Quédate aquí, joder, eh. Y en silencio.- Mi tono era bajo, casi un gruñido, pero no dejaba lugar para la discusión.
Desde mi posición elevada, la vista era un regalo para la estrategia. Podía observar el panorama con mi Haki de percepción, aún era lo suficientemente preciso para trazar un plan funcional. Cada punto crítico, cada guardia, cada posible ruta de escape, se dibujaba en mi mente. Sin embargo, sabía que no podía depender de esos "truquitos" para siempre. El Denden Mushi que llevaba conmigo sería mi última carta. Lemon, mi compañero de cien batallas, de seguro anda por ahí haciendo sus cosas. Era el botón del pánico si algo salía terriblemente mal. Pero esperaba no tener que usarlo.
Ya estaba decidido a bajar para comentarle a Tadao el plan. Pero los pelos de mi piel se erizaron al completo. Una presencia burlona, esquiva... sí, eso sentía. Parecía como si hubiese otro yo, rastreándome en las sombras. La llegué a sentir muy cerca de mi posición, por lo que en rápida respuesta, sacaba un shuriken el cual lo ponía en mi mano, listo para atacar a quien se acercara. Pero no había nada, no había nadie. Solo el aire al rededor, el cual sentía denso, pesado por la situación. 'Pero qué mierda...' Solo pensaba, mi corazón latía rápido, al igual que lo hacía mi respiración. Me tomé unos segundos para calmarme. '¿Tadao?' Pensé en él, e intenté fijar su posición con el Haki que aún seguía activo.
Llegué a su posición, parecía estar todo en orden. Pero yo me mantenía mirando a todas partes, en todas direcciones. Esa presencia, esa cosa verdaderamente me agito. 'Parece que el Haki no será suficiente. Me tocará estar atento con mis otros sentidos.'
-Este es el plan muchacho. En esta calle que tenemos justo al frente hay pocos marinos, así que esa será la mejor opción. Joder eh. No parecen estar nerviosos ni nada, o que estén buscando algo. Tan solo están haciendo sus rondas cotidianas, así que no debería ser ningún problema atravesar la calle hasta el otro lado. Joder eh.- Volvía a fijarme en su aspecto, observando que estuviera todo en orden. Su peluca, su capa y capucha. También su equipo y ropa. Se lo ajustaba si era necesario. Lo noté algo sudado. -Vamos, límpiate el sudor, vas con Rocket, no hay ningún problema. Joder eh. Tengo el aura de todos los marinos aquí en mi mente, joder eh. Recuerda que tengo el Haki, por eso he logrado más o menos esquivarlos a todos, y esta vez no será menos. Pero haremos algo diferente.-
Lo halé con la capa, para que viese al otro lado de la calle. Y le apuntaba con el dedo. -¿Ves aquello zona al cruzar la calle, esos apartamentos? Espérame ahí, apenas te dé la orden para cruzar, vas y caminas con total tranquilidad. Joder eh-
La idea, pues, era, simple. Con el Haki, tenía en mi memoria la ubicación de por lo menos todos los marinos saque en la calle sur estaban caminando de aquí para allá. Así que le daría la orden a Tadao, en el momento que estuvieran más lejos de la zona por donde iba a cruzar de un lado a otro, para luego volver a meterse entre los callejones de los edificios. Y bueno, yo haría lo mismo unos minutos después. Pero si por algún motivo, algo salía mal esta vez, estaba preparado. Intentaría ser un señuelo, la idea era que Tadao cruzara esa calle, era lo principal. Ya después me las arreglaría yo.
Nos acercábamos a una de las estructuras más altas, un buen lugar para detenernos, pero más importante, para recoger datos sobre lo que tenía por delante. Así que comencé a caminar hacia arriba. Fue entonces cuando la voz de Tadao resonó, más alta de lo que debía en ese lugar. Mi cuerpo se tensó de inmediato, el instinto de supervivencia gritando más fuerte que cualquier otra cosa. Giré rápidamente hacia él, mis ojos destellando enojo. -¡Shhh!- El siseo salió de mis labios como una orden, mi dedo índice presionándolos mientras mi mirada lo atravesaba como un cuchillo. Podía sentir mi disgusto hervir bajo la superficie, cada músculo de mi rostro reflejando la frustración. -Quédate aquí, joder, eh. Y en silencio.- Mi tono era bajo, casi un gruñido, pero no dejaba lugar para la discusión.
