Ray
Kuroi Ya
29-11-2024, 07:22 PM
El supernova hace gala de sus habilidades, danzando entre las llamas emitidas por los filos de sus dos espadas con gran agilidad y una envidiable precisión. Primero bloquea sin demasiado esfuerzos el intento del primero de los tigres por apresar su extremidad, consiguiendo detenerlo sobradamente. Y después, apenas habiendo transcurrido un instante, efectúa una serie de impecables movimientos en un veloz y letal giro que crea lo que casi podría decirse que parece un tornado de cortes que se extienden a su alrededor, arrasando con todo a su paso.
Ninguno de los felinos es capaz de evitarlo, el primero porque aún está sorprendido por el hecho de que el lunarian hubiera sido capaz de detener su intento de agarre y el segundo porque todavía se encuentra en el aire, tratando de alcanzar al pirata, cuando se encuentra con este ataque ante sí. Ambos caen, heridos y sangrando. El que se encontraba en el aire ha logrado interponer sus garras y colmillos y amortiguar una parte del impacto, pero el que estaba en el suelo lo ha recibido de lleno. Sus aullidos pueden oírse seguramente en la lejanía, constituyendo a buen seguro un sonido de mal augurio para cualquiera que se haya atrevido a aventurarse en la espesura en un día como aquel.
Los dos felinos, que aunque están heridos están lejos de haber sido derrotados, comprenden no obstante que se encuentran ante un enemigo al que no pueden vencer. Viviendo tan cerca de los dojos es posible que el lunarian no sea el primer luchador poderoso que enfrentan, o al menos eso podría deducirse de su comportamiento después de que el ardiente acero del pirata mordiera su piel. Entre aullidos lastimeros y algún que otro rugido amenazador dando a entender que no verían bien un intento de perseguirles, ambos felinos se alejan corriendo. Conscientes de la extrema dificultad de la batalla ante sí, los dos se niegan a mirar atrás y huyen con el convencimiento de no estar arriesgando innecesariamente sus vidas ante un enemigo de tanta entidad.
El pirata tiene la opción de perseguirles, claro, aunque hay que decir que no van montaña arriba. En dicha dirección no hay ningún camino claro, simplemente continúa habiendo árboles. Tampoco es que haya mucho más en las siguientes direcciones, así que tome cual tome es difícil saber qué encontrará después. La densa niebla no parece que vaya a desaparecer, y tampoco da la sensación de que las temperaturas vayan a aumentar, pero no es ningún problema para el lunarian. Al menos de momento, claro.
Ninguno de los felinos es capaz de evitarlo, el primero porque aún está sorprendido por el hecho de que el lunarian hubiera sido capaz de detener su intento de agarre y el segundo porque todavía se encuentra en el aire, tratando de alcanzar al pirata, cuando se encuentra con este ataque ante sí. Ambos caen, heridos y sangrando. El que se encontraba en el aire ha logrado interponer sus garras y colmillos y amortiguar una parte del impacto, pero el que estaba en el suelo lo ha recibido de lleno. Sus aullidos pueden oírse seguramente en la lejanía, constituyendo a buen seguro un sonido de mal augurio para cualquiera que se haya atrevido a aventurarse en la espesura en un día como aquel.
Los dos felinos, que aunque están heridos están lejos de haber sido derrotados, comprenden no obstante que se encuentran ante un enemigo al que no pueden vencer. Viviendo tan cerca de los dojos es posible que el lunarian no sea el primer luchador poderoso que enfrentan, o al menos eso podría deducirse de su comportamiento después de que el ardiente acero del pirata mordiera su piel. Entre aullidos lastimeros y algún que otro rugido amenazador dando a entender que no verían bien un intento de perseguirles, ambos felinos se alejan corriendo. Conscientes de la extrema dificultad de la batalla ante sí, los dos se niegan a mirar atrás y huyen con el convencimiento de no estar arriesgando innecesariamente sus vidas ante un enemigo de tanta entidad.
El pirata tiene la opción de perseguirles, claro, aunque hay que decir que no van montaña arriba. En dicha dirección no hay ningún camino claro, simplemente continúa habiendo árboles. Tampoco es que haya mucho más en las siguientes direcciones, así que tome cual tome es difícil saber qué encontrará después. La densa niebla no parece que vaya a desaparecer, y tampoco da la sensación de que las temperaturas vayan a aumentar, pero no es ningún problema para el lunarian. Al menos de momento, claro.