Atlas
Nowhere | Fénix
27-11-2024, 03:20 PM
Parecía que el gran nudo que encerraba la historia que mantenía cautiva a la gente de Ushu comenzaba a desenmarañarse. Un hombre en teoría bueno que como consecuencia de una traición se había convertido en la antítesis de lo que antes era. Historias como aquélla no dejaban de manifestar claramente que hasta en las personas en teoría más virtuosas había un poso de oscuridad, uno que bien podía permanecer callado —o silenciado— por siempre o, por el contrario, ver la luz de la formas más crueles imaginables...
No, aquel deje de maldad siempre debía haber estado en su interior. Una persona eminentemente buena, por muy lastimada que fuese, jamás podría hacerle algo así a nadie; mucho menos a una pobre niña enfermiza que no tenía culpa alguna de lo que hubiese hecho o dejado de hacer su madre. La forma de proceder del alcalde reflejaba una personalidad rencorosa, cruel y fría capaz de hacer perdurar el dolor y el sufrimiento durante años. No, no podía ser una buena persona malograda, sino un lobo que durante toda su vida había tenido puesta la piel del cordero.
Entonces recordé algo:
—Lautaro mencionó a Lican durante una de nuestras conversaciones. Decía que había hecho varias de esas cosas que me has contado que hizo él y se preguntaba si la persona con la que me había encontrado podría ser él o no. —Seguí hablando antes de que tuviesen tiempo de interrumpirme, pues aún no les había dicho nada sobre el laboratorio secreto—. Al poco de llegar aquí me encontré, diría que por error por parte de quien la mantenga cautiva, con Lisa. Me miraba desde detrás de una de las casas y cuando quise darme cuenta se la habían llevado a la fuerza. La seguí, llegando a un muro o una muralla medio escondido en el bosque cercano al pueblo. Tenía una entrada oculta y en el interior había muchas cosas. Estaba Lisa, claro, a quien estaban usando como una especie de guardiana en medio de su locura inducida. Había pruebas tanto por escrito como visibles de experimentos llevados a cabo por quien solo podrían ser auténticos monstruos, como lo que juraría que era elatrinina en estado gaseoso, que además brotaba de los cuerpos abatidos de personas... Algo de lo más turbio y oscuro. La cuestión es que tuve que salir de allí y en el proceso me topé con un científico, un tipo que llevaba una máscara. No pude verle la cara porque estaba envuelto en esa nube de gas, pero Lautaro se sorprendió, no sé si sería algo real o fingido, y se preguntó si podría tratarse de Lican. Por lo que me cuentas, no lo creo..., pero ya no sé qué pensar. En cualquier caso, queda humanidad en ella. Conseguí conectar con la verdadera Lisa y dejó de atacarme. Creía que podría sacarla de allí, pero la metieron de nuevo en una de esas asquerosas nubes y volvió a irse y comenzó a atacarme de nuevo.
Dejé unos largos segundos para que mis oyentes asimilasen la información, los cuales aproveché para volver a guardar mi naginata y dejar que los datos calasen en ellos.
—Os propongo una cosa. Lo más importante aquí es que Lisa vuelva a la normalidad cuanto antes. Id a por ella, si es que sigue en el lugar que os he dicho, y yo iré a detener a Lautaro. Emma puede venir conmigo si preferís que no se exponga a los peligros que pueda haber allí y así podrá ayudarme con cualquier nueva mentira que Lautaro intente tirarme encima para salirse con la suya. ¿Qué os parece? Yo ya reuní pistas e información, pero si cogéis todo lo que encontréis en ese laboratorio y me lo entregáis haré hasta lo imposible para que ese malnacido no vuelva a ver la luz del día en lo que le reste de vida.
No, aquel deje de maldad siempre debía haber estado en su interior. Una persona eminentemente buena, por muy lastimada que fuese, jamás podría hacerle algo así a nadie; mucho menos a una pobre niña enfermiza que no tenía culpa alguna de lo que hubiese hecho o dejado de hacer su madre. La forma de proceder del alcalde reflejaba una personalidad rencorosa, cruel y fría capaz de hacer perdurar el dolor y el sufrimiento durante años. No, no podía ser una buena persona malograda, sino un lobo que durante toda su vida había tenido puesta la piel del cordero.
Entonces recordé algo:
—Lautaro mencionó a Lican durante una de nuestras conversaciones. Decía que había hecho varias de esas cosas que me has contado que hizo él y se preguntaba si la persona con la que me había encontrado podría ser él o no. —Seguí hablando antes de que tuviesen tiempo de interrumpirme, pues aún no les había dicho nada sobre el laboratorio secreto—. Al poco de llegar aquí me encontré, diría que por error por parte de quien la mantenga cautiva, con Lisa. Me miraba desde detrás de una de las casas y cuando quise darme cuenta se la habían llevado a la fuerza. La seguí, llegando a un muro o una muralla medio escondido en el bosque cercano al pueblo. Tenía una entrada oculta y en el interior había muchas cosas. Estaba Lisa, claro, a quien estaban usando como una especie de guardiana en medio de su locura inducida. Había pruebas tanto por escrito como visibles de experimentos llevados a cabo por quien solo podrían ser auténticos monstruos, como lo que juraría que era elatrinina en estado gaseoso, que además brotaba de los cuerpos abatidos de personas... Algo de lo más turbio y oscuro. La cuestión es que tuve que salir de allí y en el proceso me topé con un científico, un tipo que llevaba una máscara. No pude verle la cara porque estaba envuelto en esa nube de gas, pero Lautaro se sorprendió, no sé si sería algo real o fingido, y se preguntó si podría tratarse de Lican. Por lo que me cuentas, no lo creo..., pero ya no sé qué pensar. En cualquier caso, queda humanidad en ella. Conseguí conectar con la verdadera Lisa y dejó de atacarme. Creía que podría sacarla de allí, pero la metieron de nuevo en una de esas asquerosas nubes y volvió a irse y comenzó a atacarme de nuevo.
Dejé unos largos segundos para que mis oyentes asimilasen la información, los cuales aproveché para volver a guardar mi naginata y dejar que los datos calasen en ellos.
—Os propongo una cosa. Lo más importante aquí es que Lisa vuelva a la normalidad cuanto antes. Id a por ella, si es que sigue en el lugar que os he dicho, y yo iré a detener a Lautaro. Emma puede venir conmigo si preferís que no se exponga a los peligros que pueda haber allí y así podrá ayudarme con cualquier nueva mentira que Lautaro intente tirarme encima para salirse con la suya. ¿Qué os parece? Yo ya reuní pistas e información, pero si cogéis todo lo que encontréis en ese laboratorio y me lo entregáis haré hasta lo imposible para que ese malnacido no vuelva a ver la luz del día en lo que le reste de vida.