El sol ya comenzaba a descender en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos naranjas y púrpuras, como si el propio cielo se preparara para el espectáculo que estaba a punto de desarrollarse en tierra firme. La luz oblicua proyectaba sombras largas y definidas sobre el terreno amplio y polvoriento, dándole un aire casi irreal, como una pintura a medio terminar. El campo, rodeado por altas vallas de madera y delimitado con banderas ondeantes de la Marina, había sido transformado en un campo de batalla improvisado con precisión militar. Obstáculos de madera con clavos oxidados, barriles apilados en esquinas estratégicas y trincheras poco profundas trazaban un laberinto irregular que invitaba tanto a la estrategia como al caos. Todo estaba diseñado para poner a prueba no solo la habilidad física, sino también la mentalidad táctica de los reclutas que ahora lo contemplaban con mezcla de emoción y temor.
Silver se encontraba al borde del campo junto con un grupo variopinto de aspirantes, todos con la mirada fija en los instructores que ultimaban detalles sobre un enorme mapa desplegado sobre una mesa reforzada. El ambiente estaba cargado de expectación, casi palpable en el aire que comenzaba a enfriarse con el caer de la tarde. Algunos reclutas murmuraban entre ellos, susurrando posibles estrategias y especulaciones nerviosas sobre la prueba; otros permanecían inmóviles, con los ojos clavados en el suelo mientras ajustaban sus correas y trataban de calmar una respiración entrecortada, como si quisieran disipar las dudas que les nublaban la mente. A un lado, un joven pelirrojo hacía crujir los nudillos repetidamente, mientras otro más alto jugaba con un trozo de cuerda, sus manos inquietas revelando una tensión que intentaba ocultar. Silver, en cambio, permanecía en silencio, con los brazos cruzados y el ceño ligeramente fruncido, estudiando el terreno como si pudiera leer en él las respuestas a los desafíos venideros.
—¡Atención, reclutas! —La voz autoritaria de un instructor resonó sobre el bullicio, silenciando a todos al instante—. Esta es la última etapa de vuestro reclutamiento, y será la más exigente. El objetivo es simple: cada equipo debe recuperar un punto estratégico señalado en el mapa y defenderlo hasta que se dé la señal de finalización. Pero cuidado, no será tan fácil como parece.
El instructor, un hombre de mediana edad con cicatrices que cruzaban su rostro, se giró hacia el mapa y señaló varios puntos marcados en rojo.
—Os enfrentaréis a instructores que simularán ser enemigos, y también a otros equipos. Tendréis que trabajar juntos para superar los obstáculos, así que dejad de lado vuestras diferencias. Esto no es solo un examen físico, sino táctico. La capacidad de colaborar bajo presión será decisiva.
Jack cruzó su único brazo y ajustó su postura, sintiendo cómo la tensión se acumulaba a su alrededor. Observó a los demás reclutas, analizando rápidamente sus expresiones y gestos. Era evidente que algunos no estaban acostumbrados a depender de otros. "Bueno, eso me incluye a mí," pensó, con una media sonrisa. Aunque no le gustaba admitirlo, trabajar en equipo nunca había sido su fuerte, pero entendía que en ese momento no tenía otra opción.
—Silver, McCoy, Hana, equipo tres —anunció el instructor, señalando con un bolígrafo en el mapa una de las zonas asignadas—. Este será vuestro punto de partida. Defendedlo y avanzad con estrategia.
Jack dio un paso al frente mientras los otros dos designados a su equipo se acercaban. McCoy era un joven musculoso con el pelo cortado al ras, cuya mirada cargada de autosuficiencia no inspiraba confianza. Hana, por otro lado, era una chica menuda pero de ojos afilados, que parecía analizar cada detalle del entorno como un halcón. "Al menos una parece saber lo que hace," reflexionó mientras se cruzaban las primeras miradas.
—Bien, equipo tres. Yo lidero. —McCoy rompió el silencio con una voz grave y autoritaria, cruzándose de brazos mientras los miraba con suficiencia.
