Raiga Gin Ebra
-
03-12-2024, 12:51 AM
El sonido ensordecedor de los cañonazos retumba en tus oídos mientras te colocas frente al Faro de Rostock. Las balas de cañón pirata cortan el aire con furia, cada una prometiendo destrucción. Los gritos de tus compañeros resonaban en tus oídos mientras te concentrabas en el objetivo: proteger el faro a toda costa.
Tu brazo derecho comienza a brillar intensamente mientras el calor abrasador de la Magu Magu no Mi se desata. La transformación es instantánea; tu brazo se convierte en un torrente de lava candente que emite un resplandor anaranjado. Das un paso adelante, ignorando el calor que comienza a quemar el césped bajo tus pies.
El primer disparo de lava alcanza de lleno una de las balas de cañón, fundiéndola en un instante y dispersando el metal líquido en todas direcciones. La segunda y la tercera siguen el mismo destino, mientras que la cuarta se escapa por poco, impactando en el faro y haciendo que algún que otro trozo de ladrillos caigan al suelo. Cada explosión llena el aire con un resplandor infernal y un olor a azufre. Las balas restantes se desintegran antes de tocar el faro. Por un momento, sientes el peso del éxito, pero la lava que cae comienza a provocar estragos en el suelo.
Las llamas comienzan a propagarse rápidamente por el césped seco que rodea el faro. El calor aumenta, y el humo oscuro se eleva al cielo, creando una nueva amenaza en medio del caos. Escuchas maldiciones detrás de ti mientras los soldados intentan contener el incendio improvisado. Aunque tu ofensiva fue efectiva, el daño colateral es innegable.
—¡Alguien que traiga agua o estas llamas van a consumirlo todo! —grita un marine cercano mientras corres hacia la base del faro.
Tienes unos segundos de respiro. Quizá puedas fijarte en la gran placa que menciona a los marines que protegieron el faro. Takahiro, Ray, Atlas, Camille y Octojin tienen en la placa una especie de mención de honor por haber protegido el faro de los piratas veganos. Quizá todo eso está relacionado con la historia que oíste anteriormente en la base.
El barco pirata, sin embargo, no pierde tiempo. Otra batería de cañonazos es disparada desde la cubierta, esta vez con un objetivo claro que repite: el faro. Diez balas surcan el aire, y cuatro de ellas se dirigen directamente hacia la estructura. Sus sombras se proyectan ominosamente en el suelo mientras decides qué hacer.
Apenas tienes tiempo de reaccionar cuando el barco finalmente llega al puerto. Desde tu posición, puedes ver a los piratas desembarcando con rapidez y formación. Cuatro grupos de diez hombres, cada uno moviéndose estratégicamente para rodear las defensas de la base. Os están haciendo claramente un sándwich. Van a intentar atacaros por todos los frentes.
Uno de los reclutas se acerca corriendo, su rostro pálido por la mezcla de sudor y miedo te indica que no trae buenas noticias.
—¡Suboficial Henry! Están intentando dividir nuestras fuerzas. ¡Los piratas avanzan desde cuatro direcciones diferentes!
Si miras hacia los grupos enemigos... Son demasiados para enfrentarlos tú solo, pero rendirse no es una opción. Piensa rápido. El faro sigue siendo el objetivo prioritario. Si lo destruyen, la isla quedará a merced de cualquiera que decida atacar. Pero un buen marine intenta siempre que haya el mínimo número de bajas, no. Bueno, más que un buen marine un marine promedio. Se puede ser bueno siendo un auténtico asesino de piratas, ¿verdad?
Si vuelves la mirada al puerto. La distancia entre tú y los piratas no es tanta, pero suficiente para maniobrar con cierta rapidez. Las miradas están puestas en ti. La estrategia parece vital ahora. Cuentas con un pelotón de veinte marines a tu lado. Estáis en inferioridad, pero una buena estrategia podría aumentar el porcentaje de vuestra victoria.
A ojo, los piratas estarán en unos dos minutos en vuestra posición. El tiempo apremia.
Tu brazo derecho comienza a brillar intensamente mientras el calor abrasador de la Magu Magu no Mi se desata. La transformación es instantánea; tu brazo se convierte en un torrente de lava candente que emite un resplandor anaranjado. Das un paso adelante, ignorando el calor que comienza a quemar el césped bajo tus pies.
El primer disparo de lava alcanza de lleno una de las balas de cañón, fundiéndola en un instante y dispersando el metal líquido en todas direcciones. La segunda y la tercera siguen el mismo destino, mientras que la cuarta se escapa por poco, impactando en el faro y haciendo que algún que otro trozo de ladrillos caigan al suelo. Cada explosión llena el aire con un resplandor infernal y un olor a azufre. Las balas restantes se desintegran antes de tocar el faro. Por un momento, sientes el peso del éxito, pero la lava que cae comienza a provocar estragos en el suelo.
Las llamas comienzan a propagarse rápidamente por el césped seco que rodea el faro. El calor aumenta, y el humo oscuro se eleva al cielo, creando una nueva amenaza en medio del caos. Escuchas maldiciones detrás de ti mientras los soldados intentan contener el incendio improvisado. Aunque tu ofensiva fue efectiva, el daño colateral es innegable.
—¡Alguien que traiga agua o estas llamas van a consumirlo todo! —grita un marine cercano mientras corres hacia la base del faro.
Tienes unos segundos de respiro. Quizá puedas fijarte en la gran placa que menciona a los marines que protegieron el faro. Takahiro, Ray, Atlas, Camille y Octojin tienen en la placa una especie de mención de honor por haber protegido el faro de los piratas veganos. Quizá todo eso está relacionado con la historia que oíste anteriormente en la base.
El barco pirata, sin embargo, no pierde tiempo. Otra batería de cañonazos es disparada desde la cubierta, esta vez con un objetivo claro que repite: el faro. Diez balas surcan el aire, y cuatro de ellas se dirigen directamente hacia la estructura. Sus sombras se proyectan ominosamente en el suelo mientras decides qué hacer.
Apenas tienes tiempo de reaccionar cuando el barco finalmente llega al puerto. Desde tu posición, puedes ver a los piratas desembarcando con rapidez y formación. Cuatro grupos de diez hombres, cada uno moviéndose estratégicamente para rodear las defensas de la base. Os están haciendo claramente un sándwich. Van a intentar atacaros por todos los frentes.
Uno de los reclutas se acerca corriendo, su rostro pálido por la mezcla de sudor y miedo te indica que no trae buenas noticias.
—¡Suboficial Henry! Están intentando dividir nuestras fuerzas. ¡Los piratas avanzan desde cuatro direcciones diferentes!
Si miras hacia los grupos enemigos... Son demasiados para enfrentarlos tú solo, pero rendirse no es una opción. Piensa rápido. El faro sigue siendo el objetivo prioritario. Si lo destruyen, la isla quedará a merced de cualquiera que decida atacar. Pero un buen marine intenta siempre que haya el mínimo número de bajas, no. Bueno, más que un buen marine un marine promedio. Se puede ser bueno siendo un auténtico asesino de piratas, ¿verdad?
Si vuelves la mirada al puerto. La distancia entre tú y los piratas no es tanta, pero suficiente para maniobrar con cierta rapidez. Las miradas están puestas en ti. La estrategia parece vital ahora. Cuentas con un pelotón de veinte marines a tu lado. Estáis en inferioridad, pero una buena estrategia podría aumentar el porcentaje de vuestra victoria.
A ojo, los piratas estarán en unos dos minutos en vuestra posición. El tiempo apremia.