La primera expresión del médico, rebosante de emociones, era un generoso y efectivo recordatorio de porqué hacía lo que hacía, y de porqué se comprometía a lo que se comprometía. Claramente era salirse de su camino por solamente el intento de mejorar la vida de alguien más, o al menos el intento de velar porque los esfuerzos de un hombre que parecía poner su alma y sangre en una única tarea no fuesen en vano. Si estaba en su poder ayudar a alguien más, el lunarian no daría a su propia mente siquiera una primera oportunidad para dudar, ni mucho menos se echaría para atrás.
El emplumado negaría con la cabeza ante las palabras del médico, reafirmando algo importante inmediatamente después. — No tienes que agradecérmelo de ninguna manera. Basta con que intentes tanto como puedas en conseguir que tu persona especial pueda estar bien, así que pon toda tu energía en ello y no desistas. — Sus palabras eran sinceras, intentando mantenerse alejadas del interés material que desviaba a muchos de sus caminos. Le bastaba con ver que había conseguido influenciar para bien las vivencias de otra vida en su camino.
La flor estaba segura en manos de Alfred, y esperaba que así se mantuviera hasta que pudiera cumplir con el destino que le tenía previsto. Pero, antes de preocuparse en cualquier forma o nivel por la muestra de flora que el médico llevaba consigo, una observación muy importante de parte de él le indicó a Alistair un tema a tratar mucho mas enfocado en el presente: Los hermanos.
La mirada del revolucionario fue a parar sobre ellos, meditando con las palabras del médico una respuesta que fuese adecuada. La verdad es que no veía ninguna con claridad, así que en su defecto, tomaría la solución que beneficiaba a todos sin lastimar a nadie. — Ciertamente no puedo retenerles toda la vida, y mas allá de lo que acaba de suceder, no parecen la clase de amenaza que amerite soluciones... extremas. — Suspiró un poco, en conocimiento de que su decisión podía sumarle más problemas en el camino. Pero, por otro lado, era una buena oportunidad para probar la influencia que tenía The Whip en el mundo, y la importancia que le daba a sus subordinados. — Lo mejor será comunicarme con la armada y encargarles que les muevan hacia la isla mas cercana con presencia Marine bajo escolta, bien atados y con algo que los mantenga lo suficientemente atontados como para que no sean un problema. Luego de eso, basta con que un civil les notifique lo necesario y ellos se encargarán del resto. — No es que aprobara esa institución policiaca de ninguna manera, pero era la forma mas eficiente de lidiar con personas problemáticas como ellos sin requerir a los extremos que podían ser las ejecuciones clandestinas. Alistair no era una persona que le gustase mancharse las manos de sangre, siendo para él un último recurso solo cuando todo lo demás fallara.
— Con respecto a lo otro... — Meditó un momento nuevamente, pensando la mejor forma de continuar con la idea de ayudar a Alfred. Ciertamente, tener que tomar cada uno por su propio camino era una complicación. Menor, pero que estaba presente y demandaba solución de todas formas. Ante eso, una idea simple se presentó frente a él. — Intercambiaremos contactos de Den Den Mushi. El primero que llegue a Organ, que intente establecer contacto con el otro para organizar un punto de encuentro. Es la mejor solución que tenemos en nuestras manos por ahora. — Y, viendo el lado positivo, de hecho resultaba mucho mejor de esa manera. Por su cuenta, Alfred podía pasar desapercibido con mucha mas facilidad en una embarcación pequeña, mientras que permitiría a Alistair llamar la atención del hombre para desviarla del médico; cuando el mandamás de los hermanos se enterara de lo sucedido, el revolucionario no descartaba verse de frente con personas problemáticas. Si Alfred y la Positonia se encontraban lejos, tendría dos objetivos menos por defender.
Las emociones que el médico mostraba no pasaban desapercibidas, a lo cual el emplumado buscaría plantar tranquilidad en el hombre antes de separar sus caminos. — Ella estará bien. Tú por ahora debes centrarte en cumplir con tu tarea aquí, para que luego puedas cumplir tu tarea con ella allá. Así que no te mates la cabeza con eso y vé un paso a la vez, ¿de acuerdo? — Finalizó, dedicando un par de palmadas en el hombro de Alfred y una sonrisa antes de finalmente partir por su lado después de asegurarse de que ambos pudieran contactar al Den Den del contrario.