Silver alzó una ceja, reprimiendo la risa que amenazaba con escaparse.
—¿Liderar? ¿Tienes algún plan además de flexionar esos músculos? Porque si no, me parece que estamos perdiendo el tiempo.
Hana soltó un leve resoplido, claramente divertida por la observación de Jack. McCoy, en cambio, frunció el ceño y dio un paso hacia adelante, encarándolo.
—¿Y tú qué sabes? Solo tienes medio cuerpo funcional.
Silver lo miró fijamente, sin apartar la mirada.
—Sé lo suficiente para no empezar peleándome con mi equipo antes de que la prueba comience. — Dio un paso hacia el mapa, ignorando la reacción de McCoy—. Ahora, si has terminado de hablar, tenemos un objetivo que alcanzar. Propongo dividirnos en dos grupos: Hana y yo tomaremos el flanco izquierdo, donde hay cobertura, mientras tú creas distracción por el centro. ¿Algo que añadir?[/color]
McCoy gruñó algo inaudible, pero finalmente asintió.
Hana tomó la palabra por primera vez, con voz calmada pero firme.
—El plan tiene sentido. La cobertura en el flanco izquierdo nos da ventaja para un ataque coordinado. Tan solo aseguraos de no meteros en problemas.
El musculoso soltó un bufido, pero no discutió más. Mientras tanto, Jack ajustó su prótesis de la pierna izquierda, asegurándose de que estaba lista para el desgaste que vendría.
El silbato sonó con fuerza, marcando el inicio de la prueba. Silver y Hana avanzaron rápidamente hacia el flanco izquierdo, moviéndose de cobertura en cobertura mientras los sonidos de gritos y disparos simulados comenzaban a llenar el aire. Desde su posición, podían ver a McCoy avanzar por el centro, atrayendo la atención de los primeros "enemigos", quienes respondieron disparando armas de pintura.
—Espera aquí un momento —susurró Jack, asomándose brevemente para analizar la posición de los instructores. Dos de ellos se habían apostado detrás de un par de barriles, mientras que otro se movía en dirección a McCoy.
—Podemos flanquearlos —murmuró Hana, señalando un camino entre dos barriles—. Si logramos acercarnos sin que nos vean, podríamos eliminarlos antes de que refuercen su posición.
Silver asintió, ajustando su postura para seguirla. El terreno no era fácil, pero cada paso que daban era preciso y silencioso. Cuando llegaron a una distancia segura, Jack utilizó un pedazo de madera que encontró tirado para lanzarlo hacia un lado, creando un ruido que desvió momentáneamente la atención de los instructores.
—¡Ahora! —avisó Hana, avanzando rápidamente.
Ambos atacaron al unísono, neutralizando a los dos instructores con movimientos coordinados. Silver no pudo evitar esbozar una sonrisa al ver cómo su plan comenzaba a funcionar. Sin embargo, al mirar hacia el centro, notó que McCoy estaba acorralado.
—Está en problemas. Vamos.
Hana no discutió, siguiendo a Jack mientras avanzaban hacia la posición de su compañero. Se movían con precisión, sus pasos amortiguados por la gravilla suelta y el terreno desigual. La tensión en el aire era palpable, pero ambos mantenían la calma. Desde su posición tras una pila de sacos de arena, pudieron ver cómo McCoy seguía resistiendo, aunque su técnica dejaba mucho que desear. Más fuerza bruta que estrategia, pero al menos servía como distracción para el enemigo.
—Al menos sabe llamar la atención, —comentó Jack con un toque divertido, mientras vigilaba la zona.
Hana, quien ya había sacado un pequeño espejo de mano para observar a los enemigos sin exponerse, simplemente resopló antes de responder.
—Al menos sigue en pie. Eso ya es algo.
Silver volvió a centrarse en el terreno. Cada vez que analizaba el campo de batalla, su mente dibujaba rutas y posibilidades como si estuviera trazando un mapa en tiempo real. Si querían mantener su ventaja, debían actuar con rapidez antes de que los enemigos se reagruparan. Señaló una pila de barriles más adelante, indicándole a Hana que lo siguiera.
