Jack D. Agnis
Golden Eyes
06-08-2024, 04:32 PM
Tras abrir tus fauces y clavar tu dientes en el cuello de aquella criautra, pudiste sentir en toda tu boca como la sangre fluyó hacia tu lengua y luego hacia tu garganta, haciendo que aquel sabor metálico característico de la sangre inundara tu boca, y generando un despertar de tu animal carnívoro interior que tanto estuvo sometido debido a tu esclavista.
Por unos segundos te sentiste libre y poderoso, pero con la huida del cervatillo te hizo dar cuenta que esto aun no había terminado y que debías canalizar aquella adrenalina que estabas sintiendo en lograr llegar a tu presa y así poder hincar tus dientes en algo de alimento.
El olor a hierro inundaba el ambiente y era llevado por la brisa. Aun así, no tenias necesidad de olfatear el aire para encontrar a tu presa, ya que al haberla herido, esta iba dejando un rastro de sangre por todo el suelo o lugar por el que pasaba.
Sin dudarlo te lanzas nuevamente a la caza siguiendo el rastro de sangre y el olor metálico que se incrementaba a medida que te ibas acercando a lo que se supone seria tu presa.
Gracias a tu vista pudiste ver, no muy lejos de ti, como el cervatillo aun seguía en movimiento, pero la perdida de sangre hacía que este disminuya su velocidad, pero aun así, este seguía corriendo desesperado por huir de ti.
Afortunadamente, no muy lejos, lograste ver como este cayó al suelo, al parecer rendido por la perdida de sangre debido a tu mordida.
Mientras te acerca notas algunos raros movimientos en los pastizales cerca de tu futuro desayuno, por lo que por miedo de perder tu presa te apuras en llegar, pero al llegar notas como una hiena está rodeando a la pequeña criatura y esta a punto de devorarla.
Analizas la situación y si bien tienes una gran cantidad de adrenalina recorriendo tu cuerpo, te das cuenta que si existe una hiena allí, quiere decir que hay otras en la cercanía. Aun así, sabes que las hienas de por si son cobardes cuando se las enfrenta, pero que pueden ser agresivas en manada.
Por unos segundos te sentiste libre y poderoso, pero con la huida del cervatillo te hizo dar cuenta que esto aun no había terminado y que debías canalizar aquella adrenalina que estabas sintiendo en lograr llegar a tu presa y así poder hincar tus dientes en algo de alimento.
El olor a hierro inundaba el ambiente y era llevado por la brisa. Aun así, no tenias necesidad de olfatear el aire para encontrar a tu presa, ya que al haberla herido, esta iba dejando un rastro de sangre por todo el suelo o lugar por el que pasaba.
Sin dudarlo te lanzas nuevamente a la caza siguiendo el rastro de sangre y el olor metálico que se incrementaba a medida que te ibas acercando a lo que se supone seria tu presa.
Gracias a tu vista pudiste ver, no muy lejos de ti, como el cervatillo aun seguía en movimiento, pero la perdida de sangre hacía que este disminuya su velocidad, pero aun así, este seguía corriendo desesperado por huir de ti.
Afortunadamente, no muy lejos, lograste ver como este cayó al suelo, al parecer rendido por la perdida de sangre debido a tu mordida.
Mientras te acerca notas algunos raros movimientos en los pastizales cerca de tu futuro desayuno, por lo que por miedo de perder tu presa te apuras en llegar, pero al llegar notas como una hiena está rodeando a la pequeña criatura y esta a punto de devorarla.
Analizas la situación y si bien tienes una gran cantidad de adrenalina recorriendo tu cuerpo, te das cuenta que si existe una hiena allí, quiere decir que hay otras en la cercanía. Aun así, sabes que las hienas de por si son cobardes cuando se las enfrenta, pero que pueden ser agresivas en manada.