Jack D. Agnis
Golden Eyes
06-08-2024, 07:16 PM
La hiena intentó darle un mordisco al cadáver del cervatillo, pero tu aullido llamó su atención, lo que hizo que alzara su cabeza para mirarte, al mismo tiempo en que te mostraba los dientes para parecer amenazante. La hiena sabia que su cuerpo era grande y robusto, y que podía enfrentarte sin problemas, por lo que este se colocó frente a su presa y continuo gruñendo con la intención de que te alejaras. Al parecer la hiena no iba a dejar que te llevaras su presa tan fácilmente.
Tras lanzarte la hiena intentó esquivarte, pero tus garras lograron penetrar un poco su piel y hacerla sangrar, pero esto fue muy leve, ya que el fuerte de los cánidos son sus dientes. Pero para tu fortuna, y gracias al aullido que volviste a lanzar, la hiena se amedrentó debido a tu enorme presencia intimidante, lo cual hizo que la misma agachara un poco en modo de sumisión, antes de salir corriendo de allí, dejándote victorioso de este encuentro.
Ahora puedes disfrutar tu desayuno tranquilo. Tomas al cervatillo e intentas darle un mordisco, pero te das cuenta que aquel instinto salvaje que tienes no es tan fuerte como para poder devorar un animal sin cocinar, sino que al tener cierto raciocinio dudas si comértelo crudo. Eso es solo tu decisión.
Mientras decides que hacer con la carne de aquel animas te das cuenta que aquello te llevó mas tiempo del que querías, por lo que te encuentras con un gran retraso. Si decides cocinarlo, no solo atraerás a mas depredadores mas fuerte que la hiena, sino que también perderás mucho tiempo y la ida hacia el oasis se retrasará mas de lo hubieras querido, por otro lado, si te sientas a comer, podrás recuperar fuerzas para avanzar mucho mas rápido, lo cual te permitirá recorrer la misma distancia en menor tiempo.
Tras lanzarte la hiena intentó esquivarte, pero tus garras lograron penetrar un poco su piel y hacerla sangrar, pero esto fue muy leve, ya que el fuerte de los cánidos son sus dientes. Pero para tu fortuna, y gracias al aullido que volviste a lanzar, la hiena se amedrentó debido a tu enorme presencia intimidante, lo cual hizo que la misma agachara un poco en modo de sumisión, antes de salir corriendo de allí, dejándote victorioso de este encuentro.
Ahora puedes disfrutar tu desayuno tranquilo. Tomas al cervatillo e intentas darle un mordisco, pero te das cuenta que aquel instinto salvaje que tienes no es tan fuerte como para poder devorar un animal sin cocinar, sino que al tener cierto raciocinio dudas si comértelo crudo. Eso es solo tu decisión.
Mientras decides que hacer con la carne de aquel animas te das cuenta que aquello te llevó mas tiempo del que querías, por lo que te encuentras con un gran retraso. Si decides cocinarlo, no solo atraerás a mas depredadores mas fuerte que la hiena, sino que también perderás mucho tiempo y la ida hacia el oasis se retrasará mas de lo hubieras querido, por otro lado, si te sientas a comer, podrás recuperar fuerzas para avanzar mucho mas rápido, lo cual te permitirá recorrer la misma distancia en menor tiempo.