El avance fue lento pero seguro. Aprovecharon cada cobertura disponible, y cuando finalmente estuvieron lo suficientemente cerca de McCoy, Jack decidió que era hora de actuar.
—Voy a distraerlos. Tú aprovecha para deshacerte del que está más expuesto, —murmuró, con sus ojos brillando con la adrenalina del momento.
Sin esperar respuesta, Silver acometió. Aprovechando la confusión, salió de su escondite y comenzó a moverse en zigzag, esquivando el "fuego" que disparaban los enemigos con pistolas de pintura. Su cuerpo se movía con una agilidad sorprendente, pese a la rudimentaria prótesis. Hana, mientras tanto, se deslizó entre los obstáculos, reduciendo a otro de los instructores con un ataque rápido y eficiente. Su precisión era impresionante, y Jack no pudo más que sentirse impresionado.
Cuando finalmente se reunieron con McCoy, este los recibió con una mezcla de alivio y orgullo herido.
—¿Qué os ha llevado tanto tiempo? —gruñó, aunque claramente estaba agradecido por el apoyo.
—Nos hemos distraído admirando lo bien que te las apañabas tu solito —respondió Silver con una sonrisa burlona, sin perder el ritmo mientras se cubría detrás de un barril.
Hana les interrumpió antes de que la conversación degenerara en una discusión.
—Centrémonos. Hemos despejado esta zona, pero no tardarán en llegar más. ¿Ideas?
Jack observó el mapa improvisado que llevaban consigo, estudiando los marcadores y las posiciones enemigas que habían deducido hasta ahora. El éxito de su misión dependería de su habilidad para anticiparse a los movimientos de los demás equipos y de los instructores.
—Tenemos dos opciones: reforzamos esta posición y nos arriesgamos a que nos rodeen, o avanzamos al siguiente punto antes de que ellos lo hagan. Prefiero moverme. Mantenernos en un lugar fijo nos convierte en un blanco fácil.
McCoy pareció dudar, pero finalmente asintió, mientras Hana ya se preparaba para seguir adelante. La prueba apenas había comenzado, y lo peor aún estaba por venir. Pero con cada paso, sentía que demostraba una vez más que sus limitaciones no definían quién era. Con un gesto firme, tomó la delantera, liderando a su equipo hacia el próximo objetivo.
Silver se encontraba al borde del campo junto con un grupo variopinto de aspirantes, todos con la mirada fija en los instructores que ultimaban detalles sobre un enorme mapa desplegado sobre una mesa reforzada. El ambiente estaba cargado de expectación, casi palpable en el aire que comenzaba a enfriarse con el caer de la tarde. Algunos reclutas murmuraban entre ellos, susurrando posibles estrategias y especulaciones nerviosas sobre la prueba; otros permanecían inmóviles, con los ojos clavados en el suelo mientras ajustaban sus correas y trataban de calmar una respiración entrecortada, como si quisieran disipar las dudas que les nublaban la mente. A un lado, un joven pelirrojo hacía crujir los nudillos repetidamente, mientras otro más alto jugaba con un trozo de cuerda, sus manos inquietas revelando una tensión que intentaba ocultar. Silver, en cambio, permanecía en silencio, con los brazos cruzados y el ceño ligeramente fruncido, estudiando el terreno como si pudiera leer en él las respuestas a los desafíos venideros.
—¡Atención, reclutas! —La voz autoritaria de un instructor resonó sobre el bullicio, silenciando a todos al instante—. Esta es la última etapa de vuestro reclutamiento, y será la más exigente. El objetivo es simple: cada equipo debe recuperar un punto estratégico señalado en el mapa y defenderlo hasta que se dé la señal de finalización. Pero cuidado, no será tan fácil como parece.
El instructor, un hombre de mediana edad con cicatrices que cruzaban su rostro, se giró hacia el mapa y señaló varios puntos marcados en rojo.