Lo que sea que les deparase en su destino, estarían listos y lo recibirían con brazos abiertos.
El emplumado negaría con la cabeza ante las palabras del médico, reafirmando algo importante inmediatamente después. — No tienes que agradecérmelo de ninguna manera. Basta con que intentes tanto como puedas en conseguir que tu persona especial pueda estar bien, así que pon toda tu energía en ello y no desistas. — Sus palabras eran sinceras, intentando mantenerse alejadas del interés material que desviaba a muchos de sus caminos. Le bastaba con ver que había conseguido influenciar para bien las vivencias de otra vida en su camino.
La flor estaba segura en manos de Alfred, y esperaba que así se mantuviera hasta que pudiera cumplir con el destino que le tenía previsto. Pero, antes de preocuparse en cualquier forma o nivel por la muestra de flora que el médico llevaba consigo, una observación muy importante de parte de él le indicó a Alistair un tema a tratar mucho mas enfocado en el presente: Los hermanos.
La mirada del revolucionario fue a parar sobre ellos, meditando con las palabras del médico una respuesta que fuese adecuada. La verdad es que no veía ninguna con claridad, así que en su defecto, tomaría la solución que beneficiaba a todos sin lastimar a nadie. — Ciertamente no puedo retenerles toda la vida, y mas allá de lo que acaba de suceder, no parecen la clase de amenaza que amerite soluciones... extremas. — Suspiró un poco, en conocimiento de que su decisión podía sumarle más problemas en el camino. Pero, por otro lado, era una buena oportunidad para probar la influencia que tenía The Whip en el mundo, y la importancia que le daba a sus subordinados. — Lo mejor será comunicarme con la armada y encargarles que les muevan hacia la isla mas cercana con presencia Marine bajo escolta, bien atados y con algo que los mantenga lo suficientemente atontados como para que no sean un problema. Luego de eso, basta con que un civil les notifique lo necesario y ellos se encargarán del resto. — No es que aprobara esa institución policiaca de ninguna manera, pero era la forma mas eficiente de lidiar con personas problemáticas como ellos sin requerir a los extremos que podían ser las ejecuciones clandestinas. Alistair no era una persona que le gustase mancharse las manos de sangre, siendo para él un último recurso solo cuando todo lo demás fallara.
— Con respecto a lo otro... — Meditó un momento nuevamente, pensando la mejor forma de continuar con la idea de ayudar a Alfred. Ciertamente, tener que tomar cada uno por su propio camino era una complicación. Menor, pero que estaba presente y demandaba solución de todas formas. Ante eso, una idea simple se presentó frente a él. — Intercambiaremos contactos de Den Den Mushi. El primero que llegue a Organ, que intente establecer contacto con el otro para organizar un punto de encuentro. Es la mejor solución que tenemos en nuestras manos por ahora. — Y, viendo el lado positivo, de hecho resultaba mucho mejor de esa manera. Por su cuenta, Alfred podía pasar desapercibido con mucha mas facilidad en una embarcación pequeña, mientras que permitiría a Alistair llamar la atención del hombre para desviarla del médico; cuando el mandamás de los hermanos se enterara de lo sucedido, el revolucionario no descartaba verse de frente con personas problemáticas. Si Alfred y la Positonia se encontraban lejos, tendría dos objetivos menos por defender.
Las emociones que el médico mostraba no pasaban desapercibidas, a lo cual el emplumado buscaría plantar tranquilidad en el hombre antes de separar sus caminos. — Ella estará bien. Tú por ahora debes centrarte en cumplir con tu tarea aquí, para que luego puedas cumplir tu tarea con ella allá. Así que no te mates la cabeza con eso y vé un paso a la vez, ¿de acuerdo? — Finalizó, dedicando un par de palmadas en el hombro de Alfred y una sonrisa antes de finalmente partir por su lado después de asegurarse de que ambos pudieran contactar al Den Den del contrario.
Lo que sea que les deparase en su destino, estarían listos y lo recibirían con brazos abiertos.