Octojin
El terror blanco
Hace 7 horas
Mayura siendo Mayura, me encanta. Le estoy cogiendo cariño a este Pavo Real, he de admitir. Ten cuidado, ve con pies de plomo, que no quiero tener que llorar otro personaje más. Está en tus manos.
Porter Otto escucha tus palabras con atención, pero su sonrisa se congela ligeramente cuando mencionas el Den Den Mushi que no está en los planos. Frunce el ceño, claramente incómodo, mientras sus ojos vuelan hacia los papeles extendidos en la mesa.
—Estos planos son de confianza absoluta —afirma con un tono que intenta ser seguro, aunque un leve nerviosismo traiciona sus palabras. Y más aún cuando mueve papeles con bastante rapidez, sin que le de casi tiempo a leer de qué va cada uno.
Sin embargo, tu comentario parece haber encendido una chispa de duda en el grupo. Algunos empiezan a moverse incómodos, y los murmullos no tardan en llenar la sala, con un toque de incógnita que claramente es perjudicial para todos. Porter observa el revuelo y, tras un instante, busca entre sus papeles con movimientos rápidos y algo torpes.
—Un segundo —gruñe mientras hojea un listado, su mandíbula se aprieta con rabia al momento. Finalmente, saca su Den Den Mushi y se aleja unos pasos hacia la esquina de la sala. Puedes oír cómo su voz, inicialmente firme, se eleva en un tono autoritario.
—¡¿Cómo es posible que esto no esté actualizado?! ¡Me dijiste que estos eran los últimos planos disponibles! —grita, con un tono que deja bastante claro que está perdiendo la paciencia.
El ambiente en la sala se tensa como una cuerda al borde de romperse. Los demás miembros del equipo se mueven inquietos, intercambiando miradas nerviosas. Tyren, el experto en cerraduras, murmura algo en voz baja a Marek, mientras Jeneva cruza los brazos y mira fijamente la pared, como si ahí estuviese la respuesta y visiblemente molesta. Vayne, el vigía, se queda inmóvil, observándote con una mezcla de desconfianza y curiosidad. ¿Será que piensa que estás saboteando el plan? No lo sabes, pero lo que está claro es que la desconfianza generada en el grupo traerá una serie de conspiratorias acusaciones que mermarán la moral del grupo. Y eso, a tan poco tiempo del golpe... No es la mejor opción, desde luego.
Después de un par de minutos, Porter regresa. Su rostro refleja una mezcla de irritación y determinación, pero cuando se detiene frente a ti, su expresión cambia. Coloca una mano firme en tu hombro y te mira directamente a los ojos.
—Gracias, Mayura —dice con un tono que parece genuino, aunque sus palabras están cargadas de tensión —. He enviado a dos hombres a revisar la zona y asegurarse de que no hay más sorpresas. Mi contacto me dice que estos planos son los más actualizados que hay, pero son de hace seis meses. Quizá han instalado esa cámara nueva o algo, no lo sé. El golpe es esta noche, así que todavía tenemos un margen, pero quiero que todos estemos preparados para lo inesperado. Si algo no coincide con los planos, será una sorpresa para todos.
Porter gira hacia el resto del grupo, empleando de nuevo ese toque autoritario que usó en la llamada de antes.
—Todos fuera. Usen este tiempo para prepararse. Nos reunimos aquí a las diez en punto. Quiero a cada uno listo para moverse. Recordad, preparad todo el material necesario, venid descansados, pero despiertos. Tomad un café o dos antes del golpe, y sed puntuales.
Los murmullos cesan cuando el grupo comienza a abandonar la sala, aunque puedes sentir la tensión en el aire. Algunos te lanzan miradas fugaces antes de desaparecer tras la puerta. Finalmente, te quedas a solas con Porter, quien cruza los brazos y te observa con una intensidad inusual. Mueve su silla hasta una posición para quedarse justo enfrente de ti. Y entonces, te mira de nuevo fijamente.
—Bien, Mayura, ya que parece que tienes un buen ojo para los detalles, dime. ¿Cómo de viable ves este plan? ¿Cambiarías algo? —pregunta, con un tono dejando claro que valora tu opinión más de lo que podría admitir abiertamente.
Por un momento, la sala queda en silencio, salvo por el leve zumbido de la luz en el techo. Porter espera tu respuesta con su mirada fija en ti, como si estuviera evaluando no solo tus palabras, sino también tu capacidad para enfrentar la presión, tus gestos y, sobre todo, si le eres sincero. Sin duda parece que tiene el plan bastante calculado, que ha reunido a la gente que necesita, pero... Quizá veas algo raro, o no te guste. O puede que sí, es tu momento.
—Sea lo que sea que propongas —añade después de un momento—, quiero que recuerdes que una vez que estemos dentro, no hay margen para errores. Piensa bien en estas horas antes del golpe. Todo se basta en un sistema de prioridades, cada uno tiene el suyo. El mío es el botín, y después, mi vida. Pero para ello, cada uno tiene que cumplir su rol al pie de la letra, así como sus prioridades. Así que si tienes algo que decir, ahora es el momento.
La confianza que Porter parece depositar en ti es evidente, pero también lo es el peso de la responsabilidad que intenta compartir contigo. Tras la conversación, Porter te da un último recordatorio.
—Tienes vía libre hasta las diez. Si necesitas algo, hazlo ahora. Nos vemos aquí esta noche —concluye, su tono marcando el fin de la charla.
Es tu momento para brillar, al menos con esa lengua tan juguetona que tienes. Porter analizará no solo tus palabras, sino también tus gestos. Se claro y sincero con él, y quizá te haga caso en lo que pidas. Y, en cualquier caso, prepárate para lo que se viene, porque ningún humano común está preparado para ello.