—Os enfrentaréis a instructores que simularán ser enemigos, y también a otros equipos. Tendréis que trabajar juntos para superar los obstáculos, así que dejad de lado vuestras diferencias. Esto no es solo un examen físico, sino táctico. La capacidad de colaborar bajo presión será decisiva.
Jack cruzó su único brazo y ajustó su postura, sintiendo cómo la tensión se acumulaba a su alrededor. Observó a los demás reclutas, analizando rápidamente sus expresiones y gestos. Era evidente que algunos no estaban acostumbrados a depender de otros. "Bueno, eso me incluye a mí," pensó, con una media sonrisa. Aunque no le gustaba admitirlo, trabajar en equipo nunca había sido su fuerte, pero entendía que en ese momento no tenía otra opción.
—Silver, McCoy, Hana, equipo tres —anunció el instructor, señalando con un bolígrafo en el mapa una de las zonas asignadas—. Este será vuestro punto de partida. Defendedlo y avanzad con estrategia.
Jack dio un paso al frente mientras los otros dos designados a su equipo se acercaban. McCoy era un joven musculoso con el pelo cortado al ras, cuya mirada cargada de autosuficiencia no inspiraba confianza. Hana, por otro lado, era una chica menuda pero de ojos afilados, que parecía analizar cada detalle del entorno como un halcón. "Al menos una parece saber lo que hace," reflexionó mientras se cruzaban las primeras miradas.
—Bien, equipo tres. Yo lidero. —McCoy rompió el silencio con una voz grave y autoritaria, cruzándose de brazos mientras los miraba con suficiencia.
Silver alzó una ceja, reprimiendo la risa que amenazaba con escaparse.
—¿Liderar? ¿Tienes algún plan además de flexionar esos músculos? Porque si no, me parece que estamos perdiendo el tiempo.
Hana soltó un leve resoplido, claramente divertida por la observación de Jack. McCoy, en cambio, frunció el ceño y dio un paso hacia adelante, encarándolo.
—¿Y tú qué sabes? Solo tienes medio cuerpo funcional.
Silver lo miró fijamente, sin apartar la mirada.
—Sé lo suficiente para no empezar peleándome con mi equipo antes de que la prueba comience. — Dio un paso hacia el mapa, ignorando la reacción de McCoy—. Ahora, si has terminado de hablar, tenemos un objetivo que alcanzar. Propongo dividirnos en dos grupos: Hana y yo tomaremos el flanco izquierdo, donde hay cobertura, mientras tú creas distracción por el centro. ¿Algo que añadir?[/color]
McCoy gruñó algo inaudible, pero finalmente asintió.
Hana tomó la palabra por primera vez, con voz calmada pero firme.
—El plan tiene sentido. La cobertura en el flanco izquierdo nos da ventaja para un ataque coordinado. Tan solo aseguraos de no meteros en problemas.
El musculoso soltó un bufido, pero no discutió más. Mientras tanto, Jack ajustó su prótesis de la pierna izquierda, asegurándose de que estaba lista para el desgaste que vendría.
El silbato sonó con fuerza, marcando el inicio de la prueba. Silver y Hana avanzaron rápidamente hacia el flanco izquierdo, moviéndose de cobertura en cobertura mientras los sonidos de gritos y disparos simulados comenzaban a llenar el aire. Desde su posición, podían ver a McCoy avanzar por el centro, atrayendo la atención de los primeros "enemigos", quienes respondieron disparando armas de pintura.
—Espera aquí un momento —susurró Jack, asomándose brevemente para analizar la posición de los instructores. Dos de ellos se habían apostado detrás de un par de barriles, mientras que otro se movía en dirección a McCoy.
—Podemos flanquearlos —murmuró Hana, señalando un camino entre dos barriles—. Si logramos acercarnos sin que nos vean, podríamos eliminarlos antes de que refuercen su posición.
