Irritado, el mosqueo era claramente visible en el rostro de Byron, el fulgor de sus ojos transmitía un fuerte desprecio hacia el discurso del pirata manco y tuerto. No negaría que la forma de usar su lengua desprendía un cierto carisma, y con ella podría engatusar fácilmente a cualquier ciudadano de a pie, Byron, al también poseer una labia versada, podía ver a través de los huecos y medias verdades de su habladuría barata, al fin y al cabo, él también se había servido de estos trucos manipulatorios cuando le fue necesario.
Si, el tipo tenía un punto, el siempre presente abuso de fuertes a débiles, el como estos se aprovechaban de las esperanzas y necesidades de los habitantes comunes para ellos lograr sus objetivos, manchando todo con fuego y sangre si era necesario. El tuerto, era un producto de eso mismo, la viva imagen de lo que en lo que podía convertirte haberte envuelto en el camino de las ambiciones de algún que otro interesado. No era un conocimiento al que Byron fuese ajeno, después de todo en su pasado se había topado con aquellos que no dudaban en aplastar un insecto para cumplir su objetivo, teñidos con la crueldad más básica y simplista, pues eran motivados por sus sentimientos más profundos y primitivos.
Un camino de venganza, un camino amargo que él mismo también podría haber tomado, ¿pero de qué hubiese servido? Quizás es por este motivo por el que a Byron le resultaba tan molesto ese sujeto, en parte era un reflejo de lo que podía haber sido él, después de todo eran dos caras de la misma moneda. Además de todo esto, la hipocresía barata, el ver la paja en el ojo ajeno, sin ser completamente objetivo con sus acciones, recriminando la posible muerte de inocentes, pero él masacrando a otros indefensos por sus desvirtuadas convicciones, provocaron náuseas al zagal.
¿Cómo de podrida tenía que tener la mente alguien así? No lo sabía, pero algo había dejado claro, con tales razonamientos Byron no consideraría que ese tipo fuese alguien inteligente.
![[Imagen: QPzaR95.png]](https://i.imgur.com/QPzaR95.png)
Tras esas palabras, agitó su espada para limpiar aquella sangre, y la guardó en su cintura mientras avanzaba lentamente. Había escuchado perfectamente a Yoshi darle una orden e interactuar con él, pero no pudo cumplir antes su cometido, pues el escuchar aquel patético discurso lo había enfurecido a tal punto que, aun soltando su contestación, su pecho seguía intranquilo y exhalando ira. Así pues, para contestar a Yoshi simplemente dio una palmada en su espalda al avanzar por su lado, dejando a aquellos tres atrás, y a juzgar por su rostro, no dejando lugar a réplica a la conversación anterior.
Durante aquel breve camino hasta la cuerda que debía cortar para emprender el viaje y cumplir con la misión, Byron se tranquilizó. No podía negar que estaba algo cansado debido al estresante encontronazo anterior, pero tenía que seguir alerta la misión aún no estaba cumplía. Una vez cortó la cuerda, pensó en reunirse con Hato, después de todo era mejor estar acompañado de una bella dama a esperar solo, igual podría intentar cortejarla e invitarla a tomar algo en una posada al acabar el trabajo.
Perdido en sus fantasías avanzó por la cubierta, a pesar de estar hecha de maderas rojizas, era increíble lo mucho que destacaba el rojo de la sangre. Fue entonces cuando paró su camino al escuchar el grito de Hato, al parecer a lo lejos la guardia y la marina comenzaba a movilizarse, teníamos que darnos prisa si queríamos cumplir con la misión, de lo contrario, un futuro oscuro aguardaba. Inquieto, se llevó la mano a la empuñadura de su espada y exclamó con fuerza, para que todos los cercanos al barco escuchasen.
![[Imagen: w1fxG6v.png]](https://i.imgur.com/w1fxG6v.png)
Si, el tipo tenía un punto, el siempre presente abuso de fuertes a débiles, el como estos se aprovechaban de las esperanzas y necesidades de los habitantes comunes para ellos lograr sus objetivos, manchando todo con fuego y sangre si era necesario. El tuerto, era un producto de eso mismo, la viva imagen de lo que en lo que podía convertirte haberte envuelto en el camino de las ambiciones de algún que otro interesado. No era un conocimiento al que Byron fuese ajeno, después de todo en su pasado se había topado con aquellos que no dudaban en aplastar un insecto para cumplir su objetivo, teñidos con la crueldad más básica y simplista, pues eran motivados por sus sentimientos más profundos y primitivos.
Un camino de venganza, un camino amargo que él mismo también podría haber tomado, ¿pero de qué hubiese servido? Quizás es por este motivo por el que a Byron le resultaba tan molesto ese sujeto, en parte era un reflejo de lo que podía haber sido él, después de todo eran dos caras de la misma moneda. Además de todo esto, la hipocresía barata, el ver la paja en el ojo ajeno, sin ser completamente objetivo con sus acciones, recriminando la posible muerte de inocentes, pero él masacrando a otros indefensos por sus desvirtuadas convicciones, provocaron náuseas al zagal.
¿Cómo de podrida tenía que tener la mente alguien así? No lo sabía, pero algo había dejado claro, con tales razonamientos Byron no consideraría que ese tipo fuese alguien inteligente.
Tras esas palabras, agitó su espada para limpiar aquella sangre, y la guardó en su cintura mientras avanzaba lentamente. Había escuchado perfectamente a Yoshi darle una orden e interactuar con él, pero no pudo cumplir antes su cometido, pues el escuchar aquel patético discurso lo había enfurecido a tal punto que, aun soltando su contestación, su pecho seguía intranquilo y exhalando ira. Así pues, para contestar a Yoshi simplemente dio una palmada en su espalda al avanzar por su lado, dejando a aquellos tres atrás, y a juzgar por su rostro, no dejando lugar a réplica a la conversación anterior.
Durante aquel breve camino hasta la cuerda que debía cortar para emprender el viaje y cumplir con la misión, Byron se tranquilizó. No podía negar que estaba algo cansado debido al estresante encontronazo anterior, pero tenía que seguir alerta la misión aún no estaba cumplía. Una vez cortó la cuerda, pensó en reunirse con Hato, después de todo era mejor estar acompañado de una bella dama a esperar solo, igual podría intentar cortejarla e invitarla a tomar algo en una posada al acabar el trabajo.
Perdido en sus fantasías avanzó por la cubierta, a pesar de estar hecha de maderas rojizas, era increíble lo mucho que destacaba el rojo de la sangre. Fue entonces cuando paró su camino al escuchar el grito de Hato, al parecer a lo lejos la guardia y la marina comenzaba a movilizarse, teníamos que darnos prisa si queríamos cumplir con la misión, de lo contrario, un futuro oscuro aguardaba. Inquieto, se llevó la mano a la empuñadura de su espada y exclamó con fuerza, para que todos los cercanos al barco escuchasen.