Arthur Soriz
Gramps
25-11-2024, 02:14 AM
Cita:OFF: Cambio a primera persona, así no desencaja con tu escritura y se hace ameno <3
Sorpresa y media me llevé al escuchar la voz de alguien juvenil a mi lado. Dejé las cadenas y volteé mi mirar para enfocarlo en aquel muchacho. A juzgar por su apariencia, no pasaba de los diez años. Pude ver claramente su emoción, mezclada con un toque de impresión, y no pude evitar soltar una fugaz risotada. Me crucé de brazos, llené mis pulmones de aire y solté un potente resoplido por la nariz que hizo que mis fosas nasales se ensancharan más de lo normal.
Con el pecho lleno de orgullo, contesté a la primera pregunta que me lanzó aquel muchacho.
—¿Con todo este músculo? ¡Ser un Marine como mi padre, por supuesto! Surcar los mares y llevar justicia a todo ser malvado con mis más poderosas armas... —Hice una pausa, aflojando el cruce de brazos mientras crujía mis nudillos y apretaba los puños con fuerza—. ¡Estos dos puños!
Tras decir eso, me preparé para recibir, con el pecho descubierto y sin temor, todas las preguntas que el jovial muchacho me lanzó como si de una metralleta se tratara. Su energía era contagiosa, y cuando mencionó derrotar a una bestia marina, me arrancó una carcajada a pleno pulmón. Incluso me encontré llevándome la mano al mentón, cuestionándome la idea con una sonrisa tan grande que dejaba ver todos mis dientes. No era que me estuviera inflando el ego; más bien, era una de esas cosas que me encantaría intentar algún día. ¿Por qué no? Aunque solo sea un viejo musculoso que ha pasado toda su vida entrenando para cumplir un sueño que, hasta el día de hoy, no he podido comenzar.
—Hmmm... ¿tú crees, muchacho? Aún no he tenido la oportunidad de probar esa teoría, ¡pero ahora tendré que hacerlo! —exclamé con emoción.
Me puse de cuclillas frente a él, asegurándome de que mi fundoshi estuviera bien sujeto para no dar un espectáculo. Mientras hablaba, mi mirada se desvió ligeramente hacia una cesta de flores no muy lejos de donde estábamos. "¿Vendedor ambulante?", pensé. Sus ropajes estaban limpios, aunque algo gastados; deduje rápidamente que se trataba de alguien de bajos recursos... como yo. Dejé escapar un leve suspiro, disimulado para no borrar la sonrisa feliz que tenía en el rostro.
—Soy Arthur Soriz, futuro Almirante de la Marina —dije mientras extendía mi enorme mano hacia el chico para estrechársela—. ¿Y tú, muchacho de las flores? ¿Cómo te llamas?