Arthur Soriz
Gramps
25-11-2024, 10:24 PM
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día 3 de verano
año 724
año 724
— ¿Cómo lo vas llevando, Arthur?
Preguntó el Sargento Viren, a lo que casi de inmediato Arthur hizo el característico saludo Marine respetuoso poniéndose erguido y mirando al frente.
— ¡Señor, muy bien señor!
— Descansa, soldado... solamente soy yo.
— Aún así... ¿en qué le puedo ayudar? — preguntó el anciano, relajando su postura y cruzándose de brazos; para mayor comodidad. — Creí que estaría ocupado con otras cosas, honestamente.
— Ah... sobre eso, no te preocupes. Y ya te dije que puedes tutearme, joder. — rechistó el joven Sargento, renegando suavemente con la cabeza para inmediatamente seguir hablando luego de suspirar ligeramente. Era incapaz de todos modos romper esa terquedad profesional que mostraba Arthur... no de momento al menos. — Quiero que socialices un poco con los demás soldados rasos, estás todo el día trabajando y entrenando... van a pensar que eres un 'workaholic'.
— ¿Un qué, señor...?
— ... Nada, que hables con los demás Marines, es una orden.
— ¡Señor, sí señor!
Tras decir esto último, Viren giró los ojos en blanco y se retiró a seguir haciendo sus cosas, frustrado de que el viejo no se relajara un poco aunque sea y disfrutara de la vida... no todo era trabajo incluso para un Marine, pero al parecer su ferviente deseo de ser uno no le permitía tomarse las cosas con calma, aún no. Así el anciano recorrió la base, charlando con algunos de los reclutas, otros de su rango o incluso mayor, pero siempre con un respeto profesional, al menos hasta que se aproximó a una figura femenina, alta y esbelta.
Aclaró su garganta, no queriendo ser descortés por si estaba ocupada con algo. Su cabellera rojiza como el fuego y ese par de cuernos que asomaban le dejaban inquirir que no era una humana.
— ¡AHEM!~ Disculpe, señorita...
Buena manera de comenzar una conversación. Esperó a que se diera vuelta si es que acaso lo hacía, tampoco es que pensara obligar a todos aquellos con los que se cruzaran en su camino a entablar una conversación con él, pero sí que era agradable intercambiar algunas palabras con los que estaban ahora mismo en la base siempre y cuando mostrasen interés.
Preguntó el Sargento Viren, a lo que casi de inmediato Arthur hizo el característico saludo Marine respetuoso poniéndose erguido y mirando al frente.
— ¡Señor, muy bien señor!
— Descansa, soldado... solamente soy yo.
— Aún así... ¿en qué le puedo ayudar? — preguntó el anciano, relajando su postura y cruzándose de brazos; para mayor comodidad. — Creí que estaría ocupado con otras cosas, honestamente.
— Ah... sobre eso, no te preocupes. Y ya te dije que puedes tutearme, joder. — rechistó el joven Sargento, renegando suavemente con la cabeza para inmediatamente seguir hablando luego de suspirar ligeramente. Era incapaz de todos modos romper esa terquedad profesional que mostraba Arthur... no de momento al menos. — Quiero que socialices un poco con los demás soldados rasos, estás todo el día trabajando y entrenando... van a pensar que eres un 'workaholic'.
— ¿Un qué, señor...?
— ... Nada, que hables con los demás Marines, es una orden.
— ¡Señor, sí señor!
Tras decir esto último, Viren giró los ojos en blanco y se retiró a seguir haciendo sus cosas, frustrado de que el viejo no se relajara un poco aunque sea y disfrutara de la vida... no todo era trabajo incluso para un Marine, pero al parecer su ferviente deseo de ser uno no le permitía tomarse las cosas con calma, aún no. Así el anciano recorrió la base, charlando con algunos de los reclutas, otros de su rango o incluso mayor, pero siempre con un respeto profesional, al menos hasta que se aproximó a una figura femenina, alta y esbelta.
Aclaró su garganta, no queriendo ser descortés por si estaba ocupada con algo. Su cabellera rojiza como el fuego y ese par de cuernos que asomaban le dejaban inquirir que no era una humana.
— ¡AHEM!~ Disculpe, señorita...
Buena manera de comenzar una conversación. Esperó a que se diera vuelta si es que acaso lo hacía, tampoco es que pensara obligar a todos aquellos con los que se cruzaran en su camino a entablar una conversación con él, pero sí que era agradable intercambiar algunas palabras con los que estaban ahora mismo en la base siempre y cuando mostrasen interés.