
Atlas
Nowhere | Fénix
26-11-2024, 11:03 PM
Te abalanzas sobre Vengeance a una velocidad endemoniada valiéndote de tus alas. Él te recibe con media sonrisa asomando en su rostro, como quien por fin está en casa después de mucho tiempo fuera de su hogar. Sus labios son humedecidos de nuevo por su lengua justo antes de que, con un veloz y extremadamente preciso gesto en el que se coloca de perfil durante unos segundos, se haga a un lado para que tu ofensiva pase sin llegar a herirle lo más mínimo.
En el momento en que te des la vuelta para mirarle —si es que lo haces— puedes apreciar a la perfección el éxtasis en sus ojos, provocado por la adrenalina que corre por sus venas al hacer lo que más le gusta: combatir. El tipo da un par de pasos hacia su derecha antes de, pausados y confiados, antes de apuntar en dirección a ti con la daga que mantiene en su mano derecha. Acto seguido, toma la iniciativa y decide probar qué tal se te da eso de reaccionar cuando es otro el que te ataca.
En lo que parece ser una maniobra para comenzar a medirte, mueve sus dos dagas de forma que traza con ella una equis a la altura de tu pecho, comenzando a la altura de tus caderas y extendiéndose hacia arriba con la intención de abandonar tu cuerpo por tus hombros.
Durante el recorrido abre de nuevo esa boca llena de ímpetu y entusiasmo, pero no para dirigirse a ti, sino al tiburón:
—¿En serio, Fiuri? ¿Serás capaz de quedarte ahí quieto viendo como mato al tipo que has mandado a resolver tus problemas? —Hace una pausa en la que libera una larga y profunda carcajada—. Pobre marrajo, que un día fue un tiburón que se comió el mar y ahora es sólo un pez payaso que procura mantenerse a salvo a espaldas de otros que dan la cara por él. Y con respecto a ti —dice al tiempo que centra en ti toda su atención—, espero que tengas todas tus cosas en orden, porque no vas a salir con vida de esta playa.