Desde mi posición elevada, la vista era un regalo para la estrategia. Podía observar el panorama con mi Haki de percepción, aún era lo suficientemente preciso para trazar un plan funcional. Cada punto crítico, cada guardia, cada posible ruta de escape, se dibujaba en mi mente. Sin embargo, sabía que no podía depender de esos "truquitos" para siempre. El Denden Mushi que llevaba conmigo sería mi última carta. Lemon, mi compañero de cien batallas, de seguro anda por ahí haciendo sus cosas. Era el botón del pánico si algo salía terriblemente mal. Pero esperaba no tener que usarlo.
'Vamos, Rocket, piensa.' Me dije a mí mismo, mientras mis ojos se fijaban en el objetivo al otro lado de los muros del sur. No estaba lejos, pero el camino hacia allí era todo menos sencillo. Frente a nosotros se extendían dos grandes calles que necesitábamos cruzar. La del este, plagada de marinos que detenían a todo aquel que pasaba, era un callejón sin salida para nuestro plan. 'Hehe, ese maldito alboroto en el mercado funcionó mejor de lo esperado.' Me reí para mis adentros. La confusión que había orquestado hacía que esa calle fuera un hervidero de vigilancia, pero también nos despejaba otras opciones.
La ruta al sur parecía más prometedora, aunque no sin riesgos. Había menos soldados y ningún tumulto que complicara las cosas. En teoría, podríamos mezclarnos con la multitud, pasar desapercibidos como simples transeúntes. 'Eso espero,' pensé, ajustándome la capa. Pero había algo que me incomodaba. Al oeste, cerca del gran parque, sentía una presencia inquietante, algo que me instaba a evitar esa dirección a toda costa.Ya estaba decidido a bajar para comentarle a Tadao el plan. Pero los pelos de mi piel se erizaron al completo. Una presencia burlona, esquiva... sí, eso sentía. Parecía como si hubiese otro yo, rastreándome en las sombras. La llegué a sentir muy cerca de mi posición, por lo que en rápida respuesta, sacaba un shuriken el cual lo ponía en mi mano, listo para atacar a quien se acercara. Pero no había nada, no había nadie. Solo el aire al rededor, el cual sentía denso, pesado por la situación. 'Pero qué mierda...' Solo pensaba, mi corazón latía rápido, al igual que lo hacía mi respiración. Me tomé unos segundos para calmarme. '¿Tadao?' Pensé en él, e intenté fijar su posición con el Haki que aún seguía activo.
Llegué a su posición, parecía estar todo en orden. Pero yo me mantenía mirando a todas partes, en todas direcciones. Esa presencia, esa cosa verdaderamente me agito. 'Parece que el Haki no será suficiente. Me tocará estar atento con mis otros sentidos.'
-Este es el plan muchacho. En esta calle que tenemos justo al frente hay pocos marinos, así que esa será la mejor opción. Joder eh. No parecen estar nerviosos ni nada, o que estén buscando algo. Tan solo están haciendo sus rondas cotidianas, así que no debería ser ningún problema atravesar la calle hasta el otro lado. Joder eh.- Volvía a fijarme en su aspecto, observando que estuviera todo en orden. Su peluca, su capa y capucha. También su equipo y ropa. Se lo ajustaba si era necesario. Lo noté algo sudado. -Vamos, límpiate el sudor, vas con Rocket, no hay ningún problema. Joder eh. Tengo el aura de todos los marinos aquí en mi mente, joder eh. Recuerda que tengo el Haki, por eso he logrado más o menos esquivarlos a todos, y esta vez no será menos. Pero haremos algo diferente.-
Lo halé con la capa, para que viese al otro lado de la calle. Y le apuntaba con el dedo. -¿Ves aquello zona al cruzar la calle, esos apartamentos? Espérame ahí, apenas te dé la orden para cruzar, vas y caminas con total tranquilidad. Joder eh-
La idea, pues, era, simple. Con el Haki, tenía en mi memoria la ubicación de por lo menos todos los marinos saque en la calle sur estaban caminando de aquí para allá. Así que le daría la orden a Tadao, en el momento que estuvieran más lejos de la zona por donde iba a cruzar de un lado a otro, para luego volver a meterse entre los callejones de los edificios. Y bueno, yo haría lo mismo unos minutos después. Pero si por algún motivo, algo salía mal esta vez, estaba preparado. Intentaría ser un señuelo, la idea era que Tadao cruzara esa calle, era lo principal. Ya después me las arreglaría yo.