Silver asintió, ajustando su postura para seguirla. El terreno no era fácil, pero cada paso que daban era preciso y silencioso. Cuando llegaron a una distancia segura, Jack utilizó un pedazo de madera que encontró tirado para lanzarlo hacia un lado, creando un ruido que desvió momentáneamente la atención de los instructores.
—¡Ahora! —avisó Hana, avanzando rápidamente.
Ambos atacaron al unísono, neutralizando a los dos instructores con movimientos coordinados. Silver no pudo evitar esbozar una sonrisa al ver cómo su plan comenzaba a funcionar. Sin embargo, al mirar hacia el centro, notó que McCoy estaba acorralado.
—Está en problemas. Vamos.
Hana no discutió, siguiendo a Jack mientras avanzaban hacia la posición de su compañero. Se movían con precisión, sus pasos amortiguados por la gravilla suelta y el terreno desigual. La tensión en el aire era palpable, pero ambos mantenían la calma. Desde su posición tras una pila de sacos de arena, pudieron ver cómo McCoy seguía resistiendo, aunque su técnica dejaba mucho que desear. Más fuerza bruta que estrategia, pero al menos servía como distracción para el enemigo.
—Al menos sabe llamar la atención, —comentó Jack con un toque divertido, mientras vigilaba la zona.
Hana, quien ya había sacado un pequeño espejo de mano para observar a los enemigos sin exponerse, simplemente resopló antes de responder.
—Al menos sigue en pie. Eso ya es algo.
Silver volvió a centrarse en el terreno. Cada vez que analizaba el campo de batalla, su mente dibujaba rutas y posibilidades como si estuviera trazando un mapa en tiempo real. Si querían mantener su ventaja, debían actuar con rapidez antes de que los enemigos se reagruparan. Señaló una pila de barriles más adelante, indicándole a Hana que lo siguiera.
El avance fue lento pero seguro. Aprovecharon cada cobertura disponible, y cuando finalmente estuvieron lo suficientemente cerca de McCoy, Jack decidió que era hora de actuar.
—Voy a distraerlos. Tú aprovecha para deshacerte del que está más expuesto, —murmuró, con sus ojos brillando con la adrenalina del momento.
Sin esperar respuesta, Silver acometió. Aprovechando la confusión, salió de su escondite y comenzó a moverse en zigzag, esquivando el "fuego" que disparaban los enemigos con pistolas de pintura. Su cuerpo se movía con una agilidad sorprendente, pese a la rudimentaria prótesis. Hana, mientras tanto, se deslizó entre los obstáculos, reduciendo a otro de los instructores con un ataque rápido y eficiente. Su precisión era impresionante, y Jack no pudo más que sentirse impresionado.
Cuando finalmente se reunieron con McCoy, este los recibió con una mezcla de alivio y orgullo herido.
—¿Qué os ha llevado tanto tiempo? —gruñó, aunque claramente estaba agradecido por el apoyo.
—Nos hemos distraído admirando lo bien que te las apañabas tu solito —respondió Silver con una sonrisa burlona, sin perder el ritmo mientras se cubría detrás de un barril.
Hana les interrumpió antes de que la conversación degenerara en una discusión.
—Centrémonos. Hemos despejado esta zona, pero no tardarán en llegar más. ¿Ideas?
Jack observó el mapa improvisado que llevaban consigo, estudiando los marcadores y las posiciones enemigas que habían deducido hasta ahora. El éxito de su misión dependería de su habilidad para anticiparse a los movimientos de los demás equipos y de los instructores.
—Tenemos dos opciones: reforzamos esta posición y nos arriesgamos a que nos rodeen, o avanzamos al siguiente punto antes de que ellos lo hagan. Prefiero moverme. Mantenernos en un lugar fijo nos convierte en un blanco fácil.
McCoy pareció dudar, pero finalmente asintió, mientras Hana ya se preparaba para seguir adelante. La prueba apenas había comenzado, y lo peor aún estaba por venir. Pero con cada paso, sentía que demostraba una vez más que sus limitaciones no definían quién era. Con un gesto firme, tomó la delantera, liderando a su equipo hacia el próximo objetivo.