Porter Otto escucha tus palabras con atención, pero su sonrisa se congela ligeramente cuando mencionas el Den Den Mushi que no está en los planos. Frunce el ceño, claramente incómodo, mientras sus ojos vuelan hacia los papeles extendidos en la mesa.
—Estos planos son de confianza absoluta —afirma con un tono que intenta ser seguro, aunque un leve nerviosismo traiciona sus palabras. Y más aún cuando mueve papeles con bastante rapidez, sin que le de casi tiempo a leer de qué va cada uno.
Sin embargo, tu comentario parece haber encendido una chispa de duda en el grupo. Algunos empiezan a moverse incómodos, y los murmullos no tardan en llenar la sala, con un toque de incógnita que claramente es perjudicial para todos. Porter observa el revuelo y, tras un instante, busca entre sus papeles con movimientos rápidos y algo torpes.
—Un segundo —gruñe mientras hojea un listado, su mandíbula se aprieta con rabia al momento. Finalmente, saca su Den Den Mushi y se aleja unos pasos hacia la esquina de la sala. Puedes oír cómo su voz, inicialmente firme, se eleva en un tono autoritario.
—¡¿Cómo es posible que esto no esté actualizado?! ¡Me dijiste que estos eran los últimos planos disponibles! —grita, con un tono que deja bastante claro que está perdiendo la paciencia.
El ambiente en la sala se tensa como una cuerda al borde de romperse. Los demás miembros del equipo se mueven inquietos, intercambiando miradas nerviosas. Tyren, el experto en cerraduras, murmura algo en voz baja a Marek, mientras Jeneva cruza los brazos y mira fijamente la pared, como si ahí estuviese la respuesta y visiblemente molesta. Vayne, el vigía, se queda inmóvil, observándote con una mezcla de desconfianza y curiosidad. ¿Será que piensa que estás saboteando el plan? No lo sabes, pero lo que está claro es que la desconfianza generada en el grupo traerá una serie de conspiratorias acusaciones que mermarán la moral del grupo. Y eso, a tan poco tiempo del golpe... No es la mejor opción, desde luego.
Después de un par de minutos, Porter regresa. Su rostro refleja una mezcla de irritación y determinación, pero cuando se detiene frente a ti, su expresión cambia. Coloca una mano firme en tu hombro y te mira directamente a los ojos.
—Gracias, Mayura —dice con un tono que parece genuino, aunque sus palabras están cargadas de tensión —. He enviado a dos hombres a revisar la zona y asegurarse de que no hay más sorpresas. Mi contacto me dice que estos planos son los más actualizados que hay, pero son de hace seis meses. Quizá han instalado esa cámara nueva o algo, no lo sé. El golpe es esta noche, así que todavía tenemos un margen, pero quiero que todos estemos preparados para lo inesperado. Si algo no coincide con los planos, será una sorpresa para todos.
Porter gira hacia el resto del grupo, empleando de nuevo ese toque autoritario que usó en la llamada de antes.
—Todos fuera. Usen este tiempo para prepararse. Nos reunimos aquí a las diez en punto. Quiero a cada uno listo para moverse. Recordad, preparad todo el material necesario, venid descansados, pero despiertos. Tomad un café o dos antes del golpe, y sed puntuales.
Los murmullos cesan cuando el grupo comienza a abandonar la sala, aunque puedes sentir la tensión en el aire. Algunos te lanzan miradas fugaces antes de desaparecer tras la puerta. Finalmente, te quedas a solas con Porter, quien cruza los brazos y te observa con una intensidad inusual. Mueve su silla hasta una posición para quedarse justo enfrente de ti. Y entonces, te mira de nuevo fijamente.
—Bien, Mayura, ya que parece que tienes un buen ojo para los detalles, dime. ¿Cómo de viable ves este plan? ¿Cambiarías algo? —pregunta, con un tono dejando claro que valora tu opinión más de lo que podría admitir abiertamente.
Por un momento, la sala queda en silencio, salvo por el leve zumbido de la luz en el techo. Porter espera tu respuesta con su mirada fija en ti, como si estuviera evaluando no solo tus palabras, sino también tu capacidad para enfrentar la presión, tus gestos y, sobre todo, si le eres sincero. Sin duda parece que tiene el plan bastante calculado, que ha reunido a la gente que necesita, pero... Quizá veas algo raro, o no te guste. O puede que sí, es tu momento.
—Sea lo que sea que propongas —añade después de un momento—, quiero que recuerdes que una vez que estemos dentro, no hay margen para errores. Piensa bien en estas horas antes del golpe. Todo se basta en un sistema de prioridades, cada uno tiene el suyo. El mío es el botín, y después, mi vida. Pero para ello, cada uno tiene que cumplir su rol al pie de la letra, así como sus prioridades. Así que si tienes algo que decir, ahora es el momento.
La confianza que Porter parece depositar en ti es evidente, pero también lo es el peso de la responsabilidad que intenta compartir contigo. Tras la conversación, Porter te da un último recordatorio.
—Tienes vía libre hasta las diez. Si necesitas algo, hazlo ahora. Nos vemos aquí esta noche —concluye, su tono marcando el fin de la charla.
Es tu momento para brillar, al menos con esa lengua tan juguetona que tienes. Porter analizará no solo tus palabras, sino también tus gestos. Se claro y sincero con él, y quizá te haga caso en lo que pidas. Y, en cualquier caso, prepárate para lo que se viene, porque ningún humano común está preparado para ello.