Lance Turner
Shirogami
Hoy, 01:51 AM
La joven reaccionó de una manera muy graciosa, asumiendo que yo también debía estar muerto tras reconocerme. Me hizo bastante gracia aquel comentario, con lo cual, no pude evitar reírme sin llegar a responder aún. Por fortuna, se trataba de Hestia, tal y como me había aclarado previamente. Esto llevó a una confusión de Goku, la cuál quise resolver raudo.
Dirigí mi mirada hacia él para aclarárselo rápido antes de que cogiese la costumbre de llamarla "Esta".
- No, no, no es "Esta" es "Hestia" - Le contesté haciendo especial hincapié en la i, para que captase rápido la diferencia fonética de su confusión.
El profundo y emotivo abrazo que vino tras reconocerme como Lance, me hizo tomar unos segundos de silencio que aproveché para darle unas suaves caricias en la espalda, reconfortándola.
Goku tomó nuevamente la palabra, para bromear sobre que realmente sí estábamos muertos, lo cuál me hizo estallar de risa de nuevo. Los comentarios de Goku muchas veces eran la mar de graciosos, especialmente cuando los soltaba en momentos como este. No obstante, pronto retomó la palabra, esta vez en serio, preocupado por examinar a la joven, por si se encontraba herida.
- Sí, Hestia, estaría bien que bajases con Goku para que te examinase... ¡Ah! Y olvida lo que te dijo antes, no, no estamos muertos. - Dije sonriendo para volver a mirar a Goku - Bueno, él sí, pero esa es otra historia... - Le comenté entre risas tratando de quitarle hierro al asunto.
En ese momento, Teruyoshi regresó reconociendo a Hestia, ante lo cual asentí sonriente, cayendo en la cuenta de que conocí a ambos el mismo alocado día. Bueno, y también a Gretta y Qazan, sin duda, aquel fue un día de lo más peculiar. El cocinero también ofreció una bebida a Rose, que de seguro le sentaría bien.
El felino empezó una discusión con Goku sobre los postres que nuestro peludo cocinero había preparado, a la cual no eché mucha cuenta, pese a divertirme con algunos de los comentarios que soltaban. Todo fue parte de un momento gracioso, hasta que un comentario de Teruyoshi hizo saltar todas mis alarmas. Mi corazón dió un vuelco, y busqué con la mirada a Juuken, para ver si era consciente de lo que acababa de soltar ese felino.
- Juuken, si Goku hace cualquier intento de atacarnos, no dudes - Ordené para que estuviese en guardia ante cualquier posible maniobra del mono.
Di un pequeño salto hacia atrás desenfundando mis katanas, una apuntando hacia Goku, y otra hacia Teruyoshi. Mi corazón latía a mil, y la ira comenzaba a brotar desde mi interior a un ritmo vertiginoso.
- ¡Que nadie se mueva! - Grité sin apartar la mirada de estos dos, en especial de Goku. - Goku, ¿Qué es eso de ser un perro del gobierno? Explícate, por favor.
La situación acababa de tornarse muy violenta y tensa, pues este preciso instante acababa de robarse todo el protagonismo. Cualquier paso en falso, podría acabar con toda esta tripulación, y más que probablemente, un muerto al menos. Sin apartar la mirada de Goku, y completamente alerta, comencé a hablar dirigiéndome a Teruyoshi.
- Tú, Teruyoshi, ¿Qué es eso de que Goku es un perro del gobierno? Y más importante ¿Desde cuando lo sabes y por qué no has dicho nada?
Seguía sin apartar la mirada de Goku, preocupado de qué acción podría llevar a cabo ahora que se había revelado este secreto.
- No nos mientas, y explícate bien, Goku. Sólo tienes esta oportunidad, por la buena amistad que nos ha unido este tiempo. - Sentencié casi rezando por escuchar algo que deshiciera este peligroso entuerto.
Dirigí mi mirada hacia él para aclarárselo rápido antes de que cogiese la costumbre de llamarla "Esta".
- No, no, no es "Esta" es "Hestia" - Le contesté haciendo especial hincapié en la i, para que captase rápido la diferencia fonética de su confusión.
El profundo y emotivo abrazo que vino tras reconocerme como Lance, me hizo tomar unos segundos de silencio que aproveché para darle unas suaves caricias en la espalda, reconfortándola.
Goku tomó nuevamente la palabra, para bromear sobre que realmente sí estábamos muertos, lo cuál me hizo estallar de risa de nuevo. Los comentarios de Goku muchas veces eran la mar de graciosos, especialmente cuando los soltaba en momentos como este. No obstante, pronto retomó la palabra, esta vez en serio, preocupado por examinar a la joven, por si se encontraba herida.
- Sí, Hestia, estaría bien que bajases con Goku para que te examinase... ¡Ah! Y olvida lo que te dijo antes, no, no estamos muertos. - Dije sonriendo para volver a mirar a Goku - Bueno, él sí, pero esa es otra historia... - Le comenté entre risas tratando de quitarle hierro al asunto.
En ese momento, Teruyoshi regresó reconociendo a Hestia, ante lo cual asentí sonriente, cayendo en la cuenta de que conocí a ambos el mismo alocado día. Bueno, y también a Gretta y Qazan, sin duda, aquel fue un día de lo más peculiar. El cocinero también ofreció una bebida a Rose, que de seguro le sentaría bien.
El felino empezó una discusión con Goku sobre los postres que nuestro peludo cocinero había preparado, a la cual no eché mucha cuenta, pese a divertirme con algunos de los comentarios que soltaban. Todo fue parte de un momento gracioso, hasta que un comentario de Teruyoshi hizo saltar todas mis alarmas. Mi corazón dió un vuelco, y busqué con la mirada a Juuken, para ver si era consciente de lo que acababa de soltar ese felino.
- Juuken, si Goku hace cualquier intento de atacarnos, no dudes - Ordené para que estuviese en guardia ante cualquier posible maniobra del mono.
Di un pequeño salto hacia atrás desenfundando mis katanas, una apuntando hacia Goku, y otra hacia Teruyoshi. Mi corazón latía a mil, y la ira comenzaba a brotar desde mi interior a un ritmo vertiginoso.
- ¡Que nadie se mueva! - Grité sin apartar la mirada de estos dos, en especial de Goku. - Goku, ¿Qué es eso de ser un perro del gobierno? Explícate, por favor.
La situación acababa de tornarse muy violenta y tensa, pues este preciso instante acababa de robarse todo el protagonismo. Cualquier paso en falso, podría acabar con toda esta tripulación, y más que probablemente, un muerto al menos. Sin apartar la mirada de Goku, y completamente alerta, comencé a hablar dirigiéndome a Teruyoshi.
- Tú, Teruyoshi, ¿Qué es eso de que Goku es un perro del gobierno? Y más importante ¿Desde cuando lo sabes y por qué no has dicho nada?
Seguía sin apartar la mirada de Goku, preocupado de qué acción podría llevar a cabo ahora que se había revelado este secreto.
- No nos mientas, y explícate bien, Goku. Sólo tienes esta oportunidad, por la buena amistad que nos ha unido este tiempo. - Sentencié casi rezando por escuchar algo que deshiciera este peligroso entuerto.