Hyun Yeon
Tsubaki no Ken
06-08-2024, 06:34 AM
(Última modificación: 06-08-2024, 06:42 AM por Hyun Yeon.)
Jimbo no parecía tener suficiente capacidad de atención como para retenerla en algo más de cinco segundos. Se marchó sin darme respuesta a qué era, dejándome comiéndome la curiosidad. Por otro lado, Yoshiro sí que me contestó. Su respuesta fue tan predecible como decepcionante me resultó. Pero en cualquier caso, me centré en otras cosas. No parecía que nadie estuviera interesado en escuchar mi opinión sobre qué deberíamos hacer con respecto a la cacería, aunque aún sin haberme escuchado, habían acabado haciendo lo mismo que había sugerido. Suficiente para mí, aunque me sintiera un poco herido en el orgullo.
Mientras nos dirigíamos a la manada de ñúes, el chico agraciado se me presentó como Terence. Y esa fue la interacción más normal que se produjo en los siguientes minutos. Jimbo comenzó a saltar de un lado a otro con comentarios poco diplomáticos, aunque aparentemente inintencionados, sobre los clientes. Mientras tanto los clientes se preparaban para abrir fuego, Yoshiro les daba intrucciones razonable que yo no dudaba que rechazarían y Lovecraft se adelantaba haciéndonos gestos y señalando algo entre las hierbas. ¿Había visto algo más? Entrecerré los ojos y presté atención. No es por alardear, pero siempre he tenido buena vista y mejor oído, y no dudo en hacer uso de ambos.
Imité a Jimbo y traté de captar la dirección del viento lamiendo mi dedo - me adelantaré para situarme. Alguien tendrá que cumplir la petición del director... por poco que me guste - comenté a Yoshiro, Jimbo y Lovecraft en voz baja. No pretendía dejar fuera a Terence, pero no quería que los clientes escuchasen nada que no debían. Además, esperaba que intuyera mis intenciones al verme entrar en acción. Mi intención era moverme a barlovento hacia los ñúes para que no les llegase mi olor, moviéndome en silencio y agachado, tratando de usar la hierba alta de la sabana y obstáculos naturales que pudiera encontrar como cobertura. Así, una vez lográsemos que la manada entrase en estampida (bien por algún plan de mis compañeros, bien porque los clientes disparasen antes de tiempo estúpidamente), podría atacar por sorpresa a algún ñu y lisiarlo para facilitar la caza. No me gustaba nada, aquellos animales no se merecían ser la diversión de aquella gente... pero necesitaba el dinero. Mi familia confía en mí.