
Iris
La bala blanca
28-11-2024, 09:58 PM
—Entonces lo mejor será que no me hagas perder dinero— Fue la respuesta de la chica a la sugerencia que le había hecho Ares. Seguidamente le hizo un gesto con la cabeza para que le siguiera—¿Vamos?
Iris sabía como moverse en esos ambientes y no era algo que pretendía ocultar, así que la peliblanca se deslizó con soltura entre las personas que esperaban a que el espectáculo comenzara y apartando a aquellos que hacían cola para apuntarse a la pelea.
—¡Quítate del medio, gilipollas!— Le soltó a un hombre que se había tropezado con ella, empujándola y haciendo que perdiera un poco el equilibrio.
Aquel desgraciado iba tan borracho que ni se percató del comentario de Iris y siguió su camino. La peliblanca chasqueó la lengua en una clara señal de desaprobación. El asco se reflejaba en su cara.
—En fin...— Se giró a su compañero— Espero que se te den bien las peleas, porque parece ser que tienes buenos contrincantes.
La gente que estaba delante de ellos en la cola parecía dura de pelar, algunos tenían cicatrices y sus musculos eran el triple que la cabeza de la chica. Pero bien sabía ella que a veces todo eso era una fachada, sólo hacía falta un poco de cerebro para encargarse de la mitad de ellos. Espero durante unos minutos, junto a Ares, hasta que casi le toco el turno de insribirse. Mirando al Diablos le lanzó una bolsita con el dinero que necesitaba para la inscripción.
—Te esperare por ahí, suerte, grandullón.
Con un guiño y un gesto con la mano la Solarian se despidió de su acompañante y se entremezcló entre el gentío. Aprovechando que había perdido de vista a Ares sacó una pequeña libreta y empezó a apuntar las cosas que le parecían de interés para sus planes de futuro, mientras iba intercalando tragos de su bebida y caladas del cigarro que se había encendido segundos antes.
El agudo pitido que indicaba el inicio de las peleas le sacó de su ensimismamiento, llevaba un rato ya echando cuentas de lo que le costaría montar un local mejor que ese, la competencia no era la mejor que digamos. Iris se movió entre el gentío hasta que se pudo colocar en primera fila, delante del Ring. Buscó con la mirada a su compañero pero no le encontró y encogiéndose de hombros se apoyó con los brazos en la barra que delimitaba el campo de lucha. Por unos Den den mushi que servían a su vez de altavoces anunciaron el inicio de las peleas.
La Solarian sonrió, expectante, siempre le había encantado ver una buena batalla.
Iris sabía como moverse en esos ambientes y no era algo que pretendía ocultar, así que la peliblanca se deslizó con soltura entre las personas que esperaban a que el espectáculo comenzara y apartando a aquellos que hacían cola para apuntarse a la pelea.
—¡Quítate del medio, gilipollas!— Le soltó a un hombre que se había tropezado con ella, empujándola y haciendo que perdiera un poco el equilibrio.
Aquel desgraciado iba tan borracho que ni se percató del comentario de Iris y siguió su camino. La peliblanca chasqueó la lengua en una clara señal de desaprobación. El asco se reflejaba en su cara.
—En fin...— Se giró a su compañero— Espero que se te den bien las peleas, porque parece ser que tienes buenos contrincantes.
La gente que estaba delante de ellos en la cola parecía dura de pelar, algunos tenían cicatrices y sus musculos eran el triple que la cabeza de la chica. Pero bien sabía ella que a veces todo eso era una fachada, sólo hacía falta un poco de cerebro para encargarse de la mitad de ellos. Espero durante unos minutos, junto a Ares, hasta que casi le toco el turno de insribirse. Mirando al Diablos le lanzó una bolsita con el dinero que necesitaba para la inscripción.
—Te esperare por ahí, suerte, grandullón.
Con un guiño y un gesto con la mano la Solarian se despidió de su acompañante y se entremezcló entre el gentío. Aprovechando que había perdido de vista a Ares sacó una pequeña libreta y empezó a apuntar las cosas que le parecían de interés para sus planes de futuro, mientras iba intercalando tragos de su bebida y caladas del cigarro que se había encendido segundos antes.
El agudo pitido que indicaba el inicio de las peleas le sacó de su ensimismamiento, llevaba un rato ya echando cuentas de lo que le costaría montar un local mejor que ese, la competencia no era la mejor que digamos. Iris se movió entre el gentío hasta que se pudo colocar en primera fila, delante del Ring. Buscó con la mirada a su compañero pero no le encontró y encogiéndose de hombros se apoyó con los brazos en la barra que delimitaba el campo de lucha. Por unos Den den mushi que servían a su vez de altavoces anunciaron el inicio de las peleas.
La Solarian sonrió, expectante, siempre le había encantado ver una buena batalla.